Casa de los Swan

Eso de "te hago" lo que quieras no había sonado demasiado bien, pero sabía que sólo trataba de molestarme, de tirar de la lengua.

- Y si harías cualquier cosa, por qué esa cosa no puede ser recoger? - grito mientras él sale de la habitación.

- Otra cosa! - no me hace caso y baja las escaleras, aunque en unos segundos vuelve de nuevo - Emmm... ¿podrías darme una toalla para ducharme? Mientras tú recojes...

Lo miro con cara de asesina. ¿Me toma por su chacha? La verdad era que iría más rápido sin él, mientras se duchaba terminaría de una vez. Voy hacia el armario del pasillo y saco una toalla amplia.

- Esto no se quedará así... - le tiro la toalla a la cara.

- Lo que quieras - repite poniendo excesiva voz sensual, sonando tan ridícula que daba risa, y se mete al baño.

Vuelvo hacia el cuarto, faltan algunas de mis camisas por ordenar, y cuatro cosas de Martin. Continúo doblando mientras escucho correr el agua de la ducha. En cuestión de 10 minutos termino de colocar toda la ropa, llevo los montones a los respectivos armarios.

- Le falta mucho al señorito? O a la señorita? - grito golpeando en la puerta del baño, pensaba que solamente las mujeres tardaban tanto en bañarse.

No obtengo respuesta, pero pienso algo mejor. Bajo hasta la cocina y voy hacia el fregadero. Una sonrisa malévola que no sé de donde sale asoma por mi boca, mientras tiro de la manilla del agua hacia arriba.

- Caliente...... fría.......... - digo en voz baja mientras muevo la manilla unos segundos a un lado, segundos a otro.

- AHHHHH!!! QUEMAAAA!!!! Mierda! Nooo, sale fríaaaaaaaa! - escucho a Martin gritar desde el baño, repetidas veces - BELLAAAAAAAAA!!

Me río para mis adentros, pero aún tardo unos segundos más en cerrar el grifo. Cuando me doy por satisfecha, subo a mi cuarto con la escoba, y me pongo a barrer las plumas que se habían soltado.

Salgo de la ducha tiritando del frío, tomo como sea la toalla, sin secarme ni nada, la amarro a mi cintura y salgo.

- Esta vez te has pasado! - digo mirando como limpiaba las plumas.
- Mar...tin.. - queda como helada - Estás.. bueno... eh... mojado.
Me da risa su cara de sorpresa, pero no pienso caer en risas, disimulo cualquier tipo de reacción chistosa que pueda tener mi rostro y la sigo mirando directamente.
- Ya.. lo siento..
- No, no lo sientes.
- Juro que si... - se aleja cuando ve que me acerco.
Estornudo de pronto.
Me mira como diciendo "Ups, lo lamentoooo".
- La pagarás!! - me lanzo sobre ella abrazandola con fuerza, la mojo toda y grita por lo helado que estoy.

Aparece tiritando y esta vez sí, MEDIO DESNUDO. Me arrepiento de lo del agua, pero sólo porque salga así, no porque realmente no lo mereciera. Se lanza y me abraza todo mojado, empapando mi ropa, bueno, su ropa.

- ¡Me estás helando! - grito tratando de deshacerme de su abrazo.

- ¿Y como crees que estoy? - se aprieta más contra mí para que yo me quede con todo el agua.

- Yaaaa - consigo apartarlo, pero ya es tarde.

Bajo la cabeza y miro la ropa, la camiseta está completamente húmeda. Voy hacia el perchero y cojo mi toalla, para secar un poco lo que me ha mojado en los brazos y el cuello.

- No es justo... ¿se supone que tú deberías rendirte ya, sabes? Así funciona la venganza, tú me haces algo, yo lo devuelvo. No debes continuar.

- No me gusta quedar por debajo - dice sonriendo - o bueno sí...

- Martin! - lo golpeo en el brazo, aunque no le hago nada - Ya te vale... anda sal y vístete o te pondrás peor, yo ahora tengo que cambiarme también.

- Lástima, te quedaba bien esa ropa - dice dándose la vuelta y caminando hacia la puerta.

Tapo los ojos con las manos. No debería pasearse así sin ropa delante de mí, debajo de esa toalla no habría... nada que lo cubriese. ¿Y si se le caía? Estaba completamente loco. O quizás la loca era yo, que no estaba acostumbrada a esas cosas.

Cierro la puerta y me quito la ropa mojada, ahora tengo que buscar algo que ponerme en el armario.

- Disculpa tie... - digo abriendo la puerta de nuevo, me volteo riendo - Perdóon perdón! Juro que esta vez no fue con querer!
Cuando entré estaba con ropa interior, con esa roja con encaje. Nunca se me pasó por la cabeza que le gustara ese tipo de ropa.. no tiene cara de...
- Mierda Martin!!! - dice aunque no puedo verla sé que se ha puesto morada. - Que no sabes tocar la puerta?!!
- No sabía que ya te habías sacado la ropa... - río.
- Que quieres?
- Crema..
Ahora se ríe ella.
- Ya ahora puedes mirar... - me doy vuelta, se habia puesto una camisa de cuadrilles y unos pantalones vaqueros, guapa. - Para qué quieres crema? - sigue mirando y riendose.
- Por qué osas a reirte?
- Es que eres tan gay...
- Heyy querer ponerse un poco de crema en los codos no tiene nada de gay!!! - la miro como indignado, pero disfrutando de la situación - Tienes o eres muy hombrecito como para tener?
Ahora ella me mira frunciendo el ceño.
- Ahí tengo una que me regaló.. una amiga.. - dice apuntando su escritorio.
- Gracias!!! - digo tomandola, comienzo a sentir frío, me voy vuelta para cerrar la puerta - Ahh, por cierto... Te queda bien el rojo.
Salgo de la habitación sonriendo.

¿Pero qué...? Sabía perfectamente que iba a cambiarme, porque YO se lo dije, únicamente estaba jugando conmigo. Pero no podía entrar así como si nada y verme en ropa interior porque sí, nadie podía hacer eso, solamente él... y sólo una vez...

Salgo de la habitación en su busca de Martin, lo encuentro en el baño mirándose los músculos en el espejo.



- Oye tú - digo mirando un poco hacia el suelo - Que sea la última vez que entras sin avisar, ya te dije que me estaba cambiando.

- Tranquila, si apenas te vi - dice riéndose y bajando la camiseta.

Tras eso coge un poco de crema y comienza a untársela con delicadeza en la zona de los codos. Reprimo una carcajada para mis adentros. Vale que a mí no se me daba demasiado cuidarme, pero tampoco creía que fuera algo demasiado normal entre los chicos, y menos con la pose que tenía, apoyado sobre una pierna y soplándole al codo mientras echaba la crema.

Quizás con la bromita lo estaba hiriendo, porque realmente era... gay. Y por eso no se molestaba en sorprenderme ni acercarse a mí, porque no le afectaba, y sabía que a mí me ponía nerviosa.

- Pues eso.... - repito tras ver cómo se cuida - Y... yo no suelo ponerme esas cosas - digo finalmente, y saliendo de allí antes de ruborizarme.

Vuelvo a mi habitación, pero ya no cierro la puerta.

- Oye Bellaaa! Tengo hambre! - grita desde al baño.

- ¿Ya? - miro el reloj de mi mesita; bueno, casi era hora del amorzar - Está bien, ahora prepararé algo... Y ve pensando qué quieres hacer por la tarde, deberíamos salir de aquí.

No entiendo cómo quiere que piense donde ir, si no conozco este lugar... nada romántico, nada de películas de amor, no quiero bosques tampoco.. me dan cierta aprensión y desconfianza... Quizás... una película de zombies con una intoxicación de cabritas? Se lo comentaré cuando estemos comiendo.


Me da la impresión de que sigue pensando que soy gay, me miraba con cara de curiosidad mientras me untaba sagradamente la crema en los codos... Y no entiendo..

- Oye.. - Salgo del baño, y paro antes de llegar a su puerta, me apoyo en la pared - Estás decente? o te has sacado denuevo la ropa?
- No seas ridículo! Estoy decente. - dice riendo.
- Quiero que sepas algo... muy importante.
- Dime? - dice mientras estira su cama.
- No soy gay, - digo muy serio, sin ningún tipo de risa en mi - No voy al Solarium, ni me maquillo, ni me saco las cejas, ni me gusta la ropa de diseñador...
Comienza a reir.
- No pienses que por que no me gusta tener resecos los codos soy gay, y por que sufro por.. bueno ya sabes por quien.. - digo duramente evitando su sonrisa dulce.
- No pienso que eres gay.. tranqui..
- Solamente quería aclarar ese punto.. Si no lo tienes claro aún, cuando quieras puedo probarte que realmente me gustan las chicas... - me acerco y apago la radio, canción lenta en una radio movida.. demandaré a la emisora.
- Oye!
- No, nada de música lamentosa... - digo saliendo decidido de la habitación. Me devuelvo. - Si quieres te ayudo con el almuerzo.. estaré bien tele.
Le sonrío antes de bajar la escalera.

Termino de arreglar mi habitación y bajo también, Martin está recostado en el sofá sin las zapatillas, con un brazo apoyado hacia atrás. Y pensar que ayer no se quería ni descalzar... qué rápido cogía confianza xD. Igual sería por eso, que yo no me encontraba tan mal, que estaba entretenida, que podía tener una amistad... normal, a parte de la de Jake, Jake...

- ¿Te parece si vamos esta tarde al cine? - le pregunto mientras saco una sartén y aceite.

- Mientras no veamos nada cursi, ni nada que parezca de risa y termina siendo cursi.... - dice girando la cabeza hacia atrás y sonriendo.

- Veremos la película más horrible que haya en taquilla, no te preocupes.

Saco mi móvil, y escribo un mensaje para Jacob.

mensaje para jake:

Le doy a enviar, veo cómo Martin se giró un momento para ver qué hacía, cuando estaba tecleando con el móvil. Lo dejo sobre la mesa y saco unos filetes de pollo de la nevera, junto con unas patatas. Las pelo y troceo, y dejo en un cuenco listas para freír.

- ¿Martin puedes poner la mesa, por favor? - se levanta cuando le digo, aunque estoy segura que a él le va más el "señoritingueo" - Por cierto, quizás venga un amigo también al cine...

- Un amigo? - digo mientras pienso donde podrán estar los cubiertos y el mantel, y los vasos...
- Si... - dice como meditando.. - Por qué?
- Por nada - digo rápido - Es.. osea..
- Si, conoce a Marie.. - dice como si nada.
- Oh.. - digo mientras encuentro los cubiertos abriendo más de 5 cajones antes.
- Martin no te preocupes..
- No me preocupo. Donde mierda están los vasos!!? - digo medio exasperado. Como odio hacer las cosas.
Se ríe mientras apunta un estante arriba de su cabeza.
- Nunca preguntaste..
- Si, y despues me molestas que soy cómodo... - digo haciendo una mueca. - Bueno, al menos es simpatico? Es amigo muy cercano? así como yo?
Ríe y yo le sigo.
- Somos cercanos.. es simpatico.. - se queda callada..
- Y es celoso apuesto!

- La verdad, no lo sé... nunca he tenido otro amigo así que no fuera Jacob - y es cierto, no tenía amistades íntimas, salvo con alguien que realmente me comprendiera o me hiciera sentir bien.

- Hasta que llegué yo - dice levantándose el cuello de la camisa y arqueando una ceja triunfante, mientras yo me río - ¿Y como no tienes más amigos?

- Bueno, no soy la típica persona sociable digamos... tengo conocidos, compañeros, pero pocas amistades de verdad. En realidad, Jake era el único aquí en Forks.

- Te entiendo.... espera, dijiste era? - pregunta, al parecer no se perdía detalle.

- Bueno... en realidad no creo que venga, ayer tuvimos un... - no sabía cómo definirlo, discusión? encuentro? confesión? - unas palabras extrañas, y... es complicado.

Me mira examinando mis gestos, como tratando de adivinar, mientras yo echo los filetes a la sartén y después las patatas. Ya me estaba entrando hambre también.

Si, esta niña tiene todo el pueblo vuelto loco.

- Apuesto a que has enamorado a todo el pueblo.. - le suelto cuando ya estabamos comiendo.
Se atraganta y riendo le paso el vaso con agua.
- Casi muero..
- Lo sé.. Casi llegamos a la parte de la respiración boca a boca..
Con esa broma logró volver a los colores y además rió con ganas.

- No quise atragantarte... - digo riendo.. - Pero ya, dime algo..
- Que, - traga rapido.
- Este chico.. Jake.. está enamorado de ti no? Y tú, quieres al otro... y eso hace todo mal.

Baja la mirada apenada, no quiero que esté triste, eres un tonto Martin!!!

Juega con bromas, pero en el fondo no podía estar más cerca de lo correcto.

- Bueno... - no sabía ni qué decir - Jake y yo siempre hemos sido amigos, sólo eso...

- ¿Pero él no te ve sólo como amiga no? - sigue mirándome y riendo.

- ¿Que tú si puedes leerme la mente? - digo tras terminar mi comida.

- ¿Como si yo puedo?

- Nada... - mejor me estaba callada - Bueno, él sí siente algo, pero yo no puedo corresponderle, y ayer se puso un poco... bueno. Extraño. Así que no creo que venga al cine. ¿Contento? - pregunto tras que haya conseguido sacarme la verdad.

- Pues claro, siempre gano - dice riéndose, y levantándose para recoger su plato.

- No me lo puedo creer, el seño... - corto la palabra - haciendo algo por sí mismo... al final haré algo bueno de ti.

Me levanto y recojo el resto de la mesa. Tendríamos que mirar las sesiones para el cine ya, Jake no daba señales.

Y al menos se está conteniendo, y me alegro de que ya no me diga señorito como lo hacia Nora..
Me pongo a su lado apoyado del mesón, mientras ella lava la loza.
- Podríamos casarnos...
- Que dices Martin? - pregunta riendose y un tanto incomoda.
- Si, no sería malo. Cocinas bien, y además te hago reir.. una buena combinación no crees?
- Eres un tonto.. - dice echandome agua.
- Un poco y a veces.. - digo sonriendole abiertamente.

Me da pena lo de su amigo, tiene ya pinta que no vendrá, el movil seguía en silencio y sin aviisar nada.. y comenzaba a hacerse tarde.

- Iré a ver lo del horario de las movies.. - le hago un poco de cosquillas y me alejo hacia al sillón, me siento en él, enciendo la tele, tomo mi móvil para revisar las funciones.. Marie de fondo de pantalla me sonreía, corazón oprimido y diminuto en segundos.

Termino de fregar y recojo, Martin se ha quedado algo parado en el sofá, mirando su móvil. Voy hacia él por la espalda, ni siquiera se da cuenta que estoy allí, está mirando algunas fotos, me imagino que de Marie...

- ¿Qué, has mirado las sesiones? - pregunto tratando que deje eso que lo pone mal.

- Eh.. bueno - titubea.

- ¿Por qué no lo apagas? A veces, es mejor - le digo.

Tuerce la boca y asiente con la cabeza, mantiene pulsado el botón de apagado y lo deja sobre la mesa.

- Veremos qué hacen... - digo cogiendo el mando y poniendo el teletexto, ahí ponen siempre los horarios de las sesiones en el cine local - Mira, hay varias para dentro de hora y media...

- ¿El rito? - pregunta él haciendo el esfuerzo de sonreír, indicando una de las que salen en la lista.

- Tengo entendido que va sobre exhorcismos o algo así...

- Vaya. Esa parece perfecta.

- A menos que el cura se enamore de la poseída, y entonces tengamos que salir corriendo de allí... - digo con poco interés, y el comentario le devuelve el ánimo, suelta una carcajada - ¿Entonces, vamos?

- Claro... ¿no te vas a arreglar o algo de eso? Lo que hacen las mujeres antes de salir? - dice sonriendo, debería saber ya que no soy de esas.

- Emmmm bueno, yo no suelo...

- Entiendo entiendo... medio camionera.... - broma pesada, me levanto y le doy un golpe en el brazo.

- Bruto! No tengo la culpa que tú te eches más potingues que yo, eso no es natural... - le devuelvo el golpe - Y sí, voy a arreglarme! Adiós!

Tengo cosas de mujeres en mi habitación, seguro montones, aunque no las use. Me arreglaría como se supone haría una chica normal, o eso intentaría, aunque sólo fuera para darle a Martin en las narices.

Cierro la puerta de mi habitación de un portazo, y abro el armario. Saco varias prendas, procuro no desordenar lo que había arreglado antes. Finalmente me decido por una camiseta blanca, y un pantalón negro, para cambiar de los típicos jeans; coloco por encima una chaqueta gris.

Saco el maquillaje que he descubierto antes de Alice, y me pinto un poco los ojos, y los labios, nada más, tampoco quería pasarme, no era mi estilo. Me miro al espejo de mi cuarto.



¿Ahora ya no parecía una camionera, no?

Sonrío al ver que de puro infantil se irá y se pondrá bonita. Aunque así de simple como es, estaría bien.
Me levanto mirando mi móvil, me siento.. vacío. Quiero verla, abrazarla, estar con ella, y decirle mil veces que soy mejor que ese otro chico!

Subo la escalera, algo digno de ida al cine tendré que haber traido.. Llamaré a Nora si no.

Busqué en la ropa; jeans negros, camisa.. listo. Me fui al baño y me cambié.



Me miro en el espejo, no entiendo cómo me dice que soy rarito si ni perfume uso!
Bajo las escalera y la muchachita aún sigue arriba moviendo cosas...me siento de nuevo en el sillón, miro el móvil, como si me gritara que lo mirara y lo prendiera. Pero no lo haría, Marie no se molestaría en llamarme, menos si piensa que estoy en Canadá.

- Más te vale que te apures si no quieres que busque otra compañera de cine!! - grito hacia arriba.

Bufo y recuerdo que tengo que llevar dinero, busco en mi chaqueta de cuero y en el bolsillo de adentro tengo el dinero suficiente como para 5 películas y unos 5 kilos de cabritas.

Meto la cartera, unas gafas de sol, y un par de cosas más en un pequeño bolso.

- Más te vale que te apures si no quieres que busque otra compañera de cine! - escucho cómo grita desde abajo.

¿No quería normalidad? Pues qué más normal que una chica se retrase. Quizás debería incluso hacerlo esperar un poco más... Me siento en la cama ya lista sólo para hacerlo rabiar un poco, pero a los dos minutos me canso y salgo de la habitación, yo tampoco tenía paciencia para eso.

Bajo las escaleras, Martin está apoyado de pie en el sofá, se me queda mirando cuando baja.

- Ya estoy, no hace falta que te quejes tanto... - digo llegando hacia donde está él.

Pero no responde nada, se limita a sonreír y mirarme.

- ¿Tengo monos en la cara? - pregunto evitando su mirada, que de seguro en segundos hará que se me suban los colores.

Y si gue sin responder, sólo sonríe.

- ¿Bueno nos vamos ya? - digo abriendo la puerta.

Baja deslumbrante, el cabello vuelto loco hacia un lado, bien vestida, con un poco de maquillaje... Se ve guapisíma.

- Si si, nos vamos. - digo rápido. Me pongo la chaqueta de cuero y me pongo al lado de la puerta para que ella salga. Sonríe bajando la cabeza.
- Pero qué educado!!!
- Ya sabes, fuera de la casa siempre te tienes que comportar como un caballero... - digo riendome.
- Si, ya veo.. - dice riendo también.
Paro al lado de su camioneta, me apoyo en la puerta del piloto y la miro.
- No podemos ir en taxi?
- No hay taxis aquí... osea hay, pero no cerca... Qué tienes en contra de mi Chevy!? - dice un poco indignada.
- Nada nada, lo juro... - le sonrío abiertamente - Puedo manejar yo?
- Sabes manejar?
- Obvio! Por qué no sabría?
- Por que eres un mimado.. ya veía que Nora te manejaba...
Me pongo a reir.
- Nora no sabe manejar - digo serio - Y..?
- No, es mia y sólo yo la manejo. - Lo dice decidida y me doy cuenta que no puedo alegar. Camino hacia el otro lado y me subo a la camioneta.
Enciende el Chevy y yo no logro dejar de reir.
- Que?
- Es primera vez que te maquillas no?
Se queda pensando..
- No..
- Pareciera que si... - sigo muy serio mirandola mientras ella concentraba toda su mirada en la calle.
- Por qué dices eso? - Comienza a cabrearse.
- Tienes la sombra de ojos un poco corrida...
Ella automaticamente comienza a tocarse la cara, los ojos.. A los segundos comienzo a reirme a carcajada limpia.
- Eres un tarado!!! Es una broma cierto?!!! - dice golpeando con toda su fuerza mi hombro.
- Lo siento.. no pude evitarlo... - me sobo el hombro - Estás muy guapa Bella. - digo muy serio.

Aprieto el volante con fuerza. Sólo Martin consigue enfadarme y a la vez hacerme sentir halagada, mientras disimulo una sonrisa interior. Pero más que nada, me cabreaba!

- Gracias.. - digo más seca.

- Ahhh noo, ¿te has enfadado? Vaaaamos sólo era una bromita! - empieza a clavarme el dedo índice en las costillas, haciendo que baje los hombros.

- Martin para! Harás que nos matemos.

- Será tu pericia al conducir... - dice riendo, giro la cabeza y lo fulmino con la mirada.

- ¿Ya vale no? Al final me harás enfadar en serio, conseguirás que demos la vuelta o te deje aquí tirado.

- ¿Lo harías? - pregunta mirándome, no respondo - Bueeno, está bien, trataré de comportarme.. vale?

- No lo harás - estoy casi segura que es imposible que deje de hacer bromas ni durante 1 hora.

- Lo intentaré... tendremos una velada perfecta! - y pone cara de tonto enamorado, como si fuéramos una de esas parejas cursis, aunque trato de evitarlo, tengo que reírme con eso.

CONTINÚA EN CENTRO COMERCIAL DE FORKS

Enciendo el aire caliente de la camioneta, pero no tengo "calefacción" como tal, así que no nos sirve demasiado.

- Mejor apágalo.... - dice Martin, por primera vez dice algo.

Hago caso y cierro el aire, ambos estamos empapados, seguramente cojamos un resfriado.

- ¿No ha ido... bien? - me atrevo a preguntar.

Él se limita a ladear la cabeza negando, y mirar hacia la ventanilla. Me apena por él, sabía que no sería una buena idea, pero al menos lo había intentado, había hecho lo que tenía que hacer.

Conduzco hacia casa, de nuevo en silencio, y aparco en la entrada. Charlie aún no ha llegado. Martin camina como desganado. Entramos a casa y se queda apoyado en el marco de la puerta.

- Será mejor que nos cambiemos... - digo mirándolo, aunque parece ignorarme.

Subo las escaleras y voy a su armario, saco un pantalón y una camiseta cualquieras, bajo y se los doy.

- Ponte esto Martin, vas a resfriarte - mientras lo digo un estornudo se me escapa.

- O tú... - me mira y por un ínfimo momento, parece que va a sonreír. Llego mi mano hasta su mejilla y le dedico una caricia.

Tras eso subo a mi cuarto a cambiarme, estoy muerta de frío.

Me quedo con la ropa en los brazos, no tengo frío, pero no quiero moverme. Reacciono a los segundos cuando Bella tiritando sube a su habitación para secarse.
¿Por qué estaba mojada?

Subo las escaleras, me voy diractamente al baño, me quito la chaqueta, zapatillas, ropa... Me meto a la ducha, el agua caliente hace que mis huesos entren calor.

- Mierda!!! - grito a todo pulmor. Como odio toda esta mierda, sentirme así.
Comienzo a llorar fundido en mi reacción tardía, mi mente sigue allá en La Push, con ella, en sus abrazos y besos rotos.


Me pongo la camiseta, siento todo en silencio el lugar, afuera, Bella se funde en mi silencio, y lo compruebo cuando salgo del baño, bajo las escaleras y la veo en la cocina con dos tazones con algo humeante en cada mano. Con la boca cerrada como su no pudiera hablar...

- Te recomiendo no caminar...
- Por qué? - dice mirandome fijamente como estudiandome.
- Te puedes quemar...
Me sonríe, y yo trato de hacerlo también.
Me acerco, tomo los tazones y los dejo en la mesa, me acerco a ella y la abrazo fuerte.
Sin palabras me recibe y extendiende sus brazos a mi apretandome fuerte.

Lo escucho gritar desde el baño, y realmente me apena por él. Quizás quiera volver a Canadá, tiene amigos, familia allá, y yo no soy quien para decirle que se quede para hacerme compañía, como una mascota. Aunque me gustaba mucho estar con él, y no quería quedarme sola, tampoco quería verlo sufrir, y aquí, estando cerca de Marie...

Baja las escaleras como autómata, observándome, yo hago lo mismo, mientras remuevo la taza de té caliente que he preparado.

- Te recomiendo no caminar... - dice mirándome, y no entiendo a qué viene.

- Por qué? - pregunto.

- Te puedes quemar...

Sonrío, y él me devuelve una tímida sonrisa. Quizás pueda estar bien, y yo pueda ayudarlo. Quizás sólo necesite un poco de cariño... mientras lo pienso, Martin se acerca y me abraza, apretándome fuerte, como aferrándose a lo que fuera para no caerse. Le devuelvo el abrazo, y extrañamente no me incomoda esa cercanía, porque sé lo que se siente, y lo comprendo perfectamente.

- Todo va a estar bien... no te preocupes - susurro para calmarlo, él sólo me aprieta más contra él.

- No lo sé Bella... - responde aún sin soltarme.

Nos abrazamos unos minutos más, sin decir nada. Sólo trato de transmitirle calma, ni siquiera sé si soy buena en eso. Finalmente nos separamos, pero aún lo miro, sus ojos ahora tienen un deje de tristeza.

- Con el tiempo, dolerá mucho menos, te lo aseguro - le sonrío, aunque no parece tranquilizarle - Y mientras tanto, mientras que estés aquí... ahora soy yo quien te prometo robarte la ropa todos los días y hacerte la vida imposible, para que estés bien ocupado.

Sonrío y tomo mi taza.

- Gracias, eres genial.. - digo.
Toma su taza y bebe de ella mirandome..
- Lo sé.. soy genial..
Me río y ella me sigue..

- Al final que fue lo que te dijo..? - pregunta con cautela.
Tomo té y la miro.
- Quiere tiempo..
- Tiempo? y para qué quiere tiempo...
Camino hacia el living y me siento en el sofá.
- Para ver si se queda con ese tal Paul o conmigo..
Suspira y se sienta a mi lado.. Sé lo que piensa, nisiquiera es necesario que lo diga.
- Si, lo sé.. suena mal no? - digo mirandola.
- Un poco.. - hace una mueca.
- Pero dijo que me quiere..
- Eso es bueno no?? - mira a un lado.
- Si, creo que si...

Ya anochecía, Charlie de seguro estaba por llegar, dejo la taza en la mesita y me apoyo en el sillón como semi acostado.

A los pocos minutos de tomarnos el té, Charlie entra por la puerta.

- Hola chicos... - cuelga la pistola en el perchero y su chaqueta y bolso.

- Hola papá, has venido temprano - digo levantándome, tendría que ir preparando la cena ya.

- Tenía poco trabajo. ¿Qué habeis hecho hoy? - pregunta sin ninguna doble intención, quizás ya se había acostumbrado.

Martin lo mira aunque no parece con demasiadas ganas de aparentar felicidad.

- Fuimos al cine y a pasear por La Push - contesto yo, dirigiéndome a la nevera y sacando los muslos de pollo.

- Ah, qué bien. ¿Has visto a Jake?

- Emmm si... creo que se va de viaje - no había vuelto a pensar en eso, seguía creyendo que estaba algo raro...

- Ah, vaya. Billy no me dijo nada.

Silencio incómodo. Charlie se sienta en el sofá al lado de Martin, seguramente se haya dado cuenta de su "cara", y le pregunta qué tal se siente aquí en Forks. Yo lavo ensalada y en pocos minutos echaré el pollo y las patatas a la sartén.

- Y te gusta Forks? Te has sentido bien..? - pregunta un tanto incomodo..
- Si, es genial. - no miento.. - y me he sentido.. más.. relajado. - miento un poco.. harto.
Prende la tele y pone el canal de deporte.
- Y con Bella...
- Con Bella qué..?
- No sé... veo que se llevan bien.
- Si, lo hacemos... - me siento algo incomodo.
- Me gusta.. - dice a medias pegado en la tele.
Miro el beisbol un rato, a la larga siempre me termino aburriendo, no es como si lo jugara en mi Xbox 360.
- Charlie..
- Dime muchacho..
- Has jugado beisbol en la xbox 360?
Me queda mirando, quizás con deje de irritación por que cree que lo estoy molestando. Al ver mi rostro, cambia a interrogación.
- Y qué es eso?
- Una consola.. - me levanto del sofá más relajado y lleno de expectación.
Tomo mi mochila del suelo del pasillo, estaba justo donde la había dejado ayer. Saco la xbox y mientras la instalo me sigue mirando con un claro signo de interrogación pegado en la cara.
Le doy un joystick.
- Mire, tiene que ocupar estos botones - le muestro, - sirve para batear la pelota.. con este corre...

Al cabo de 5 minutos ya sabia todo lo que tenía que saber, lo dejo jugando exaltado y me voy a la cocina.

- Ahora sí que he perdido a mi padre... - dice Bella riendo. - Y por qué lo has traído??
- Por que pensé que eras una bruja recuerdas?? las brujas suelen ser aburridas y gruñonas.. aunque claramente en lo de gruñona no me equivoqué!! - digo riendo.

- ¿Me ayudas a poner la mesa por favor? - digo dorando los muslos en la sartén.

Martin abre lo armarios y saca todo, ya sabe donde va cada cosa.

- Veo que te vas acostumbrando, al final podré incluso mandarte limpiar el polvo - digo riendo.

- Ni lo sueñes....esto es lo máximo que haré - dice colocando los platos.

- Ah claro, olvidaba que tú eras un.... - me mira de reojo - un se..... - deja los platos y cruza los brazos - seño..... - se enfrenta a mí, retándome - Mmmmm....he olvidado qué iba a decir - termino al fin sonriendo.

- Eso me gusta más - se da la vuelta y sigue colocando las cosas, aunque antes de girarse he visto que sonreía. Tenía que conseguirlo, hacer lo que habrían hecho por mí, ayudar a alguien a que no se muera de amor...

Termino de freír las cosas, Charlie sigue exaltado gritándole algo a la televisión.

- Papá, la cena ya está lista - digo poniendo las cosas en la mesa.

- Ya voy espera! Que ahora me toca darle a mí...

Igual que un niño de 5 años. Martin y yo nos sentamos, minutos después viene mi padre.

- Esto... no está mal el juego ese, claro que son cosas de niños - dice sentándose, y los tres nos echamos a reír.

Veo a través de la ventana que empieza a anochecer, el chaparrón de agua ha pasado y ahora queda una noche tranquila y agradable.

Está rica la cena, pero esta vez no quiero comentar y que después se muera atragantada por mi culpa. Sonrío al imaginar su cara mirandome con odio... fingido claro.

Charile se levanta apenas termina de comer.

- Iré.. Ocuparás la.. esa cosa? - dice hablando de la xbox., mirandome fijamente.
- No, adelante, me quedaré apreciando el arte de lavar la loza de su hija...
Medio sonríe y se va al living.

- Oye!! - dice golpeandome el brazo..
- Si lavas bien la loza.. qué quieres que te diga..? - digo burlonamente.
- Que mejor la laves tú..
- Estás loca!
- Un poco..
- Lo sé..
Me mira, y le sonrío. Sigo sintiendome extraño y con un sentimiento.. feo en mi corazón.
Se acerca la noche, un par de minutos más y Charlie me dejará solo el sofá.. y yo no quiero dormir.