Casa de los Swan

Me pongo la bata y bajo, justo a tiempo de escuchar a Charlie decir "hablaré con Nora...". Oh. Tampoco quería eso, Martin era un incordio... pero me gustaba por eso. Porque me hacía reír, tanto como odiarlo a veces.

- Eh papá... en realidad fue mi culpa, yo llené a Martin de harina, yo le abrí el agua primero... - murmuro y me quedo apoyada sobre un pie, con los brazos cruzados.

Charlie me mira levantando las cejas, después a Martin, y de nuevo a mí.

- ¿No se supone que la edad del pavo es a los 15? - dice finalmente, mirándonos.

- Eh... mmmm - no sé qué responder a eso.

- Bueno, me imagino como no estaba contigo entonces, me tocará pasarlo ahora - increíblemente.... suelta una sonrisa? no entiendo nada - Recoged todo esto, y ducharos los dos, por separado claro - añade, y vuelve a reírse.

Yo sigo sin entender.

- Pero... ¿ya está? - pregunta Martin.

Charlie suelta una carcajada, y casi hasta me da miedo, y sube las escaleras. Yo me quedo que no sé si reír o asustarme.

Tardamos casi dos horas en dejar todo listo. Primero yo fui a bañarme, después Martin, y como consecuencia de eso, los dos a limpiarlo todo. Cocina, baño, escaleras... todo estaba hecho un desastre. Cuando al fin terminamos de limpiar todo nos tiramos en el sofá y encendimos la televisión, para descansar un rato. Charlie se había ido a casa de Billy, le dije de paso que saludara a Jake de mi parte. No habíamos vuelto a hablar, tampoco quise llamarlo para presionarlo, aunque era verdad que lo echaba de menos.

- Uffff, para la próxima pelea, mejor antes ponemos unos periódicos en el suelo - dice Martin bufando, yo suelto una carcajada.

- Eso te pasa por meterte conmigo - le doy un empujón en el brazo.

Al momento escucho mi móvil sonar en mi habitación. Subo casi corriendo aunque esté cansada, solamente puede ser Edward.

Voy camino a verte. Espero que estés desocupada esta noche, ya te echo de menos. Edward.

¿Desocupada? Claro... aunque si íbamos a salir, quizás podía venir Martin también, para que no quedara solo. A menos que... bueno, no, Edward no querría. Bajé las escaleras corriendo, vigilaría la puerta hasta que él llegase.

Disminuyo la velocidad y aparco el coche a un lado de la carretera, justo a un lado de la casa de Bella. Apago el motor y saco la llave, me bajo y ni siquiera doy un paso cuando la puerta se abre y es Bella quien sale..

Corre hacia mi y yo miro lo que hace con una sonrisa...

- Estas aquí..

Abro mis brazos para recibirla, me agacho un poco hasta apoyar mi barbilla de uno de sus hombros. Inhalo su aroma embriagador, ese que tan solo le pertenece, único e inigualable y luego beso un lado de su cabellera.

- Te dije que no me iría a ninguna parte..

Nos mantenemos abrazados por un momento para luego separarnos un poco. Busco su mirada y la encuentro con facilidad, noto en ella un brillo especial, ese que tanto adoro..

- Y bien... - suelto un suspiro - ¿que tal tu tarde?..

- Ehh bien bien - digo haciendo que pase - Estuvo entretenida.

Cierro la puerta, Martin gira la cabeza hacia atrás y la levanta saludando de ese modo a Edward, que no lo mira demasiado bien.

- Ya veo - contesta mirándome.

Esperaba que Martin no me hiciera la jugarreta y se pusiera a pensar o inventar cosas raras, aunque bueno, él no sabía que Edward podía leerle la mente.

- ¿Y tú cómo estás? - pregunto un poco más bajito - ¿En casa...?

Supongo que ya se acabo la diversión - piensa el humano. Ignoro sus pensamientos, puesto que no quiero que arruine el momento..

- Todo esta bien en casa - la miro con complicidad, de esa forma sabrá que aunque todo este bien hay uno que otro cabo suelto.

- ¿Y Esme, Carlisle, Jasper... todos? - pregunta con una sonrisa mientras camina a la cocina - ¿quieres un poco de agua? - pregunta divertida..

Caminamos hasta la cocina y enseguida Bella se apoya del mesón.

- Tienen ganas de verte, quieren que vayas a casa... - me acerco a ella y entrelazo mis manos con las suyas..

- ¿Pasa algo en casa? - pregunta ahora seria.

- Todo esta en perfecto orden, solo que cuando llegue habia visita, no estoy muy enterado, ignore sus pensamientos - sonrío de medio lado, esa sonrisa que a ella tanto le gusta - preferí pensar en otra cosa mientras mataba el tiempo...

Me acerco un poco mas para juntar nuestros cuerpos. Suelto una de sus manos y la apoyo a un costado de su cara, la sujeto con delicadeza y me agacho un tanto para posar mis labios en los suyos, un leve rose, suave pero lleno de amor..

- ¿Quieres ir a casa conmigo? - pregunto separándome un poco - seguramente nos estarán esperando..

Mantiene su rostro cerca del mío, y hace que pierda totalmente la concentración. No puedo pensar, ni hacer ninguna otra cosa, que no sea sentir su frío aliento sobre mis labios.


Siento cómo me sonrojo, tanto por él, como por Martin, que supongo puede escuchar desde el salón. Y me siento increíblemente débil, indefensa, pero siempre ha sido así. Edward tiene un total y absoluto control sobre mí.

- Él... él no... - consigo decir, refiriéndome a Martin, por si vendría con nosotros.

Edward niega con la cabeza. No quería dejarlo solo, pero si supiera que acudía a una casa llena de vampiros, sin duda no querría acompañarme. Camino hacia el sofá y le hablo a Martin.

- Martin, nosotros iremos a casa de Edward, hace mucho que no veo a su familia.

- Está bien, yo me quedaré por aquí - responde él.

- ¿Quieres que te llevemos a algún lado? - pregunta Edward apoyándose en un pie, detrás de mí, tratando de parecer amable.

- No gracias - responde sin mirarlo.

- Bueno, entonces nos veremos después - le doy un beso en la mejilla, en señal de paz final tras el día de hoy, y cojo mi bolso.

Instantes después Edward y yo salimos de casa.

Abro la puerta y la invito a sentarse. Tiro del cinturón y lo paso por su alrededor para terminar por engancharlo. Ella sonríe ante el gesto y yo solo acaricio fugazmente su mejilla para luego cerrar la puerta e ir al otro lado..

- También deberías ponerte el cinturón - dice divertida..

- Solo me preocupo por ti...

Enciendo el motor y nos ponemos a toda marcha. La familia seguro nos esta esperando y se nota que Bella tiene muchas ganas de verlos...

(CONTINUA EN LA MANSIÓN CULLEN)

- Estoy bien, gracias - digo acomodándome en la cama, lo cierto es que el cansancio del viaje estaba empezando a surtir efecto, y sobre todo en mi cabeza daban vueltas una y otra vez miles de excusas que tendría que ponerle a Charlie por la mañana.

- Aunque te castigue seguiremos viéndonos, no te preocupes - sonríe mientras aparta un mechón de mi cabello, colocándolo tras la oreja, y produciéndome un leve escalofrío.

Y en ese instante pienso, que queda tan poco, que no volveré a sentir esa sensación, ya no tendré escalofríos cuando Edward me toque, seré tan fría como él, no habrá mariposas que revoloteen mi estómago, ni nervios que lo hagan encoger.

- Como vamos a... - empiezo a hablar, pero no sé cómo decirlo - Tenemos que decidir cosas... sólo tenemos un mes, ya un mes menos un día... y yo... bueno, me gustaría que lo hicieras tú.

Sin querer, de repente me pongo tenso... un mes es todo lo que queda. Demasiado poco, demasiado corto el tiempo.

Trato de evadir lo que ha dicho y me acuesto en la cama, a su lado. Bella se acurruca en mi regazo y la arropo con la sabana para que no sienta mi frío tacto. Alza la cabeza y clava su mirada a la suya..

- No intentes evadir lo que he dicho - dice como si pudiese leer mi mente - queda poco tiempo y es hora de afrontarlo.

- Lo se, lo se - suspiro innecesariamente - es solo que no me acostumbro a la idea...

- ¿De tenerme a tu lado para siempre? - pregunta en voz casi audible.

- Por supuesto que no - con una mano acaricio el dorso de su rostro con suma delicadeza - tenerte conmigo es lo que siempre he anhelado. Es solo que...

- ¿Que pasa Edward?..

- No creo merecerte. - digo al fin - tu eres demasiado Bella, lo eres todo..- otro suspiro - siento que voy a quitarte cosas en ves de dártelas.

- No vas a quitarme nada - niego con la cabeza y no puedo evitar cerrar los ojos, el cansancio está ganando la batalla, a pesar de que necesito estar despierta para aclarar todo - Lo único que quiero es estar contigo.

- Pero si las cosas fuesen diferentes, podrías estar conmigo, y seguir siendo humana - replica con una mueca.

- Las cosas no son diferentes - y por dentro pienso que quizás sea mejor así, de otro modo, quizás Edward nunca aceptase que fuese como él.

- Lo sé.

- Sólo espero, bueno, me gustaría, que lo hicieras tú - vuelvo a dejar caer la misma pregunta, o petición, puesto que antes no había respondido.

- ¿Te gustaría que fuese yo quien te convirtiera? - no espero una respuesta de su parte, pues esta claro que eso es lo que quiere. Esa pregunta es mas para mi que nada. Si eso es lo que ella deseo. ¿Cual es el mio?.. - podemos negociar...

Ella alza la mirada y su ceño se frunce. No entiende nada de lo que quiero o trato de decir.

- ¿Negociar? - pregunta completamente confundida..

- Si quieres que sea yo quien te convierta... - murmuro. No puedo evitar sonreír por lo que pasa por mi mente.

- Edward, ¿que te causa gracia? - en ese momento se levanta y se sienta sobre la cama sin dejar de mirarme, tratando de adivinar lo que estoy por decir.

- Dices que quieres estar conmigo para siempre Bella... - también me siento sobre la cama y quedamos de frente. Busco sus manos y las entrelazo con las mías. - ¿Es lo que quieres?

- Por supuesto que si.. - murmura confundida.

- Entonces si quieres que sea yo quien lo haga...

- Déjate de rodeos Edward, habla de una vez...

- Cásate conmigo... - suelto de golpe y hago una mueca de sonrisa.

Esperaba que fuese a pedirme algo en serio, un reto difícil que tendría que superar, quizás aprender a vestirme como Alice, o terminar el instituto, algo así. Pero por lo visto sólo estaba bromeando.

- Si claro - sonrío de medio lado y sacudo la cabeza.

- No es ninguna broma Bella - entonces su sonrisa se borra, y la sustituye un gesto más serio, sin dejar de ser tierno - Quiero que seas mi esposa.

Pienso en volver a reírme, pero su gesto adusto me indica que no lo haga. Que habla en serio. Matrimonio. Casarse. Nupcias. Algo no cuadraba aquí.

- No tenemos sexo.. - digo entre avergonzada y dudosa.

- Y eso, qué tiene que ver - arruga la frente, mi respuesta lo ha tomado totalmente por sorpresa.

- Pues... que no estoy embarazada, no tenemos por qué casarnos - digo tratando de parecer convincente.

- ¿Crees que me casaría contigo solo porque estuvieses embarazada? - no puedo evitar soltar un bufido. No puedo creer que piense eso de mi. Ella no dice nada, baja la mirada, avergonzada - no quiero siquiera que pienses eso. Casarme contigo es algo que me he planteado desde el momento en que aceptaste formar parte de mi existencia..

- Edward, yo.. - comienza a decir pero la interrumpo.

- Si quieres que sea yo quien te convierta, también quiero algo a cambio y ya lo sabes.. es una especie de compromiso.

- Edward, yo te quiero y lo sabes, no necesito que demuestres nada ni que me... ates de ningún modo - casi me resulta hasta gracioso - puedo comprometerme a estar toda mi vida contigo, ya sabes que es lo que quiero.

- Pero yo estoy hablando de otro tipo de compromiso, estoy hablando de matrimonio - me responde.

El estómago se me hace un nudo y casi siento el sabor de la bilis ascendiendo por mi garganta. Me coloco mejor en la cama porque creo que todo empezará a dar vueltas de un momento a otro. Señora de Edward Cullen... si lo pensara podría hasta sonar halagador, demasiado. Pero no, no podía pensar en eso. Qué dirían los demás. Isabella Swan, casada a los 17 años... con otro joven de su "misma" edad. Bombo y platillo. Nadie lo entendería. Ni mamá, ni mucho menos Charlie, sería pasar de un castigo eterno, a decirle que su hija iba a casarse. Una locura. Imposible.

- Quiero estar contigo... - digo tumbándome en la cama - pero el matrimonio es... no sé, no para gente tan joven - obviamente él no lo es, pero yo si - la gente pensaría muchas cosas.

- Te asusta pensar qué dirá la gente si te casas conmigo, pero no lo que dirán si te conviertes en vampiro? - pregunta sarcásticamente.

Y tenía razón. Pero seguía siendo una locura. No podía de la nada pedirme matrimonio, por más que permanecer toda mi existencia con él fuera mi único deseo.

- Necesito tiempo...

Tiempo. Tiempo es lo que menos nos queda. Tiempo quisiera yo para que la locura de arrebatarle su alma se alargara o simplemente nunca sucediera. Pero a estar alturas nuestro tiempo a favor es corto, demasiado diría.

El matrimonio es lo único que pediría a cambio, aunque se que no significa que le vaya a amar mas o menos, solo que aunque ya nos quede poco tiempo, quisiera hacer las cosas de la manera correcta. Por lo debido. Tal y como me han enseñado..

- Te daré el tiempo que necesites - digo soltando un suspiro innecesario al final de la frase y acostándome a su lado. - ya sabes, conversión y matrimonio.. un compromiso. - y no puedo evitar sonreír, porque he de imaginarme las locuras que pasan por su mente en estos momentos, esas que solo a Bella se le pueden ocurrir.

Cierro los ojos, es una conversación no concluida, pero no creo que pueda decir nada más por hoy. Me tumbo mejor en la cama, y casi puedo sentir como todo empieza a dar vueltas, el escritorio, las paredes, la puerta. Edward empieza a acariciar mi cabello, como cada noche para que me quede dormida. Pero a pesar del cansancio mi cerebro es un torbellino de ideas. Sé que es con Edward con quien quiero pasar el resto de mis días, aunque algo me dice que está noche tendré algún tipo de pesadilla con anillos de boda, o velos, o algo por el estilo. De algún modo me sentía aprisionada, como un gato acorralado en una cueva sin salida, donde por más que corriera, nunca llegaría al final. Yo no podía cambiar el rumbo de las cosas, no podía decidir sobre mi muerte, no podía cambiar el color amarillo de un limón [xD]. Pero debía tomar una decisión. Lo único que podía decidir, era que Edward me convirtiese, que fuese su ponzoña el que llenase mis venas. Y a cambio otra idea asociada al matrimonio empezaba a rondar mi mente. Una palabra más bien, un sentimiento ardiente. Sexo.

Spoiler:

Acaricio su cabellera y me dedico a escuchar el hermoso latido de su corazón, a ese que le quedan pocos días de latir. - No pienses en eso - me digo, porque lo único que logro es torturarme... su respiración es calmada al igual que ella lo esta.

Desde que Bella se ha quedado dormida profundamente no ha hecho demasiado... obviando la parte donde se ha puesto a susurrar en sueños, solo que no alcance a entender lo que decía, eran palabras sin sentidos...

El sol comienza a salir, lo se por el sonido de los animales en el bosque a los alrededores de la casa de Bella. Ademas que poquito a poquito comienza a aclarar.. Bella hace un movimiento y me hago a un lado para no estorbarle y así pueda estirarse todo lo que desee..

- Mi perfecta dormilona - murmuro lo mas bajo posible para mi mismo. Ella por supuesto no ha despertado.. me le quedo mirando durante lo que se puede decir bastante tiempo hasta que escucho cuando Charlie se despierta y acto seguido se levanta de la cama..

Antes de ir al baño o cualquier otra cosa, viene hacia la habitacion. Rápidamente me escondo tras la puerta. El la abre y se asoma para comprobar que Bella este de vuelta. Suelta una gran bocanada de aire llena de alivio y vuelve a cerrar. Él se alegra de que Bella este de vuelta, pero aun así piensa echarle su regaño...

Vuelvo a la cama y me acuesto nuevamente a un costado, sin siquiera molestar. Bella se mueve de nuevo y aun dormida hace una mueca chistosa con su cara, no puedo evitar sonreír..

Me despierto poco a poco, y lo primero que hago antes de abrir los ojos es extender los brazos y comprobar que sigue ahí. Sonrío al tocar su frío cuerpo de mármol, y después por fin lo miro.

- Buenos días - me incorporo en la cama, aunque a pesar de todo en mi mente sigue dando vueltas la conversación de la pasada noche. Edward como respuesta besa mi frente.

- Charlie ya sabe que estás en casa, no creo que tarde en venir por aquí.

- ¿Cuál es su humor? - pregunto haciendo una mueca.

- Te has ido de casa 3 días. No esperes nada bueno.

Ruedo los ojos y me levanto de la cama, comeré algo y me daré una ducha rápida, y tendré que prepararme psicológicamente para lo que me vendrá encima.

- Saldré por la ventana, y llamaré a la puerta - dice Edward adivinando mis pensamientos, Martin estaba abajo y no podíamos bajar juntos.

- Está bien - y antes de que termine de pronunciar las palabras ya ha desaparecido. ¿Se suponía que yo también iba a ser así de rápida? No podía ser posible. Aún vampira, mi torpeza debía acompañarme.

Me pongo una sudadera y bajo las escaleras de madera, y tan pronto empiezan a crujir, veo a Martin asomarse para ver quien era.

- ¡Bella! - sube corriendo y me abraza, hasta tal punto que casi nos caemos ambos rodando - ¿Dónde estabas? Estábamos muy preocupados.

- Si que me has echado de menos - digo riéndome.

- Tu padre no es alguien muy divertido, y te fuiste sin avisar.

- Lo sé, surgió un... imprevisto - traducción mundo real: un vampiro vulturi me había llevado con él para que la realeza no tomase represalias contra mi novio vampiro vegetariano y su familia.

Escucho ruído en la puerta y mis pensamientos se disipan, bajo a abrir porque sé que es Edward, pero cuando estoy a punto de girar la manilla sola se abre, y Charlie aparece al otro lado.

- Papá.

En cuanto salgo a través de la ventana escucho el sonido que hacen los neumáticos del coche de Charlie. Rápidamente me pongo alerta a lo que pasa por su mente..

Supongo que ya se habrá levantado. Mas vale que si.. Bella me va a escuchar. Tiene mucho por explicar. Joder.. si supiera lo mal que la he pasado sin saber de ella en días. Seguro ha de haber estado con ese Cullen... Si. Últimamente mi persona no era nada agradable para Charlie, y luego de la repentina desaparición de Bella por tres días, su poco gusto hacia mi aumentaría. Eso no cabe duda.

Me quedo a un lado de la casa y Charlie entra por la puerta principal. Me mantengo alerta a la conversación. En cualquier momento me haré llegar..

- Bella - Charlie exclama mi nombre como de sorpresa, aunque estoy segura que ya ha comprobado que estaba en mi cuarto y se había aliviado por ello.

Martin se queda a un lado observando la escena. Charlie se tensa y por un momento su cuerpo hace un leve balanceo, debatiéndose entre venir hasta mí o mantenerse en su lugar. Finalmente cruza la entrada en dos pasos y me abraza, hasta el punto de casi partirme en dos. Yo entierro mi cara en su pecho consciente de que el extraño calor paternal va a durar muy poco.

- Papá yo... - me separo y pienso en la explicación que voy a darle, pero la verdad es que no había pensado ninguna - Siento marcharme así, necesitaba despejarme un poco y... me fui unos días con una amiga.

Debía ser la excusa más pobre que jamás nadie había inventado. Charlie mismo sabía que estaba mintiendo. Coloca sus brazos en jarra y mueve la vista hasta un lateral, mientras se hace un silencio incómodo. Seguramente miles de cosas estarían pasando por su cabeza ahora mismo, y lo más probable es que pensara que me había fugado con Edward o algo así.

- Si no fuera por la escasa nota que dejaste, ahora mismo tu cara estaría en todas las comisarías de policía del estado - comenta con gesto duro, me limito a asentir con la cabeza y de nuevo otro pequeño silencio, instantes después mira a Martin y de nuevo a mí - ¿Nos preparas algo para comer?

Me quedo en el sitio, sin entender cómo cambia de tema tan rápido. ¿Ya estaba? ¿Me había asustado tanto por esto, por un simple "estaba preocupado"? Eso parecía...

- Claro... - comento dudosa - Prepararé algo.

Charlie se mueve hasta el sofá y enciende la tele, y escasos segundos después escucho su voz desde el salón.

- Ah, Bella, estás castigada, y seguirás estándolo, hasta que tu pelo se vuelva blanco. Puede que incluso más.

Vuelvo a asentir con una pequeña sonrisa. Me esperaba algo así.

Escucho atentamente lo que se dice dentro de la casa y no me sorprende. Estaba esperando algo así.. o la verdad es que algo peor. Algo como "No volverás a ver a Edmun, como el suele decirme, por el resto de tu vida".

Se que aparecer en estos momentos como si nada frente a la puerta de la casa Swan no haría mas que traer problemas, y ya Bella estaba metida en muchos tan solo por mi culpa. Así que me limite a esperar fuera mientras escuchaba como Bella cocinaba, desayunada junto a Charlie y Martín y conversaban cualquier cosa...

Decidí subir y esperar en su habitación. Con suma facilidad trepe por la ventana y me senté sobre la silla de escritorio, encendí el ordenador y comencé a mirar una pagina de vestidos.. pronto Bella necesitara uno.

Abro la nevera y observo que apenas hay nada para comer. No sé cómo habrán sobrevivido estos días sin mÍ.

- Las hamburguesas de la cafetería están bastante bien - comenta Martín apoyado en la mesa mirando en mi dirección, hacia la nevera vacía.

- Ya veo. No se os puede dejar solos.

Charlie refunfuña algo desde el sofá, mientras saco el último paquete de pasta que queda en el armario. Pongo agua a hervir y tomate frito a calentar.

- Bella, deberías pasar más tiempo con tus amigos - Charlie sigue hablando desde el sofá, pero no pierde detalle de lo que hago.

¿Amigos? Quitando a Martin, ahora mismo no se que tuviera demasiados. Había faltado bastante a clase, y aunque hubiese ido ya no prestaba atención a Jessica y a los demás como antes, con mi vida constantemente en peligro era lo último que me apetecía. Y Jake... no habíamos hablado desde hacía días, cuando me dijo aquella frase. No quedaban más "amigos" con los que estar.

- ¿No se supone que estoy eternamente castigada?

- Si, claro... - parecía que a Charlie no se le daban muy bien eso de los castigos - Aunque más bien me refería, a ya sabes... los Cullen - dice en voz más baja - Deberías pasar más tiempo con Jake.

- No creo que eso sea posible - niego con la cabeza y echo sal al agua - Iré a revisar unas cosas.

Sin más desaparezco escaleras arriba, Edward no ha entrado en casa así que supongo utilizaría la "puerta" de atrás. Y efectivamente lo encuentro husmeando en el ordenador, en una página de.... vestidos. Por suerte, eran vestidos de fiesta, y no de novia.

- ¿Tengo que preocuparme ahora por tu travestismo? - bromeo sentándome en la cama.

- Claro que no - se ríe - Es para ti. La graduación está cerca.

- Como si importara. Quiero decir... me queda menos de un mes de "vida", yo quiero que tú me conviertas, tú quieres que nos casemos... no veo lugar para ninguna celebración de final de curso.

- Por supuesto que la hay - le aseguro y doy clic a la pagina 14.. no he visto uno que sea lo suficientemente hermoso para que vaya acorde con su belleza.

- Edward - se levanta calmada y noto como hace esa mueca con su lengua y labios, los lame.. - una graduación ahora mismo no importa.

- No quiero que te pierdas ningún detalle.. - y ella sabe que hablo en serio - quiero hacer de tus últimos días de vida.. - por un momento me quedo callado y tomo una bocanada de aire innecesario. No me ha gustado como ha sonado.. - quiero decir..

- Esta bien como lo dices.... - se sienta sobre mi piernas y entrelaza su brazo derecho alrededor de mi cuello, deposita un beso tierno en mi mejilla.. y enseguida imagino el hormigueo que sentiría mi piel por su contacto de ser humano..

- Quiero hacer de tus últimos días lo mas humano posible... -

Y en ese momento veo el vestido perfecto. Bella esta de espaldas al ordenador y no se da cuenta. Rápidamente hago clic sobre la opción "comprar" y sin problema alguno marco los dígitos de la tarjeta de crédito.

- ¿Que haces? - se gira en cuanto escucha el sonido de las teclas..

-Te compro un vestido..

- Quiero verlo..

Inmediatamente niego con la cabeza.

- Alice me ha ayudado un poco, ya sabes, algunas recomendaciones... sera sorpresa.