Casa de Los Black

- Tu podrás ser quien quieras, pero no podrás ser mi amiga. No es porque yo no lo quiera. Nadie desea mas que yo que las cosas no cambien entre nosotros. Pero los lobos nacimos para erradicar a los vampiros. Lamentablemente el día que me des la razón, porque me la darás, será demasiado tarde porque ya serás vampiro y me odiarás y ni recordarás a tu amigo Jake. Tal vez no recuerdes a nadie, ni a Charlie, ni a Renee ni a mi. O tal vez saquen lo peor de ti, tu sed.

- Yo no lastimaría a mis padres Jake.

- Por supuesto que tu no. Pero el día que te conviertas no pensarás mas como piensas ahora. Querrás sobrevivir ante nada, alimentarte. Y no creo que controlar la sed sea tan fácil.

- No, no lo es pero Edward me ayudará.

- Ojalá tengas razón. Pero a mi, lo único que me consta, es que no hay en la faz de la tierra un vampiro y un licántropo que sean amigos. Tal vez nosotros seamos la excepción.

No podía ni mirarla. La idea de que salga de mi vida para irse a vivir de la forma que mas odio es mas de lo que puedo soportar. Y es su elección.

- Me haces enfadar mucho Jacob. Yo te di la oportunidad de demostrarme que no eras un monstruo y merezco lo mismo a cambio.

- No entiendes verdad? No te das cuenta qué es lo que mas me duele de tu transformación. El día que seas vampiro no sólo serás mi enemiga. Junto con tu corazón morirán todas las posibilidades de que seas para mi. Ahí ya no podré luchar, ni insistir. Y tendré que bajar los brazos sin haber tenido una sola chance.

Me mira cargada de frustración...

- Sólo dame una oportunidad Jake. No tengas la mente cerrada. Yo creo que nuestro cariño será mas fuerte. Ya verás que todo saldrá bien.

- Mmm bueno, te propongo un trato. Prometo no intentar matarte el día que te vea convertida en vampiro a cambio de que tú me des esta noche. Tómalo como una despedida, un modo de cerrar todas las cuentas pendientes...

No parecía un mal trato. Al fin y al cabo habíamos pasado días enteros juntos, una última noche no haría mal a nadie, es más, seguro que me haría bien...

- Está bien - bufo rodando los ojos - Pero espero que recuerdes tu trato... - antes de que ninguno diga nada más, el teléfono empieza a vibrar en mi bolsillo, ni siquiera recordaba que estaba ahí, creía que estaba en el coche, de otro modo, tendría que haber llamado a Edward antes...

Y es su nombre el que reluce en la pantalla, siento ganas de no contestar, quiero hablarle, pero sé que se pondrá nervioso al saber que no puedo salir de La Push, y que él no puede venir.

- Bella.. - escucho su voz al otro lado al descolgar, menos melodiosa que de costumbre debido a un deje amargo.

- Edward - empiezo a hablar de manera atropellada para que no me regañe - Charlie casi me obligó a venir a La Push a traerle unos papeles importantes a Billy, y bueno supongo que en Forks el cielo estará igual, ha empezado una tormenta horrible, y mi padre no quiere que conduzca con la carretera en ese estado....

Se escucha un pequeño silencio, quizás sólo dos segundos, donde noto cómo medita sus palabras.

- Sabes que no puedes - me giro y recuerdo que Jacob está también aquí, me alejo hasta la puerta de la habitación para poder hablar más tranquila - No puedes venir aquí, romperías el tratado.

- Tendrá que romperse antes o después - bufa con algo de mal genio.

- No precipites las cosas - casi le suplico - Estaré bien, no va a pasar nada.

Aguardé paciente mientras Bella hablaba por celular. No me gustaba la idea de que tuviera que solicitarle autorización a Cullen para quedarse conmigo. Pero no me puedo quejar ya que todo se estaba dando bien.

Colgó. A partir de este momento no deberé compartirla con nadie. Aun que solo sea hasta mañana.

- Bueno, está todo listo- digo- Te quedas :)

- Ehh si, parece que el clima lo quiere así.

- Que quieres hacer ahora?? Quieres darte una ducha? Seguro que las gemelas tienen algo para prestarte asi te cambias esa ropa húmeda...

- Mmmm... - dudo un poco, después bajo la vista y compruebo que estoy empapada, nada bueno me esperaría si tenía que dormir así toda la noche, aunque tampoco imaginaba desnudándome en el mismo baño donde lo hacía Jacob - Si me pueden dejar algo, me secaré y dejaré que también lo haga mi ropa..

- Ahora vuelvo - y desaparece tras la puerta.

Todo era un poco incómodo. ¿Dónde estaban los demás? La lluvia nos había cogido desprevenido a todos, pero ya había pasado bastante desde la reunión, y Jake y yo seguíamos solos en casa de Billy.

- Toma - me tiende una toalla, un jersey morado y unos vaqueros, quizás ropa algo más femenina de lo que yo suelo vestir, pero al menos eran de mi talla - Ellas no están, cogí lo que mejor me pareció.

- Gracias Jake - murmuro y con la mano indico que salgo para cambiarme al cuarto de baño.

Cierro la puerta y compruebo que al menos mi ropa interior está seca, lo demás tardaría un par de horas en eliminar la humedad. Me seco como puedo y pongo la ropa limpia, peino un poco el cabello con los dedos, y salgo de nuevo hacia el cuarto de Jake.

- ¿Acaso vamos a quedarnos solos toda la noche? - pregunto levantando una ceja, tratando de aportar algo de humor al ambiente.

- Supongo que no. Billy y las gemelas deberán volver en algún momento.

- No te preocupan?

- Mmm no, no realmente. Deben haber ido a lo de Sue a comer y estarán esperando que calme la lluvia para volver. Fueron a pie asi que no van al volver bajo la lluvia.

- Ahh vale, tienes razón- dice en medio de un bostezo.

- Tienes sueño??

- No, solo estoy un poco cansada.

- Bueno, te dejo mi cama entonces.

- No hace falta. Puedo dormir en cualquier lado.

- No digas pavadas. Que clase de amigo sería si te hiciera dormir en el suelo.

Cogí unas frazadas y una almohada del closet e improvisé una cama en la alfombra.

- Que descanses Bella...

Me acurruqué en la cama de Jake, él parecía estar perfectamente bien, no notaba lo húmeda que era la casa. Quizás fuera la tormenta, o quizás que no estaba acostumbrada a dormir fuera de casa. Quizás las pesadillas sin sentido que se cruzaban como flashes por mi mente mientras trataba de conciliar el sueño, pero algo había que no dejaba de producirme escalofríos. Tardé en quedarme dormida, en un sueño intranquilo, y con frío, mucho frío. Sabía que estaba dormida pero me movía inquieta, como si algo no estuviera bien. Mi cabeza estaba llena de siseos y ruídos extraños, sombras que se cernían sobre mi cuerpo llenando la habitación de oscuridad. Hasta que ya no hubo más. Todo se llenó de luz, calor, y una paz interior reinaba ahora, sabía perfectamente que ahora el sueño sería placentero, cálido, agradable, pero en lugar de dejarme llevar por los brazos de Morfeo, abrí los ojos. Fue entonces, cuando vi el cuerpo de Jake pegado al mío sobre su cama y mis brazos rodeándole, aumentando mi temperatura corporal al menos hasta 40ºC, cuando entendí el repentino cambio. Sus ojos estaban sumamente abiertos, y el ritmo acompasado de su respiración me provocaba un efecto hipnótico.

Bella se durmió rápidamente. Yo en cambio me quede sumido en mis pensamientos en la penumbra de la habitación.

Comencé e sentir un ruido extraño; busco su origen en la oscuridad. Era Bella que castañeaba sus dientes de frío.

No pude pensar en lo que hacía. Mi cuerpo se movió con autonomía propia, como arrastrado por un imán. Me metí en la cama, la envolví con mi brazo y sentí como sus músculos comenzaron a relajarse con el calor. Su respiración chocaba mi cuello pero no me sentía nervioso. Ella solo me transmitía paz.

- Jake? dice Bella de pronto. Que ha pasado?

- Nada, te estabas muriendo de frío. Disculpa, te molesta?

- Mm a decir verdad, no- Lo dijo con cierta sorpresa, como si ella no esperara sentirse tan natural en mis brazos.

Nos quedamos callados, mirándonos a los ojos, con el solo ruido de la lluvia y nuestra respiración acelerándose.

Su mirada desprende un color tan intenso como el fuego, casi hasta puedo sentir cómo me arde la piel de que me mire de ese modo, o quizás todo sea por su calor. Cierro mis ojos para desprenderme de ese contacto, pero aún me niego a apartarme de su abrazo, porque aunque muchas veces nos habíamos abrazado y había sentido su calor, esta vez era como... distinta. Pero no desagradable. Me limité a quedarme en mi sitio sin moverme ni un ápice, sintiendo sus brazos rodéandome y procurando no pensar en nada.

Comencé acariciando su cabello medio enmarañado. Luego mis manos se movieron a su rostro y con las yemas de los dedos recorrí suavemente sus contornos, sus mejillas, enloqueciendome con el tacto suave de su piel.

Bajé la otra mano por su espalda. La apreté fuerte contra mi. Me hallaba al borde del abismo. Este era el momento, el todo o nada. Cerré los ojos y me dejé llevar por lo que sentía.

Mi boca buscó la suya y la encontró suave. Ella no se resistió, lenta pero apasionadamente comenzó a acompañar mis movimientos, a acoplarse a ellos a la perfección. Mis receptores sensoriales se hallaban en su máximo estado de excitación y mi corazón estaba galopando a máxima potencia...

Lo vi venir. Lo pude ver, y sin embargo, no supe reaccionar. No supe, o no quise. No podía explicar el motivo, quizás podría encontrar excusa en un estado de enajenación mental, pero sabía que en el fondo, no quería moverme.

Los labios de Jake rozaron con suavidad los míos, en un primer acercamiento cálido, más incluso de lo que yo esperaba. Y quizás fue ése el por qué de mi reacción. Porque en lugar de encontrarme con una piel gélida que templase mi calor, choqué contra un volcán ardiendo, las manos de Jake apretaron mi espalda contra su cuerpo, oprimiendo mi pecho contra el suyo desnudo. Y sin darme cuenta mis labios estaban todavía enredados en los suyos, mis ojos estaban cerrados y mis manos enredadas en su cabello, y aquel beso que había empezado con suavidad, se había convertido en algo más fiero, más salvaje, más... humano. Quizás fui porque me di cuenta de lo que pasaba, quizás había pasado demasiado tiempo, pero al cabo de unos segundos ambos nos separamos lentamente, pudiendo sentir ahora la respiración agitada, y no sólo era la de Jake.

Y entonces lo supe. Con mis manos todavía aferradas a su nuca, lo comprendí. No podía negar que Jake tenía ese magnetismo, era demasiado agradable como para no querer estar con él, y no podía negar tampoco, que era muy atractivo. No podía negar que con ese beso había sentido, cosas... que hasta ahora no me había percatado, o que preferí haber ignorado. Entonces lo supe, sí. Que al lado de Jake podría tener la vida que mi padre hubiese deseado para mí, que podría quererlo, amarlo incluso, pero eso, no cambiaría nada. Porque podía luchar contra estos sentimientos nuevos hacia Jacob, lo quería a mi lado, pero si era necesario, por su bien o el mío, podría alejarme de él. En cambio, Edward... una punzada de dolor recorrió mi espina dorsal, al pensar en lo que había hecho. Al pensar quizás en lo que tenía que hacer.

Vuelvo a la realidad, a la calidez de aquella habitación que ya no estaba tan oscura, a los ojos de Jake centelleantes esperando alguna palabra. Miro de reojo el reloj que descansa sobre la mesita de noche, y veo que ya van a ser las 5 am;el cristal de la ventana está algo empañado, pero no se ven gotas de lluvia caer. Me deshago algo nerviosa de su abrazo, y me siento en la cama con toda intención de salir de allí corriendo.

- Lo siento Jake, tengo que irme.

Es increíble como puedes pasar del paraiso a la oscuridad en sólo instantes.

Brusacamente se libera de mis brazos y se prepara para despedirse.

En mi cara se hace evidente la derrota.

- Lo siento Jake, tengo que irme.

- Tienes que irte? O quieres? - no podía evitar sonar como un novio celoso.

- Jake, esto fue un error. Disculpa.

- No parecía un error, no se sentía mal. Todo lo contrario, se sentía perfecto.

- Fue un momento de debilidad. No significa nada.

- Para mi si significa algo. Bella, yo te quiero conmigo, de esta forma para siempre. Se que no es casualidad lo que siempre sentí por ti, aun que te resistas o lo niegues está destinado a ser. Algo impide que permanezca lejos de ti. Entiendes lo que digo? Yo te amo mas que a nada en el mundo...

Los colores se le subieron al rostro y su mirada se mostraba turbada por la confusion...

Sus palabras no hacen más que darme punzadas por todo mi cuerpo, dolor porque Edward sabrá de esto, por lo que hicimos, también dolor porque no puedo corresponder a Jake, y en una ínfima parte de mi corazón aquellas palabras sonaban hermosas, una parte que luchaba por ganarse mayor lugar. Pero la batalla estaba ganada de antemano.

- Estoy con Edward - aclaro sonando quizás algo confusa - Esto no debió pasar.

- Pero tú querías que pasara - espeta acercándose más a mí, y al verme obtiene quizás una confirmación en mis ojos - Lo sabía.

- Jake esto no cambia nada, te quiero, pero no puedo vivir sin Edward, lo sabes - doy un paso más hacia la puerta.

- Sí que puedes, casi lo hiciste una vez, puedo ayudarte Bella - y su insistencia me dolía aún más, porque también quería hacerlo feliz.

- No es posible - niego de nuevo, tengo que ir a buscar a Martin, e irnos a casa.

Veo que Jake va a decir algo más, pero el sonido de mi teléfono lo interrumpe. Avanzo hasta él nerviosa, que se había quedado sobre la mesa de la noche anterior, pero compruebo que no es Edward, sino Martin.

- Martin - respondo al momento, volviendo hacia la puerta - Ahora mismo iba a buscarte. Lo que pasó ayer... - me atropello antes que nada, para decirle por qué creí que era mejor dejarlo "solo" - bueno, creí que podría ser una buena oportunidad para hablar con Marie y arreglar tus asuntos.

- Bueno, en realidad fue algo así... te he estado esperando en la casa de Marie - responde Martin.

- Entonces no estaba tan desencaminada - trato de buscar una sonrisa y traerla a flote en mi cara, pero no lo consigo.

- ¿Estás lista para irte? ¿Dónde has estado?

- En casa de Jake... - y se me hace un nudo en la garganta, todavía lo siento impaciente a mi espalda - Ahora paso a buscarte y nos vamos.

Cuelgo el teléfono sin más. Necesito estar en casa. Necesito pensar.

- Tengo que irme - digo mirando al suelo al voltearme.

- Bella.. - da un paso más hacia delante, pero mil ideas pasan por mi mente, pensando en lo que ha pasado, en buscar alguna excusa a mi comportamiento, y lo último que se me ocurre es quedarme aquí.

- Lo siento - salgo casi corriendo de su cuarto, con el corazón palpitándome a mil por hora.

CONTINÚA EN LA CASA DE LOS CALL.

Luego de que Bella se marcho me quedé tirado en la cama. La derrota era demasiado pesada, se sentía como mil kilos sobre mi pecho. Pasé horas allí sin encontrar la voluntad para mover un centímetro de mi cuerpo.

Sentía impotencia, rencor, humillación.

A pesar de todas las veces en que Bella me rechazó siempre conservé una mínima esperanza,; me ilusionaba pensando "es porque nunca te dio una oportunidad Jake" "Tranquilo, ya verás que en algún momento entrará en razón" "Ya se le caerá la venda que tiene en sus ojos y verá lo que tu ves".

Y así fue, se le cayó, pudo verme como hombre, se pudo ver como mujer conmigo. En sus ojos se evidenciaba que reconoció sus sentimientos, pero nada de eso le pareció suficiente.

No es suficiente mi amor inmenso, no es suficiente mi amistad, no es suficiente el futuro que le prometo, al lado de su familia, sin resignar nada, ni siquiera la magia que tanto le atrae.

No puedo ofrecerle dinero, pero Bella no parece de esas chicas. No, no es así. Y no puedo ofrecerle inmortalidad.

Tal vez es eso lo que ella siempre quiso, cambiar. Dejar de ser la humana torpe que yo tanto amo para ser otra... cosa.

Nunca podré encontrarle una explicación a lo que acaba de suceder. Nunca sabré porque la vida es tan injusta, por que Dios es capaz de destinar tu corazón a alguien que no lo quiere, que lo ignora.

Y aun ahora, después de todo esto, la sigo amando y sigo esperando el momento en que baje la guardia, que escuche su corazón, que se deje llevar por esa fuerza magnética que sentimos, que venga corriendo a mis brazos diciendo que me ama y que no soy solo la mejor si no la única opción.

Pasé largo tiempo tirado en la cama, reflexionando mucho y a la vez pensando en nada.

Mi cuerpo estaba cargado de impotencia, de rencor, y de amor.

Pensé, le busqué la solución una y mil veces, imaginé todos los finales posibles. Pero parecía que el final estaba escrito.

Estaba derrotado y eso era claro. Mi corazón quedó hecho añicos y mi esperanza se redujo a la nada. No sólo la perdía por otro hombre, la perdía para siempre,como amada, como amiga, como humana.

Mi corazón latía extrañamente tranquilo, susurrando a penas. Era como si él también estuviera reflexionando en su dolor. Cuantas veces se puede romper un corazón y esperar que siga latiendo? Al parecer él también decidió bajar los brazos y quedar hibernando en un sueño profundo, en el que esto no ha pasado y todo duele menos.

Después de una rato de nada siento una presencia en mi habitación. Miro a mi alrededor y encuentro los ojos preocupados de Billy.

Con la discreción que lo caracteriza no dice nada, con solo mirarme me da su apoyo.

- Hijo, dejamos un poco de comida en la nevera. Ve a comer que tienes guardia con Embry y Marie.

- Eh?? Ah, si claro, tengo guardia, lo había olvidado. Vale, ahora voy.

Por muy mal que me sintiera mi cuerpo estaba en perfectas condiciones y debía cumplir con mi deber. El clan de vampiros sigue allí y mientras ellos existan no tendremos ni feriados, ni vacaciones, ni licencias. Y francamente en este momento nada me haría mas feliz que clavar mis dientes en una sanguijuela.

(CONTINUA EN BOSQUE DE LA PUSH)

CONTINUACION CASA DE LOS CALL

Llegué a casa con el cuerpo cansado después de varios días agitados, pero lleno de satisfacción.

El pacto que acabábamos de hacer significaba para mi más de lo que nadie podría saber. Por supuesto que era por la seguridad de nuestra población pero yo tenía otro motivo. Un tanto egoísta tal vez pero de noble causa. Bella no podría ser convertida.

Ellos lo acababan de prometer: no mas incorporaciones en su aquelarre. Su aceptación me devolvió el alma al cuerpo. No solo significaba que Bella y Edward eventualmente se tendrían que separar, sino algo mas importante: ella nunca se convertirá en el objeto de mi odio. Seguirá siendo mi dulce, torpe,perfecta humana, mi Bella.

Entro a la cocina. Voy derecho a la heladera. Me preparo un sandwich contundente. Me moría de hambre. Lo llevo conmigo al living para ver algo de tv junto a Billy y mis hermanas.

- Jake...

- Si papá.

- Te ha llamado Bella.

Mi corazón dio un vuelco y el rubor invadió mis mejillas. A partir de hoy todo contacto con ella acercaba la posibilidad de que estemos juntos por siempre.

Balbuceé como pude un VALE. Apresuré los bocados en mi boca como para llamar. Me levanto de la silla y Billy me interrumpe:

- A donde crees que vas hijo? - no aguardó que conteste y siguió- Ya es un poco tarde para devolver la llamada.

De tanta ansiedad no paré a mirar el reloj. En verdad era demasiado tarde. La llamada tendría que esperar hasta la mañana siguiente aun que me pese.

- Cierto, no me había dado cuento. Bueno, me voy a acostar entonces. Hasta mañana.

La noche pasó tranquila y yo dormí como un bebé. Pero en el momento que abrí los ojos por la mañana un solo pensamiento invadía mi mente.

Me levanté y fui derecho al teléfono. Marqué el numero que conocía de memoria y aguardé impaciente mientras repicaba el tono...

-¿Bella? Soy yo. Billy me dijo que llamaste, no estaba en casa. ¿Todo bien?

- Tranquilo, no pasa nada. Solamente quería hablar contigo. Pero me gustaría que fuera en persona. ¿Podrías pasarte más tarde por aquí? Mi madre ha venido desde Florida.

- Claro, a que hora quieres que vaya? Parece que recién te levantas seguramente debes desayunar y arreglarte.

- Si, apenas me levanto y tengo algunas cosas que hacer. Pasa cuando puedas, alrededor del medio día te va bien?

- Por mi perfecto. Nos vemos Bells.

- Nos vemos Jake- dijo con un tono un poco extraño en su voz-

Que querría Bella con este encuentro? Trate de mantenerme tranquilo pero miente no paraba de divagar y especular.

Después de la conversación que tuvimos con los Cullen una posibilidad invadía mi mente: Edward no podría mantener mucho tiempo más su relación con una humana. Tal vez la ruptura llegó antes de lo esperado.

De cualquier manera, por más que esto traiga un resultado favorable para mi al final, por ahora no puedo sentirme feliz con nada que le traiga dolor a Bella. Tendré que aguardar lo que ella tenga para decir, esperando que finalmente sean noticias felices...

CONTINÚA EN CASA DE LOS SWAN

Continuación Casa de los Call

Mi entusiasmo aún no disminuía, casi corriendo llegue a la puerta de la casa de Rachel y con una fuerte inhalación golpee la puerta, pasaron varios minutos, que fueron eternos, y Billy me abrió la puerta.

-Chico, que bueno verte por acá-Sonrió y se le formaron arrugas en la frente

-Billy ¿que tal todo?-Pregunte, él me inspiraba mucho respeto

-Todo bien chico-Levanta los hombros en señal de que nada extraño a sucedido en estos últimos días meses-¿Buscas a Jake?

-No, no, busco a Rachel-Su rostro cambia drasticamente de una amigable por una de "vete ya o saco la escopeta".

-No se encuentra, salio con Becca a Forks, aprovechando el día

-Oh-No se me ocurría nada más que decir-¿Y Jacob?

-Fue donde Bella, de seguro se demora, o quizá no, con esa chica no se sabe nada-Billy quedo en silencio un momento-Si quieres pasar a esperar a que llegue alguno, no estaría mal, incluso me puedes ayudar con algo-Se hizo a un lado para que yo pasara y así lo hice, entre a la pequeña y acogedora sala esperando a que Billy me comentara lo que debía ayudarle-Necesito que arregles el mueble del tocador del cuarto de Becca, el espejo se ha descuadrado y ninguno de los chicos lo ha arreglado-Volvió a levantar los hombros restandole importancia-Te dejo allí, sé que puedes arreglarlo, yo iré con Sue si me necesitas

Y salio de la casa dejándome solo, me encantaba que en la reserva no tuviéramos que preocuparnos por robos o dejar a alguien solo en la casa, y mucho menos en nosotros, eramos una familia, una numerosa familia.

Fui a la habitación de Rebbeca, que estaba al final del pasillo, al frente se encontraba la de Jake, al lado la de Rachel (la cual tenia la puerta cerrada), y la habitación de Billy se encontraba cerca de la sala, baño y cocina, recogí unas herramientas para arreglar el mueble, solo era ajustar unos tornillos y el espejo, no demore más de 15 minutos, extraño que ninguno de los chicos lo arreglara... Me dedique a observar la habitación de Becca, en el tocador, habían unas cuantas fotos de ella junto con Rachel, Billy y Jake, una de su otra casa, incluso otra con amigos que no reconocía, había allí perfumes, cepillos, y todo lo que las chicas usan a diario, de repente me entro la curiosidad de como seria la habitación de Rachel, nunca la había visto, siempre estaba vacía cuando venia y ahora permanecía cerrada.

Sin pensarlo dos veces fui a su habitación, quizá podían considerarme un acosador, pero era curiosidad, una sana curiosidad, abrí lentamente la puerta, como si de allí fuera a salir un monstruo de 2 cabezas o quizá un asqueroso chupasangre. Cuando la termine de abrir, la luz del sol golpeo mis ojos, la luz entraba directamente a la habitación, tenia una vista hacia el bosque, y se alcanzaba a divisar el tono rojo del garaje que tenían al lado de la casa. Cerré la puerta cuidadosamente y divise la habitación, no era muy grande, contra la pared se encontraba su cama, con una colcha color azul oscuro, en las paredes se encontraban pegadas fotos en gran tamaño de ella y su familia, amigos de Hawai, amigos de la Push y una con Dylan, casi voy hacia allí y la arranco pero me contuve, yo no debería estar aquí...

Fui hacia su tocador, era similar al de Becca, contenía perfumes, collares, pulseras... había también un espejo, quizá Billy encontró un 2x1, repase la madera con mi dedo y observe que habían cajones, la curiosidad mato al gato, pero murió sabiendo, abrí un cajón sin pensarlo, como lo he estado haciendo todo el día, y observe su ropa ordenada pulcramente, y allí reluciendo a lo alto se encontraban unas bragas rojas, las levante delicadamente y las observe por varios minutos, miles de pensamientos y a la vez ninguno en concreto paso por mi mente, después me fije en lo que estaba haciendo y me di cuenta de lo patético que me veía, luego escuche unas voces llegando a la casa, los nervios llegaron a mi y lo único que se me ocurrió fue guardar las bragas en mi bolsillo y cerrar el cajón lo mas suave posible, luego me agache para "revisar" el tocador, siento que abren la puerta y me sobresalto, Rachel y Rebbeca, las dos con la misma cara de asombro (donde se parecen más que nunca), me observaban

-Hola chicas-Sonreí y trate de ocultar mis nervios

-Hola Embry-Las dos me saludaron, pero aun no se movían de la puerta esperando que les diese una explicación, me hacían sentir que era un completo extraño, y la verdad hace unos minutos lo era.

-Vine a visitar a Jake para aprovechar el esplendido día que hace hoy, pero Billy me dijo que no estaba, pero que si le podía ayudar a arreglar el tocador, Billy fue donde Sue y aquí estoy

Ambas sonrieron en aprobación a mi explicación, pero Becca frunció un ceño

-Pero, el tocador que estaba dañado era el mio

-Si, y ya lo arregle, solo que pensé que quizá este también necesitaba arreglarse y vine a cerciorarme, pero esta bien-Termine de relatar con mi corazón latiendo a mil

-Oh, muchas gracias Embry-Respondió Becca, Rachel solo me observaba inmovil

-Bueno y ahora que termine, iré a mi casa

-¿No quieres tomar algo?-Pregunto Becca hospitalaria

-No, gracias, Marie me espera para ir a la playa

-De acuerdo, gracias por arreglar mi tocador, un día de estos se me iba a venir el espejo encima, menos mal no sucedió-Relato Becca mientras salíamos hacia la sala

-Adiós chicas-Me despedí en la puerta y comencé mi camino hacia mi casa para desaprobar todo lo que había hecho el día de hoy