Casa de los Denali

Por lo que me dijo Carmen sobre nuestro viaje a Forks, todo estaba mas que listo. Irina se había ido hace unos días a donde nuestros primos de Forks, los Cullen, ya que se aproximaba la boda de Edward con Bella y ella quería ayudar en los preparativos. Nosotros teníamos cosas que hacer, por mi parte me quedaba comprar el traje que usaria, Tanya y Kate habían salido ya de compras por lo que todo estaba listo.

Compre los boletos hace un par de horas y el vuelo saldría por la mañana. Mire el reloj sobre mi mesita de noche y solté una bocanada de aire innecesaria, apenas eran la 1:20am.. sin duda alguna las horas muchas veces pasaban demasiado lentas.

Tenía ganas de ver el amanecer e irnos de una vez a Forks, hace mucho que no vemos a los Cullen y mucho más que no voy a una boda. Me pregunto cuantas personas de nuestra especie asistirán a ella

Las cosas en nuestra familia habían cambiado desde hace unas cuantas semanas, eso desde la llegada de Diego. Un chico solitario que Carmen se topo en el bosque sin tener un lugar a donde ir... nunca hemos sido de esos que acogen a cualquier vampiro solo porque si, pero Carmen se había empeñado en este chico y a decir verdad no me daba mala espina, asi que todo decidimos darle una oportunidad... el había prometido hacer un esfuerzo para adaptarse a nuestra forma de alimentarnos, y aunque no estaba ya "curado" de la sangre humana (ninguno lo estamos del todo) tenía que admitir que lo estaba haciendo bastante bien...

Ya eran las 6:00am por lo que debíamos irnos de una vez al aeropuerto, en una hora y un poco más saldría el vuelo. Me dirigí escaleras abajo rumbo al garaje, antes de salir con maleta en mano llame con tono de voz normal a los demás miembros de la familia, pues en cualquier parte de la casa que se encontrasen podrían escucharme perfectamente.

El primero en llegar fue Diego, quien me ayudo a cargar las maletas que Kate había dejado a un lado de la puerta de salida. Salimos al garaje y metimos las cosas en el carro..

- ¿Todo bien? – lo miro de reojo solo por decir cualquier cosa.. – conocerás a otros vampiros como nosotros.

- Estoy ansioso al respecto – me sonrió muy agradable y metió dos de las maletas en la cajuela del coche.

Me adelante a encender el motor para que calentara y en ese momento llegaron Carmen, Tanya y Kate. Iríamos todos en el coche al fin y al cabo no eran demasiadas maletas. Nos montamos todos  en el coche y lo puse a andar rumbo al aeropuerto

Las cosas estaban demasiado tranquilas últimamente por aquí, pronto me aburriría hasta la muerte, si esto era posible, en este lugar. Así que ya era una obligación para mi encontrar algo que hacer pronto.

Recorrí la casa en busca de algún voluntario para pasar el día, y sorpresivamente para mi todos estaban ausentes, las esencias de Carmen y Eleazar eran tenues ya, al parecer tenían tiempo de no estar en casa, pero la de Tanya era fuerte aun, no debía de hacer mucho que abandono el lugar.

Me tire en el sillón de la sala para pensar que exactamente podría hacer, no muchas ideas venían a mi mente. Al final, termine optando por la más simple y propicia para mi. Practicar mi proyección... una vez más.

Mire a todos lados, aun sin encontrar la voluntad para hacerlo. Pero me obligue a pararme y a dirigirme al patio.

Los aromas del lugar eran bastos, pero ninguno delataba a algún humano cerca,  estaba segura y podría practicar en soledad.

Tome una gran bocanada de aire, y imagine la chispa que iniciaba mi fuego en mi cabeza....
Aquella chispa, ese rayo azul recorrió lentamente  todo mi cuerpo llevando consigo voltios y voltios. Pensé que aquel rayo se intensificaba, volviéndose mas y mas azul expandiéndose, lo podía sentir cosquillear ya incluso sobre mi piel...Se podría decir que aun estaba a media carga, la intensidad de la corriente aun no llegaba a su máximo y ya podría tirar al suelo al vampiro de mucho mayor tamaño que el mio.

Tome otro innecesario sorbo del aire a mi alrededor y trate que aquel rayo abandonara mi cuerpo...
Pero como siempre, resulto en un patético intento fallido. Volví a tomar conciencia y volví a intentarlo, pero una vez más nada....No me daría por vencida, las cosas siempre fueron lentas a lo que respecta a mi poder pero como siempre efectivas.

Estaba por intentarlo una vez más, cuando una voz que pronunciaba mi nombre rompió mi concentración. Era Tanya que venía a anunciarme que debíamos ir de compras para la boda de Edward con aquella chica humana, y aunque estaba algo atontada por no haber sido capaz de sentir la presencia de mi hermana, ignoré aquello y me puse en movimiento.

La excursión de compras duró lo suficiente, generalmente amaba comprar, y ese día no era la excepción, disfrute el viaje al centro comercial como nunca.

6:00 am, el sonido del auto fue lo que me indicó que ya era hora de irnos, me cambié de ropa rápidamente y bajé a reunirme con mi familia, que al parecer ya solo esperaban por mi, si hubiese sido posible me abría sonrojado, les dirigí a todos una pequeña mirada de disculpa.

Me hizo gracia cuando Eleazar le dio las lentillas a Diego, el pequeño lo hacia bien pero era un poco distraído, lo cual me recordaba a mi en mis inicios, eso me gustaba, no me costaba verlo como un pequeño hermano. Bajé del auto tras el y susurré para que solo el escuchara. -Ya sabes, no respires pero mueve los hombros como si lo hicieras, se te hará más fácil con todas estas personas cerca- tomé mi maleta haciéndole un guiño de ojos y esperé al resto pacientemente jugando con mi celular.