Palazzo dei Priori

Su humor ha cambiado, por suerte para bien y eso es bueno. Cierro la puerta de la habitación y en cuanto tengo la maleta lista me doy una ducha veloz. Salgo a vestirme y miro el reloj sobre la mesita de noche. 10:56PM. Nos queda 1 hora de tiempo..

Ya tengo todo listo así que salgo de la habitación con maleta en mano y todo listo para irme de misión. Mi respectiva y amada capa de color negro y con una V en rojo sangre la llevo guindada de un brazo..

Paso por al frente de la habitación de Demetri y toco la puerta seguido de un "te espero fuera" y hago lo mismo cuando paso por donde Heidi.

Bajo por uno de los ascensores y camino por un largo pasillo hasta llegar a la salida. Hago una señal de saludos a los guardias de puerta y salgo de Palazzio.

Recostada en unos de los grandes pilares de la Gran entrada a palazzo, terminando un cigarro, intentanto quemar el tiempo, veo como sale Alec y su cara de sobresalto al verme.... De seguro no me hacia allí esperando les tan pronto...

- Querido - le sonrío, e inhalo la ultima calada - ¿llevas todos los perfumes y corbatas? - se sonríe y se acerca curiosamente.

- Y tu tienes templados los nervios - para fastidiarme mira fijamente mi escote - veo que no le dio tiempo a la señorina de cambiarse - levanta una ceja y con voz ronca - no querrás dar celos a Demetri conmigo - y garaspea....

Me tapo con la gran capa....y me recojo el flequillo detrás de la oreja....
Noto el paso de Demetri que se acerca, dirigente y sin pausa....
En mí interior una voz me dice.... "Agárrense que vienen curvas".....

(CONTINUA EN OTRO ESCENARIOS-LONDRES)

El asunto de Londres debería estar ya solucionado. Espero que la ausencia de noticias implique que todo va según lo planeado. Aro

Envío el mensaje de texto al buzón de Alec, han pasado varios días desde su partida y no hemos vuelto a tener noticias.

- ¿Los mocosos de Forks tampoco han vuelto a comunicarse contigo? - pregunta Cayo impaciente en su silla.

- Tranquilo hermano - respondo con toda la calma de la que dispongo - Saben lo que tienen que hacer. Igualmente, el plazo está fijado. Los Cullen no pueden rehuirnos más tiempo.

- ¿Sabes qué se me había ocurrido hermano? - y la excitación crecienteen aquellos ojos rojos me habían enseñado a lo largo de los siglos que solamente signicaba otro de los planes descabellados de Caius.

- No sé con qué podrás sorprendernos - la voz pausada de Marco se alza sobre el silencio con tono grave, igual de monótono que de costumbre.

- Hemos dado 1 mes de plazo a los Cullen para que conviertan a Isabella. Si no lo hacen, tanto ella como posiblemente los Cullen tendrán que morir - responde como si avanzara el descubrimiento del milenio.

- No desobecederán - contesta Marco pausado.

- Seguro que no lo harán. Pero estos Cullen dan muchos problemas hermano... - pronuncia mientras su mano se posa sobre mi hombro en señal de camaradería - Los Vulturis hemos sido justos al darles un nuevo plazo. Pero que tal si... ¿nos encargamos de que no puedan cumplirlo?

Me giro para observar que la sed de matanza brillaba en los ojos de Cayo, y que su idea, tan poco meditada como de costumbre, quizás no fuese tan descabellada.

- Explícate, Caius - le pido sentándome en el amplio sillón de cuero negro.

- Nosotros hemos cumplido. Pero si por las circunstancias que sean, Isabella no puede ser convertida en plazo... los Cullen la defenderán, y todos morirán. En lugar de asegurarnos que cumplan con lo acordado, deberíamos evitar que lo hagan.

En cuanto el avión privado aterriza en la región de la Toscana, Italia, enciendo mi teléfono móvil. La señal durante todo el vuelo obviamente no existía y le quedaba poca batería al aparato. Visualizo un sobre en la parte de arriba de la pantalla que avisa tener un mensaje de texto. Inmediatamente lo abro..

El asunto de Londres debería estar ya solucionado. Espero que la ausencia de noticias implique que todo va según lo planeado. Aro

Justo como lo imagine. El Maestro ha de estar ansioso por conocer respuestas y ya es momento de dárselas..

Los empleados se encargan de nuestros equipajes y vestidos con nuestras respectivas capas negras nos encaminamos a Palazzo. Heidi decide tomar otro camino y no ha dicho a donde, seguramente se ha antojado de comer.. Demetri sigue mis pasos pero va a su bola, él y yo nunca hemos sido de comunicarnos.. cada quien con lo suyo.

Las puertas de Palazzo de abren y los guardias nos dan una grata bienvenida. Cuando ya estoy dentro, sin dudar me encamino al despacho de mi Maestro..

El coche llega finalmente al palazzo, por fin, después de tanto tiempo estar alejada de mi tierra, esta misión había llevado mas días de lo previsto...
Los guardias que me acompañaron ya habían entrado. Tenia que ir al despacho del maestro, pero no en este preciso momento, ya que había sido informada que mi hermano estaba con Aro, por lo tanto iría primero a mi habitación y luego me reportaría.

Ya en mi cuarto cerré la puerta y corrí al baño, aprovecharía para ducharme y arreglarme. Decidí cambiar un poco mi estilo y hoy en vez de elegir mi atuendo en color negro como siempre, saque del placar un vestido blanco con detalles negro. Pinte mis labios de rojo ya que me encantaba como combinan con mis ojos de igual tono. Me pare frente al espejo y la imagen que veía me fascino, hacia tiempo que no me sentía sexy, tome un broche para el cabello pero en vez de atarlo, lo deje suelto a los lados de mi rostro.



Ya lista para salir, fui a realizar mis tareas cotidianas hasta que pudiera conversar con el maestro, por ahora me pondría al día con los sucesos que habían tenido lugar en mi ausencia

En mi caminata por el castillo llegue hasta el salón de tronos, y para mi sorpresa Aro, cayo y Marcos estaban allí, pensé que estarían en el despacho recibiendo a Alec, pero mi hermano también estaba allí y otro vampiro pero su esencia no la reconocía.

- Maestros - Salude educada, mientras me inclinaba hacia ellos.
- Hermano... tanto tiempo - a él le dedique una cálida sonrisa

El vampiro resulto ser mujer, suponía era una nueva guardia, por lo menos su vestuario así lo indicaba. Incline mi cabeza a forma de saludo.

Respondí con el mismo gesto. Hace mucho que no veía a Jane, nos topábamos por los pasillos de Palazzo una que otra vez, pero nada como antes, no parecíamos esos hermanos gemelos que solíamos ser.. aunque por supuesto la confianza era la misma, siempre hemos tenido ese lazo inquebrantable.

Se dirige a los Maestros de manera educada y se coloca a mi lado, esperando su turno. Allison hace un breve resumen a los Maestros y en cuanto termina Jane toma su puesto..

Me encontraba parada en la puerta al palazzio, mi hogar de hace ya muchos siglos, al cual servia y por el cual daría mi vida, me hacia falta Corin mi querida Corin que se encontraba en una misión, lejos de aquí,tenia a Leo pero no podía hacer cosas de chicas con el, la extrañaba demasiado.

Por otra parte Alec se convirtió en algo parecido a un amigo, no lograba entender el porque pero asi se dieron las cosas, las cosas no cambiaron demasiado por el palazzio las mismas enemigas como ser Heidi, peleadas por Demetri, el que un día pensé que era el vampiro que amaba, solo una Ilusión.

Nuevas incorporaciones en la guardia, pero los amos solo tenia a algunos de confianza de acuerdo a los siglos servidos y habilidades.

Necesitaba unas copas pero un olor peculiar inundo mis fosas nasales....

- Jane...- Murmure, Jane había vuelto después de estar mucho tiempo lejos de casa, me alegre por Alec porque sabia que la extrañaba demasiado, así que mis copas deberían esperar, me dirigía hacia el salón de los tronos, había muchos olores ya ahí dentro, me disponía a tocar..

-Pasa Chelsea...-Pronuncio cayo, gire la perilla y entre en el gran salón, todas las miradas se posaron en mi.

-Amos...- Dije mientras hacia una reverencia, ellos correspondieron y me invitaron a formar, donde estaban Alec, Jane, Allison.

Jane me miraba y solo pronuncie " Bienvenida a casa" y ella dibujo una sonrisa ante mis palabras.

Una vez que la mujer termino de reportar lo sucedido en su misión, me toco el turno.
- Jane bienvenida... ¿Como te ha ido? - Aro fue el que tomo la palabra primero
- Muy bien, el clan de Argentina ya ha sido controlado, Sus miembros contaban con tres humanos como " amigos " y luego de controlar la situación esperamos por si aparecían mas vampiros o humanos pero eso no ha sucedido, por lo que doy por solucionado ese problema.

- Perfecto - Pronuncia Cayo - Por eso confiamos en ustedes y con un movimiento de su brazo nos abarco a todos los vampiros presentes en el salón.

Al terminar mi relato, volví al lado de mi hermano, con el quería platicar mas tarde, había pasado mucho tiempo desde que nos habíamos visto por ultima vez.

Cuando entro chelsea le sonreí calidamente por su bienvenida, era bueno volver a casa.

Era agradable poder estar en casa, ver que Jane esta bien y sobretodo tener la satisfacción de haber cumplido con la misión encomendada por mis amos. Siempre que les quedase bien y cumpliría con sus ordenes seria una verdadera satisfacción para mi.

Aro nos indica el momento en que podemos salir del gran salón y nos ponemos en movimiento los cuatro. Las puertas se abren dándonos paso a la salida y comenzamos a caminar por el largi pasillo que conduce a algunas habitaciones..

- Me temo que a este día se le puede llamar "El día de los reencuentros" - comento con tono un tanto burlista, tan característico en mi.

- Estoy completamente de acuerdo contigo hermano - responde Jane y sonríe de aquella manera que solo ella puede hacer..

- Amérita unas copas - es Chelsea quien propone..

- Mas de acuerdo no puedo estar - responde Allison.

En ese momento todos giramos de vuelta por donde vinimos..

- Conozco el bar perfecto - dice la de la idea - las mejores copas, la mejor comida...

(CONTINUA EN LAS CALLES DE VOLTERRA)

Los días transcurrían, y los asuntos que requerían de la atención Vulturi no eran ni bien pocos. La mayoría de guardias estaban encomendados en alguna misión, y los más privilegiados podían disfrutar de horas de descanso.

La conversación con Caius me había mantenido cavilando, por algo mi hermano era tan listo, aunque no había dicho nada que no supiese ya. Que no conviritesen a Isabella, aprovechar la oportunidad para aniquilar a los Cullen como raza vampírica "especial", llámese mejor abominación o vergüenza a lo que los vampiros representamos. Aunque no podía negar que tenía un cariño especial a nuestro viejo amigo Carlisle, pero el que formase un grupo tan numeroso no era agrado de nadie, por lo que siempre los habíamos tenido en el punto de mira.

El golpeteo de unos nudillos sobre la madera interrumpen mis pensamientos, como cada vez que me encerraba en el despacho, aunque por su fresco aroma frutal ya la había reconocido.

- Adelante, Anabell - le indico que pase.

Aro Vulturi escribió:Los días transcurrían, y los asuntos que requerían de la atención Vulturi no eran ni bien pocos. La mayoría de guardias estaban encomendados en alguna misión, y los más privilegiados podían disfrutar de horas de descanso.

La conversación con Caius me había mantenido cavilando, por algo mi hermano era tan listo, aunque no había dicho nada que no supiese ya. Que no conviritesen a Isabella, aprovechar la oportunidad para aniquilar a los Cullen como raza vampírica "especial", llámese mejor abominación o vergüenza a lo que los vampiros representamos. Aunque no podía negar que tenía un cariño especial a nuestro viejo amigo Carlisle, pero el que formase un grupo tan numeroso no era agrado de nadie, por lo que siempre los habíamos tenido en el punto de mira.

El golpeteo de unos nudillos sobre la madera interrumpen mis pensamientos, como cada vez que me encerraba en el despacho, aunque por su fresco aroma frutal ya la había reconocido.

- Adelante, Anabell - le indico que pase.

No pasaron muchos días para ir directamente al Palazzo dei Priori, donde sabia que se encontraba Aro, mientras caminaba por los pasillos me indicaron que él se encontraba el despacho sin más que hacer toque la puerta de madera. Me dijo que pasara entre y lo vi se veía tan despampanante hacia algunas semanas que no lo veía mi amor hacia él se reflejo en un cordial saludo.
Estuvimos discutiendo un poco sobre el tema de los Cullen, lo mire fijamente y le pregunte:

-¿Qué aremos con los cullen?
-Deberíamos de deshacernos de una vez de ellos son una amenaza –le respondí inmediatamente con un tono de voz algo más serio.
-quizás deberíamos hablar con Carlisle – me dijo muy tranquilo Aro
-¿hablar? Como que solo hablar, sabes que cada momento son mas y eso es una amenaza para todos nosotros y…
-Calla –me interrumpió sin pensarlo
Aro se veía algo pensativo cuando se ponía hacía sabia que lo mejor era no interrumpirlo en sus pensamientos. Mejor me quede callada esperando su respuesta…

Acaso planeaba algo mejor, decidí guardarme mis comentarios yo sabía que pelear con él, era algo muy tonto e ilógico. Así que preferí que el me contara sus planes.
Lo importante era que si él me manda a matar algún Cullen yo sería muy feliz no sabían cuando odio les guardaba, desde la primera vez que vi a Edward sabia que él era alguien insignificante para mi aunque, sabía que Aro nunca me dejaría tocar a Edward ya que a mi amo ,él le interesaba más que por ser quien sino por su magnífico poder que nos podría ayudar en algún momento ,pero el siempre se negó hacer como somos por eso era mi odio hacia él.

Me encontraba vistiendo en mi habitación, preparandome para una reunion que haria en pocos minutos Aro. Cuando se me vinieron recuerdos de cuando era pequeña....

Solía recoger giglio di mare mientras tarareaba Si io guardo te, il mio cuore s'innamora ausentemente. Me gustaba aquella florecilla, y siempre armaba hermosos ramilletes con algunas otras flores y se los regalaba a la gente que pasaba sonriente por enfrente al local de mi abuelo.

Siempre había personas amables allí, como el señor Barchiesi que le sonreía todos los días y me preguntaba amablemente si tenía de sus hermosos ramilletes, para llevarle a su hija enferma.

O aquella muchacha nueva en aquel pequeño pueblo que me sonreía cuando pasaba a su lado, pero con la cual nunca había hablado.

Yo era una chica de pueblo muy simple, tímida y agradecida, tenía ocho años y creía que recoger flores y cantar canciones además de hablar con mis amigos era lo más importante en la vida. Todo era sonrisas, arco iris y flores en mi día a día, la hermosa familia, mi sueño casi hecho realidad......

Ya estaba casi lista,cuando vinieron a mi puerta para avisarme que Aro nos queria ya mismo con el en la sala Principal.

¿Que sera lo que quiere esta vez Aro?

Dejo que Anabell se vaya, es tan útil pero a la vez tan temperamental, que me deja con dudas acerca de si debería incluirla en mi plan o no. Todavía tengo un par de horas, así que debato conmigo mismo en la oscuridad del despacho. Cuando llega el momento me reúno con mis hermanos, aunque ya sé cuál es su opinión. Caius está encantado con la idea, de hecho de él mismo proviene, y con el añadido odio que tiene hacia los licántropos su entusiasmo se hacía notar. Aunque ese no era nuestro principal acometido, por el momento. Por otro lado, Marcus se mostraba indiferente, pero su pasividad tampoco tomaba decisiones. Ese era mi papel.

Mando reunir a Renata y André en el salón principal de guardias, y escribo un mensaje para los guardias elegidos que no se encuentran ahora en Palazzo.

Espero que hayais disfrutado de vuestro tiempo libre, porque hay trabajo que hacer. Os espero en el salón principal.

Acto seguido me dirijo hacia el lugar de encuentro, al igual que mis hermanos. Sé que mis guardias fieles no tardarán en llegar.

Spoiler:

Como había dicho, en pocos minutos ya estamos dentro de Palazzo, unos guardias nos reciben con las puertas abiertas de par en par y nos indican que Aro nos espera en la sala principal..

Quizás tomar una ducha seria lo mejor para la ocasión, puesto que los cuatro llevamos impregnado el olor a alcohol, a diversión.. pero hacer esperar a los Maestros nunca me ha gustado,.. de todas formas él no tendría porque enojarse, usamos nuestros tiempo libre en divertirnos, en ningún momento abusamos. Recorremos los pasillos en silencio, solo se escucha el sonido de nuestros pasos y la canción que Chelsea tararea.

Las puertas del gran salón se abren ante nuestra proclamada presencia, entramos y dentro ya están Aro, Marcus y Cayo, en compañía de la fiel Renata y André.

Nos detenemos frente a ellos haciendo una leve reverencia..

- Aquí estamos Maestro - le hablo Aro - ¿Para que somos buenos?..

Entramos al gran salón, hacemos la reverencia y esperamos instrucciones, esto se pondría bueno, me gusta mucho ir de misión, así como yo todos esperamos las palabras de los amo, últimamente todo estaba bastante tranquilo y eso era raro.

Realmente llego al palacio algo confundida en mi ultima platica con Aro me quede con un poco de angustia, por lo que habíamos platicado en fin trato de ya no pensar en eso y subo ami nueva habitación me tomo una ducha y me alisto para ir al salón principal.

Al ser nueva me imagino que aro quizás no me mande a esa misión pero creo que soy una pieza fundamental para lo que planea...
Mientras pienso esto algo interrumpe mi pensamiento y volteo repentinamente y estaba ahí ARO tan grande y tan majestuoso como siempre, dirijo mi mirada hacia el y escucho muy atenta lo que esta por decir, sin darme cuenta todos los guardias se hallaban ahí lo que pasaría en este momento seria crucial para el futuro de todos.

Casi al instante llegan todos los citados. Renata y André, Alec, Jane, Chelsea y Anabell.

- Como siempre hacéis honor a vuestro apellido, al acudir con extrema puntualidad, mis queridos guardias - agradezco con una sonrisa, y ellos hacen una leve inclinación.

- Podréis imaginar que el motivo por el que os hemos reunido es de vital importancia - continúa Cayo, acomodándose en su trono - Debéis seguir unas instrucciones muy precisas.

- Calma, hermano - le indico con la mano - Antes de decirles qué es lo que deben hacer, preguntémosle cuál es su opinión - aunque igualmente nosotros tomamos las decisiones.

- ¿Cuál es el asunto a tratar, maestro? - pregunta Alec servicial.

- Como todos sabeis... - las palabras fluyen de mi boca como si estuviese relatando una vieja historia - Algunos de nuestra raza deciden agruparse, llegando a ser muy numerosos. Nadie insinúa que pretendan usurpar la posición que nosotros ocupamos desde hace tantos siglos, mas sin embargo, una cantidad grande de vampiros llama la atención entre los humanos, y muchas veces.... sus actos rozan la ilegalidad de nuestras leyes - hago una pequeña pausa y contemplo sus rostros atentos - Estamos hablando de los Cullen. Si bien han confesado el secreto a una humana, hemos sido benévolos, hemos concedido hasta un segundo plazo para que sea convertida, hemos acogido a uno de ellos en nuestro hogar... para finalmente seguir esperando resultados. Y he aquí la cuestión, queridos míos, de nuestra pequeñísima consulta... ¿Debemos seguir esperando, a que se cumpla la ley, o debemos.... remediarlo?

Vuelvo a sentarme en el trono, esperando con quietud sus respuestas acerca de lo que deberíamos hacer o no con los Cullen. Espero que las mismas sean razonadas y bien argumentadas, y que no prime el deseo de acabar con ellos porque sí.

Escucho pacientemente el relato de Aro, prestando absoluta atención a cada una de las palabras. En cuanto acaba espero un momento a ver si alguien da su primera opinión, para así poder argumentar y darles una buena respuesta.

- La espera es suficiente Maestros - soy el primero en hablar, todas las miradas se clavan en mi y miro fijamente a Aro - Los Vulturis no nos caracterizamos por dar segundas oportunidades, mucho menos con tanto tiempo de prorroga. - hago una pausa y continuo nuevamente - Los Cullen han sido abusadores de la confianza que decidieron darle y es hora de que paguen por ello y todo lo que han hecho - sentencio finalmente.

Escuche atentamente a lo q el amo relato, dando lugar a una opinión nuestra.
Alec empezó sentenciando a los Cullen, cuando termino tome un trago de aire para ver si alguien mas opinaba así que proseguí
-Maestros estoy de acuerdo con Alec, Nosotros no nos caracterizamos por dar segundas oportunidades, menos si se trata de una humana que sabe nuestra existencia, en los muchos siglos que servimos nunca hemos dejado que esto suceda, yo no cuestiono su sabiduría ..- Dije mientras hacia una reverencia y continué...- Pero creo que ya es hora de terminar por una vez por todas todo esto, por ella puede ser una amenaza, así que mi opinión es que terminemos con ellos ...- Finalice con una sonrisa malévola esperando instrucciones que se ajusten a nuestras leyes.

Termino a que mi hermano y Chelsea den su opinión y como aun los maestros no daban la orden de acción, aproveche para dar mi visión sobre el tema.
- Estoy de acuerdo con mis hermanos maestros, nosotros no perdonamos, y con ellos fuimos muy indulgentes, y no lo supieron aprovechar. Debemos hacer cumplir las leyes

Esperaba que la decisión fuera la de encargarnos del problema de Forks, personalmente me gustaría encargarme de esa humana con mis propias manos, ella si que había tenido mas que suerte que Aro, Cayo y Marcos le dieran tanto tiempo para la conversión y que no nos dejara actuar desde un principio. Pero ellos habían desaprovechado la oportunidad, y si no actuábamos, quedaríamos muy mal parados ante el resto de los vampiros.

Anabell y Renata son quienes faltan por hablar, pero conozco la opinión de Anabell, precisamente fue un tema a debatir en nuestra última reunión, y Renata estaría de acuerdo con cualquier cosa que decidiéramos.

- Entiendo vuestras posiciones, queridos míos - hablo al fin - Y agradezco vuestra fe y empeño en mantener nuestro apellido, por algo habéis sido elegidos para estar en este lugar, y vigilar que se cumplan nuestras leyes. Mas sin embargo... el nombre Vulturi es conocido en todo el planeta, nos temen y nos veneran, y así es como debe ser, no podemos dejar que nuestra reputación se manche indecorosamente, y que alguien pueda cuestionarse nuestras acciones...

- Hermano, nadie puede cuestionarnos - responde Cayo irritado.

- No me malintepretes Caius, tengo la misma opinión. Pero no podemos actuar precipitadamente, las actuaciones Vulturis están siempre justificadas. Quizás hayamos errado al dar un segundo plazo... pero es algo que no podemos cambiar. ¿Qué pensarían los demás vampiros, si conocen que dimos un plazo, y aniquilamos un aquelarre entero sin dar opción de cumplir? - me dirigo a mis guardias esperando una respuesta.

- Que no tenemos palabra - bufa Alec.

- ¿Entonces no podemos hacer nada? - sisea Jane.

- No he dicho eso mi pequeña... - veo cómo ella sonríe al tratarla de ese modo - He dicho que no podemos actuar precipitadamente. Por contra, sabemos que la actuación de los Cullen no es correcta, y que nos dan más problemas que otros aquelarres... Pero, que no podamos atacar directamente, no significa que no lo hagamos si no cumplen lo prometido.

- ¿Cree que osarán no convertir a la humana de nuevo, maestro? - pregunta Chelsea visiblemente irritada.

- Seguro que lo harán, o esa será su intención. A menos que... se lo impidamos - sonrío gracilmente, y veo cómo en seguida mis guardias captan mi idea y acompañan mi sonrisa.

Ese sería el plan. No podíamos acabar con los Cullen sin más. Pero si evitamos que Bella sea convertida, por todos los medios, tendremos la excusa definitia para aniquilarlos.

La idea de Aro era la excusa perfecta para acabar con ese Clan que ha venido causando tantos problemas. Si la humana no se convirtiese entonces nosotros estaríamos preparados para acabar con todos en cualquier momento.

- Perfecto Maestro - le dedico mi mas sincera sonrisa y lo miro con admiración - una manera muy sutil de acabar con esos Cullen.

- Se cuantos los odian queridos míos - habla nuevamente - por eso quiero daros el placer de poder acabar con ellos en cuanto llegue el momento.

- ¿Y como haremos para evitar que la humana se convierta? - es Renata quien formula la pregunta esta vez..