Casa de los Swan

Las manos todavía me arden. Raro sería que en un mismo día no hubiese caída y algo más, esta vez quemadura. Al menos parecía que no me quedaría marca.... sólo un poco de rojez.

Cruzo una mirada con Martin y me siento incómoda. Seguro el rubor vuelve de nuevo a mis mejillas, bajo la mirada. Odio que el color de mi cara me delate, porque realmente es involuntario. Y recuerdo lo ocurrido con Demetri, lo que pasó después con Jake... y una y otra vez la voz de esa chica con Edward viene a mi mente. Me siento agotada, derrotada por un día. Como si fuese demasiado para mí.

Y Martin... también lo acababa de conocer, me caía bien, aunque quizás estaba demasiado "tocada" para hacerme amiga de nadie.

- Creo que ya está... - digo retirando las manos del agua, él lo hace también.

Las secamos con una toalla, y volvemos a mirarnos, y de nuevo esa sensación incómoda.

- ¿Y tú que no tenías tanto frío? - digo señalándole la camisa que lleva, sin mirar demasiado, aunque no puedo negar que parece tener un cuerpo bonito.

- Con el chocolate me calentaré - dice sonriendo, y trato de hacer lo mismo, aunque sea por corresponder.

Tomamos las tazas, bueno, en realidad él lleva las dos hasta el sofá con la mesita (sólo por si acaso). Nos acomodamos de nuevo en el sofá.

- Y por lo de Marie... bueno, en cuanto pueda hablarme con Jake veré si te puede poner en contacto con ella - comento soplando un poco al chocolate, que sigue caliente.

- ¿Jakes es el amigo que decías? - pregunta, sólo por curiosidad.

- Sí. Eso es, mi mejor amigo - miro los grumos que hace el chocolate sobre la taza, y me distraigo pensando en lo ocurrido antes, lo cerca que estuvo... y no estoy preparada para eso. Suspiro - Bueno, y si no puedo hablar con él... si quieres yo te llevaré hasta allí.

Es incomodo a ratos, ella me pone nervioso, pero no como lo hace Marie..
Mi Marie..

- Si claro - tomo del chocolate.
- La verdad... - dejo la taza en la mesita, nervioso, estoy nervioso - No sé si.. bueno, ella no sabe, y ya está el crepúsculo, y estoy como confundido...
- Tienes miedo!? - me mira riendo.

Miro el fuego, ya no tengo frío, sólo quiero dejar de pensar un rato, nada de amor, nada de Marie, mi cabeza ya me duele, estoy cansado, y quizás... si quizás tengo miedo, de su rechazo, de su sorpresa al verme.

- No, bueno un poco - No sé por qué le cuento esto a ella! - Es que ella no sabe que estoy aquí, y si no quiere que esté aquí?. Por ahora, por hoy, por lo que queda antes de dormir, que de seguro volveré a soñar con ella.. quiero no pensar, sabes? La amo, pero estoy cansado de esperar sus emails, desapareció sabes....

Me gustaría preguntarle si sabe si tiene novio, es que si tiene a alguien, no tengo nada que hacer aquí.

- Entiendo.

Es lo único que puedo decir. Obviamente él no sabrá nada de Marie, no creo que sepa de Paul, ni obviamente que Paul se imprimó de otra, y por eso Marie se fue. Jake me contó todo cuando descubrí lo de los lobos, el extraño sentimiento de la imprimación, y que no puedes resistirlo. Pero no podía contarle eso. Además, ni siquiera me correspondía, Marie si quería, le explicaría...

Lo miro de nuevo y se ve confundido, perdido. Me recuerda a mí, aunque no creo que lo que él sienta pueda ser algo tan intenso como lo mío por Edward. Igual.... no me gusta ver así a nadie, sé lo que se siente.

- A mí también me dejaron, de un momento a otro. Han pasado muchos meses, y aún no... - aún no lo admitía, no lo olvidaba, no podía, formaba parte de mí - Varias veces he tratado de buscar... y créeme, no es lo mejor, puedes descubrir cosas que te hacen sentir peor. Es mejor no saber - culmino.

Y aunque no me entienda, seguro con él pasaría lo mismo. Si fuese a La Push y viese a Marie con Paul, sería un golpe muy duro.

- Creo que ya sé qué haremos - digo levantándome del sofá.

- ¿Iremos...? - pregunta mirándome un poco asustado.

- No. Lo más seguro que si subo a mi cuarto, y me quede sola, rompa a llorar - me avergüenzo un poco de lo que digo, pero es la verdad, en cuanto pueda pensar en lo de hoy me desharé en pedazos - así que prefiero retrasar ese momento. Y tú mejor no pienses más en ella por hoy. Veremos una película - digo rebuscando en el cajón de DVD's, algunas películas descargadas.

- Me parece perfecto... ¿cuál veremos? - pregunta mirándome.

- Gnomeo y Julieta - digo con un poco de mala pronunciación.

- Bella... no sé si sea la más adecuada, bueno, si amos estamos sensibles... no creo que debamos ver Romeo y Julieta. No me caen.

- Yo no he dicho que vayamos a ver esa - me río - Ésta es más divertida, seguro es lo que necesitamos. Reírnos de ésto - señalo la cajita, y meto en el dvd.



Cojo el mando del reproductor y me acomodo en el sofá. Martin se levanta a dejar las tazas, yo me quito las botas y pongo una manta para taparnos.

Si, es linda, pero no pienso decirselo, es dificil lo que ambos estamos viviendo, y me siento cómodo con ella. Pero creo que es más valiente que yo. Que es capáz de mucho por ese chico del que habla. Yo daría todo por Marie, pero tengo un mal presentimiento....

Cuando vuelvo al sillón ella se había sacado los zapatos y se estaba tapando con una manta, si, es linda pienso de nuevo.

- Es un tonto - digo acomodandome, sin sacarme los zapatos, me siento como un caballero y ella se ve cómoda al lado, quizás sea bueno mantener una distancia.
- Quien?
- El chico al que amas.
Se incorpora y saca un mechón de pelo suelto que tiene en la cara, lo esconde atrás, pero es insistente, lo tomo y lo dejo detrás de la oreja.
- Por que tonto?
- Por que si, no preguntes por qué, es un tonto, por no decir otra cosa.
Se pone colorada y sonríe.
- Gracias Martin.
- No hay nada que agradecer.
- Sacate los zapatoos! te siento como incomodo!!! - ríe, - vamos si no como!!

La miro, pero ella ya está pendiente de la película. Me saco los zapatos y ella con la mano empuja la manta para taparme. Ya no tengo frío, pero se siente bien la manta, el sillón, un poco de normalidad, un par de horas de normalidad no es malo.

La película empieza y me río sin disimular. Sólo necesito eso, no pensar en nada más. La película trataba sobre la historia de Romeo y Julieta, en versión gnomo, y mucho más divertida. Un gnomo azul y una roja, de clanes enemigos, se enamoraban. Miro de reojo a Martin, ya parece más cómodo, ambos tapados con la manta, como si nos conociéramos de siempre. Así solía ser con Jake, mejor incluso, pero ahora... no sé en qué punto estaremos.

- ¿Ahora es cuando se conocen no? - pregunta señalando la tele.

- Creo que sí - asiento.

Gnomeo y Julieta se encuentran bajo la luz de la luna, ambos agarrados a una preciosa orquídea. Hacen la típica escena de cámara lenta, y miradas de flechazo. Suspiro. Quizás aunque fuese una versión divertida, no había sido una buena idea. Miro a los dibujitos, y no puedo evitar sentir envidia, no sé cuándo ha sido la última vez que me han mirado así...

trozo del recuerdo anterior:

- E... Edward? - una sensación de alivio me invadió al decir su nombre, como si me quitara un gran peso de encima.

Aún no lo crría, no podía ser él. Estaba soñando. Y no quería despertarme, quería quedarme con el eco de su voz retumbando en mi mente, pronunciando mi nombre, como siempre solía hacerlo.

- Bella... - vuelve a repetirlo, y cada vez que lo hace es como una cura, un antídoto para todo el dolor que siento, hace que desaparezca por momentos, pero de pronto, su voz cambia, se vuelve áspera y seca - No se te ocurra venir a Volterra.

¿Cómo lo habría sabido? Alice, y sus visiones...Me quedo de piedra. Nunca me había hablado así, sonaba... distante, extraño.

- Edward yo sólo... quiero ayudar. Haré lo que sea - mi voz suena quebrada, llorosa.

- Pues ayuda quedándote en Forks - de nuevo su tono de voz me golpea, es como si me odiara, siento el desprecio en cada palabra que dice.

- Pero... tú... tu familia... no deberías estar ahí - no sé cómo explicarme, no reconozco a la otra persona que hay al otro lado del teléfono.

- Quiero estar aquí, estoy de maravilla. Me gusta ser Vulturi - afirma rotundamente, y no logro entenderlo, nada de lo que dice tiene sentido.

- Edward si es por mí, yo puedo arreglarlo, hablaré con ellos...

- No es por ti - hace una breve pausa - Ya no me interesas, Bella.

Y lo que dice me duele más que todo lo que ha pasado hasta ahora. Más que cuando me ha dejado, más que cuando sentía cómo se alejaba. Porque siempre había sabido que llegaría, pero escucharlo así, friamente y a través de un aparato, me dañaba más de lo posible.

- Pero yo... yo aún te... - estoy llorando, y no puedo siquiera terminar la frase.

- Haz tu vida en Forks. Yo no quiero saber nada más de ti - y cuelga el teléfono sin más.

Bella...........Bella......

- ¡¿Bella?! - la voz de Martin me saca de mis recuerdos, de lo peor que guarda mi memoria.

- ¿Ehmm? - ni siquiera respondo coherentemente.

- Estás llorando - dice señalando mis mejillas.

Acerco mi mano hasta la cara, y se humedecen al primer contacto. No me había dado cuenta, que las lágrimas corrieran libres era casi algo involuntario, innato en mí desde hacía meses, casi tanto como la torpeza.

- Ah, no es nada. Me emocioné con la película... - no creo que cuele.

Comienza la parte amorosa, la del encuentro, la del flechazo, cierro los ojos, pero
sigo escuchando la música acorde con la situación y las voces de los personajes
diciéndose palabras dulces.

Recuerdo su primer te quiero, cuando la conocí, cuando nos besamos, cuando la tuve en
mis brazos por primera vez, cuando solíamos dormir tardes completas arropados en mi
cama, junto a mi tragaluz lleno de estrellas.

Miro a Bella, tengo que dejar de pensar, era para eso la película, pero no funcionaba,
quizás si veíamos una de zombie, no se enamoran los zombies...no...

- Bella?!! – casi le grito, sus mejillas estaban mojadas, su mirada hacia la
nada.
- Emmmm... – sigue con la mirada vacía, me incorporo, me acerco a ella.
- Estás llorando.
- Ah, no es nada. Me emocioné con la película...

No es necesario comentarle, hablarle de que no es por la película, es por el chico que
la dejó.

- Siempre supe que no era buena idea lo de la película, el nombre lo dice
todo... – trato de hacerla reir, pero poco logro, también me siento extraño, vacío.

Me acerco a ella, sigue estando como inmóvil, y sus lágrimas siguen corriendo. Me
acerco, no lo dudo.
La acerco a mi, encerrando mis brazos en ella, ella suspira, al rato se aferra a mi
como yo lo hago de ella. Sigue llorando en silencio, sigo pensando en que el amor, a
veces, es un mal amigo.

- Lamento tu tristeza Bella... – digo en un susurro en su oído, su cabello huele a
vainilla.

Su abrazo me hace bien, me transmite calor y consuelo, cosa que no había tenido el día de hoy. Pero a la vez me avergüenzo de mí misma por ponerme así, cuando apenas conozco a Martin, quedará con una imagen de alma en pena sobre mí. Aunque bueno, no iba muy lejos de la realidad, así me sentía.


- No pasa nada... - me separo un poco de él, aunque sigue acariciando mi brazo - Creo que vería una peli de zombies y encontraría cualquier cosa que me hiciera sentirme mal... es fallo del animal, no de la película - digo señalándome y haciendo amago de sonreír.

- No te digas así boba - él también sonríe, y escucho cómo sus tripas crujen.

- Oh perdona, no te ofrecí nada para comer - miro el reloj - En realidad Charlie ya debería estar al llegar, y debo preparar algo para cenar.

Pongo la película en pausa, no creo que continuemos viéndola, pero lo dejo por si acaso. Me levanto del sofá y voy hacia la cocina, empiezo a sacar ingredientes.

- ¿Te gustan los huevos? - pregunto sacando una caja de docena, junto con unas latas de atún.

- Sí, claro - dice levantándose y llegando hasta donde yo estaba.

- Bien... haré huevos revueltos con atún, y ensalada. Y puedo preparar crêpes de postre.

- Vaya, ¿sabes cocinar? - pregunta mirando una de las cacerolas como si fuera un extraterrestre.

- Sí... más me vale saber, si no Charlie estaría desnutriéndose - me río - Puedes ir acomodando tus cosas en el armario que hay arriba de las escaleras-. Oh perdona, no te he enseñado el resto de la casa, aunque no hay mucho que ver. Arriba izquierda está el baño, y las dos habitaciones.

Miro el reloj grande de pared, en unos 10 minutos mi padre debería estar aquí.

Cocina y eso hace que la encuentre más... linda.

Me voy a poner las zapatillas, tomo mi maleta, dijo dos habitaciones...
- Bella.. - digo desde el pequeño pasillo, junto a la puerta y la escalera.
- Que?! - grita desde la cocina.
- Dormiré en el sofá no?!
Escucho que se ríe.
- No dije que así sería en la camioneta?
Gruño por lo bajo.
- Será mejor que cocines bien que si no acuso a tu padre a Nora que no me han atendido bien y que dormiré en el sofá!
- Que miedo me da! - ríe a lo lejos - Te entregaré el plato envenenado para que hables con razón!

Subo riendo la escalera, comentario un tanto egolatra, pero debe estar tan segura de que cocina bien, y tan acostumbrada también a hacerlo, que logra convencerme. Aunque la comida de mi Nora... es incomparable.


Es más pequeño que abajo, el baño está subiendo las escaleras, al lado, la habitación de Bella, según logro ver por un cobertor de color morado.

- El closet.. el closet... - murmuro buscando. - Que mierd...
Me quedo boca abierto, esto... un closet? es como una puerta delgada, de 4 compartimientos. Mi closet en Canadá es de una habitación, como la habitación de Bella.
- Asombroso... - digo mientras saco la ropa y la coloco en mi nuevo closet. Tomo una camiseta cuando ya termino de poner todo en orden, me quito la camisa para cambiarmela por la camiseta.

- Creí que las chicas eran las que solían hablar solas.... - escucho la voz de Bella cada vez más cerca, subía las escaleras - Oh!!! Perdón perdón - dice volteandose rapidamente tapándose los ojos con las manos.
- Creí que los chicos solamente se tapaban los ojos cuando veían a una chica sin camiseta... - sigo riendo.

Unos minutos más y la cena estará lista, sólo me falta aliñar la ensalada y sacar los rollos de atún del horno. Subo las escaleras para comprobar que Martin haya colocado las cosas en su sitio.

Subo las escaleras, mientras escucho a Martin hablando.

- Creí que las chicas eran las que solían hablar solas... - bromeo, pero casi tropiezo y ruedo escaleras abajo al llegar arriba - Oh, perdón, perdón! - digo dándome la vuelta.



- Creí que los chicos solamente se tapaban los ojos cuando veían a una chica sin camiseta... - dice riendo como si nada.

Pero para mí no era lo más normal. Únicamente había visto así a Edward, y bueno, Jake cuando no iba demasiado tapado por la reserva.

- Bueno, creo que lo estás comparando por ti mismo, soy... rarita - digo aún sin darme la vuelta.

- Lo convencional es aburrido - dice tocándome la espalda y haciendo que me voltee.

- ¿Bella? ¿Martin? - la puerta de la calle se abre y escucho la voz de Charlie.

Martin se da la vuelta rápido y termina de ponerse la camiseta. Yo bajo las escaleras a tropezones tratando de no caerme.

- ¡Papá! - digo llegando hasta donde está.

- Vaya. Qué recibimiento más caluroso - contesta mientras acaricia un poco mi brazo, ambos nos apartamos al momento - ¿Y Martín?

- Aquí estoy - desciende por las escaleras sonriendo.

Un tanto incomodo pero con una sonrisa en la cara bajo la escalera. El que creo es Charlie me mira con mala cara, o simplemente en muy serio.

- Martin? - Pregunta mirandome detenidamente, levanto la mano para estrecharsela.
- Si, Martin, - él levanta la mano soprendido - Usted es Charlie?
- Si chico, el mismo. Pensé que Nora dijo que eras más... bueno.. - titubea, mira a Bella - de menos edad.
- Bueno.... - medio sonrío incómodo.
- Que edad tienes?
- 19 señor.
Sé quedó pensando, como calculando mentalmente, miró a Bella, luego a mi.

- Y que hacían arriba cuando llegué?
Bella queda pálida, más de lo que ya era. Yo, soy bueno mintiendo a los adultos...
- Yo estaba dejando mi ropa en el closet del pasillo, ella estaba en el baño. Estaba haciendo la cena...
- Ohhh mierda la cena!!

Si, incomodo, su padre era super hiper protector, o simplemente muy inseguro. Estaba claro que estaba sorprendido por que nunca pensó que vendría un Martín más "grande".

Corro hacia el horno. No salía fuego al menos, eso era buena señal. Abro la puerta y parece que el atún sigue en perfecto estado. Lo retiro con unos guantes, todavía me escuecen un poco las manos.

- ¿Qué has preparado? - pregunta Charlie olisqueando la comida.

- Huevos y atún con ensalada - digo poniendo el plato en la mesa.

- Ah. Bien. Subiré a dejar esto - dice quitándose el abrigo - Pero volveré en seguida.

Quiero reírme, aunque la situación resulta un poco incómoda. Pero estoy acostumbrada a Charlie.

- No es por ti, él es así - le susurro a Martín como confesión.

- ¿Con todo el mundo? - hace una medio sonrisa.

- Bueno... en realidad puede ser peor - pienso cómo había tratado a veces a Edward, en realidad era a Jake al único que soportaba - Supongo que no se imaginaba que serías tan... - desvío la mirada tratando NO RUBORIZARME, y esperando conseguirlo; porque Martin sí parecía el típico chico guapo de instituto, no perfecto como Edward sino... como de película.

Martin sonríe, pero Charlie ya viene hablando cuando ni siquiera ha bajado las escaleras, seguro para "avisar" que viene. Espero que no monte ninguna escenita durante la cena...

La miro, y si, es extraño esto, su padre, su manera de ser, la situación. Nunca tuve ninguna novia "real" antes de Marie, y una sola vez vi a su tía, pero escapé, por que siempre he odiado este tipo de situaciones. Él padre mirandote raro, como si fueras a abusar de su hija, como si te la fueras a comer.
Aunque claro, esto cambia, no somos novios, pero extrañamente nos llevamos bien. Una afinidad particular, por que no necesito besarla para saber cosas, ni para sentir cosas. Primera vez que puedo considerar que tengo una amiga sin aprovecharme de su belleza.
Río ante la idea.

Charlie ya estaba sentado, Bella me hace una seña para que tome asiento, trato de no mirarla, quiero acostumbrarme a la mirada autoritaria y desafiante de Charlie, aunque debo aceptar que la situación es un tanto chistosa.

Bella se sienta a mi lado, la mesa es redonda y pequeña, nuestros codos casi se tocan, quiero mirarla.
- Bella - dice un poco brusco Charlie - Quieres sentarte acá?
Sonrío mientras mastico el atún.
- No... papá - murmura como avergonzada - estoy cómoda.
- Te ha quedado super rico... - digo impulsivamente sin darme cuenta.
- Oh gracias! - se sonroja, lo siento, siento tus mejillas coloradas, la miro de reojo.

Sé que no cocino mal, o al menos a Charlie sí le gusta, pero tampoco estoy acostumbrada a que me lo digan demasiado. Edward nunca comía, por supuesto....

La cena pasa medio en silencio, y por una vez se me hace incómodo. Estoy acostumbrada con Charlie, nuestra relación nunca ha sido demasiado "afectiva", pero Martin no está acostumbrado. Charlie debería entender ya, que no soy una niña, este año cumpliré 18. 18... trato de no pensar en eso, de no pensar en quién no estará en ese cumpleaños.

Y hablando de edad, ¿Martin tenía 19? Era incluso mayor que yo.

- Bueno Martin... ¿qué tal por Canadá? - Charlie parece darse cuenta de mis miradas inquisitivas, y hace intento de socializar.

- Ah, bien... tirando. Con ganas de cambiar un poco.

- Vaya. ¿Qué raro venir a un pueblo tan escondido no? - Charlie parecía querer averiguar de más.

- Bueno - hablo en su defensa - A Martin le gusta mucho el frío y la lluvia - digo irónicamente, aunque Charlie parece creérselo.

Ya hemos terminado con la cena, me levanto y sirvo los crêpes, con chocolate o nata.

- Por cierto Charl... papá... ¿tú quieres mucho a Nora no? - pregunto tratando que se de cuenta que va por mal camino.

- Claro, aunque no la vea es un amor de mujer... - responde.

- Es la mejor - dice Martin, y sonrío al ver que habla así de alguien que ni siquiera es de su familia.

- Entonces te agradecerá que hayas acogido a Martin... y lo trates como merece - quizás así capte la indirecta.

Me siento de nuevo para comer el postre, lo cierto es que ya era noche cerrada y se estaba haciendo tarde. Quién me diría que este día terminaría así, cenando con hace horas un desconocido, y con mi padre más incómodo que nunca.

Estaba rico su postre de extraño nombre, pero quería levantarme ya, me sentía cada vez más incomodo, por que era yo el que entendía todas las indirectas que Bella le lanzaba a su padre, y él nisiquiera se inmutaba. Era relajado dentro de su apariencia ruda.

- Estaba muy rico... - me levanto - Me permiten, Charlie, Bella - le sonrío - necesito hacer una llamada...
- Martin.. aquí no hay para salidas fueras del país...
Saco mi iphone, y se lo muestro sonriendo.
El dinero lo hace todo.
Me alejo, Charlie me mira, Bella se levanta para recoger el plato vacío de su padre.

Marco el número.
- Nora!!! - digo expresivo apenas contesta "Casa de los Vanni"
- Ohh hijo, que susto me has dado!!
Me río, mientras me paseo por la chimenea.
- Tanto me extrañas que te andas espantando sola?
- Obvio que lo extraño! Como llegó?
Bella pasa por mi lado, saca la película y la tira en el cajón sin siquera guardarla en el envase. Me río.
- Ahh bien bien... -digo rapido - Es.. bonito aquí.
- Está mintiendo, están ahí cerca?
- Si.. pero no, bien, super bien.
- Ah al menos está cómodo, como es su habitación?
Miro alrededor, Bella está en la cocina, siento como se mueve.
- Enorme! - miento - es perfecta.
- Oh cuanto me alegro!! Salude a Charlie de mi parte!
- Lo haré.
- Un beso mi niño, cuidese y recuerde...
- ...Que sea educado y que no haga maldades. - termino de decir la frase famosa de Nora.
Bella me pilla diciendo eso justo cuando se acerca al sofá para tomar la manta y doblarla. Se ríe sin hacerlo sonoro.
- Adios.
- Adios Nora.

Dejo el móvil en la mesita, miro a Bella.
- Que miras? - digo un poco avergonzado..

- "Que sea educado y no haga maldades" - repito poniendo voz tonta.

Cara de Martin -> -.-

- Venga... que no va en serio. Bueno un poco xD. ¿Debemos ponerle una hora fija para que se acueste y no se haga daño señorito? - hago una broma, y por la voz que pone cuando digo "señorito" debo haber acertado bastante.

- No es... gracioso ¬¬.

Aunque en el fondo seguro tiene ganas de reírse. Y a mí me alegra que tenga esa confianza con Nora, parece una buena mujer, y ahora entendía que tenía a su propio "hijo".

Me giro y veo a Charlie. No me había dado cuenta, se había quedado parado de pie, con las manos en los bolsillos, apoyado en la pared y observándonos bromear a Martin y a mí.

Veo a Martin de nuevo incómodo, y realmente a mí empieza a ponerme en evidencia. Pero de un momento a otro, Charlie sonríe, y no parece una sonrisa de esas forzadas, sino una sincera. Me parece incluso que veo cierto brillo en sus ojos.

- Me alegra que seais amigos. Bella necesita de alguna compañía últimamente - comenta como si fuera lo más normal, haciéndome sonrojar; aunque Martin ya sabía bastante acerca de mis "males" - Bueno, yo me iré a dormir.

Al menos había entendido, que tener a alguien en casa quizás fuera lo mejor para mí, aunque fuese adolescente y bastante guapo.

- Que descanse - dice Martin.

Charlie viene hacia mí, y en un gesto que casi ni reconozco me da un beso en la mejilla O.o? . Casi al mismo tiempo que lo hace pasa por mi oído para dejar soltar una frase suave sin que Martin oiga.

Pongo los ojos en blanco mientras Charlie sube escaleras arriba. "Cierra con llave tu habitación, sólo por si acaso... spray de pimienta" ¬¬, eso era lo que había dicho. Nunca cambiaría, raro, pero mi padre al fin y al cabo.

- Fue muy evidente eso... - dije en voz baja.
Suspira conteniendo sus pensamientos.
- No querrás saber qué fue lo que me dijo... - se ríe avergonzada.
- Anda dime!
- Estás loco!

La miro suplicando, pero al final cedo. Ya comienzo a tener sueño.
La escucho bostezar mientras arregla mi "cama".

- Deja ahí mi cama, yo la preparo...
- Está seguro señorito?
- Ese tipo de reacciones dicen claramente que lo que sientes es pura envidia!
Ambos reímos, me tira un cojín, se acerca.
- Ya, que descanses... - dice como no sabiendo qué hacer acontinuación.
- Tú también Isabella... - hago como que la voy a abrazar, pero me contengo despues, ella se mueve también. Terminamos riendonos por la torpeza de ambos.
- Que descanse... um.. lo veo dificil. -dice haciendo un mohín.
- Verás como si descansas. - Me acerco y le beso la mejilla - Gracias.
Se ruboriza, y quizás yo también lo hago.
Camina de espaldas y cuando llega a las escaleras para en el segundo escalón.
- De nada!

Comienzo a subir las escaleras, pero cuando me doy cuenta de lo que ha dicho desciendo de nuevo, lo observo mientras trata de colocar la ropa de cama adecuadamente sobre el sofá ampliado para dormir.

- No vuelvas a hacerlo - digo muy seria.

- ¿Qué pasa? - dice riendo, pero al ver que mi cara no cambia deja de hacerlo - Si es por el...

- Hablo en serio - lo interrumpo - Si vuelves a llamarme Isabella yo... no me quedará más remedio que usar mi spray de defensa.

Martin suelta una carcajada, en el fondo tiene un toque de humor, pero va en serio, odio que me llamen así.

- ¿Tienes un spray de defensa? - aún se ríe.

- Tú sólo no lo hagas... - muestro una pequeña sonrisa al final - Buenas noches Martin.

Subo de nuevo las escaleras y me meto al baño. Me lavo los dientes y la cara, refrescándome un poco del día de hoy. Salgo y voy a mi cuarto, abajo Martin parece que ya se ha acostado. Me pongo una camiseta cualquiera y unos shorts para dormir, mi colcha es muy abrigada y nunca tengo frío, además que se acerca la primavera.

Dejo con cuidado la ropa doblada sobre la silla, y camino hacia la cama como quien va al matadero. Porque muchas noches así lo es, me aprisiona con sus malos sueños y me hace derramar más lágrimas que cuando estoy consciente. Y sé, que esa noche no podré evitarlo, que en cuanto trate de poner la mente en blanco, pasará todo lo contrario, y su voz vendrá a mí de nuevo, mezclada con todo lo ocurrido hoy. Sólo espero empezar a soñar, antes de que me duela demasiado estar despierta....

Apago la luz, busco mi movil a tientas, me quito la camiseta, me acuesto. Veo fotos, sus fotos, nuestras fotos, las fotos que le robé mientras dormía... Comienzo a aturdirme, a soñar, Marie, mi Marie...


- No puedo creer que estás aquí!!! - me grita!
- Pero.. lo hice por ti Marie!
- No, lo hiciste por ti!! Como sabes que quiero verte?! Que quiero estar contigo?!!
De pronto un moreno sale detrás de un arbol, un bosque como el que rodeaba la casa de Bella era el escenario.
- Pero..
- Nada, ves? Eres un tonto, Yo, no, soy, tuya.
El chico la abraza, le besa la mejilla, se ven bien cercanos... Cuando me voy a acercar descubro que no puedo moverme.
Las risas de ambos me dejan paralizado.

Un grito tormentoso me hace abrir los ojos de golpe, por un momento llegué a pesar que había sido yo, pero era Bella.

Me levanto rapidamente, subo corriendo la escalera. Entro sin siquiera preguntarme si debo o no hacerlo.

Ella sigue gritando, mientras llora, un grito desgarrador. Me siento a su lado, pongo mi mano en su cara para despejar el cabello que hay en él. Busco un reloj, el que encuentro dice que llevabamos 3 horas durmiendo...

- Bella.. Bella... - digo en un susurro acercandome a ella para no despertar a Charlie.

Lo veo entre los árboles. Como la última vez, cuando se fue, exactamente en el mismo lugar. Está demasiado lejos de mí, corro para alcanzarlo, pero cuánto más avanzo, más me alejo de él. Grito desesperada, tengo que llegar antes de que se vaya, que desaparezca. Siento que mis pies ya no tienen fuerza, que corro en vano, como si no me moviera del sitio, hasta que tropiezo en algo, no sé el qué, y caigo al suelo. Levanto la vista y lo veo al fondo, con su imagen desvaneciéndose.

- Haz tu vida en Forks. Yo no quiero saber nada más de ti...

Abro los ojos a la vez que suelto un pequeño grito. Muevo la cabeza desesperada, comprobando que una vez más, estaba soñando, y de pronto veo la cabeza de Martin a mi lado, casi sobre la mía.

- Ma...Martin.... - exhalo su nombre entre respiración agitada, aún no me he calmado de la pesadilla.

- Shhh, sólo has tenido un mal sueño - dice acariciando mi frente - Parece que ésto no hace muy bien su trabajo - señala el atrapasueños que me había señalado Jake.

- Que... hora es... - susurro.

- Muy temprano. ¿Por qué no te vuelves a dormir? - sigue acariciando mi frente y el cabello, como si tratara de calmarme. Como si adivinara qué es lo que me pasa, y no sé por qué me hace sentir bien. No tengo tanto miedo de dormir cuando hay alguien a mi lado.

- Mmm... - susurro algo incoherente, y siento que voy a quedarme dormida de nuevo, en realidad he despertado de golpe, pero seguía medio dormida - ....gracias... - alcanzo a decir antes de cerrar los ojos otra vez.

Duerme de nuevo, y pareciera que esto es cosa diaria. Tendré que regalarle un atrapasueños el doble de grande, para que haga el doble de efecto.

Me levanto con cuidado, quizás sea mejor bajar...

- Martin?
- Si? - digo dandome la vuelta y me encuentro con sus ojos.
- Seria muy ... mal.. si ...
- Quieres que me quede un rato?
- Es que..
- Si, está bien...
Me siento a su lado de nuevo.
- Toma. - levanta su cobertor para que me meta debajo, ella se queda debajo de la sábana y yo sobre.
- Gracias.. - digo tapando mis pies, pongo mi brazo detrás de la cabeza. No nos tocamos, pero es increíble lo tranquilo que me siento. Quizás así yo tampoco sueñe pesadillas.
- A ti... - murmura casi en un susurro que no logro escuchar.
Muevo mi cabeza de nuevo y ya se había dormido acurrucada. Me aturdo rápido y me alejo de la habitación, me duermo...
... Marie....

Abro los ojos despacio, desperezándome, tengo la sensación de haber dormido durante horas. Y lo primero que veo, es el rostro de Martin apoyado sobre el mío, respirando en mi oído, plácidamente dormido. El corazón comienza a latirme a mil por hora. ¿Desde cuándo estaba Martin en mi cuarto?

Trato de recordar, hacer memoria, cuando me despertaba por la noche solía olvidárseme lo que hablaba. Pero sí.... Martin había venido... había tenido una de mis pesadillas... sí ahora lo recordaba. Miro el reloj de la mesita, son las 8 am. Dios, ¿Charlie seguiría durmiendo? Más valía que sí...

Trato de moverme un poco, pero el cuerpo de Martin está parcialmente sobre el mío, y tengo que moverlo para levantarme. A los pocos segundos su respiración cambia y abre los ojos, encontrándose de lleno con mi cara.

- Buenos días... - susuro bajito para que no nos escuche mi padre.

- Oh. Parece que me quedé dormido - dice sonriendo, aunque un poco extraño - Buenos días Bella.

- ¿BELLA? - escucho la voz de Charlie al otro lado del pasillo.

Mierda.

Me levanto, se levanta, siento como si hubiera hecho algo malo, algo como tener sexo con tu novia y que el padre justo llega del trabajo para verte desnudo y avergonzado.
Me escondo detrás de la puerta, ella me lanza una manta para tapar mi torzo desnudo, como si le molestara.
- Puedo? - pregunta Charlie dando unos golpes.
Se sienta en la cama, toma un libro, se pone en posición indio, abre el libro, suspira.
- Si! - grita.
La puerta se abre, Charlie no entra, para mi felicidad se queda en el marco de la puerta.
- Tan temprano...?
- Ahh si! Es que he despertado muy temprano y sabes que sirve para volver a dormir leer un poco! - le muestra el libro.
- Claro... - murmura. - Sabes algo de Martin?
- Por qué? - dice rápido Bella.
- No está abajo...
- Ah creo que lo escuché salir en la madrugada, quizás a trotar nosé.. sabes como son los chicos, se cuidan y esas cosas...
- Oh, puede ser.. Pensé que estaba contigo...
- Char.. Papá! Como dices eso!
- .. Es que ese chico me dió mala espina cuando llegó... ya sabes, tan grande, tú tan pequeña..
- Llegas tarde al trabajo. - murmura Bella como aburrida.
- Ohh si!!! Nos vemos a la noche...
Cierra la puerta, y yo siento que no habia respirado hace horas. Me siento a su lado, le sonrío.

- Por poco - digo dejando el libro a un lado y suspirando también.

- Me siento como si hubiera hecho algo malo - dice riendo.

- Mi padre es... bueno. Se acostumbrará, si te quedas un tiempo. Por cierto... ¿cuánto piensas quedarte?

Veo cómo se lo piensa un rato, como si no lo tuviese claro.

- Aún no lo sé... todo depende, de lo que pase - mira hacia el vacío, y de nuevo mira hacia mí con otra cara, como tratando de quitarse ese pensamiento - Gritaste mucho esta noche.

Siento como el rubor acude de nuevo a mis mejillas, recuerdo perfectamente el sueño, tan real como siempre, igual que el vacío que seguía sintiendo. Aunque no podía negar que se amortiguaba un poco, con la presencia de Martin en mi casa.

- Suele pasar - digo haciendo una mueca - Y bueno.... ¿qué quieres hacer hoy? Si quieres puedo llevarte a... ya sabes.

- Puedes, si quieres... - la miro sonriendo, pero más bien oculto mi miedo - Antes tomemos desayuno.

Bajamos las escaleras luego de lavarnos la cara y los dientes.

- Soñé contigo anoche - suelto mirando como intenta tomar una taza de un estante, me acerco, levanto el brazo y se la entrego. - Después de tus gritos, cuando subí.
- Ah si? - dice distraída - Y qué soñaste?
- Creo que no es conveniente contarte...
Me mira como estudiandome, le sonrío atrevidamente y abre los ojos como platos.
- Ohh!! qué has soñadoooo!!? - me mira sonrojandose - Pero antes.. ponte una camiseta quieres!

Sonríe, parece como un poco satisfecho que me cohiba verlo así, pero no puedo evitarlo, no estoy acostumbrada a eso, y tampoco creo que pudiera acostumbrarme a tener un hombre medio desnudo hablando conmigo como si nada.

- ¿Y bien? - pregunto sentándome en la mesa de la cocina.

- ¿Me podrías poner un poco de leche por favor? - sonríe, como si se estuviera divirtiendo con esto.

Frunzo el ceño y me levanto. Saco un cartón de leche de la nevera, y vierto un poco en un cazo. Lo pongo al fuego para calentarlo, mientras pongo el colacao en la mesa y unas magdalenas.

- ¿Qué es lo que has soñado? - sí, tenía curiosidad, por cómo lo había dicho, y porque no dejaba de reírse.

- ¿Y si no te lo digo?

- Puedo abrir el grifo del agua fría cuando te duches - afirmo seriamente, a lo que él suelta una nueva carcajada. Parece que todo lo que hablo en serio le parece demasiado gracioso.

Ahora que lo pensaba mejor, su cara también aparecía en mis últimos sueños, después de la pesadilla. Extrañamente, no eran malos sueños, y no había dormido mal.