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Sáb Nov 12, 2011 3:52 pm
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Ethan Koffman
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Hijos de la luna
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Mar Nov 15, 2011 10:55 am
Capitulo 10

Lo quede mirando para que saliera, pero no se movió. Mis planes no se iban a cumplir si el se comportaba tan distanciado.

-Isabella, no quiero que te comportes mal esta noche –sonreí al darme cuenta de que esto podía salir como yo deseaba. Escuche un gruñido de su parte, sonreí de nuevo.

-De verdad puedes leer mi mente, no estaba segura hasta ahora…

-No me interesa tus descubrimientos, ahora sal –deje una pierna sobre la otra, cruzándome de brazos.

-No, primero te quiero ver…debes ser justo, no juegues sucio, me dijiste que sabría de ti en esta fiesta, me trajiste, estoy a un paso de estar rodeada de no sé qué criaturas y tu no estás cooperando en nada para que yo sal… -me quede con la palabra a medio completar, porque un segundo después de estar diciendo aquello, aquel bastardo estaba solo a un centímetro de mis labios. Después se movió con rapidez a mi oído.

-No me tientes Isabella –trague saliva nerviosa –esto no es ningún negocio –cerré los ojos al sentir sus labios en el lóbulo de mi oreja, solo un leve roce –tu eres mía y harás todo como yo desee, no como a ti se te plazca –llevo su mano a mi cuello, tomándolo con fuerza y haciendo que me apoyara en el respaldo -¿has entendido? –apretó mas fuerte mi cuello.

-Si… -dije asustada, con mis ojos llenos de lagrimas.

-No llores, no me agrada eso, además que arruinaras tu rostro –en eso se abrió la puerta y con rapidez salió de ella mientras muchos flashes comenzaban a dispararse ¿Qué demonios?

-Srta. Isabella –escuche la voz de Jane y vi su mano, la tome aturdida.

Pude ver mejor cuando me acostumbre al ambiente, podía ver varios fotógrafos aquí ¡esto tenía que ser una broma!

-Sígalo –asentí y me apresure para llegar atrás de el hombre que iba adelante mío, con un abrigo negro, de cuero gastado, no podía ver su cabello, porque estaba cubierto con un sombrero que combinaba con el abrigo.

-¡¿Cuál es tu nombre? –me gire al ver que un tipo se digirió a mi, pero no conteste, Jane lo hizo por mi.

-Isabella Swan, anótalo bien Alec –el asintió y me fotografió, me apresure de inmediato hasta tomar el abrigo del bastardo para no perderme, estaba asustada, esto no era lo mío. Mire hacia atrás pero Jane no se encontraba.

Entramos y me quede boca abierta, esto era hermoso. Era un gran salón con muchas personas, colgaban dos candelabros gigantes del techo. Sr. Bastardo se escapo de mi agarre y se dirigió hacia un lado, dejándome sola.

-Volví Srta. Isabella –sonreí aliviada de no estar sola –pero me voy en unos minutos, mire –sentí como se revolvió mi estomago –ahí está la barra –dijo indicándome hacia el final del salón al lado izquierdo, ahí habían alguien sirviendo tragos –acá –dijo apuntando a la derecha, donde habían unos pilares, que daban entrada a otro salón –está la pista….aunque por el trago no se preocupe, porque siempre hay chicos con bandejas dando vueltas –asentí.

-¿Y ahora me quedo sola? Sr. Bastardo ha desaparecido –dije mirando a mi alrededor -¿Qué debo hacer? –ella sonrió.

-Es una fiesta, disfrute de ella…no se fije quien es un vampiro o no –dijo lo ultimo susurrando –se volverá loca –asentí sin mucho ánimo.

-Bien, la debo dejar…que este bien Srta. Isabella

-Gracias Jane… -ella me sonrió y se fue.

Mire a mi alrededor tratando de buscar al bastardo, pero no estaba en ningún lado. Avance para mezclarme entre la gente pero decidí que mejor me iba a un lugar tranquilo. Seguí derecho hasta una nueva entrada donde no había luz, pero no me importo. Fui directo hasta llegar al nuevo salón.

Sonreí al ver la luz de la noche entraba al lugar, estaba lleno de ventanales gigantes. Suspire y me senté en un sofá que había, cerca de una ventana. No tenía la menor idea que estaba haciendo aquí, pero era preferible que estar rodeada de desconocidos y personas que no sabía si eran humanos o vampiros, maldito Sr. Bastardo, había jugado sucio y me había engañado, claramente no confiaba en mi si no me decía quien era. Hice un mohín dándome cuenta que mis planes no servirían de nada.

-No deberías estar aquí sola, te puede atrapar un vampiro y proclamarte como suya.

-Cállate eso no es gracioso –dije suspirando. No lo quise ni mirar, no tenía idea pero me sentía traicionada por él, sin dudas estaba enferma ¿Cómo podía esperar algo de honor de su parte si me tenía secuestrada?

-Nunca dije que te iba a mostrar quien era…

-Aun así no me contradijiste cuando pensé que así era –sentí como se sentó a mi lado pero no lo mire.

-Realmente no tienes sentido de supervivencia Isabella…vienes aquí, a la oscuridad sabiendo que hay criaturas que no conoces…

-Me da lo mismo, ya has hecho lo peor –escuche como reía suavemente.

-Te pudo tocar alguien que era peor… -me gire a verlo y sus ojos rojos que ahora ya no me asustaban como lo hacía al principio me miraban con cierta gracia. Su estúpido abrigo y su sombrero, me hacia evitar poder ver algo más de su rostro que su mentón. No iba a intentar sacarle el sombrero porque él era muy rápido –piensas sabiamente Isabella… -suspire al escuchar su voz. No entendía cuan podía estar mal esto pero realmente anoche me había costado dormir porque…bueno, las noches pasadas me había acostumbrado a tener un buen orgasmo. En otras palabras, me costó dormir anoche porque estaba caliente. Sr. Bastardo se rio un poco más alto, lo que me recordó que escuchaba mis pensamiento. Mire hacia las ventanas al sentir como me sonrojaba –eso es normal, siendo humana, el sexo con un vampiro es mucho mejor de lo que es con un humano, al final, es adictivo.

-No me diste el tiempo de comparar ¿no?

-Y no lo harás…eres mía –rodee los ojos. Eso él no lo sabia, me podría escapar y podría encontrar a alguien mucho mejor que él -¡No! –dijo tomando mi brazo y haciendo girar bruscamente. Había escuchado mis pensamientos…otra vez –Ten cuidado con lo que piensas.

-No te metas donde no debes…

-No sigas desafiándome… -lo mire enojada.

-No me puedes exigir nada, no soy nada tuyo…ni siquiera sé tu nombre –dije girándome de nuevo.

-¡Demonio! –dijo tomándome de mi brazo y haciendo que me recostara.

-¡NO!... –dije buscando mi celular en mi bolsillo.

-¿Qué haces? No sacas nada en llamar a alguien –pude sentir su frio aliento contra mis labios -¿esto era lo que querías? –Negué, cerrando mis ojos, maldito vampiro que tenía este efecto en mi –claro que si –dijo plantando sus labios contra los míos, comenzó a besarme apasionadamente, mi corazón comenzó a latir con más fuerza cuando sentí su lengua moverse con la mía cuando le di acceso para que profundizara el beso. Lleve mis manos a su rostro y pude ver que su máscara tapaba hasta su nariz. Se fue acercando más a mí, haciendo que quedara entre mis piernas.

-Esto esta tan mal –dije cuando comenzó a besar mi cuello.

-Es hora de marcarte como mía, mucho antes mejor –dijo finalmente para sentir como enterraba sus colmillos en mi piel, comenzando a beber de mi cuello. Esa era la clave que necesitaba. Sonreí triunfante.

Con rapidez lleve mi mano a su máscara y tire de ella haciendo que callera detrás de sofá y apreté un botón de mi celular hacia su rostro, todo paso en menos de tres segundos, tan inesperado como para que un vampiro no se diera cuenta de lo que sucedía, mientras bebía de mi sangre que se concentraba en solo eso, beber.

-¡No! –dijo tomando con fuerza mi muñeca mientras yo me quede helada al verlo. Había visto su rostro con la luz del celular. Su agarre fue tan fuerte que hizo que botara mi teléfono.

-¡Me duele!

-¡Eso es lo que quiero!...no debiste hacerlo Isabella.

-Oohh…no me vengas a pedir que sea tu fiel sirvienta Edward…¡estúpido bastardo! –Dije empujándolo con mi otra mano -¿A que demonios estabas jugando? –comencé a golpearlo con mi mano libre pero la detuvo. Gruño de tal forma que me asusto, me tomo con ambas manos y me lanzo contra un pilar que había. Mi cabeza choco con fuerza, sentí como si todo se rompiera.

-¡Aaahhh!… -grite tomando mi cabeza. Todo se movió a mi alrededor.

-¡No debiste hacerlo! –escuche como se acercaba con rapidez. Cerré los ojos para esperar lo que me esperaba.

-¿Edward? –mire de inmediato hacia donde provenía esa voz femenina. Había una mujer con un vestido rojo oscuro mirando hacia nosotros -¿Qué estás haciendo? Tu no…

-¡Vete de aquí Esme! ¡ahora! –ella se tenso y asintió para girarse, pero se volteo, toda esperanza volvió a mi cuerpo, quizás ella me podría salvar, pero solo cerro las grandes puertas que eran de este salón, dejándome completamente sola con este bastardo -¡¿Creo que ya me puedes llamar por mi nombre no? –tomo mi pie y me hizo arrastrar unos centímetros en el suelo de mármol para dejarme recostada. No podía decir nada solo cerré los ojos mientras las lagrimas caían por los lados de mi rostro -¡no llores!

-Que tu no puedas hacerlo no significa que yo dejare de llorar antes que me mates.

-Claro que no te matare… -dijo tomando ahora mi cuello –¡Deja de llorar Isabella! –solo escucharlo hizo que llorara mas fuerte –esto lo pagaras de una u otra forma…-esquive su mirada, pero hizo que lo mirara.

-Solo mátame ¿si?...mátame… -el rio de una forma que me dio escalofríos.

-No, hare todo lo contrario, pagaras por desafiarme…ahora terminare de mostrarles a todos que eres mía -me soltó, dejándome apoyada en el suelo, pero segundo después, tomo mi rostro y lo giro, llevando sus dientes a mi cuello y mordiendo con fuerza, haciendo que gritara de dolor, esto no era nada placentero como antes. Además de que bebió demasiado de mi, haciendo que mis ojos se cerraran perdiendo la consciencia.

Sentí una mano fría acariciando mi mejilla, me senté lo mas rápido para alejarme.

-Isabella, tranquila –quede mirando a la mujer que tenía al frente mío, era la misma que me había venido a ver. La luz ahora estaba prendida, una hermoso candelabro en este salón me daba la opción de verla –oohh...no debiste hacerlo enojar…

-Sra. Cullen –ahora podía diferenciarla mejor. La había visto antes y había hablado por teléfono. Dios santo –Usted es una… -ella asintió –Oh Dios, el Sr. Cullen…

-También querida… -tomo mi mentón y lo giro un poco para ver mi cuello –no te ha dejado tan mal –tomo algo detrás de ella –toma querida –me paso una pañoleta y la envolví con cuidado en mi cuello, me dolía.

-Él es un monstruo… -no podía creer que ese bastardo fuera hijo de esta dulce mujer, ella era maravillosa, ahora lamentaba haberlo tratado de hijo de puta a Edward, ella sin duda no era una puta.

-Lo has hecho enojar Isabella, debes tener cuidado, Edward tiene un carácter horrible…

-Además de ser un maniático ¡me tiene secuestrada!

-Eres suya –dijo haciendo una mueca.

-No…jamás seré suya –dije ahora con los ojos llenos de lagrimas. Ella me sonrió dulcemente.

-Me recuerdas a mi hace ya más de dos mil años –fruncí el ceño, eso no era bueno.

-¿De que está hablando?

-De que estas asustada porque un loco con colmillos te muerde y dice que eres suya…Carlisle hizo lo mismo, aunque con otros métodos –me quede helada ¿Edward pensaba en…? No, era imposible -Edward claramente se esta dando el tiempo con su proveedora, esa eres tu, otras chicas no tuvieron tu suerte, el era joven –me puse de pie para salir de ahí, pero decidí quedarme sentada, no me sentía muy bien. Esta señora era dulce, pero una rara.

-¿Qué hora es? –dije mirando al suelo y viendo que mi celular estaba destrozado. Bastardo.

-Mas de las tres de la mañana, queda otro tiempo…Edward esta afuera –fruncí el ceño al escuchar su nombre –ven –dijo ayudándome a ponerme de pie. Todo se me movió por un segundo, pero después me apoye mejor en el mundo.

Avance con la ayuda de Esme, abrió la puerta y todos estaban bailando. Pude ubicar de inmediato a Edward en una esquina, conversando con dos mujeres, estupendas. Me miro y pude ver que no se le había pasado el enojo. "Bastardo, algún día pagaras por todo esto" pensé mirándolo. El sonrió y asintió dejando su mano en el sombrero y siendo un maldito psicópata.

-Me quiero sentar –dije mirando a Esme, ella asintió y me llevo a un sofá color crema, con estampados florales. Me senté ahí y ella me quedo mirando por unos segundos para después girarse abruptamente y mirar hacia detrás de ella. Me moví un poco y vi que era Carlisle quien le sonreía de una forma increíble –Ya puedo quedarme sola, gracias… -dije tratando de sonreír.

-Esta bien, nos vemos Isabella –asentí y ella desapareció entre las personas que bailaban. Me quería ir de aquí, no me sentía bien.

-Dios santo, pero si es Anna Valerious –levante la vista y fruncí el ceño al ver a este desconocido.

-Supongo que eres Lestat –dije notando como aquel rubio tenia el mismo peinado que Tom Cruise en "Entrevista con un vampiro" sus ojos y nariz estaban tapados por una máscara dorada.

-James Staci –dijo estirando su mano hacia la mía, la estreche con cuidado. Era frio.

-Excelente otro vampiro e italiano –dije cansada pero ya sin miedo, nada mas me podría pasar.

-Esa mascara que tienes no quita el cansancio que te esta atacando –asentí. El se sentó a mi lado -¡Ey Chico! –dijo, pude ver como se acercaba alguien y me ofrecía varios jugos, mire y tome un vaso con vodka –no creo que sea lo mas adecuado.

-Eso no te incumbe –dije tomándolo de un solo trago y haciendo una mueca de desagrado.

-Pero si eres tan terca como Anna Valerious –sonreí cansada –no te hará bien tomar en ese estado, has sido marcada…de una forma bastante especial, has hecho enojar a mi amigo Edward ¿no?

-Eso tampoco es de tu incumbencia… -dije mirando hacia otro lado.

-Esa boquita tuya, te traerá problemas con él… -lo quede mirando sus ojos eran negros.

-Necesito irme de aquí…

-Estas viviendo con Edward, me puedo encargar de llevarte o de llamar un taxi por ti.

-Eso no será necesario –me tense al escuchar su voz –James…¿Qué haces por aquí? –levante la mirada y ahí estaba el maldito de Van Helsing, sonriéndole a su amigo.

-Edward, compórtate como debes…sabes que no puedes tener a "La tua cantante" en este estado –el ladeo su cara un poco y sonrió.

-James Staci, me sorprende estar escuchando esas palabras de tu boca especialmente, ahora deja de hacerte el lindo con Isabella y ve a otro lado, mañana nos vemos –rodee los ojos, esto era horrible. Me puse de pie y tome otro trago de vodka que andaba trayendo otro chico, lo hice de la misma forma que el anterior, quería perder la conciencia en esto.

-Vamos… -dijo Van Helsing tomándome de la cintura y haciendo que caminara con el –creo que con esto –dijo cerca de mi oído –te quedara claro no desafiarme Isabella.

-Vete al infierno –dije un poco mareada, creo que Lestat, diablos…James, tenia razón, no debí tomar demás.

-Te dejare pasar esa porque estas borracha, no deberías tomar Isabella, no tienes resistencia.

-No te metas en lo que no debes –dije apoyándome mas en su brazo porque me tropecé.

Sentí como el aire frio golpeo mi rostro y nos metíamos en un auto. Edward con cuidado, irónicamente, me dejo sentada a su lado. Me sentía tan mal que me apoye en su hombro.

Segundo después o eso paso para mi, sentí como me cargaban para llevarme a no se donde, abrí un poco los ojos y vi que estábamos en la caja plateada pero estaba tan mal que no abrí de nuevo mis ojos en el ascensor.

-Te dije que aun tenias que pagar –al escuchar eso sentí algo extraño en mis manos y me di cuenta que estaban atadas. No sé cómo pero se me paso de inmediato el sueño o el alcohol abandono mi sangre.

-¡¿Qué demonios? –dije mirando hacia mis lados, estaba la luz de la mesa de noche prendida. Estaba en la habitación y Edward solo me miraba con sus bóxers negros. Note que estaba completamente desnuda, solo tenía la máscara en mi rostro y la pañoleta en mi cuello, que dolía -¡Ya me mordiste! ¿es que quieres mas? –trate de mover mis manos pero no pude, estaban atadas con un cinturón hacia la parte de atrás de la cama –No…

-Ni se te ocurra llorar, odio cuando lo haces, esto deja de ser divertido para mi…

-Edward… -lo quede mirando. Realmente me dolía que el fuera la sombra, a pesar de que había pensado lo contrario en algún momento.

-Bueno, has arruinado la sorpresa, y has quedado con un sabor amargo ¿no? –fruncí el ceño al recordar cómo me arrojo contra el suelo hasta chocar con un pilar –Tu te buscaste eso Isabella.

-¡Deja de meterte en mi mente! –lo mire enojada.

-Tienes razón, es hora de meterme en otro lugar ¿no crees? –sonrió curvando sus labios. Paso su mano por mi pantorrilla izquierda, la cual aleje de él inmediato, esquive su mirada y me concentre en la luz –No juegues…sabes lo que me pasa cuando tratas de escapar… -cerré los ojos con fuerza. Edward infeliz, le cambiaba increíblemente la voz cuando estaba caliente, por eso tenia cuidado en hablarme cuando estaba en la oficina.

-Por eso me llamaste Bella antes…demonios, soy tan tonta por no darme cuenta –dije pensando en voz alta.

-No es el tiempo de hablar -dijo separando mis piernas cuando se fue acercando a mí. Gire mi rostro, no quería verlo. Debería apagar la luz -No lo creo –dijo ahora cerca de mi oído, me estremecí al sentir su pecho rozar con el mío –Ahora puedo ver claramente tu expresión de placer cuando invada tu cuerpo, no voy a desaprovechar ningún segundo –dijo tirando de mi lóbulo, haciendo que un gemido se quedara en mi garganta, no pensaba mostrarle ningún efecto que el tenia en mi –veremos si eres capaz de aquello…

-Deja de meterte en mi mente… -gire mas mi rostro lo que me dolió, porque mi cuello aun estaba herido. Edward se alejo un poco de mi y tomo el nudo de la pañoleta, la cual desato y la saco suavemente hasta arrojarla al piso.

-Vaya vaya….si, cruce levemente el limite… -dijo pasando su mano por mi cuello. Me queje al sentir su mano, pero lo frio que era hacia que me tranquilizara un poco el dolor –vamos a solucionar esto para que el lunes estés lista para trabajar –volvió a acercase a mi, mientras trataba de sacar mis manos de ese cinturón, pero me quede quieta al sentir sus labios en mi cuello, besando de un forma increíble, maldito bastardo con un poder que no tenia idea. Paso su lengua por mi piel herida por su culpa, me removí bajo su cuerpo, tensando mi mordida, no iba a salir ninguna palabras de mi boca. Edward succiono mi cuello como si estuviera disfrutando todo esto –Lo hago… -dijo respondiendo a mi duda. Como lo odiaba. Comenzó a bajar con sus besos llegando a mi clavícula. Dejo sus manos en mi cadera donde empujo mi cuerpo hacia el, quedando mas cerca de él, ya a este tiempo ni siquiera movía mis manos.

-Eres un bastardo –dije enojada porque el me podía manejar como quería. Tomo mi pecho izquierdo con fuerza y tironeo con fuerza el pezón, pero aun así no salió nada de mi boca, lo que lo hizo gruñir levemente para después volver a repetir la acción, mientras tironeaba de mi otro pecho con su mano libre, aguante la respiración para que no saliera nada de mi boca, lo que parecía volverlo loco, porque se esmeraba mas en lo que estaba haciendo, casi llegue al extremo de morder mi lengua para callarme. Tomo mis caderas, mientras me miraba con los ojos entrecerrados, sonreí triunfante. El no podía controlar si gemía o gritaba por como me hacia sentir y acabo de descubrir que aquello le agradaba. Enarco una ceja mirándome con esos ojos negros, tan profundos y malvados que me quede quieta mirándolo, pero segundo después me exalto al verlo solo a un centímetro de mis labios.

-No… -dije que si me llagaba a besar estaba perdida.

-No habrá besos para ti esta noche… -debería estar enferma, porque el tono que utilizo para decir eso, solo provoco que me humedeciera…aun mas. Apoyo su frente en la mía y volvió a sonreír curvando sus labios. Se acerco solo un poco mas para que casi pudiera rozar sus labios, lo que hizo que mis manos se moviera involuntariamente para poder tomar su cabello y acercarlo a mi boca. Edward negó aun sonriendo, pero nuevamente con su rapidez, que me estaba dando cuenta que era sobrenatural, se ubico de pie al lado de la cama y se despojo de sus bóxers. Mire a otro lado un poco avergonzada, lo había sentido y todo, pero…no lo había visto. Ese pensamiento hizo reír a Edward, pero se volvió a subir a la cama y me quedo mirando sin decir nada.

-SI, si estas pensando que eres un bastardo por hacer esto, lo eres –dije enojada.

-Ya me estaba preguntando donde estaba esa boquita tuya… -frunció levemente el ceño para después volver a quedar entre mis piernas, pero mas alejado, no podía sentir su erección, que debo decir que soy culpable y lo mire, y si, era una gran erección –claro… -dijo ahora besando mi abdomen, mordiendo levemente mi piel. Aquello no se que efecto tuvo pero comencé a mover mas mis brazos para escapar del agarre, pero no podía, Edward siguió bajando hasta que sujeto bien mi cadera y quedo solo a unos centímetros de mi centro. Mordí mi labio al ver lo que iba a hacer, ahora si me costaría estar callada.

-Maldito… -dije cerrando los ojos con fuerza, no me iba a rendir. Comencé a pensar en cualquier cosa, en lo que fuera para no concentrarme en como se iba a sentir esto, pero solo al sentí sus dientes mordiendo mis pliegues, hizo que mi mirada se fuera hacia lo que estaba haciendo mientras que mi respiración se volvió pesada y estaba con la boca abierta. Comencé a tratar de sacar mis manos del nudo de ese maldito cinturón y lo peor era que mi objetivo no era alejarme, sino que era tomar su cabello y acercarlo mas. Salió un leve quejido de mi parte al sentir como su lengua tenia contacto con mi clítoris. Edward levanto la mirada.

-¿He escuchado algo? -¡bastardo le hacia gracia todo! Después de que me golpeo, me mordió, me dejo ¡pésimo! Y yo tenia que estar enferma para estar disfrutando esto. Volvió a pasar levemente su lengua por aquel manojo de nervios que tenia demasiado sensible.

-Si… -salió de mis labios, pero me quise golpear contra una pared por decir algo, pero por lo visto el Sr. Bastardo, le gusto, porque comenzó a mover mas rápido su lengua. Sentí como mis ojos se llenaban de lagrimas por quedándome callada, cuando se estaba formando mi orgasmo en mi vientre. Cuando me iba a sentir ganadora por no gritar con lo que estaba sintiendo, él jugo sucio. Sentí como su legua me penetraba mientras sus dedos se movían de forma circular en mi clítoris –Edward… -sentí como sonrió, pero se comenzó a mover mas fuerte –¡Un poco mas! –dije mas alto y fue lo ultimo que pude hacer para no decir nada. Comencé a gemir y moverme mi cadera hacia el, y justo cuando estaba a punto de tocar el cielo el se separo y reemplazo su lengua por su miembro. Me tomo de las caderas y me miro sonriendo de esa forma media malvada y traviesa que tenia, mientras entraba de un solo movimiento a mi cuerpo, lo que hizo que soltara un leve grito, era tan grande. Rodee su cadera con mis piernas para sentirlo mas profundamente, pero el leyó mis pensamiento y solo se comenzó a mover mas fuerte y rápido -¡Como te odio! –dije cuando llegaba a mi orgasmo que arrasó con todo mi cuerpo, pero mire a Edward y el no tenia intensiones de parar, por lo que tomo mi pierna izquierda y la movió hacia mi otra pierna y las dejo flexionadas hacia mi lado derecho, mientras ahora comenzaba a entrar en mi desde un nuevo ángulo.

-¿Sabe…como se llama…esta posición? –dijo mientras entraba y comenzaba a hacer que mi cabeza comenzara a volar.

-El tornillo, bastardo… -dije volviendo a sentí como un nuevo orgasmo amenazaba con atraparme.

-Eras virgen pero no tonta ¿cierto? –dijo entrando mas profundo a mi cuerpo.

-Edward… -dije cerrando los ojos y sintiendo como comenzaba mi cuerpo a temblar, mis brazos dolían de una forma increíble, pero lo deje de lado al sentir como todo ese placer acumulado recorría todo mi cuerpo –Ya para… -dije mirándolo sorprendida ¿es que no se cansaba?

-No… -dijo el negando, pero podía notar que iba a correrse, aunque nuevamente para mi sorpresa, tomo mi pierna izquierda y la dejo sobre su hombro, comenzó a acariciar mi clítoris con su mano libre haciendo que de a poco volviera a desear que entrara mas profundo y mas rápido. Sentí como gotas de sudor se acumulaban en mi frente y otras que caían por mi cuello.

-Edward….hazlo pronto –dije cuando sentí como si mi corazón fuera a estallar.

-¿Ya no…soy… –gruño un poco pero siguió hablando- …el bastardo? –dijo sacando un grito de mi parte al sentirlo mas profundo ¿el tenia la capacidad de traspasarme? Porque eso no seria nada bueno –Nada bueno… -dijo repitiendo lo que pensé –¡Demonios! –dijo corriéndose, lo que hizo que yo misma encontrara mi liberación.

Edward cayo a mi lado, como si calculara exactamente donde caer. Lo mire mientras mi pecho subía y bajaba porque literalmente Edward había arrasado con mi cuerpo.

-Sácame de esto –dije moviendo mis brazos. El me miro y sonrió.

-No…ese será tu castigo, pasaras la noche así…aunque ya vaya a amanecer –dijo poniéndose de pie y miro su ropa, levanto los hombros quitándole importancia.

-¡Suéltame Edward! –me miro y frunció sus labios.

-Creo que iré en contra de mis reglas –dijo acercándose. Realmente pensé que me iba a liberar, pero tomo mi rostro con una mano y me beso. Dios santo, mis labios estaban resecos al no tener contacto con los suyos, pero al sentir como su boca se movía contra la mía me tranquilizo bastante, al sentir su lengua envolverse con la mía ¿Qué tenían sus maldito labios que me hacían adicta? –Edward… -dije tomando aire y debo admitir que me asuste al sentir su mano en mi pecho. Estaba muerta, no podía más.

-Buenas noches Isabella –dijo apagando la luz y dando media vuelta.

-¡Suéltame! –maldito, se desapareció en la puerta, mostrando su glorioso trasero.

Con agilidad logre cubrirme con las frazadas. Agotada me quede dormida aun con el dolor de mis brazos y muñecas. Maldito Edward Cullen.
Ethan Koffman
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Jue Nov 17, 2011 7:16 pm
Capitulo 11

Cuando ya el día gobernaba la habitación, pude sentir unas manos tibias soltando mi agarre, cuando abrí un poco los ojos note que era Jane quien me estaba desatando y saco la mascara.

-Dios…Srta. Isabella… -me gire y me quede dormida completamente, sin poner atención en nada. Estaba agotada, cada uno de mis músculos se vino en contra mía y me provocaban dolor, era como haber corrido una maratón sin tener un estado físico adecuado y eso lo sabia por experiencia propia, Alice quiso hacerlo una vez y le seguimos con Jasper, claro, ella logro llegar a la meta, nosotros dos nos quedamos en una tienda, agotados, tomando cientos de litros de agua y cualquier cosa que nos ponían adelante.

-Que dolor –dije después de despertar. Lleve mis manos a mi cuello, el cual para mi sorpresa, no sentí ninguna marca, lo que me alivio, era un dolor menos. Mire hacia mis lados y vi que ya estaba atardeciendo. Me trate de poner de pie porque necesitaba ponerme algo de ropa, aun seguía desnuda, necesitaba una ducha y además porque ¡moría de hambre!

Ya de pie me dirigí al baño, me metí como una sonámbula y quede por un largo tiempo bajo la tibia agua antes de recién comenzar a ducharme. Luego de hacerlo, llene la tina con agua tibia y me quede ahí, mis músculos estaban agradecidos por aquel trato. Cerré los ojos sin poder evitar traer a mi mente a Edward en el día de ayer, como todo paso a dolor cuando me arrojo contra el pilar, sin dudas lo había hecho enojar, pero aun así me fui hundiendo en el agua al recordar como entraba en mi cuerpo con fuerza.

-En un hora debes estar lista –saque mi cabeza del agua al escuchar a Edward, quien estaba vestido con una camisa blanca y unos pantalones negros, su cabello siempre revuelto y una expresión seria –Esme ha insistido que debemos ir a verlos, al igual que Carlisle –dijo fríamente para luego salir del baño…alto yo había puesto la puerta con seguro ¿no?

Me Salí de la tina y me envolví en la bata para secar mi cabello, lo hice solo un poco para después irme al armario. Note que mi cama estaba hecha y había ya un traje encima de ella. Fui hacia este y lo mire.

-Esto no me lo pondré –dije frunciendo el ceño, para la fada gris ajustada y una hermosa blusa blanca –esto es para trabajar –me dije. Tome la vestimenta y la fui a guardar. Vi en el armario y tome unos jeans negros con una camisa de mujer, ancha, a cuadros, la ajuste a mis caderas con un cinturón a juego, me quedaba bastante bien, no iba a ir vestida formal si hoy era sábado. Me tome el cabello en un moño y Salí de ahí hacia la sala.

Llegue y Edward estaba mirando por la ventana, se volteo al verme y frunció el ceño.

-Eso no fue lo que aprobé –dijo enojado.

-Bueno, no soy tu muñeca así que no me vestiré formal un día donde no debo trabajar.

-Isabella –dijo molesto.

-Esta listo el auto Sr. Edward –dijo Jane interrumpiendo, me miro y sonrió.

-Hola Jane –la salude.

-Te salvaste esta vez, solo porque vamos atrasados –dijo avanzando hacia mi –vamos –asentí y mire a Jane quien solo me sonrió nerviosa.

Fuimos los tres al ascensor y me puse nerviosa al momento de verlo. Mire de reojo a Edward pero el solo negó cansado, sin embargo Jane me tomo del brazo y me relaje un poco mas.

Bajamos en un silencio incomodo, por lo que desee hablar.

-¿Dónde vamos? –dije mirando a Edward nerviosa, no era por el, era por estar en esta caja de metal.

-A donde mis padres… -me preguntaba si de verdad ellos eran sus padres ¿los vampiros podrían tener bebés? Si era así…estaba metida en problemas. Edward me miro serio y negó, así que supuse que estaba respondiendo mi pregunta. Ninguno dijo nada hasta que llegamos a la salida. El hermoso jaguar negro nos esperaba, pero sin Jacob esta vez.

-¿Dónde esta Jacob? –dije mirando a Jane, ella miro de reojo a Edward, así que supuse que no tenia autorización para hablar.

-Vamos… me gusta ser puntual -dijo Edward mirándome molesto. Rodee los ojos y me despedí de Jane, ya que ella no venia con nosotros. Edward me espero con la puerta abierta, enarque una ceja, pero no dije nada y entre al asiento del copiloto, por primera vez, él entro rápidamente e hizo andar el auto de inmediato –¿no puedes seguir una orden Isabella? –dijo mirando lo que llevaba puesto.

-A diferencia tuya, yo trabajo y estoy todo el día con tacos y vestida formal…me canso –dije mirando hacia afuera -¿Por qué vamos a donde la Sra. Y Sr. Cullen?

-Ayer solo fue la presentación general para todos los vampiros, ahora habrá personas que conozco de verdad.

-Esto es ridículo, pero veo ahora donde pasas tus noches…de fiesta en fiesta.

-Realmente no en este estilo de fiestas, me la paso donde me viste por primera vez, en ese estilo de fiestas –al recordar aquella vez, sentí un escalofrió en mi espalda y pensé, claro, de pub en pub y teniendo sexo en los callejones.

-Un caballero no tiene memoria –dijo "gracioso" eso no le quedaba, el era malvado, no lo iba a encontrar gracioso luego de arrojarme contra un pilar de cemento y hacer que casi mi cabeza explotara.

-Que abras la puerta del auto no te hace un caballero ¿cierto? –dije aun sin mirarlo.

-Claro, ahora dime, estoy confundido, la parte de hacer explotar tu cabeza es ¿porque hice que chocaras contra el pilar o porque entre de una forma magnifica en tu cuerpo anoche? –lo mire sorprendida.

-Sin dudas abrir la puerta del auto no te hace un caballero –dije molesta y sintiendo como mis mejillas se sonrojaban por su desagradable comentario.

-No me encontrabas nada desagradable anoche ¿no crees?

-¡Deja de meterte en mi cabeza! –dije mirándolo molesta –No quieres un espectáculo a donde vamos ¿cierto? –sonreí al ver como tensaba su mandíbula –el gran Edward Cullen no podría tener a su proveedora bajo control, que mala imagen te ganarías ¿a que si?

-A menos que quieras un hueso roto, no harías eso –me miro y pude ver como sus ojos se pusieron rojos, no se si fue por la rabia o por que tenia sed –ambas… -me quede impresionada mirando sus ojos, nunca los había visto cambiar en vivo –dame tu mano… -lo mire sorprendida.

-No te atrevas…recién estoy teniendo energías a como me dejaste ayer… -tomo mi mano sin importarle, empujándome a estar mas cerca de el. Miro hacia donde girar y paso sus labios por mi muñeca, con cuidado, cerro los ojos y paso su nariz por mi piel. Me quede anonadada mirándolo, para que después mi corazón saltara al ver como sus colmillos crecían en una fracción de segundo y se enterraban en mi piel. Cerré los ojos y gire mi rostro hacia la ventana. Era muy distinto cuando Edward me mordía como un idiota, como lo hizo ayer, a cuando me mordía con cuidado, como lo estaba haciendo ahora, donde hacia que mi corazón latiera mas fuerte y mi sangre aumentara de temperatura. Segundos después separo su boca de mi piel, pasando su lengua por donde mordió, dejando mi mano libre. Mire mi muñeca y no había rastro de alguna herida, por lo que supuse que cuando anoche me beso el cuello, curo lo que había provocado en la fiesta.

-Es mi saliva –dijo mirándome de reojo –eso es lo que te cura… mas seguido la ocupo contigo, mas rápido sanas -sobe mi muñeca izquierda.

-¿Hasta cuando tendré que ser tu proveedora?

-Deja de decir esa palabra, no es correcta…¿Quién te la dijo?

-La Sra. Cullen… -el negó molesto. Ya se me estaba haciendo común siempre verlo molesto, el era un amargado.

-Esme siempre hablando demás… -suspire.

-Edward, no has contestado mi pregunta…¿hasta cuando me tendrás así? No puedo pasar mi vida dándote de beber, harás que muera… -me miro sonriendo.

-De algo hay que morir ¿no crees? –lo mire sorprendida ¿es que este tipo era tan malo como mis sospechas? –me temo que si –dijo ahora mirando hacia adelante.

-No puedes, tu…¡de alguna forma escapare! –una risa sombría salió de sus labios.

-Isabella…si solo llegas a pensar en eso, lo sabré y si eres bastante astuta, como anoche…sabes quienes pagaran por tus errores… -le iba a decir algo, pero no se me ocurrió nada mas, el tenia el poder. No iba a permitir que dañaran a mis amigas. Que a todo eso, deberían estar locas tratando de llamarme ¿Qué les iba a decir?

-Eso déjalo a mi cargo, el lunes no tendrás que preocuparte de nada de lo que estas pensando ahora.

-¿Qué dirás? Creo que debería saberlo, siendo que soy la principal involucrada, estas jugando con mi vida Edward –el me miro y rodo los ojos.

-No seas melodramática, y ya veras, ahora solo concéntrate en comportarte, mira que además hoy hare algo por ti –dijo deteniendo el auto en un edificio. Abrieron mi puerta, era un chico no muy mayor quien llevaba un traje negro. Salí de ahí aun pensando en lo que Edward dijo ¿algo por mi? El chico tomo las llaves de Edward cuando este se las arrojo, pude ver mejor a Edward en ese entonces, se había puesto un saco color negro y su camisa ahora iba dentro del pantalón, lucia bien…un segundo después de pensar eso me arrepentí, al ver su estúpida sonrisa, donde curvaba sus labios –he pasado mucho tiempo en este mundo Isabella, como para decirte que los problemas se solucionan, con el tiempo….o a la fuerza –dijo mientras subíamos las escaleras y caminábamos hacia el ascensor, ahí entendí lo que dijo.

-Oohh…ni lo pienses –dije deteniéndome y caminando hacia atrás, pero el tomo mi brazo y me llevo a la fuerza por el pasillo -¡para Edward! ¡Nooooo!…. –mis ojos se llenaron de lagrimas, pero de un solo movimiento el me hizo entrar en el ascensor -¡no, para! –dije cuando apretó el botón para que las puertas se cerraran. Comencé a llorar histéricamente al ver como estas se cerraban, no me podía mover porque él me tenia sujeta del brazo, tiraba como una niña cuando se quiere zafar del agarre de su padre, pero me fue inútil. El ascensor se comenzó a mover y mi llanto empeoro, pero lo único que hice fue ahora aferrarme al brazo de Edward sin mirar lo que pasaba –Haz que pare por favor, haz que pare –dije llorando, mientras mis piernas se debilitaban por el miedo. Sentí como él se tenso y lo único que hizo fue dejar su brazo libre alrededor mío –¡Edward, hare lo que sea, haz que pare!…¡haz que pare esta maldita cosa! –no se que habrá hecho pero el ascensor paro, mire ilusionada si las puertas estaban abiertas para salir de ahí de inmediato, pero estaba cerrada –Edward… -dije mirándolo desesperada mientras seguía llorando. Por su mirada estaba confundido, pero sin previo aviso llevo sus labios a los míos. Me quede estática, esto era inesperado. Me empujo contra la pared de metal, tomando mis caderas, lo único que hice fue responder el beso mientras enredaba mis manos en su cabello, tirando de el con rabia. Odiaba lo fácil que se le daba manejarme, sentí como sonrió en mis labios, para después volver a presionar mas fuerte contra mi boca, entrando en ella como si fuera suya.

-Lo eres –dijo separándose de mi para comenzar a besar mi cuello, mientras comenzaba a desabotonar mi camisa –Hare que olvides que le temes mas a un ascensor que a mi –dijo mordiendo mi piel, pero no bebiendo de mi sangre. Deje mis manos en su cabello, mientras sentí como su lengua pasaba al comienzo de mis pechos. Sonreí al pensar que me había puesto un sujetador que se abría por delante. Edward lo abrió al instante de que pensé eso y se apodero de mi pecho derecho y comenzó a besar, succionar y morder mis pechos.

-Edward… -abrí los ojos y mire lo que nos estaba rodeando, pero a diferencia de cinco minutos atrás, esto no me aterraba, lo que estaba sintiendo ahora era mas fuerte que el miedo.

-¡Demonios!…por eso acepte que vinieras con falda… -dijo tomando mis piernas. Lamentaba no haber puesto ese maldito traje, pero ya no había caso.

-Para….no…. –dije cuando sentí su erección contra mi vientre –las personas… -dije pensando solo como se sentía los labios de Edward en mi pecho. Sus manos fueron a mis pantalones y los desabotono y metió con habilidad su mano por debajo de mi ropa interior. Como instinto tome el rostro de Edward y lo atraje a mis labios, no se que tenían, de verdad, pero era adicta a ellos. El siguió besándome, empujando hacia mi al mismo ritmo que sus dedos se movían entrando en mi para después moverse en círculos en mi clítoris. Me apoye en sus hombros mientras seguía besándolo –Dios…Edward… -dije moviéndome contra su mano.

-Solo Edward –dijo mordiendo mi labio inferior. Apoye mi cabeza en la pared de metal detrás mío cuando un orgasmo atravesó mi cuerpo de forma brutal. Me quede apoyada en los brazos del ascensor recuperando mi respiración. Edward me miro sonriendo y se llevo dos dedos a la boca. Lo quede mirando hipnotizada.

-Squisito, come sempre –el...¿el acaba de hablar en italiano? Edward se acerco y me volvio a besar sin responderme. Mientras me besaba abotono mi pantalon y abrocho mi sujetador, para despues arreglar mi camisa –ahora tranquilizate... –mire a Edward aturdida, todo esto habia sido tan imprevisto. Mire el ascesor cuando Edward presiono el boton para seguir subiendo, este se sacudio un poco lo que me puso nerviosa, pero no me hizo gritar como lo hubiera hecho hace veinte minutos atras.

-¿Que demonios me has hecho? –dije mirandolo porque solo se quedo ahi parado, sin decir nada. Levanto los hombros, quitandole importancia.

-Encuentro ridiculo que le temas de verdad a un ascensor...no sé que te habra pasado, no me importa, pero encontraba ridicula tu reaccion, asi que lo remedie, ahora cuando estes al frente de un ascensor, subiras conmigo...no con esas inutiles de tus amigas que no sirven de nada, solo alimentan tu estupidez –tense la mandibula. Edward jamas, pero ¡jamas! Haria algo por el bien del otro –dejar que en parte, tu estupidez se pase, es hacer algo bueno por otro –dijo mirandome. No alcance a decirle nada cuando el ascensor de detuvo y como reflejo tome el brazo de Edward porque esto se movio muy brusco. El enarco una ceja, pero no dijo nada.

-Al entrar te iras con Esme, ella te espera para que cambies tu ropa –rodee los ojos, esto no podia ser tan importante. Llegamos al frente de la unica puerta que habia en el pasillo y Edward toco mientras yo miraba hacia abajo, no tenia vertigo, las alturas no me daban miedo, por lo que tuve tiempo de admirar la vista, pero senti como Edward me tomaba del cinturon que llevaba y me tiraba hacia el. Me quede en estado de shock al ver como me llevo ¿habia sido como una "gracia"? antes de decirle algo, la puerta se abrio y la Sra. Esme nos recibia con una gran sonrisa. lucia con un hermoso vestido blanco largo, que dejaba libre sus hombros.

-Edward... –dijo sonriendo para abrazarlo, ella lucia como si lo quisiera ¿alguien podria llegar a querer a este ser tan desagradable? ¡si, ya escuchaste! Edward cuando se separo de su madre me dio una mirada molesta –Isabella ¿estas mejor? –asenti timida al recordar lo rara que se habia comportado esta mujer anoche, me hizo entender de inmediato que ella apoyaba en todo a Edward, incluso en su mal comportamiento –bueno, sigueme antes que entres, Edward ven con nosotras antes que entres y estes con los demas –fuimos en silencio por un pasillo hacia la derecha para subir las escaleras. Todo aqui era de madera, pero todo mueble o artefacto que habia era bastante moderno, me agrado la alfombra que cubria el piso, era color vino y parecia como si quisieras andar descanza todo el dia.

Entramos en la primera puerta del segundo piso y Esme tomo un vestido largo que estaba en una mesa. Mire la habitacion y esta no era una realmente, era un estudio, habia un escritorio donde habia un ordenador, estantes alrededor llenos de libros, mire la alfombra y era de la misma que me habia gustado. Note que tenia todo listo, hasta ropa interior. Mire incomoda a Edward.

-Les dare un minuto... –dijo ella saliendo del lugar. Quede esperando a que Edward saliera.

-No voy a salir...cambiate rapido –frunci el ceño.

-¿Por que no vas a salir? No me tienes que ver cuando me cambie –rodo los ojos.

-No seas timida ahora, te acabo de masturbar en el ascensor y no has puesto problema alguno... –mi boca se abrio al escucharlo. Enojada comence a sacar mi camisa boton por boton, saque el cinturon y tire la camisa en la mesa. Desabotone mi pantalon y lo baje mientras sacaba mis zapatillas. Mire la ropa interior y esta combinaba con el vestido y era especial para este. Mire a Edward incomoda –no me voy a voltear y no me girare, hazlo, tenemos un minuto... –frunci el ceño incomoda al ver como se apoyaba en un estante. Me gane de lado para que no me viera completamente y comence a sacar mi sujetador, mire de reojo a Edward pero el me miraba serio. Me puse el nuevo sujetador rapidamente, este se abrochaba atras y no tenia tiras, era color crema y tenia unos diseños, era lindo. Volvi a mirar a Edward cuando comence a bajar la otra prenda, el solo miraba mi rostro, asi que lo hice rapidamente y me puse unas bragas color crema. Tome el vestido y este era igual color crema, me lo puse de abajo hacia arriba y llegaba hasta mis pechos, era recto y dejaba descubierto mis hombros y mis espalda. Subi un poco el cierre y trate de seguir, pero no pude, aunque no tuve que siquiera pedir ayuda, porque ya tenia a Edward detras mio, subiendo con cuidado el cierre.

-Gracias –dije incomoda por tenerlo tan cerca. El no se movio de inmediato, por lo que me gire a verlo –listo, depravado... –el nego sonriendo y miro los tacos. Suspire, me subi a ellos y los amarre.

-Muy bien... tu cabello, dejalo suelto –negue era una lata tener el cabello en la cara, pero Edward en un segundo llevo su mano a mi moña y la desarmo, movio un poco las manos –ahi si...vamos...tomame del brazo...estaras asi hasta que te lo ordene, recuerda, quieres los huesos sanos ¿no? –puse mi brazo bruscamente bajo el suyo.

-Infeliz, me gustaria romper cada uno de tus huesos y quemar cada trozo de tu cuerpo, y luego bailar alrededor de la fogata –dije enojada, acumulando todos los insultos que queria decirle.

-¿Listo?

-Si... –salimos de la habitacion. No estaba Esme, asi que no me preocupe por insultarlo. Nos fuimos por otra direccion hasta llegar a otras escaleras. Me aferre al brazo de Edward al ver que habia mucha mas gente ahi, no tanta, pero eran alrededor de diez. Sonrei al ver a Jane, una cara conocida. Casi me dio ganas de vomitar al ver al Sr. Carlisle, el era mi jefe, mis nervios subieron hasta mi garganta.

-Edward, hijo…. –dijo Carlisle sonriéndole –hola Isabella ¿Cómo estas?

-Bien Sr. Carlisle… -el rio suavemente.

-Dime Carlisle, estamos fuera del trabajo –negué, eso no era nada profesional de mi parte.

-Prefiero llamarlo Sr. Carlisle… -el asintió. Edward soltó mi mano y me miro como si me quisiera decir que hacer, pero al final solo negó para el y se fue a hablar con otras personas.

-Esta hermosa Srta. Isabella…

-Jane…no sabia que estarías aquí, eso es bueno –ella asintió.

-Es por mi padre… -miro a ese hombre con cabello largo, que se veía muy serio en el trabajo, pero ahora reía con otro hombre que lucia parecido a las características de Edward –mira, el es Marco Vulturi –el involucrado me miro y asintió, sonreí nerviosa –aquel es Cayo Vulturi –el estaba con Esme conversando y me saludo con una sonrisa, se la devolví exactamente como antes, nerviosa –el viene conmigo –dijo apuntando a un chico que miraba a los demás nerviosos, exactamente como yo –es Alec Stevens, no se si lo recuerda, es quien saco la foto ayer… -al mirarlo mejor, tenia razón, era el mismo chico –ya conoces a los padres del Sr. Edward –ahí esta James Staci –ese rubio que ahora lucia un traje completamente negro, estaba apoyado en la pared y ladeo su cabeza para sonreírme y asintió suavemente, no debo decir que su saludo me puso mas nerviosa que los anteriores –es amigo del Sr. Edward.

-Tanya Denali –me quede helada al verla, ella era la jefa de Jessica y se estaba presentando ante mi con una sonrisa y estirando su mano. La tome con cuidado, era helada ¡no podía creerlo! ¡estaba rodeada de vampiros! Y vampiros estupendos, ella lucia un vestido negro con un escote en "V" que le quedaba fantástico –un gusto Isabella.

-Igualmente Srta. Tanya –ella sonrió.

-Dime Tanya… -la mire nerviosa. Menos mal ella no insistió mas y se disculpo para después ir a conversar con James.

-Bueno, es todo, los más cercanos del Sr. Edward ¿necesita algo Srta. Isabella? ¿un trago? –mire a mi alrededor y nadie tomaba nada.

-Jane, estas aquí, no tienes porque seguir en tu trabajo, ve con tu cita…tranquila –dije sonriendo, ella se sonrojo.

-¿Esta segura? –asentí.

-Ve –dije empujándola. Ella me hizo caso y fue feliz yendo a donde el chico. Mire a mi alrededor y fui dando pasos hacia atrás de a poco, pero choque con un cuerpo, que me hizo voltear de inmediato.

-Sr. Carlisle, lo siento –dije completamente sonrojada.

-Isabella, acompáñame a dar una vuelta –dijo tomando con cuidado mi brazo y llevándome a un pasillo de la casa. Muy bien, ahora de seguro era el momento que me despedían.
Ethan Koffman
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Miér Nov 23, 2011 11:45 am
Capitulo 12




Con Carlisle íbamos caminando por un pasillo que tenia varias pinturas en la pared.

-Te ves hermosa Isabella… -dijo el dándome una sonrisa. Me sonroje rápidamente al escucharlo. Esto era raro, Carlisle era mi jefe.

-Gracias… -dije tímidamente. Seguimos caminando un para de pasos hasta que el volvió ha hablar.

-Edward se ha portado mal contigo…el no debió hacer lo que ha hecho la noche pasada –fruncí de inmediato mi ceño al recordar lo que sucedió.

-Dígale eso a él… -tense mi mordida al darme cuenta lo que había dicho.

-Ya lo hare…ahora –dijo abriendo una puerta, donde me invito a pasar. Lo hice completamente desconfiada, como dije antes, Carlisle era muy amable pero nunca me subiría a un ascensor con el. Entro detrás mío y note que estábamos en una gran biblioteca. El se acerco a una mesa que había, tomo una carpeta y un lápiz –necesito que hagas algo por nosotros –lo mire confundida. Abrió la carpeta y habían varios papeles en ella –como te darás cuenta –dijo apoyándose en le escritorio de madera –no somos humanos.

-Claramente me di cuenta de eso –el sonrió. Creo que James tenia razón, con mi boca no llegaría muy lejos…viva.

-Necesito que firmes este contrato de confidencialidad Isabella….por nuestra seguridad –asentí rápidamente acercándome a los papeles. Tome la pluma y comencé a firmar sin ningún problema. Carlisle era mi jefe y me había tratado mal, no lo metería en problemas jamás.

-Dudo que este contrato haga mas que las amenazas que me da Edward –dije mientras firmaba.

-El no es como representa ser Isabella… -rodee los ojos, eso todo el mundo me lo estaba diciendo.

-No aceptare eso, creo que están acostumbrados a comportarse como desean... –firme el ultimo papel y lo quede mirando.

-No, no es así, Edward no confía en las personas con facilidad.

-Aunque lo hiciera conmigo, aun así ha hecho bastante daño Sr. Carlisle… -me estaba enojando. Odiaba que no viera que el era malo y que yo era la victima aquí.

-Se que no se ha comportado como debe contigo…como te saco de tu departamento y como ha hecho otras cosas indebidas.

-Aun así las sigue haciendo –lo mire seria. El me sonrió, lo que me molesto, todos estos vampiros veían mi situación como una broma.

-No te molestes Isabella, es solo que…bueno, me agrada que actúes así, eres fuerte, a Edward le costara controlarte.

-No tiene que hacerlo, yo no soy un animal al que debe domesticar Sr. Carlisle… -el volvió a sonreír.

-Tu eres de el, debes comprender eso para que vuelvas a tener tu vida –fruncí mas el ceño.

-Es que ese es el problema, yo tengo mi vida, la controlo como deseo, no tengo porque ser de el, además es un cretino, disculpe, es su hijo y todo, pero lo que esta haciendo es imperdonable, no puedo comprender como usted permite esto, yo lo tenia como un hombre intachable… -esta vez Carlisle sonrió, pero fue mas como una mueca, ahí me di cuenta a quien tenia al frente –disculpe señor….no debería estar hablándole así.

-Isabella, soy tu jefe, pero tu estas con mi hijo, ya hay una relación mas cercana entre nosotros…

-¿El de verdad es su….hijo?

-No biológicamente, lo convertí hace ya mas de mil años.

-¡¿Mil años? –dije levantando la voz, sin poder evitarlo ¡Dios santo! Me estaba acostando con una momia.

-Isabella… -dijo ahora riendo ¿el podía leer mi mente?

-Usted…¿sabe lo que pienso? –el negó.

-Eres muy fácil de leer, y esa facultad solo la tiene Edward, no tengo la menor idea del porque, pero sin dudas, se le da mas fácil contigo, te puede manejar a su gusto ¿no? –abrí mas mis ojos por lo que dijo.

-Algo así… -dije como que no quería la cosa.

-Eso es porque estas hecha para el…

-No es cierto, si fuera así, seria algo mutuo y le digo ahora mismo que ese vampiro que esta en la sala, no esta hecho para mi…

-Por ahora…tu puedes cambiarlo –me gire molesta, esto era demasiado.

-Quiero que le quede algo claro Sr. Carlisle –dije ahora volteándome a verlo –no espere nada de mi hacia Edward, lo único que puedo sentir hacia su hijo es desprecio y el me ha dejado en claro que no le importa lo que yo piense… -el rodo los ojos.

-A Edward le tomaras bastante trabajo.

-No soy un proyecto de dominación Sr. Carlisle… -el negó moviendo su cabeza suavemente de un lado a otro.

-Bueno…cuanto antes veas que eso no es así, es otro concepto el que traemos nosotros, claro….Edward tampoco lo comprende muy bien, son el uno para el otro –eso me hizo enfurecer.

-¡No vuelva a decir eso!...me ofende.

-Muy bien….no te alteres, mira que esta reunión es por ti, no la arruinemos –respire profundamente para tratar de calmarme un poco –bueno, antes de volver Isabella, te tengo que informar que me iré de viaje…de vacaciones con Esme, por dos meses –lo mire asustada.

-¿Edward quedara al mando? –asintió.

-Por eso es que ha venido…es la primera vez que salgo de vacaciones y es la primera vez que todo el personal ve a Edward, cuento contigo para que no tengan problemas con el…

-Eso es una tarea difícil…¿el es el empresario del extranjero no? –el asintió. No había tenido tiempo de hablar con Alice y Jessica sobre esto, por eso no habíamos relacionado a Edward con el empresario.

-Edward ha vivido por muchos años aquí en Chicago, pero siempre estuvo viajando para manejar todo en Europa, le agrada bastante ese continente… -no lo dudo, era hermoso –entonces ya le dije que era hora que apareciera en Cullen Ltda. Nunca lo ha deseado, pero espero que tu lo ayudes en todo lo que necesite…

-¿Tendría otra opción? –sabiendo que Edward me obligaría a lo que fuera si no lo ayudaba.

-No…-dijo sonriendo –pero espero que lo ayudes de verdad, eres una excelente asistente Isabella, tu misma debes saberlo si has sido mi secretaria.

-Un poco –Alice me había ayudado a entrar a Cullen Ltda. Y por milagro de alguien había sido secretaria del jefe de todo un imperio, aunque ahora no lo veía tanto como una coincidencia.

-Bueno…quiero que te quede algo claro Isabella –asentí nerviosa, porque su expresión era de seriedad completa –debes ser astuta, en este juego de "uno para el otro" no es tan así como Edward te lo ha mostrado, no es el quien tiene el poder….aunque Esme te podría explicar esto mucho mejor… -hizo una mueca –aunque dudo que a Edward le agrade –de inmediato al decir eso, alguien toco a la puerta. Carlisle rodo los ojos –Adelante –dijo suavemente. En eso entro Edward mirando a Carlisle de una manera que me asusto.

-Si me disculpan…adentro están preguntando por ustedes –dijo mirándome serio.

-Ya vamos…solo estábamos arreglando todo con Isabella y diciéndole que serás su nuevo jefe por unos meses… -me dio escalofríos al ver la sonrisa de Edward.

-Eso es cierto…me tendrás que tratar de Sr. Edward o Sr. Cullen… -dijo mirándome.

-Soy lo bastante profesional para diferencia en el trabajo y lo malvado que eres –maldito bastardo. Edward entrecerró los ojos al escucharme. Esto en parte era bueno, podía insultarlo mentalmente.

-Muy bien, ustedes dos –dijo Carlisle –mejor vamos antes que se maten aquí mismo –comenzó a caminar hacia la puerta, lo seguí pero al salir Carlisle, Edward apoyo su mano al frente mío sin dejarme salir. Me quedo mirando unos segundos hasta que Carlisle despareció en el pasillo.

-No creas todo lo que te ha dicho Carlisle, el es quien sigue las antiguas tradiciones…yo no –dijo finalmente para dejar caer su brazo y darme libertad para salir.

-No lo dudo Edward, no cabe en mi cabeza que seas una persona digna de confiar, eres tan malo como el mismísimo demonio, así que no te preocupes de lo que yo pueda pensar –el sonrió.

-No lo hago –dijo para salir de la biblioteca. Espere a que avanzara para ir hacia donde estaban todos. Me tome todo el tiempo para no llegar, no quería estar en este lugar, quería estar en mi sofá viendo una película tranquilamente, en mi departamento, el que me costo tanto tener.

Paso mas de medianoche y ya había terminado todo, realmente pensé que había sido así porque todos tenían que ir a buscar algo de sangre, pero aun así, estaba feliz de que todo esto terminara. Uno porque ya no estaría rodeada de vampiros y segundo, porque estaba cansada de escuchar a Esme pedirme disculpas por no tener nada de comer, nada para un humano. Mi estomago no estuvo callado en toda la velada y yo moría de hambre, no había comido nada por culpa de que Edward acabara conmigo anoche.

Ahora íbamos en el auto con Edward, ambos en un rotundo silencio. Edward giro por otro lugar y paro al frente de una estación de comida rápida. Lo mire ilusionada cuando salió del auto diciéndome "Ni se te ocurra hacer algo" con su voz arrogante y mandona. Volvió a los minutos después con unas papas fritas, una hamburguesa y una bebida. Lo mire sorprendida.

-Toma –dijo pasándome la bandeja. No le dije gracias, porque esta era su culpa. Me fui comiendo las papas con cuidado para no manchar el auto, y mi estomago me fue agradeciendo cada caloría que entraba a mi cuerpo. Me daba lo mismo que fuera comida basura, era comida y yo estaba muerta de hambre. Llegamos al edificio y Edward, me ayudo llevando mi bebida, así no la desparramaba. Fui con mi bandeja de comida rápida hacia el ascensor. Trague nerviosa al ver la caja de metal, pero Edward de un empujo me hizo subir. Como idiota, porque lo era, me fui bastante cerca de el, muy cerca, al nivel de poder tocarlo. El no dijo nada, lo que debo decir, agradecí. Esto era humillante.

Llegamos al departamento y me dejo la bebida al frente de mis ojos, la tome y me la lleve a la habitación. Donde me cambie a un pijama y me recosté en la cama a comer todo lo que me faltaba, quede verdaderamente satisfecha.

Me aliste para dormir, siendo que no tenia nada de sueño y luego lleve la basura a la cocina donde deje todo en el bote de basura. Mire a todos lados y estaba todo en silencio, por lo que supuse que Edward había salido, así que aproveche para salir e ir a la sala y prender la televisión. Me acomode en el sofá, recostada y comencé a cambiar canal por canal, hasta que finalmente me quede en el de caricaturas. Me entretuve bastante hasta que mis ojos se cerraron inesperadamente, creo que después de todo, si estaba cansada.

Me removí con un dolor de espalda, segundo después escuche unos tacones acercarse a mi.

-¿Srta. Isabella? –me senté, abriendo mis ojos. Saque el cobertor que tenia encima y mire a Jane.

-¿Qué haces aquí un día domingo Jane? –ella levanto los hombros.

-El Sr. Edward me ordeno venir por si necesitaba algo –note que había un puesto para desayunar.

-¿Qué hora es?

-Mas de las diez Srta.

-Jane… -dije tomando mi cabeza, me dolía, ya que este sofá era un poco duro –deja de llamarme así, por favor, solo dime Bella, mira que por lo visto me tocara estar tiempo aquí y no me gusta escuchar que me llames así…

-No puedo de otra manera –rodee los ojos.

-¿Vas a tomar desayuno? –ella negó.

-Eso es para usted, lo acabo de terminar… -la mire frunciendo el ceño.

-Bien yo tengo que soportar que me llames Señorita, que me hagas desayuno, lo mínimo que puedes hacer es tomar desayunó conmigo –ella sonrió.

-No creo que haya problema en eso –dijo ahora yendo a los muebles y sacando lo que necesitaba. Me acerque a la mesa color negro y me ubique en el puesto que había mientras Jane se sentaba a mi lado. Mire hacia las ventanas gigantes que había en esta sala y llovía de una forma increíble -¿Qué le sucede? –la mire triste.

-Quiero estar en mi departamento, ahí se escuchaba la lluvia… -ella sonrió triste.

-Pero… ya pasara, se viene la primavera, así que no extrañara la lluvia…porque no habrá –la mire seria. Deje mis pies sobre la silla y tome mi tazón con café.

-Eso es un humor cruel –ella asintió. Nos quedamos en silencio unos segundos mas, hasta que decidí que iba a aprovechar el tiempo sin Edward –Jane ¿Quién era ese chico de ayer? ¿tu cita? –ella asintió.

-Estamos juntos…ambos estamos preparándonos…yo con el Sr. Edward y el con Cayo Vulturi, mi…tío si se puede decir de alguna manera, es el encargado de la revista financiera de los Cullen…

-Y esa foto que saco el viernes ¿para que era?

-En esa revista se expone a las…a chicas como usted, así queda claro que nadie podría tomar de su sangre, además de Edward Cullen…

-Dios…eso es horrible –ella me miro con los ojos como plato.

-¿Qué nadie mas pueda beber su sangre? –reí.

-Claro que no, es horrible que nos expongan como ganado marcado –pensé de inmediato que mañana compraría una de esas revistas, para ver de que trataba todo esto.

-Así es como son las cosas señorita… -rodee los ojos a como me llamo –la orden es del Sr. Edward, no la puedo llamar de otra forma.

-Bueno…entonces tratare de arreglar eso –dije pensando en pedirle que dejara a Jane llamarme como desee. El me debía bastantes cosas -¿Qué es de Jacob, Jane?

-Supongo que descansando en su casa…

-No, me refiero ¿Qué pasa con el? ¿también sabe todo esto? –ella asintió.

-Pero es solo es un civil que sabe mas de la cuenta, si llega a abrir la boca, no estaría vivo mas de unas horas… -la mire espantada –pero no se preocupe, Jacob es muy fiel y el Sr. Edward confía en el…solo que ahora estaba estorbando un poco, no dudo que volverá a verlo pronto, el es muy agradable…

-Si y muy fiel con Edward…

-Como un perrito ¿no? –sonreí.

-No lo dudaría….su respuesta a todo es "la paga es buena"…

-Si, le pagan muy bien a Jacob…. –ella sonrió, fruncí el ceño.

-¿Es que a ti no? –ella negó.

-Yo no recibo paga por esto –la quede mirando con la boca abierta.

-¿No recibes nada de dinero y estas un día domingo desayunando conmigo en vez de estar en tu casa desayunando con tu hombre? –dije sorprendida. Ella no pudo evitar reír.

-Si…bueno, ambos lo comprendemos…todo esto tendrá su final…

-Jane ¿Para que te están entrenando? –ella hizo una mueca.

-No es que no desee decirle, pero es confidencial…

-Ya veo…bueno, confidencial o no, tu dijiste que si necesitaba algo te lo dijera ¿no? –ella asintió muy segura –bueno, necesito que te vayas de aquí ahora mismo, y descanses…

-No podría…

-Es lo que necesito…así que Jane…

-Srta. Isabella…

-Te puedes retirar Jane –ambas nos quedamos mirando sorprendidas al escuchar su voz. Edward estaba apoyado en la pared, justo donde comenzaba la cocina, mirándonos. Mire hacia la ventana al notar que solo llevaba un pantalón de algodón azul, su pijama.

-Sr. Edward, buenos días –dijo Jane asintiendo levemente. La mire en shock, esta niña era una esclava de Edward.

-Buenos días Jane, Isabella –dijo mirándonos a cada una.

-Ahora que estas aquí, los dos –dije poniéndome de pie –Edward, le podrías decir a Jane que me diga Bella, estoy cansada de que me trate de señorita.

-¿Es que no lo eres? –entrecerré los ojos mirándolo enojada –no tengo tiempo para esto, Jane, tienes permitido decirle a Isabella como ella desee ¿si? –dijo cansando y acercándose a nosotras para tomar una carpeta y ponerse a revisar todo al frente de la ventada –Jane, he dicho que te puedes ir –ella me miro sonriendo.

-Nos vemos Srta. Isa… -le negué con el dedo para que se detuviera –nos vemos, Bella…

-Que estés bien Jane, gracias por el cobertor en el sofá –ella frunció el ceño y solo sonrió confundida para después irse.

Tome mi taza de café y decidí ir a terminarlo a otro lado.

-Termina tu café aquí Isabella –negué. No quería estar a su lado –te lo terminaras aquí, porque este es el lugar de comer, no tu habitación como lo hiciste ayer…ni tampoco el lugar para dormir es el sofá… -todo aquello me lo dijo mirando aun los papeles que tenia esa carpeta. Cansada me senté donde estaba y me gane en mi ubicación anterior, apoyando mis pies en el asiento.

-¿Qué les diré a mis amigas mañana? Creo que me deberías decir la gran sorpresa…porque hable con Alice…

-Estoy leyendo Isabella, espera –frunció el ceño y siguió en lo que estaba. Suspire y seguí tomando mi café, comí una galletas y de vez en cuando miraba a Edward, quien estaba muy concentrado en esto. Mire por la ventana hasta que termino –Carlisle si que te ha atrapado con este contrato, deberías tener cuidado con lo que firmas Isabella…

-¿De que hablas? –el se giro hacia mí y se sentó en el otro extremo de la mesa, al frente mío.

-Ni siquiera tienes la opción de llamar a un policía si sucede algo… -dijo mirándome mientras marcaba una sonrisa.

-No importa –dije resignada –dudo que ese contrato tuviera beneficios para mi…

-Pues los tiene –dijo dando vuelta la hoja –cuando te sientas amenazada, de verdad por mi, puedes llamar al numero que esta aquí –dijo tomando la hoja y mostrándomela.

-Dámela –dije estirando la mano, pero el dejo la carpeta en la mesa e hizo pedazos la hoja. Lo mire con mi corazón latiendo a mi por hora –Pero… -estaba cansada de esto, Edward hacia mi vida imposible.

-No te lo daré, estarías llamando a Esme cada cinco segundos y siempre te tratare mal si llegas a hacer lo contrario que deseo –cerré los ojos y conté hasta diez.

-Bien, tu ganas –dije absolutamente rendida, estaba mas que cansada con soportar a Edward.

-Lo sé, gane desde que te vi en ese pub…a todo esto ¿sabes que no puedes salir con tus amigas de noche?

-¿Qué? –dije enojada -No puedes evitar que salga con ellas…ya has hecho bastante robándote mi vida.

-No estoy diciendo que no salgas con ellas, solo que no iras sola, es peligroso, además me di cuenta que no resistes mucho con unos tragos, no quiero que vayas a casa con cualquier hombre que te invite…te dije que eras solo mía –me quedo mirando como si lo que me estuviera diciendo fuera lo mas normal.

-Yo no soy ese estilo de chica Edward, esas son las rameras que te metes todas las noches cuando sales de pub en pub ¿no? –dije sonriendo arrogantemente porque yo tenia la razón. Me quedo mirando, con sus ojos entrecerrados y segundo después me removí en mi silla al sentir como una ráfaga de calor pasaba por mi cuerpo, como si fuera una látigo –basta… -dije adivinando que era el -¡¿Qué demonios haces? –dije mirándolo enojada al sentir me volví a remover en la silla. El sonrió malvadamente.

-Oohh…eso…si, debes tener cuidado, lo puedo hacer en el lugar que desee, además que es solo el comienzo... –lo mire asustada, el rodeo los ojos –eres tan aburrida Bella… -dijo negando. Me llamo la atención a como me llamo.

-Ya veo como obtienes tus victimas en la noche –dije enfrentándolo.

-No…eso solo lo puedo hacer en ti –fruncí el ceño, confundida –veras…lo que sucede es que…¿de verdad crees que te lo diré? –dijo apoyándose mas en la silla.

-¡Es lo mínimo que puedes hacer! No seas un perro Edward, ya bastante es soportarte como un demonio…

-No vuelvas a llamarme perro ¿escuchaste? –segundo después lo tenia tomando mi rostro y haciendo que lo mirara -¿escuchaste Isabella? –lo mire asustada y asentí –muy bien… -se alejo de mi y quedo mirando hacia los ventanales.

-Dime…..

-No...no te lo diré, mejor te lo demuestro… -cerré los ojos con fuerza al sentir como una mano tomaba mi pecho con fuerza. Me puse de pie enseguida al ver que Edward estaba a una distancia que me aseguraba que no era el…¿o si?

-¿Qué fue eso? –dije asustada mirando a mis lados.

-Yo –Edward se giro y negó al verme asustada –de verdad eres fácil de intimidar…como también eres fácil para excitarte…te puedo controlar de esa manera, aunque no es necesaria -¡Dios! Este vampiro iba ha hacer que mi cabeza explotara de rabia.

-Deja de ser un hijo de puta Edward…¡ahora dime lo que sucede! Quiero explicaciones y ahora, tengo cientos de dudas y me las responderás ahora, porque por algún motivo, no se porque lo que te pido me lo debes decir como una obligación ¡así que lárgalo de una vez! –dije dando pasos hacia el, enfrentándolo.

Edward me quedo mirando unos segundos hasta que esquivo mi mirada.

-Bien…veremos que duda puedo responder…no confió en ti y un contrato tampoco me ayuda a hacerlo –bufe.

-Estamos igual, pero en mi caso, jamás llegare a confiar en ti…que te quede claro que eres lo peor que me ha pasado en mi vida.

-Si duda, el sentimiento es mutuo…ahora siéntate… -hice lo que dijo en el momento de que su mirada se dirigió a mí de una forma furiosa. Por fin iba a tener respuestas.
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Vie Nov 25, 2011 6:18 pm
Capitulo 13


-Hazlas… -dijo apoyándose en la ventana.

-Dime que eso es de "La tua cantante" –el suspiro.

-James hablando demás, eso es –enarque una ceja, no estaba cooperando –es tu sangre, para mi es especial como lo has notado, por eso, así se le llama a las personas como tú.

-¿Cuántas como yo han habido? ¿Qué edad tienes?...eres una momia –dije recordando mi conversación con Carlisle.

-Tengo veintisiete años…pero bueno, estoy aquí hace más de mil años…

-Una momia… -dije haciendo una mueca.

-Una momia que hace que tengas varios orgasmos en una noche y una momia que te ha gritar bastante ¿no? –lo mire enojada mientras sentía como mis mejillas se sonrojaban

-¿Cuántas antes?...

-Dos más, muertas hace ya tiempo…

-¿Hiciste lo mismo que conmigo? –el me quedo mirando sin decir nada por unos segundos.

-La primera fue cuando era joven, la mate al segundo de tenerla en mis brazos y la segunda…bueno, no le fue mejor que a la primera…

-Eres un asesino y bastardo Edward Cullen, me pregunto cómo puedes dormir cada noche…

-De la misma forma que duermes tú acostándote conmigo ¿a que tu conciencia debería no dejarte dormir?

-¡Como te odio! –dije poniéndome de pie.

-Cuida tu tono Isabella, recuerda con quien hablas, estas siendo favorecida de mi humor en las mañanas…

-Dime que le dirás a mis amigas… -el rio poniéndose de pie para mirarme sonriendo.

-Eso es una sorpresa, pero a lo referente con Alice... –dijo sonriendo de forma diferente.

-¡No te atrevas a tocarla asqueroso!...ni a Rosalie o Jessica…te lo advierto, ningún contrato me haría callar, ten cuidado… -escuche como gruñía y de un movimiento me estampo contra la ventana, tomándome del cuello.

-A mi no me amenaces Isabella…que eso te quede claro…vas a tener que empezar a cambiar tu actitud, porque te queda un largo periodo conmigo, y si sigues así, lograras que tu cerebro quede en mis manos… -lo mire asustada.

-Suéltame… -el negó.

-Creo que tus preguntas acabaron ahora… -dijo para después estampar sus labios en los míos, relajando su agarre en mi cuello, pero no soltándome del todo.

-No me muerdas… -dije cerrando los ojos cuando se separo.

-No, no me apetece tu sangre en estos momentos… -dijo apoyando su cuerpo contra el mío. Dios, Edward iba a provocar que mi cabeza explotara por la lucha que tenía mi cuerpo y mi mente –me apeteces tu… -tomo mi rostro con poca delicadeza y me beso, apoderándose completamente de mi. Deje caer mis brazos rendida y sintiendo como mi corazón comenzaba a latir mas fuerte al sentir que mordía mi labio con bastante fuerza, haciendo que inevitablemente gimiera por su acción. Solo como instinto lleve mis manos a su torso, pero el tomo con fuerza mis manos y las dejo sobre mi cabeza, con demasiada facilidad. Me miro y sonrió para después negar de una forma que hizo que me quedar mirándolo hipnotizada. Demonios, este bastardo tenía aquel poder sobre mí que no podía controlar ni aunque luchara como la primera vez –basta de tanto pensar…me distraes… -dijo para plantar sus labios contra los míos de nuevo, provocando que perdiera toda razón.

Me removí bajo su cuerpo cuando se separo de mí para apoderarse de mi cuello, siempre que hacia eso me ponía nerviosa, pensaba que me iba a morder.

-Quizás lo haga…me estas tentando, así que deja de pensar –cerré los ojos tratando de no pensar en lo mal que estaba esto, porque no había caso, si de todas maneras se metería ente mis piernas.

Edward comenzó a pasar su mano por debajo de mi camiseta de seda, dejando como una marca de fuego en cada roce que tenia con mi piel. Todo fue duplicado cuando sentí que tomaba mi seno izquierdo en su mano, pero no hizo nada mas, saco rápidamente su mano y tomo mi camiseta por la parte superior y no tengo la menor idea como lo hizo pero partió esta en dos, dejando completamente expuesto mi pecho para él. Me volvió a mirar de esa forma malvada y después solo me concentre en sentir su lengua envolviendo mi pezón, provocando que me moviera, tratando de soltar mis manos para poder sentir su piel. Solo ese pensamiento hizo que soltar mis manos, y pellizco con rapidez mi pecho libre de su boca. Enrede mis manos en su cabello desordenado, pero no pude sentirlo por mucho tiempo ya que rápidamente Edward me tomo de mi cadera y me hizo voltear, dejándome entre la ventana y su cuerpo. Pude sentir que ya no llevaba su pijama, ya que sentía su erección contra mi trasero.

Recién cuando me volteo pude darme cuenta que alguien nos podría ver de un edificio vecino.

-Edward… -dije con un susurro ya que me costó bastante concentrarme en pensar al sentir sus besos en mi cuello -¡Edward! –grite al sentir como metía su mano por mi short y tomaba mi clítoris con una facilidad impresionante –Alguien pude ver –no tenía la menor idea como pude formar palabra con Edward cuando el tenia su mano en la parte más sensible de todo ¡mi maldito cuerpo que no me respondía cuando él me tocaba!

-Como si me importara –empujo contra mi haciendo que saliera de mis labios un gemido bastante alto –Y a ti tampoco, no seas santurrona –dijo para comenzar a mover su mano más rápido. No se si sea cierto, pero Edward tenia un don en esto, aunque había sido el único hombre con el que había tenido relaciones sexuales -¡demonios! –dijo ahora dándome vuelta, mientras mi pecho subía y bajaba porque me tenía en otro nivel, mi cuerpo estaba ardiendo por su culpa -¡Ni siquiera en tu cabeza te callas! –no pude decir nada ya que llevo sus labios de nuevo a los míos, tomándome de mis muslos y haciendo trizas el short, provocando que gritara por la sorpresa. Lo quede mirando seria ¿Por qué tenia que romper todo? El sonrió de esa forma tan sensual que tenia y tomo mis muslos, mientras se apoderaba de mi boca de nuevo, moviendo su lengua tan fría con la mía, solo hacía que tratara de besarlo más y más.

Me levanto con una facilidad que aun encontraba increíble y al rodearlo con mis piernas, entro en mi cuerpo de una sola estocada.

-Dios… -dije cuando tomo mi cadera y me elevo para entrar mas profundo en mi cuerpo.

-Ahora la gatita se queda callada –dijo para volver a entrar más profundo. Deje mis manos en su cuello apoyándome mejor en el. Verlo sonriendo como lo hacía mientras me embestía comenzó a volverme loca, acerque su rostro al mío y sus labios solo hicieron esto mejor, no se que tenían ¡realmente no se que tenia Edward completo que provocaba esto en mi! Mordí con un poco mas de fuerza su labio al sentir que me embistió mas fuerte, haciendo que chocara bruscamente en la ventana.

Edward se separo de mi y miro hacia abajo mientras seguía embistiendo, eso no me agrado, por lo que tome de nuevo su rostro, lo quería seguir besando pero el me esquivo, pero no me importo porque necesitaba sus labios…demonios ¿dije necesitaba?

-No… -cuando dijo aquello pude notar que sus colmillos estaban afuera ¿los estaba escondiendo de mi? Esta era la primera vez que los veía a la luz de día, era raro.

-Edward… -dije para no tomar en cuenta su advertencia y lo volví a besar. Pase lentamente mi lengua por uno de sus colmillos, y creo que eran bastante sensibles, porque se comenzó a mover mas fuerte y mas rápido, haciéndomelo duro. Sus besos se volvieron más voraces apoyando su frente contra la mía mientras trataba de gemir al sentir sus embestidas de una forma que ahora sentía mi corazón en mi cabeza.

Mis huesos se fueron desvaneciendo de a poco y sentí como mi cuerpo ardía mas de lo que ya estaba haciendo, indicándome que mi liberación estaba cerca.

-Edward… -dije separándome de el. Mirando ahora hacia el techo y sintiendo como me corría con fuerza, y al hacerlo, Edward también termino gruñendo bastante alto en mi cuello, y a presentía que me iba a morder, pero no lo hizo.

Edward salió de mi cuerpo, apoye mis pies en el suelo y el me quedo mirando, mientras yo me iba desvaneciendo hasta llegar al suelo, sintiendo como todo mi cuerpo estaba demasiado sensible. Lo mire sin decir nada.

-Espero que tus dudas hayan quedado claras….por lo menos algunas –dio media vuelta. Tomo su pantalón y se fue caminando hacia no se donde, la verdad es que no podía pensar en nada mas que en el orgasmo que acababa de tener, aun no estaba recuperada y no lo estaría por unos largos minutos.

Mi cabeza de a poco fue volviendo a su lugar y me apoye en mis manos para ponerme de pie, porque literalmente estaba casi desnuda, solo los trapos de mi hermosa camiseta de pijama color celeste, era lo único de ropa que tenia sobre mi.

Quede mirando un tanto distraída todo lo que me rodeaba, escuche como sonaba el ascensor y creo que era la voz de Jacob la que siguió después de eso.

-No des ni un paso mas Jacob Black –dijo apareciendo Edward en el limite que me escondía en la cocina, un paso más de Jacob y me veía en este estado. Ya asustada y despierta note que Edward estaba vestido bastante casual –tapate los ojos en este instante –Edward llego a mi lado en menos de un segundo lo que me dejo pasmada y después me tomo de las piernas y la espalda para después de otro segundo aparecer en la cama sentada –No puedes andar desnuda como si nada aquí –dijo frunciendo el ceño. Lo quede mirando en estado de shock, porque primero, había viajado a súper velocidad y segundo porque ¡el era el maldito culpable por hacer trizas mi pijama! –espera aquí… -dijo mirándome un poco mas de la cuenta para salir de la habitación.

Me fui rápidamente al baño y saque la bata que estaba colgando, me tape rápidamente con esta. Al salir del baño Edward me estaba mirando enojado a la mitad de esta habitación.

-¿Qué deseaba Jacob? –dije confundida.

-Lo había citado para hoy, pero tuve que decirle que viniera mas tarde… -lo quede mirando esperando a que dijera algo mas, porque para mi, esta conversación había terminado –debes tener cuidado de andar desnuda por el departamento –enarque una ceja.

-Es tu culpa lo que paso hace un rato…no tenias para que romper la ropa… -el me quedo mirando sin decir nada. Suspire, no tenia ánimos de discutir. Di media vuelta para ir al armario, sacar algo de ropa y darme un baño.

-Te llevas muy bien con Jacob ¿no? –dijo apoyado en uno de los grandes espejos, justo al lado del que me permitía entrar al armario.

-Si –dije pasando y sacando un jeans negro con una camiseta blanca de tiras y un sweater, hacia frio.

-El nos llevara todos los días al trabajo –fruncí el ceño.

-¿Me iré contigo?...eso no es apropiado…

-Te iras conmigo y punto –rodee los ojos. Edward me recordaba a cierta persona en la que no quería pensar.

-Esta bien –dije cansada, no quería discutir.

-Excelente –al decir eso se fue hacia la puerta y salió de mi vista.

Me fui a la ducha donde me duche y me relaje, aun no estaba en mis optimas condiciones, Edward me dejaba muerta, esta era la primera vez que lo hacíamos en el día, donde no tenia las largas horas de la noche para poder descansar.

Fui tranquilamente a la habitación de Edward, donde podía escuchar que estaba. Toque y espere a que abriera, pero no lo hizo, así que no me importo y abrí la puerta yo misma. Estaba tocando en el piano. Me gane apoyada en el decidida, tenía una duda importante y necesitaba que fuera aclarada, porque le convenía.

-Dime –dijo dejando de tocar.

-Cuál es la sorpresa de mañana, necesito saberlo, sabes que hable con Alice –dije seria. El recién ahí me miro sin ninguna expresión en su rostro, como era siempre que hablaba conmigo.

-¿Quieres decir cuando le fuiste a llorar a tu amiga Alice? –fruncí el ceño.

-Lo siento, a diferencia tuya, los humanos tenemos emociones y estar secuestrada sin duda te tiene el limite…

-Mañana lo sabrás –dijo poniéndose de pie para ir a la ventana –has investigado bien ¿no? –fruncí el ceño sin entender.

-¿De que hablas?

-Mi segundo nombre es Anthony –lo mire con los ojos como plato.

-Eso fue una coincidencia –el se giro a verme y se apoyo en la ventana, sin decir nada por unos segundos –yo no te investigue Edward… -el me miraba sin decir nada. Cansada de me senté en el banquillo del piano –Necesito que me respondas lo que quiero Edward…

-¿Es que quieres que te lo haga de nuevo? –suspire, siempre tenia que llevar todo a un plano sexual.

-Edward –dije cansada, el bufo y me hizo una seña para que siguiera –No entiendo esto de la sangre…

-Cada humano tiene su propio aroma, el tuyo es mi aroma favorito…es como si tu sangre cantara para mi –"la tua cantante" ahora tiene mas sentido

-¿Cuál es? ¿Cuál es mi aroma? –me quedo mirando desconfiado y muy serio por unos segundos.

-Lavanda y Fresias…

-¿Flores? –dije enarcando una ceja. Pensé que era otro, no sé, chocolate o algo más masculino.

-¿Tu elegiste a los desagradables de tus padres? –lo mire con los ojos como platos. Negué –bien, nadie elige este estilo de cosas.

-Bien… -dije tratando de no decirle un montón de cosas por lo que dijo -¿Por qué no soy un vampiro, si me has mordido?

-Porque eso tiene un método...el cual no te diré, pero no es solo mordiendo a las personas… -sonreí, por lo visto podría seguir siendo humana. Me removí un tanto inquieta, en el momento que no estoy con él, tengo muchas dudas pero ahora no se me venía ninguna a la mente.

-Te podrías mover de ahí… -me puse de pie de mala gana, por lo visto era un maniático con sus cosas también.

-Puedes leer mi mente… -el asintió –pero Carlisle dijo que tenias otro poder en mi, no recuerdo bien lo que dijo.

-Te puedo manipular…eso es porque eres mía…ese beneficio me das.

-Pero eso es injusto, yo no tengo ningún beneficio contigo –el no me dijo nada, rodee los ojos -¿Qué mas puedes hacer, siendo vampiro?

-Ya viste la velocidad, la fuerza…beber sangre humana –eso no era nada beneficioso –tener increíble sexo –no dije ni pensé nada en ese momento.

-¿Qué mas puedes hacer en mi mente? –el sonrió perversamente.

-Eso lo sabrás mas adelante… -esquive su mirada.

-Bien, supongo que eso es todo lo que se me ocurre ahora….pero Edward…¿Cuándo seré libre? ¿Cuándo me podre ir de aquí? –el volvió a sonreír.

-Isabella, pensé que eso te había quedado claro… -fruncí el ceño, negando, sin entender –Nunca…no hasta que me canse de ti… -me quede de una pieza mirándolo ¿estaba hablando en serio? –sí, hablo en serio…

-No… -dije sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas.

-No llores, me desagrada -¿Qué esperaba que me quedara así como si nada mientras el se robaba mi vida? -¿Sinceramente? Si…ustedes los humanos son tan débiles, sobre todo las mujeres, tan sensibles… -dijo molesto.

-¿Ustedes los humanos? –dije mientras mis lagrimas comenzaron a caer -¿es que tu no lo fuiste en un tiempo?

-Algo que saque de mi memoria, no es algo importante –tome aire para dejar de llorar, pero me era imposible.

-Gracias por responder mis dudas… -dije girándome para salir de ahí, pero al darme cuenta Edward estaba ahora apoyado en la puerta.

-No pienses en hacer algo para escapar Isabella, porque quien lo pagara será una de tus amigas o amigos…¿has escuchado?

-Si… -dije fríamente y saliendo de su vista.

Me fui directo a la habitación, cerré todas las cortinas y me metí a la cama. No tenia ánimos de estar en este lugar, no tenia ánimos de dar un paso mas sabiendo que esos pasos ya no era míos, sino de Edward. Estaba perdida.
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Sáb Nov 26, 2011 9:24 am
Recien voy porel capitulo 7. Son larguisimos!!! Y XXX. Simpre espero que Edward tenga mejores actitudes, no puedo evitar sorprenderme cuando es malo con Bella :(
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Sáb Nov 26, 2011 11:46 am
xDDDDD tranquila euge....la historia se pone mejor!! :D y si los caps son super largos xD
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Sáb Nov 26, 2011 5:54 pm
Capitulo 14

Me mire al espejo y estaba lista para un nuevo día de trabajo. Un blusa blanca con un escote decente, falda negra en tubo, tacos negros y un abrigo negro, eso era lo del día de hoy, me sentía un tanto incomoda con las medias que llevaba, estas solo alcanzaban mis muslos, no estaba acostumbrada pero no había opción, solo habían de este tipo en el armario.

Edward me había dejado tranquila en la noche, pero no sabía si había sido del todo cierto, ya que me costó mucho poder conciliar el sueño, pensando en diferentes momentos, que no diré ahora.

Salí directo a la sala, ahí estaba Jane anotando en su agenda de cuero negro lo que Edward le estaba dictando. Jane esta vez lucia un traje de dos piezas blanco, con diseños negros, lo que me saco una sonrisa, de verdad le gustaban esos colores. Sus lentes llamaban la atención y estaba anotando muy concentrada, pero cuando me vio me sonrió.

-Bella, buenos días –fue como sacarme diez kilos de peso de mis hombros, por fin me hablaba así.

-Hola Jane ¿Cómo estas?

-Jane –dijo Edward llamando su atención, ella asintió y siguió anotando lo que necesitaba que hiciera él.

Me senté en el brazo del sofá negro a esperar para que bajáramos y llegáramos Cullen Ltda.

-Tú no has desayunado –dijo Edward girándose. Me apoye mejor en el sofá. Lucia muy guapo con su traje negro, con su cabello completamente desordenado como siempre ¿es que no conocía los peines?

-No tengo hambre, comeré algo en el edificio, además vamos retrasados…

-No, hay tiempo, comerás…Jane, encarga algo para que traigan.

-No quiero nada Jane, gracias –ella se quedo detenida mirando a Edward.

-Como gustes –dijo él, para después voltearse a la ventana –Jane es todo por hoy, gracias, encárgate de lo que se te ha asignado…

-Si, Sr. Edward, permiso –paso por mi lado y me hizo una seña de despedida.

-Muy bien, vamos solo estamos perdiendo el tiempo aquí –dijo a los minutos de que se fuera Jane. Mire mi reloj y era temprano.

Llegamos al ascensor y decidí que mejor me iba por las escaleras, pero Edward me tomo del brazo e hizo que entrara al ascensor. Me quede a su lado, asustada, esto era tan humillante.

-Toma –dijo cuando todavía faltaban pisos para llegar al primero. Mire y note que era un nuevo celular –es un blackberry, tiene el chip de tu celular anterior, el que rompí cuando fuiste lo bastante estúpida para hacerme enojar –lo mire enojada y tome el teléfono, guardándolo en mi bolsillo.

Salimos del ascensor en un segundo por mi parte y comencé a caminar hacia la salida, Edward iba a mi lado. Pude notar que Jacob nos esperaba con la puerta abierta.

-Buenos días Sr. Edward, Srta. Isabella…

-Hola Jacob –dije más contenta por tener una cara amigable, pero luego me sonroje porque ayer casi Jacob me vio desnuda, en un momento post-sexo con Edward, lo que era denigrante porque quedaba sin energías.

-Buenos días Jacob –dijo Edward sin mirarlo. Entre primero al auto y luego Edward. Mire a mi acompañante de reojo, tenía su mirada fija hacia la ventana ¿Por qué Carlisle se tenía que ir de vacaciones ahora? Esto era tan injusto para mí, el trabajo estaba siendo mi escapatoria de Edward, pero ahora….ahora no tenía nada.

-Isabella, te pediré que te calles… -dijo con su tono tan desagradable, pero él no podía hacer nada para hacer callar mi mente, así que si no le gustaba, bueno, podría dejarme ir. Sonreí ante ese pensamiento, sería una buena técnica, hacer que me libere, por cansancio –antes, estarías completamente drenada si eso fuera así –mire a Jacob y este miraba al frente haciendo caso omiso a lo que decía Edward, era demasiado fiel a Edward como para que este se alterara por un comentario cruel de su jefe –Exacto y espero que no te entrometas en eso –dijo ahora mirándome. Fruncí el ceño sin entender –Solo ten cuidado Isabella…

-Primero me tienes secuestrada y ahora me hablas en código, no esperes que haga maravillas con eso –dije mirando hacia la ventana.

-Claro que no lo hago, eres una simple humano… -lo mire y rodee los ojos. Maldito arrogante, sabía que era el tipo ser que se sentía mal por lo que era y trataba de tirar basura a su alrededor ¿tienes algún comentario a esto también o dejaras mi cabeza tranquila bastardo?

Note que su mordida se tenso, pero no hizo nada mas, solo miro hacia adelante, durante todo el resto del camino. Mire la hora y vi que recién eran las siete con veinte minutos, en diez, recién los guardias comenzarían con su cambio de turno.

Me despedí de Jacob ya que Edward no dijo nada más que bajarse y me baje del hermoso Jaguar y nos fuimos con Edward al edificio.

-Aun es muy temprano….

-Eso no importa, ¿eres una holgazana que llega justo a la hora para no trabajar ni un minuto más? –lo pensé un segundo.

-En realidad si –dije sin poder saludar a Don Ernesto porque aun no estaba en su puesto, realmente no había nadie además de la recepcionista que se quedo baboseando al ver a Edward.

Metí mis manos a los bolsillos y di un paso hacia atrás, este ascensor era muy diferente a los demás. Además que este edificio era gigante, mejor esperaría a Jessica y Alice.

-Ni lo creas –dijo Edward tomándome del brazo y haciendo que entrara.

-¡Deja de empu… -Edward me empujo hasta el final del ascensor, mientras plantaba sus labios contra los míos -¡No! –dije empujándolo pero Edward se metió a mi cabeza y una ola de calor paso por todo mi cuerpo.

-Ese no soy yo –dijo mientras bajaba el abrigo de un solo movimiento.

-¡Aquí hay cámaras! –dije mirando la que estaba en la punta de esta caja metálica.

-Claro que esta desactivada ¿Crees que me gustaría que un guardia gordo detrás de las cámaras te viera mientras te hago gemir? –lo quede mirando enojada, pero a el le dio lo mismo, como siempre, no se inmutaba si no me agradaba lo que hacia o si me gustaba lo que como se comportaba.

Boto su propio abrigo y después fue levantando mi falda mientras sus labios me atrapaban, sin poder dejar que mi cabeza pensara como se debía ¡estúpidos labios de Edward! Siempre me hacía lo mismo, me nublaban toda razón. Gemí con fuerza cuando sentí su mano en mi entrepierna, rompiendo mi ropa interior, la cual note que se la hecho al bolsillo.

-¡Edward! –dije sorprendida ¡no me podía dejar así todo el día!

-¡Claro que puedo! Y recuerda que aquí soy tu jefe –dijo de nuevo atrapando mis labios, apoderándose del inferior. Tomo mis piernas con fuerza y me levanto. Envolví su cadera casi por instinto mientras me seguía besando. ¿En qué momento se bajo los pantalones que ahora sentía su erección contra mi entrada.

-Edward… -dije tomando algo de aire.

-Bella, aquí soy tu jefe… -dijo jugando conmigo, no entrando a mi cuerpo. Gruñí frustrada.

-Sr. Edward ¿ahí si? –dije enojada, pero entro en mi cuerpo de una sola embestida –Si… -dije sintiendo como se movía contra mi cuerpo.

-Dilo Isabella… -mordí mi labio al sentir como entraba en mi cuerpo, jamás me podría acostumbrar, era demasiado grande. Pude notar que faltaba un piso para llegar al de nosotros ¿tan pronto? Edward se acerco y no sé que apretó pero el ascensor se detuvo. Edward se comenzó a mover mas lento, lo quede mirando esperando a que lo hiciera mas rápido.

-Mas… -dije moviéndome contra él, pero el detuvo mi cadera.

-Dilo como se debe Isabella -¡maldito fetiche que te tenía este maldito vampiro! Pero si no lo decía no iba a obtener lo que quería.

-Mas Sr. Edward, quiero que lo haga mas rápido… -lo quede mirando a los ojos y pude ver como estos se iban tornando rojos y no se cómo diablos, pero eso solo hizo me moviera contra Edward. Cerré los ojos, porque sabia que me iba a morder, no lo había hecho hace ya dos días.

-Estas en lo correcto –grite cuando embistió contra mi de nuevo, con tal fuerza que me asuste al morder mi labio, Edward comenzó a moverse de una forma para nada humana, ya que entraba y salía con fuerza y demasiada rapidez, por lo que mi corazón ya estaba a punto de explotar. Sentí como se acercaba a mis labios. Mis manos que estaba apoyadas en los brazos del ascensor, dejaron ese soporte para tomar el cuello de Edward, y acercarlo a mis labios, nuevamente pase mi lengua por uno de sus colmillos, me di cuenta en ese momento que me gustaba hacerlo y a Edward igual, ya que me siguió embistiendo haciendo que mi cabeza se perdiera y me siguió besando hasta que cayó con ese beso el grito que salió de mi boca al sentir como ese orgasmo me golpeaba de forma impredecible y acabando con todas mías energías y todo empeoro cuando Edward planto sus colmillos en mi cuello, bebiendo de mi. Tome su mano que sujetaba mi muslo y me aferre a ella.

Dejo de beber y beso mi cuello, de inmediato supe que era para no dejar marcas. Salió de mi cuerpo y me tomo de la cintura, antes que me desvaneciera, Edward era un desconsiderado, tenia que trabajar y ahora solo estaba en trance como siempre que era cuando tenia sexo con él.

Tomo mi abrigo y me lo paso. Arregle una desordenada falda, pensando que iba a estar todo el día sin bragas…eso no era bueno con Edward cerca. Me puse mi abrigo y trate de arreglar mi cabello, Edward me quedo mirando sin decir nada.

-No me voy a desvanecer como ayer…esto fue bastante rápido –dije para que no creyera que era el Dios del sexo, pues no lo era, solo era increíble con él, porque no había estado con nadie mas.

-No lo creas… -dijo soltando mi cintura y poniéndose su abrigo –eres la única que queda así, las otras mujeres con las que tengo sexo, no quedan como tu, es porque eres mía… -bueno, no las entendía, ¿Cómo se iban a un callejón a meterse con cualquier tipo?...eran unas zorras.

-Entonces deja de meterte en mi cabeza cuando lo hacemos –el sonrió arrogante para después apretar el boto del ascensor, el cual se movió bruscamente. Abrí los ojos y estaba tomando el brazo de Edward, me solté al momento de notar lo que estaba haciendo.

-Creo que empezamos con el pie derecho aquí Srta. Isabella –dijo sonriéndome, para salir del ascensor –y, ese no fui yo, tu cuerpo responde a mí de maneras increíbles –dijo para después entrar a la oficina.

Realmente que fuera en un ascensor o en su departamento, hacerlo con Edward me dejaba con las piernas débiles y con la mente en otro lado.

El celular que tenía en mi bolsillo comenzó a sonar, conteste con rapidez, era Jessica, preguntando donde venia, le dije que ya estaba aquí, que mes había arreglado para poder subir el ascensor, corte sentándome agotada en la silla.

Edward apareció en la puerta.

-Eso te pasa por no desayunar… -lo quede mirando enojada, se veía demasiado cómodo con todo esto, estaba incluso sonriendo, cosa que no hace comúnmente –El sexo generalmente sube el animo, esta claro que a ti no… -odiaba sus maldito labios que estaba observando ahora. Eran ellos, esos labios que me dejaban con ganas de…

Edward sonrió y se acerco en un segundo, para tomar mi rostro y volver a besarme, lo que esta vez, me relajo. Como instinto lleve mi mano derecha a su mejilla y acaricie lentamente su piel. Edward se separo unos centímetros de mi y yo me quede helada.

-¿Qué fue eso? –dijo Edward frunciendo el ceño, dejando mi su agarre en mi mandíbula, era tan brusco.

-No fue nada… -dije evitando su mirada y prendiendo el computador –te pediré que me dejes trabajar tranquila -Gracias al cielo no dijo nada, se fue a su oficina.

Estaba ahora mas compuesta a segundos antes, creo que era ese beso fue el que me tranquilizo ¿Cómo podía tener tanto poder en mi?

La jornada laboral siguió, Alice y Jessica se aparecieron en mi piso, pero solo Edward tuvo que salir para que solo inventaran que necesitaban unos papeles, después de quedar en shock mirándolo por estar en el lugar de Carlisle.

Era la hora del almuerzo y feliz ya podría salir del lado de Edward, ya que me había llamado bastante, para darle numero, cuentas corrientes, contratos, papeles de negocios con otras empresas, era un lio, le gustaba ver todo y hacer todo por si solo, "trabajo en equipo" no era algo que supiera hacer. Tome mi abrigo, ya que estaba heladísimo, tenía mucho frio, pero de eso podría ser culpable Edward y mi sangre en su cuerpo ahora.

Estaba a punto de marcar a Jessica para que me viniera a buscar cuando Edward salió de la oficina.

-Bueno, creo que es hora de aclarar todo ¿no? –fruncí el ceño, sin entender.

-¿De que hablas?

-De… -dijo dando unos pasos hacia mi –tu mudanza, estar dentro de un jaguar, mentirle a tus amigos… -dijo pasando su mano por mi mandíbula ¿Cómo mi padre te tuvo tanto tiempo aquí sin hacerte nada Isabella? –quite su mano de golpe.

-¡Porque a diferencia tuya, el Sr. Carlisle es bueno! –a el le tomo unos segundo hablar.

-En eso tienes razón…vamos –dijo caminando hacia el ascensor –es hora de comprar a tus amigos ahora… -lo quede mirando asustada a lo que dijo. Él me hizo un gesto con la cabeza, lo cual me indico que me quería dentro del ascensor. Lo hice sin decir nada, no quería que estuviera de mal humor cerca de Alice y Jess.

No avance mucho en el ascensor, porque como idiota necesitaba estar al lado de Edward. Ninguno de los dijo nada en el transcurso, no podía creer que Edward fuera a la cafetería, ahí no se veían jefes, y por ahora, Edward era el jefe máximo.

-No les hagas nada, por favor –dije cuando Jessica y Alice estaban comiendo, por sus expresiones, estaban un tanto enojadas porque no les había llamado para comer y estaban sorprendidas por ver a Edward aquí.

-Hola chicas –dije sentándome en la mesa donde estaba. Edward acerco otra silla y se sentó a mi lado, con una sonrisa que casi me deja la boca abierta, esa sonrisa no era de él.

-Buenas tardes Señoritas… -dijo mirando a ambas.

-Buenas tardes, Sr. Cullen –dijeron a coro.

-Se preguntaran que hago, junto a Bella ¿no? -¿me llamo Bella? Me quede helada al ver como tomaba mi mano y la entrelazaba con la mía ¿esto estaba pasando de verdad? –bueno, se estarán preguntando por ella ha estado actuando tan raro.

-Si –dijo Alice, ahora mirándome para después mirar nuestras manos, estaba confundida y yo no estaba mejor que ella.

-Ella y yo somos pareja, eso es lo que sucede…le he pedido a Bella que no diga nada para evitar problemas, pero luego pensé ¿Por qué?...no estamos haciendo nada malo, pero ustedes son sus amigas, personas importantes en su vida, no quiero que les siga mintiendo, por eso he decidido decirles esto, para que Bella… -dijo mirándome ¿dulcemente? ¡santo Dios! ¿Quién era este Edward? –no tenga que esconder nada –mire a nuestros lados y todos los empleados no estaban mirando, Señor, iba a quedar etiquetada como al ramera que se acuesta con el jefe -¿cierto amor? –no pude evitar que saliera un risa de mi parte al escucharlo.

-Lo siento…amor –dije mirándolo -solo que estoy tan emocionada porque digas esto –no pude evitar reír un poco, este no era Edward y se veía….ridículo siendo así, claramente, las chicas no lo verían así, porque ambas lo miraban como si hubiera hecho el acto de amor mas grande del mundo.

-Estamos viviendo juntos, para que no se sorprendan de su repentino cambio, era una sorpresa -¡y que sorpresa! ¿Cómo iba a responder las preguntas luego? –Con Bella nos conocimos hace mas de tres meses, antes que ella trabajara aquí, en un pub…tuve casi que robarle su numero para poder hablar con ella…y bueno cuando lo hice las cosas se fueron dando hasta que nos dimos cuenta de que vivir juntos, era mucho mejor.

-¿Hace tres meses? –dijo Alice mirándome. Asentí, ella me iba a matar por no contarle.

-Bella estaba bastante afectada con todo esto, de esconder nuestra relación, yo se lo había pedido, pero ya no hay nada que hacer… -mire a Jessica y ella me observaba en estado de shock –lo siento por provocar que ella les mintiera, de verdad –lo mire con los ojos como plato, Edward de verdad parecía como si lo sintiera ¡Dios santo! Denle un Oscar a Edward Cullen, por premio al mejor actor. El se giro a verme y sonrió, curvando sus labios, maldito, se estaba riendo por lo que dije. Apretó mas mi mano que estaba entrelazada a la suya, supe que tenia que decir algo.

-Es verdad, todo lo que dijo chicas, no tienes porque alarmarse, siento mentirles, pero como el dijo, me lo pidió, era complicado, recién iba a trabajar aquí, ya que estaba en Europa, pero Edward decidido que mejor es ir sin mentiras por la vida ¿cierto, cariño? –dije mirándolo y sonreí como el lo hacia. Edward me miro sonriendo y de nuevo me movió con su agarre en mi mano y me dio un corto besos en los labios que me tomo desprevenida, el sabia que sus labios tenían algo raro, no podía hacerme eso. Porque quedaba como tonta mirando su boca.

-Woooww… -dijo Alice mirándonos y llamando mi concentración –ya veo porque actuaron raro en el ascensor la semana pasada.

-Así es… -dije asintiendo.

-Iré por algo para que comas –dijo Edward poniéndose de pie, lo quede mirando aun en shock.

-¿Fue a buscar algo para que comas? –dijo Jessica despertando de donde estuviera -¿Acaba de hacer eso? –dijo susurrando.

-Si, es muy atento –dije viéndolo como iba a comprar algo. Todos miraban a Edward y a mi, demonios ¿en que me metió?

-Bella, tu… -dijo Alice confundida, no la culpo, el viernes había llorado como una magdalena pero ya tenia la historia perfecta con esto.

-Alice, siento haber llorado el viernes y haberte mentido...estaba mal porque no quería seguir jugando a las escondidas con Edward, entonces estaba mal..

-Bella… -dijo Jessica –tu eras virgen –dijo entiendo todo -¡Oh Dios! –se tapo la boca emocionada –claro –dijo mirando a Alice –todo lo sabe ella primero, que desilusión…

-No –dijo Alice –yo no sabía nada, Bella me invento una historia…oohh no lo puedo creer –dijo ahora entrando en la emoción de Jessica, creo que haber aclarado lo que paso el viernes, ayudo a que confiara mas –Bella…Dios, no pareces secretaria ¿eso es Gucci? Pareces una ejecutiva -dijo mirando el abrigo de genero, no me había dado cuenta de la marca de esto.

-¿Cuál es tu secreto? Dios….debes invitarnos porque debes hablar demasiado con nosotras –dijo Jessica

-¡Cuando Rosalie se entere querrá morir! –dijo Alice asombrada. Trate de sonreí, ella había caído, pensé que le quedaría la duda, pero por lo visto nada de nada.

Edward llego en ese momento dejando mi bandeja al frente mío. Note que era mi comida favorita, lasaña, era mucho eso si. Alice sonrió al notar lo que Edward pidió, estúpido, de seguro estaba quedando como un Dios ante mis amigas, ahora veía porque dijo "es hora de comprar a tus amigas" ¡bastardo!

-Amor…¿estas bien? –dijo Edward sonriéndome. ¡Que deje de llamarme así! El no era de esa forma, se sentía raro.

-Todo bien –maldito bastardo. Edward me miro serio por una fracción de segundo.

-Esto es increíble –dijo Jessica, llamando nuestra atención –Bella se no has enamorado por fin –casi se me revolvió el estomago al escuchar decir aquello ya que de todo lo que sentía hacia Edward, lo que menos pasaba por mi cabeza era algo relacionado con amor por este bastardo mal nacido.
Ethan Koffman
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Lun Nov 28, 2011 12:11 pm
Capitulo 15

—No puedo creer que lo hicieras, de verdad…esto ¡es ridículo! –dije cuando bajamos del ascensor para entrar a nuestro piso. Me fui directo a mi escritorio.

—Realmente son fáciles de sorprender… —dijo riendo para después entrar a su oficina, pero volvió al segundo —Cuando vayan al departamento mañana, no pienses hablar mal de mi Isabella o si no les probare que estas equivocada… —ni siquiera lo mire, gracias al cielo llamaron al teléfono, conteste de inmediato y eso me dio la oportunidad solo para concentrarme en eso, el trabajo, esto era demasiado por un día.

Estaba arreglando la agenda de Edward para esta semana, estaría bastante ocupado, sonreí cuando note que en un mes más tendría que viajar a Rusia para unos negocios ¡seria libre por una semana entera!

—Hola Isabella –dijo Tanya cuando llego al piso, sacándome de mis pensamientos de libertad.

—Buenas tardes Srta. Tanya –ella me sonrió amablemente.

—¿Me podrías avisar con Edward?

—Claro —dije avisándole por el teléfono que ella lo esperaba, paso de inmediato.

Estaba aun arreglando su agenda cuando escuche un ruido extraño desde la oficina, para después escuchar como algo se quebraba. Me puse de pie de inmediato para saber si todo estaba bien, pero al acercarme a la puerta, que estaba cerrada, escuche como alguien gemía. Me quede helada ¿ella estaba teniendo sexo con Edward en su oficina? Di media vuelta para ir por las escaleras a otro lado, pero al abrir la puerta de escape, me gire enojada ¿Por qué tenía que arrancar? Me fui a la puerta del bastardo y abrí esta con todas mis fuerzas….Gran error.

No sé porque sentí como un balde de agua fría cayó por mi espalda cuando los vi. La perra de Tanya estaba apoyada en el respaldo del sofá, mientras Edward besaba su cuello, él tenia su mano derecha bajo la falda de Tanya, claramente entendí lo que le estaba haciendo. Ella me vio y empujo a Edward, haciéndole muy fácil alejarlo de ella, que envidia, yo no podía hacer eso.

—¿Qué sucede? –dijo Edward molesto. Tense mi mordida.

—Solo pensé que necesitarían algo… —el enarco una ceja.

—A menos que te unas, no, no necesitamos nada…

—Muy bien, Sr. Edward –dije cerrando la puerta. Mire a Tanya y ella me miraba un poco avergonzada, cosa que no le creí.

Me fui a la sala de fotocopias y cerré la puerta con seguro, me senté al lado de la maquina y apoye mi cabeza en la pared.

—No… —dije negando –no te atrevas Isabella Swan… —respire profundo.

Me quede ahí por más de una hora, hasta que sentí como alguien caminaba cerca para después escuchar el sonido del ascensor. Salí de la habitación y la puerta de Edward estaba cerrada.

Seguí haciendo mi trabajo por las cuatro horas que me quedaban.

Eran las siete de la tarde y tenía ya todo apagado, Edward me había hablado porque necesitaba algunos papeles listos para mañana, los cuales arregle de inmediato, pensando en nada más que en lo que estaba haciendo, trabajo.

Edward salió de su oficina y yo ya estaba lista. Nos fuimos en silencio por el ascensor y debo decir que me apoye al final de este, sin sentir nada de miedo, creo que ya había encontrado la solución de mis miedos, no iba a estar al lado de Edward en estos momentos.

Nos fuimos al jaguar, ninguno saludo a Jacob y nos metimos en el auto, ni siquiera espere a despedirme de Alice o Jessica.

Al llegar al edificio Belmont no bajamos y me fui directo hasta el ascensor, lo cual fue igual de silencioso como todo el camino de vuelta.

—¿A ti que te sucede? –dijo cuando bajamos del ascensor. Me gire inexpresiva a Edward.

—No me sucede nada…me iré a la habitación, y luego saldré –el frunció el ceño.

—¿Cómo que saldrás? ¿A dónde?

—Eso a ti no te interesa, estaré de vuelta, no me escapare, tu nevera no se irá –dije dando media vuelta y yéndome hacia la habitación. Edward no me dijo nada, lo que me sorprendió bastante.

Me cambie de ropa y saque dinero de mi bolso. Salí hacia el ascensor sin mirar a ningún lado, pero aun así mi concentración se quebró al escuchar su voz cuando pase por la sala —Yo no te voy acompañar al ascensor –dijo Edward sentado en el sofá, dándome la espalda.

—No lo necesito –dije yendo hasta esa caja metálica y metiéndome sin problemas. Presione el boto y solo sentí que mi estomago se revolvía pero nada más.

Llegue abajo y me fui caminando directamente por las calles, entre a una farmacia y compre lo que necesitaba, sonreí al verme triunfadora. Había salido de ese lugar, tranquilamente. Eso me mostraba que no tenía que estar todo el santo día en ese departamento con Edward, podría salir ahora, ir a ver a mis amigas y así escaparme del mundo que me estaba consumiendo ahora.

—Isabella Swan –me gire al escuchar mi nombre en la calle.

—James Staci… —dije copiándole a como me llamo.

—¿Cómo estás? –se acerco y beso mi mejilla, no debo decir que eso fue lo más normal del mundo, pero tampoco me causo tanto miedo.

—Bien, comprándole un regalo a Edward –el miro la bolsa y sonrió.

—Creo que las cosas no van bien entre los dos ¿no?

—Nunca lo harán ¿Qué haces tú? –dije desviando el tema, no tenía ganas de hablar de esto.

—Voy a donde Edward ahora mismo… —sonreí.

—Eso es excelente, podrás ver cómo le doy su regalo… —el negó.

—Isabella, no es correcto…lo harás enojar –levante los hombros sin que me importara, no tenía nada que perder, solo que me matara y la muerte tenia buena cara en estos momentos.

—Me puedes decir Bella, y no te preocupes… —ambos fuimos caminando hacia el edificio –andas a pie ¿Cómo que tu no ocupas un auto muy lujoso, hasta para ir a la esquina? Edward nunca camina –dije pensando en ese estúpido vampiro, que no era capaz de dar un paso sin que fuera sin su Jaguar.

—Me gusta caminar, es entretenido, mezclarse entre la gente…me sorprende que tu estés caminando sin un guardaespaldas.

—Si vuelvo, todo está bien, la nevera de Edward no se irá a otro lado…el me ha dejado en claro que no puedo hacer eso —el me miro con los ojos como plato.

—Bella, no te puedes llamar así, es una falta de respeto para ti y para tu vampiro –dijo sonriendo como si yo hubiera dicho la cosa más loca del mundo.

—Créeme, decir nevera, no ha sido nada a como me han faltado el respeto hoy… -James no dijo nada.

Llegamos al edificio luego de ir conversando amenamente, ya que James me conto que iba a una reunión con Edward, porque el trabajaban en otra empresa, donde se encargaba de ver lo que podría beneficiar al imperio Cullen, en otras palabras era un soplón en otra empresa.

Subimos el ascensor y mi ánimo estaba por las nubes, James había llegado en un momento adecuado a visitar a su amigo.

Entramos y Edward estaba en sofá, donde lo vi por última vez antes de salir. Se puso de pie de inmediato y nos quedo mirando serios.

—¿Dónde andabas? –dijo mirándome.

—Te compre un regalo –el miro la bolsa y entrecerró los ojos, eso solo me ayudo para tener más valor. Di unos pasos hacia él, furiosa, el mismo sentimiento que había reprimido hace horas atrás –esto es para que te quede muy claro algo, Edward Cullen, no te pediré que te dejes de acostar con esas mujerzuelas que tienes porque es imposible pedirle eso a un hombre como tu…¡ups! –dije dramatizando más de la cuenta –tú no eres humano, lo olvidada, al monstruo que eres y no lo digo porque seas vampiro… —dije sonriendo a James, para que no se sintiera mal –sino por lo asqueroso que puedes llegar a ser, no me volverás a tocar y que te quede claro que me encargare de eso…a menos que uses uno de estos –dije tirándole la bolsa. Edward la tomo con agilidad y saco la caja de preservativos –no me pienso exponer a cualquier cosa que se te pegue por caliente… —dije para dar media vuelta. Tenia que ser realista, Edward tenia la facultad de hacer conmigo lo que deseara, por eso seme ocurrió esta brillante idea.

—¡Isabella! –sonreí. Me voltee seria, Edward era tan predecible.

—Ya veo –dije dando unos pasos hacia el –te compre tu talla, XS –dije indicando con mi mano que tenía un pene chico, dejando mi dedo índice y pulgar muy cerca el uno del otro. Escuche como James comenzó a carcajearse sin parar de Edward.

—Ohh Dios…. –dijo James riendo –Todo se paga en esta vida Edward Cullen, Bella es tu karma –di media vuelta para salir de ahí, antes que me estampara contra el ascensor.

—¡Si! ¡Mejor corre Isabella! –dijo gritándome, pero no le hice caso –y tu no la llames Bella –dijo dirigiéndose a James.

Fui a la habitación sabiendo que habrían represarías de esto, y no tendría como arreglármelas, pero me comencé a concentrar para que Edward no pudiera manejarme a su antojo, esto tenía que tener algún truco, aprender a guardar mis pensamientos, solo para mí, pero por ahora, no tenía idea como.

Estuve bastante tiempo en internet, en la sala que había en esta habitación. Pude ver que tenía unos correos de Renee y Charlie, pero ni siquiera los abrí para saber que decían. En el momento que iba a cerrar el notebook, pude ver que había recibido un nuevo correo, de una persona desconocida. Lo abrí y casi mi mandíbula cayó al suelo, era de Esme.

—Tu y yo vamos a conversar ahora mismo –dijo Edward al frente mío, apareciendo en un segundo, sobresaltándome hasta el punto de saltar en mi asiento.

Lo quede mirando enojada, de verdad no me estaba intimidando si me tomaba el tiempo en tranquilizarme y no aparecía como un león, preparado para atacar. Cerré el notebook sin poder leer el mensaje.

—Dime….¿Es que acaso no te agrado la marca? Es una de las buenas.

—Te diré ahora mismo –dijo muy serio –que no permitiré que vuelvas a hacer algo así de nuevo, esta solo será una advertencia…sino tendré que tratarte como lo hice la noche de la fiesta ¿quieres eso de nuevo? –dijo mirándome sin tener expresión alguna.

—No me vendrás a decir que hacer Edward, que eso te quede claro, ya robaste mi vida como si fueras dueño de ella, no tengo nada más que perder… —el entrecerró levemente los ojos, molestándose más cada segundo –y ya no me intimidas, no lo harás jamás…lo que hiciste solo fue una falta de respeto para mi…

—¿Qué esperas Isabella?...¿que te sea fiel? Eso solo lo hacen las parejas y quiero que te quede claro que tú no eres ni por un segundo aquello…..solo eres lo que apacigua mis necesidades, así que no te tomes roles que no te corresponden –debo decir que lo que me informo no me afecto en nada, no estaba enojada por eso, el sentimiento era mutuo.

—Claro que no es eso imbécil, solo que no me tocaras de nuevo si sé que estas acostándote con quien se te ponga adelante…. –Edward me quedo mirando segundos sin decir nada, como si tratara de meter algo en mi cabeza, pero no le era posible.

—¡Demonios! –dijo enojado para después dejarme sin decir nada. Me quede sorprendida por su reacción, el no era de retirarse cuando lo enfrentaban. Me senté en la silla en estado de shock, de verdad pensé que iba a golpearme o bueno…lo que usualmente hace cuando se enoja conmigo. Mi cabeza aun ardía de furia por lo que había visto en su oficina, me sentí pésimo, solo me estaba restregando en mi cara que yo no era más que su puta personal, y jamás en vida pensé llegar a ese nivel, aunque nada como lo tenía planeado estaba saliendo como quería, empezando de la forma que perdí mi virginidad.

Mire la hora e iba a ser las diez de la noche, ahí me di cuenta que tenía hambre. Por lo que fui tranquilamente a la cocina y saque unas frutillas que habían, me senté en el sofá y prendí la televisión para poder comer tranquila.

Edward no apareció en toda la noche, de seguro había salido para revolcarse con alguien, mejor para mi, así me dejaba tranquila. Me sentía extrañamente poderosa, no tenía la menor idea de eso, solo podía estar segura de una cosa, estaba furiosa con Edward Cullen y no lo quería volver a sentir en toda mi vida porque me daba asco.

Íbamos en el ascensor en silencio, exactamente como había sido desde que había visto a Edward esta mañana. No me acerque a él porque me daba repulsión y por lo visto, el había hecho algo bueno por mí, eliminar el miedo por los ascensores, lo que me facilitaba mantenerme alejada.

Entramos a la oficina, tome mi agenda que dejaba en mi oficina siempre y comencé a decirle lo que tenía que hacer, con un tono neutro, Edward me miro serio en todo el momento y debo decir que no me causo nada su presencia, era como tener a cualquier persona cerca.

—Puedes retirarte Isabella… —dijo mirándome fríamente como lo hacía desde ayer…bueno desde hoy en la mañana que era el momento en que lo había vuelto a ver luego de que desapareció de mi vista.

Me gire y me fui hacia mi escritorio, pero no pasaron más de quince minutos cuando pude ver a la Tanya salir del ascensor.

—Buenos días Isabella –dijo como si nada. De verdad estaba pensando que esto entre los vampiros era muy habitual, aunque dudo que Esme permita que Carlisle la engañe.

—Buenos días Srta. Tanya –no iba a permitir que lo que paso ayer arruinara mi característica principal en mi trabajo, ser profesional —¿necesita hablar con el Sr. Edward?

—Si –dijo mirándome, tan elegante como siempre. Ella estaba con un traje de dos piezas color negro, resaltaba su blusa blanca por el blazer y sus piernas, largas y perfectas salían al encuentro de cualquier hombre ninfomano, o sea, salían al encuentro de Edward. Su cabello rubio caía por sus hombros como si hubiese sido arreglado por el mejor peluquero del mundo, zorra, eso era lo que parecía, en realidad no, pero de todas formas me sentía mal al ver lo hermosa que era, ella realmente hacia la pareja perfecta con Edward, eso me agradaba, quizás ellos terminarían juntos y Edward me dejaría en paz, porque dudo que le agrade que el ande revoloteando por otros lados, a ninguna mujer le gusta eso.

—Bueno, deme un segundo –marque el numero que me conectaba a Edward –Sr. Edward, la Srta. Tanya –que no tenía nada de señorita –lo está esperando aquí –mire la agenda y no tenía ninguna cita con él, pero ella era de la empresa, así que no creo que necesite una.

—Hazla pasar y cancela mi cita de las nueve –dijo como si nada para después cortar.

—La espera, adelante… —dije mirándola sin expresión. Ella dio un paso para ir donde él, pero se volteo para decirme algo, pero segundo después se arrepintió y termino entrando a la oficina de Edward.

Tome mi bolso y Salí de ahí para ir a la cafetería por algo que comer, no había tomado desayuno esta mañana tampoco. Baje tranquilamente en el ascensor, aunque aun sentía esos nervios en el estomago, no era comparado a lo que pasaba antes. Realmente esto debería haberlo arreglado Renee ya que ella fue la culpable de mi "trauma", pero no iba a esperar que fuera una buena madre a estas alturas.

Llegue al casino y pedí un capuchino con un pastel para poder llenar un poco mi estomago y durara hasta las doce del día donde era el almuerzo. Me senté tranquila en el casino que estaba completamente vacío, todos trabajaban.

—Veo que aquí nadie trabaja –me exalte al escuchar esa voz. Me gire y quede mirando a James sorprendida –no creas que te sigo, vengo a ver a Edward.

—Gracias, ya me basta con un vampiro loco, no necesito otro más… —dije girándome de nuevo para tomar mi café tranquila. James se sentó al frente mío.

—Veo que estas entera, Edward no te hizo nada…de verdad debes estar furiosa con el –fruncí el ceño sin entender lo que dijo.

—Lo que hizo es algo denigrante para cualquier ser vivo, cruzo la línea… —dije tomando de mi café.

—No lo dudo, pero así es Edward, no harás que cambie, jamás…varias lo han intentando…

—Creo que eso no me interesa…

—Si lo haces, no me vengas con cuentos, tu eres...tu eres… —rodee los ojos.

—La tua cantante.

—Exacto –dijo sonriendo.

—Eso no tiene nada que ver, ustedes son muy raros… -el me quedo mirando unos segundos sin decir nada, hasta que suspiro y volvió a hablar.

—Samanta y Luciana…esas fueron las anteriores, Samanta no duro ni cinco minutos al lado de Edward a diferencia de Luciana…ella sí que duro más que Samanta, dos años más en realidad –enarque una ceja.

—No me digas que es el típico hombre que fue engañado por una mujer con otro hombre y quedo todo traumado y en el caso de Edward, lo dejo sádico… —el negó.

—No, ojala hubiera sido eso, pero no…bueno, creo que iré a ver a Edward –dijo poniéndose de pie.

—No me puedes dejar así, ya comenzaste a hablar –dije mirándolo sorprendida.

—Edward es mi amigo guapa, solo lo estoy ayudando.

—Dudo que ese vampiro tenga amigos, además no puedes subir, esta con Tanya, solo Dios sabe que cosas estarán haciendo…

—Ya veo….creo que eso arruino todo ayer ¿no? –levante los hombros quintándole importancia.

—Solo la gota que rebaso el vaso, todo esto me tenia al límite, Edward se encargo de arruinarlo más… —el me quedo mirando unos segundos sin decir nada.

—Bueno…pero para que veas que no todo es malo, te diré que me agradas…para Edward –lo mire como si fuera el ser más estúpido del mundo.

—Espero que jamás vuelvas a decir algo como eso.

—No es un insulto, Edward puede ser muy leal cuando lo quiere ser…

—Creo que leal y fiel…son palabras diferentes para Edward, pero por lo que he visto y lo que ha sucedido, solo me ha dado más libertad, si él puede andar revolcándose con quien quiera, bueno, yo no tengo la obligación de ser una persona decente con el…

—Wooow…tranquila leona… —dijo James mirándome sorprendido –no serias capaz de hacer algo así, eso no lo haces las personas como tu –enarque una ceja.

—¿Cómo yo? –el asintió.

—Bella, tu eres especial para Edward…

—Claro, tan especial como su sabor favorito de helado….

—Si…en parte, pero no te atrevas a hacer lo que piensas, solo arruinarías todo aun mas.

—James, te pediré que no te metas en asuntos que no te incumben –dije notando la confianza que estaba provocando. El me sonrió para después acercase mas a mí.

—Esa boquita tuya Bella –dijo pasando suavemente su mano por mi mejilla. Me aleje para que no lo siguiera haciendo –solo te meterá en problemas…nos vemos guapa –dijo guiñándome un ojo y dejándome desconcertada.

Me quede en la cafetería por más de una hora haciendo absolutamente nada, hasta que vi pasar por un pasillo a Tanya, por lo que decidí subir al piso. Al llegar pude ver que estaba en Sr. Anderson esperando, sentando en el sofá, esa era la cita de Edward a las nueve de la mañana, era las nueve y media.

—Disculpe, pero tengo una cita a las nueve con el Sr. Cullen y no he hecho nada más que esperar y esperar y nadie aparece –sonreí mentalmente al darme cuenta que no había cancelado la cita, ups, un error lo comete cualquiera.

—Lo siento mucho Sr. Anderson, puede pasar no se preocupe, adelante –dije abriendo la puerta. Pude notar que todo en la oficina estaba desordenado. Edward me miro de tal forma que casi me mato, si, lo estaba haciendo enfurecer de verdad –ahí está el Sr. Cullen –dije cerrando la puerta y mirando como Edward se estaba arreglando la corbata que recién estaba ubicando en su lugar.

Cerré la puerta cuando el Sr. Anderson entro y yo me fui a seguir con mi trabajo, ya que había tenido un descanso antes de siquiera poder tener algo más listo, Tanya llego demasiado temprano, por lo que no me dio tiempo de trabajar.

Estuve más de una hora mientras Edward estaba aun con el Sr. Anderson, así que solo me preocupe de arreglar algunas cosas que Edward me había pedido y no tenia mucho que hacer, creo que tener todo listo antes de tiempo me estaba jugando en contra, porque quedaba con demasiado tiempo libre. Sin nada que hacer recordé el Email que me había enviado Esme, por lo que decidí ingresar a mi cuenta para leerlo, estaba a solo un clic de hacerlo, cuando Edward me llamo al teléfono.

—¿Si, Sr. Edward? –dije con un tono neutro, el que siempre utilizaba.

—Por favor, le pediré que ingrese a la oficina –corto y trague saliva. Tenía una idea de lo que podría hacer Edward, así que no me iba a complicar mucho por lo que pasaría en ese lugar. Me puse de pie y toque para después entrar. Atravesé completamente la oficina hasta llegar al lado del escritorio de Edward —El Sr. Anderson es un gran inversionista que ha dejado sus negocios en nuestras manos Isabella –dijo mirándome con una cara de póker impresionante.

—Lo sé, el Sr. Carlisle lo estima mucho –dije mirando al señor canoso que estaba sentado cómodamente mirándome.

—Así es, se ha molestado por haber tenido que esperar, le explique que esa ha sido completamente responsabilidad tuya –asentí mirando a Edward para después mirar al Sr. Anderson.

—Lo siento mucho, de verdad, tenía todo organizado con su cita Sr. Anderson, solo que hubo un cambio de planes a último momento y me he traspapelado a tal forma que olvide cancelar su reunión con el Sr. Edward, es mi culpa completamente…. –aquel hombre me quedo mirando unos segundos, pero yo lo mire como una víctima, no utilizaba esa táctica usualmente, pero esa expresión me había salvado más de una vez y se lo tenía que agradecer a Alice, por completo –lo siento, de verdad Sr. Anderson…

—Bueno, eres joven –dijo sonriéndome –tengo una hija de tu edad, ella estudia, tu solo haces esto ¿trabajar en Cullen Ltda.?

—Sí, aunque espero que no sea para siempre, tengo más planes que ser secretaria o asistente –sonreí al pensar en mis sueños y los viajes que iba a realizar, todo arruinado por Edward.

—Eso es bueno, eres una chica con sueños, no hay nada peor que no tener ambiciones, pero no te preocupes, los cambios de citas tan improvistos, no son culpa de la secretaria –dijo mirando seriamente a Edward. También lo mire y sonreí al ver que mi expresión había dado resultado. Edward ahora no me miraba con un jugador de póker, sino que lucía molesto y por lo visto no le importaba tener un cliente bastante influyente al frente de él.

—Muchas gracias por entender Sr. Anderson, le aseguro que eso no volverá a ocurrir, es mi responsabilidad –dije "apenada"

—Ooh tranquila querida, por Carlisle sé que eres una buena secretaria, no te preocupes…el ya volverá –sonreí asintiendo. Esta era mi manga bajo la carta. Edward era el hijo del jefe, no había aparecido jamás en el edifico y nadie lo conocía mucho, por lo tanto, nadie era capaz de dar un solo voto de confianza a como realizaba su trabajo, además, era joven, claro, para los demás; aun así, Edward solo era un chico que había conseguido todo demasiado fácil, no comparado con los demás propietarios de los negocios, ellos eran ya gente mayor, que les costado bastante levantar sus actuales imperios. Había aprendido bastante en estos dos meses trabajando.

—Se extraña montones por aquí al Sr. Carlisle, pero solo ira por un tiempo de vacaciones, lo necesitaba ¿no cree?

—así es, este trabajo de consume de una forma increíble, tú —dijo dirigiéndose a Edward –debes aprender a mantener el equilibrio en tu vida personal como laboral, se cuidadoso, o sino terminaras siendo absorbido por esto –Edward lo miro y asintió.

—Gracias por el consejo, tendré muy claro que en mi vida personal, mantendré un equilibrio… —al decir eso, giro su rostro hacia mi –hay que ser disciplinario –trague saliva al ver su expresión pero no me cohibí.

—Entonces ¿necesita algo mas Sr. Edward? —este negó —¿Y usted Sr. Anderson? ¿un café, te o algo que necesite? –el señor me sonrió amablemente.

—No te preocupes querida, que yo quiero terminar esto luego –asentí y Salí de la oficina como una ganadora. Edward me había tratado de humillar y no le resulto, creo que tendría que comenzar a comportarme de esta manera para que el no me siguiera tratando como un trapo sucio al cual puede utilizar cuando se le dé la reverenda gana.

Me senté para poder ver el email de Esme pero Edward me interrumpió cuando cerró la puerta de su oficina.

—Ten mucho cuidado Isabella, estás jugando con fuego, estoy siendo paciente solo porque tu comportamiento es inmaduro, pero vas a colmar mi paciencia –levante tranquilamente mi mirada. Edward estaba apoyado con ambas manos en mi escritorio, mirándome furioso.

—¿Sabes que Carlisle jamás deja a sus clientes solos? Eso no les da confianza a ellos, deberías aprender más de él –dije tranquilamente.

—No me vendrás a decir tu qué hacer, una simple secretaria que no tiene nada –realmente no me afectaba nada de lo que decía, eso era mentira. El me había quitado todo.

—Creo que deberías volver a dentro –seguí mirando hacia la pantalla para por fin leer el correo de Esme, pero Edward me dejo helada ante lo que hizo. Dio un golpe al monitor de tal forma que lo quebró como si fuera solo un pedazo de cartón, haciendo que sonara de una forma que logro que en menos de un segundo quedara pegada a la pared del salto que provoco el susto.

—Ten cuidado conmigo…. –dijo mirándome a los ojos, provocando que corriera un gota de agua fría por mi espalda.

—¡¿Qué ha sucedido? –dijo el Sr. Anderson, llegando a donde nosotros, asustado.

—Nada, solo que ha venido un alta del voltaje –dijo Edward mirándolo preocupado, por esa famosa "alta de voltaje" –ha hecho que rompa el monitor… —dijo negando.

—Dios ¿está usted bien? –dijo mirándome. Asentí asustada, aun recordando como de un solo movimiento Edward rompió el aparato, esa pudo ser mi cabeza.

—Exacto –dijo Edward mirándome —¿Estás bien? –de inmediato supe que esa pregunta era un cinismo increíble.

—Si…

—Espero que no se vuelva a repetir, y de una forma más peligrosa –dijo mirándome. Trague saliva y asentí –muy bien, sigamos con esto –dijo Edward yendo hacia su oficina.

—No, claro que no, volveré otro día ¿podrías meterme en su agenda? –dijo el Sr. Anderson mirándome.

—C—Claro, no se preocupe –el me miro apenado.

—No te asustes, gracias a Dios no ha pasado nada malo –miro a Edward –ahora usted se puede encargar de arreglar esto, que este muy bien –se percibía que a el no le agradaba nada Edward, lo que me alegro, Edward era un hombre para no confiar.

El Sr. Anderson se fue hacia el ascensor luego de despedirse para desaparecer.

—Arregla esto –dijo Edward apuntando hacia el monitor y entrando hacia su oficina.

El resto de trabajo fue llamar a Mike para ver si podía traer un monitor este mismo día, claramente llame primero a Jessica comentándole lo del alta de voltaje, ella intercedió por mí para que llegara un nuevo monitor a las horas después de lo que hizo Edward, era mejor eso que esperar días a como usualmente estábamos acostumbradas. Pero no todo era malo, desde que Edward rompió el monitor no salió mas de esa oficina hasta la hora del almuerzo, donde yo Salí antes y sola, para no tener que verlo.

—Entonces –dijo Alice como que no quería la cosa –bajaste sola….en el ascensor… —me sonrió bastante orgullosa de lo que había hecho.

—Lo más probable es que tu novio esté involucrado en eso ¿no? –dijo Jessica mirándome sonriente.

—Hola a todas –dijo Mike sentándose con su bandeja para después darle un tierno beso en los labios a Jessica.

—Hola amor –dijo ella mirándolo toda embobada.

—Por lo visto, solo duro un almuerzo con el jefe ¿no? –dijo Mike mirándonos. Asentí, gracias a Dios Edward no había venido esta vez, no quería verlo, me daba miedo, lo que hizo en la oficina, me dejo bastante asustada.

—Bella –dijo Alice mirando hacia detrás mío. Sentí como un escalofrío recorría mi espalda.

—Sr. Cullen –dijeron mis tres amigos. Me gire y quede mirando mal a Edward.

—¿Qué sucede? –él enarco una ceja.

—¿Es que no te puedo acompañar mientras almuerzas? –se sentó a mi lado. Mire a Alice y ella tenía el ceño fruncido al ver la escena.

—Claro que puedes… —dije sonriendo ahora para que ella no comenzara a sospechar, no quería un interrogatorio sobre todo lo que sucedía. Mire a Jessica y ella realmente no estaba contenta con esta visita, creo que el hechizo de Edward Cullen se estaba acabando. Los más probable era que ella supiera que algo estaba pasando con Tanya, ya que ella era su jefa, pero Jessica no me podría decir nada, tenía que ser fiel a su jefa más que a su amiga, era comprensible, yo tendría que hacer lo mismo.

—Entonces –dijo Edward —¿irán hoy al departamento con Bella? –eso me pareció bueno. Habíamos quedado de acuerdo ayer, supuse que Edward dio la idea para que ellas no pensaran mal de nosotros y comenzaran a confiar.

—Si –dijeron ambas.

—Se pueden ir hoy con nosotros, no hay ningún problema…

—Yo me iré en mi auto –dijo Alice, que no tenía una expresión muy agradable hacia Edward.

—Y yo con Alice –dijo Jessica. Sonreí, por fin mis amigas estaban abriendo los ojos, esto con Edward era demasiado raro, no era común en mi tomar decisiones de este estilo, ir a vivir con un hombre sin decirle nada de él, como me hace sentir o cosas que hacen las chicas con sus amigas cuando un chico te esta rondando.

—Muy bien –dijo Edward sonriendo –le haría bien a Bella tener a sus amigas en casa, sigue incomoda porque le pedí que se mudara conmigo.

—Debes sentirte sola –dijo Alice mirándome.

—Un poco, pero hoy irán ustedes así que no habrá problemas –en ese momento pensé ¿Cómo no se darían cuenta de que dormía en otra habitación, donde tenía la ropa, mis cosas?

—Muy bien, los dejare solos para que no se incomoden conmigo aquí y puedan hablar mal de sus jefes sin problemas –dijo con una sonrisa arrebatadora y un tono de voz demasiado agradable, que hasta Mike rio con lo que dijo Edward. Mire a las chicas y me di cuenta de que se habían sentido mal. Rodee los ojos.

—No es necesario, se puede quedar –dijo Jessica.

—No, dejare a Bella tranquila que hoy fue un día difícil para ella –sin previo aviso se acerco y paso levemente sus labios por mi mejilla….eso había sido…extraño. Lo quede mirando aun sorprendida y luego se fue tranquilamente despidiéndose de los chicos.

—Es tan raro Bella… —dijo Jessica, pero no le respondí nada ya que me sorprendió la mirada que dio Alice y Mike, como si la quisieran hacer callar.

—Bueno, entonces nosotras llegaremos un poco más tarde –dijo Alice volviendo al tema de ir al departamento de Edward.

—Bien…

—¿Cómo va el nuevo monitor? –dijo Mike mientras comía. Solo esa pregunta hizo que no volviéramos ha hablar de Edward, pero no paso por desapercibido las miradas que recibió Jessica de parte de su novio y mi amiga, eso tendría que aclararlo hoy mismo.

El resto del día se convirtió tranquilamente en trabajo, no me relacione con Edward durante todo ese tiempo hasta que salió de la oficina para quedar mirándome mientras apagaba el monitor, eso me hizo recordar la escena de esta mañana y sentir escalofríos en mi cuerpo por eso, ese vampiro estaba enfermo.

No hablamos nada durante el trayecto a su departamento, lo que me hizo mas ameno el viaje, siempre que hablaba con Edward era solo para discutir y darme cuenta que no tenía control en mi vida. El silencio servía para esconderme de lo que me estaba pasando y funcionaba.

Me fui directo hacia la habitación para poder cambiarme de ropa, estaba cansada con los tacos, por lo que solo me quede con unos jeans, una camiseta negra y unas sandalias bastante cómodas que tenia hace años, me sentía bien al tener mi ropa aquí. Me dirigí hacia la puerta pero Edward entro.

—Hoy vendrán Alice Brandon y Jessica Stanley –dijo como si no supiera que mis amigas vendría –no podrás salir a ningún lado con ellas, tendrán todo lo necesario aquí, yo no las molestare, pero te advierto que no comiences a hablar demás ni tampoco ha hablar mal de mí, sabes que están comenzando a pensar un poco más sobre lo que ocurre entre nosotros y te he dejado en claro lo que sucederá si ellas saben algo…ya no solo está incluida Alice dentro de mi advertencia.

—Tu amenaza querrás decir –dije mirándolo directo a los ojos. Estaban negros.

—Tómalo como desees, solo quiero que sepas de que estoy hablando.

—Lo hago claramente, tu espectáculo con el monitor me dejo todo muy claro.

—Muy bien… —dijo para después salir de la habitación.

Me tome unos minutos para volver a salir de la habitación porque no me lo quería encontrar, lo más probable era que ahora saldría para acostarse con cualquier zorra que encontrara en esos pub que visitaba.

Salí hacia a la sala y quede sorprendida al ver más personas ahí, eran parte del hotel, dejando muchas cosas para comer en la mesa. Salude a quienes arreglaban todo y quede mirando y tomando una que otra cosa para comer, ya que tenía hambre.

Solo pasaron unos minutos cuando todo el personal se cuando sentí el ascensor llegar y fui corriendo hacia el.

—¡Es hora de disfrutar! –grito Jessica levantando unas bolsas, mire mejor y pude notar que era alcohol.

—Jessica, no grites –dijo Alice riendo.

—Hola –dije abrazándola a ambas, esto era increíble, no me sentía para nada incomoda en este piso al tenerlas cerca –has traído alcohol –dije mirando a Jessica. En las cosas que Edward había encargado no había ni una sola gota de licor, lo que me llamo la atención.

—Sí, es necesario para que sueltes la lengua y nos comenten mejor todo esto de Edward y tu –dijo Jessica sonriendo. Trague saliva nerviosa, no podría tomar hasta quedar en ese estado, porque las pondría en peligro.

—Muy bien, es noche de chicas –dijo Alice.

Por fin, una noche de chicas donde estaría más tranquila de lo que he estado en todos estos días. Solo tendría que preocuparme de no ser influenciada por Jessica y comenzar a tomar más de la cuenta, eso lo podría manejar.
Ethan Koffman
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Jue Dic 01, 2011 5:05 pm
Capitulo 16

-Esto es increíble –dijo Alice mirando hacia alrededor. Estábamos sentadas en el piso, había traído las cosas para comer a la mesa de centro y estábamos apoyadas en los sofás –ame las habitaciones, me encanta… -dijo aun sorprendida. Les había mostrado un poco el lugar, les indique que dormiríamos juntas, a lo que ambas se negaron, pero no tenía otra explicación ya que no iba a dormir en la habitación de Edward y era imposible que les dijera que dormíamos en camas separadas, eso sería sospechoso.

-Sí, lo es… -mire a Jessica y ella ya estaba comenzando a llenar mi segundo trago. Ella me indico con el dedo que no dijera nada.

-Jessica… -dijo Alice mirándola –mañana hay que trabajar.

-No soy alcohólica Alice –dijo Jess –solo es un trago entre amigas, así que no seas exagerada…

-Ya se los advertí, ya cumplí como conciencia –dijo acercando su vaso para que le sirviera otro a ella.

-Buenas noches –me quede helada al escuchar su voz. Me gire de inmediato al ver a Edward, con unos jeans y una camisa negra.

-Buenas noches Sr. Cullen –dijeron ambas. Edward se acerco con una sonrisa "amable"

-Están es casa de Bella y mía, no tienen que seguir con las formalidades que tenemos en el trabajo, solo díganme Edward –ambas asintieron mirándolo embobada –veo que se están divirtiendo –dijo mirando como Jessica tenía en la mano la botella de vodka.

-Pensé que habías salido –dije mirándolo aun sorprendida.

-Ahora voy de salida –me miro y pude notar que tenía algo extraño en los ojos, por lo que supuse que tenia sed, pero que ni pensara en beber de mi, maniático sexual que se acostaba con quien deseaba, eso era asqueroso, porque después se metía en mi cama –bien, que disfruten la noche –dijo para acercarse a mí. Se apoyo en el sofá y me beso….en la boca, cerré los ojos porque sus malditos labios que tenían ese efecto en mi. Fue un beso corto de despedida. Les hizo una seña a las chicas y se fue.

-Wooow… -dijo Jessica –esta es la primera vez que te creo lo que pasa entre ustedes –Salí del trance en el que estaba y mire a Jess.

-¿Qué dices? –por mi tono no pude evitar que estaba sorprendida por lo que dijo.

-No le hagas caso a Jessica –dijo Alice mirando mal a nuestra amiga.

-Basta de esas miradas –dije finalmente –son mis amigas y me están escondiendo algo, así que o espero a que me sigan tomando el pelo o espero a que me lo digan cuando estoy en condiciones….

-Ustedes son extraños –dijo Jessica sin complicarse mucho.

-¡Jessica! –dijo Alice de nuevo, pero nadie le respondió, así que me miro –eso no es lo que pensamos… -rodee los ojos.

-Muy bien, díganlo luego…que quiero pasar una linda velada con ustedes y esas miradas me ponen incomoda.

-No nos dijiste nada de lo que sucedía con Edward… -Alice dijo un tanto avergonzada.

-No podía…ya les dije –mire a Jessica. Alice siempre seria mi mejor amiga, pero Jessica no andaba en rodeos, por lo que espere que ella dijera algo.

-Lo vi Salir de la oficina de mi jefa y no lucia como si alguien estuviera en una reunión Bella –dijo ella incomoda, suspire.

-Ya veo… -me sorprendió que Jessica me dijera aquello, siempre las secretarias en especial nosotras, nos encargábamos de esconder todo los paños sucios de nuestros jefes –eso es lo que sucedía…

-Bella, lo siento por ser yo quien te diga esto, de verdad, le dije a Alice, no tenía idea como decírtelo, eres mi amiga, no dejaría que el jugara contigo de esa forma.

-Es una relación abierta –dije finalmente para que Jessica no se siguiera sintiendo mal y para terminar con este tema, no quería ponerlas en riesgo –Saben que nunca me ha atraído alguien ¿No? –ambas asintieron aun en estado de shock por lo que dije –bien, Edward me dijo que quería vivir conmigo, pero yo no quería, me dijo que no tenía que complicarme mucho por esto, que yo era libre de hacer lo que quería, como el también, pero que al final, el volvía a esta casa –dije anonadada por mi forma de mentir, estaba mejorando con creces –esa es la verdad…

-Entonces tu puedes estar con otros hombres –dijo Alice mirándome con los ojos como platos.

-Así es…

-¿Te puedes acostar con otros hombres? –esto se estaba poniendo complicado.

-Así es…

-Pero Bella…eso es…raro –dijo Jessica sin entender –es tu hombre, no lo deberías dejar así como así.

-Dios… -dijo Alice –cuando Rosalie se entere…te idolatrara Bella –dijo sacando una leve sonrisa.

-Bueno, así son las cosas entre nosotros, les agradecería que no se hablara mas de esto, es algo entre Edward y yo –ambas asintieron como si fueran una orden. Creo que de verdad ellas no deseaban hablar de esto, les estaba mostrando una Bella que jamás pensaron que existía en mi.

-Aun así, no te salvas de esta Bella –dijo Alice -¿Cómo te sientes con el? –fruncí el ceño sin entender.

-Ella pregunta –dijo Jessica mirando a Alice para después mirarme a mi -¿Qué como es en tú ya sabes que…? –dijo moviendo las cejas sugestivamente.

-No tengo control –dije pensando en lo que ella decía, sintiendo como mi cuerpo solo estaba respondiendo a los recuerdos de hace unos días.

-Es bueno… -dijo Jessica.

-Bella… -me llamo la atención el tono de voz de Alice –no puedo creer como cambio tu vida en un segundo, estoy feliz por ti –suspire.

-Si, tampoco me di cuenta como cambio todo es un abrir y cerrar de ojos…

-¡Por eso hay que celebrar! –dijo Jessica levantando su copa. Hice lo mismo al igual que Alice y chocamos nuestras copas -¡Por Bella y su guapo novio que es bueno en la cama! –la quede mirando seria –bueno… -dijo antes de tomar -¡por Bella y Edward! –eso fue aun peor de escuchar, pero tome de todas maneras para olvidar lo que había dicho, me lo tome en un solo sorbo.

-Cuidado… -dijo Alice mirándome –que seas novia del jefe no significa que puedes faltar al trabajo por tener resaca… -reí y asentí.

-Tendré cuidado.

[Cuatro horas después]

-Ten cuidado –dijo Alice ayudándome a pararme –te dije Bella.

-Estoy bien –me puse de pie, pero todo el mundo se me movió un poco –no estoy bien –dije riendo.

-Dios Bella, no tomaste tanto y mira como estas –dijo Jessica muy compuesta.

-Las odio –siempre me pasaba lo mismo, odiaba mi cuerpo que no me dejaba meter una gota de alcohol demás cuando quedaba en este estado.

-¿Dónde esta la habitación de ustedes? –dijo Alice ayudándome a caminar hacia el pasillo.

-Dormiré con ustedes –ambas rieron a lo que dije.

-Claro que no, no quiero que el Sr. Cullen –dijo Alice dando una connotación al apellido –me despida por robarle a su novia esta noche –quede pensando en Edward mientras las chicas comenzaban a abrir cada puerta. ¿todavía no llegaba? Eran mas de las dos de la mañana, estaría un poco tomada pero no había perdido la lucidez, eso jamás me ha pasado y no iba a ser esta la primera vez.

-¡La encontré! –dijo Jessica –muy bien, nosotras llegamos hasta aquí, no seas cómoda y vete a tu cama –dijo empujándome.

-¡Buenas noches! –dijo Alice para cerrar la puerta.

Mire a mi alrededor y me fui hacia la puerta que supuse que era el baño. Tome uno de los cepillos de dientes nuevos que habían en el mueble y me comencé a alistar para dormir, estaba cansada y un poco borracha, aunque si llegue a la habitación de Edward, debería ser bastante borracha. Salí del baño lista y me asegure de estar sola, así era. Me fui al armario de Edward donde saque una de sus camisetas, no había traído mi pijama. Me desvestí y me puse su camiseta ancha color negro. Solté mi cabello y me fui a la cama, a donde no alcance a llegar para recostarme, solo me arroje sobre ella y mis ojos se fueron cerrando hasta que vi como se abría levemente la puerta y me dormí.

Al sentir algo frio en mi cuerpo me desperté de golpe, ni siquiera tomada podría caer por completo en los brazos de Morfeo.

-¿Qué…? –dije un tanto desorientada.

-Has bebido… -dijo Edward recostado al lado mío –eso pudo poner en riego lo que te dije Isabella… -rodee los ojos, eso no importaba porque estaba bastante consciente de lo que decía, además las chicas no me siguieron preguntando nada hasta que dije, según Jessica, que Edward era bueno en el sexo –Ya veo… -dijo con ese tono burlón. No le podía ver aun la cara, pero sabía que tenía esa expresión arrogante en su rostro.

-Para mi, no lo eres, Jessica lo dijo… es más, no sé que hago aquí –dije tratando de ponerme de pie para salir de su cama.

-No… -dijo Edward tomando mi muñeca y tironeando de ella hasta dejarme recostada de nuevo.

-Suéltame… -dije tratando de salir de nuevo, pero estaba de panza en la cama y realmente me estaba costando.

-Ya estás aquí…no lo desaprovechare… -me giro hasta quedar apoyada en mi espalda.

-Ni se te ocurra, te dije que si te estabas acostando con… -sentí como sus labios se movían contra los míos, atrapo mi labio inferior y lo mordió levemente –No –dije tratando de alejarlo, pero me vi sintiendo su piel al entender que tenía su torso desnudo.

-¿Por qué crees que de verdad te escuchare cuando te niegas? No lo hice la primera noche, tampoco lo hare ahora –dijo para volver a besarme.

-¡No! –dije empujándolo. Solo tenía en mi mente lo que había ocurrido con Tanya y la excusa que tuve que inventarle a mis amigas.

-Basta con esto –su voz era severa –no te puedes molestar tanto por eso, no lo tienes permitido… -trato de besarme de nuevo, pero alcance a esquivar sus letales labios.

-¡Aléjate! –dije empujándolo –no soy tu puta Edward, déjame en paz –Salí de la cama y pude notar que todo alcohol se había ido de mi cuerpo, por la rabia que me hacía sentir Edward.

Me dirigí hacia la puerta para salir de ahí y para mi sorpresa Edward no me detuvo. Me fui directo a donde estaban durmiendo las chicas, entre a la habitación y me metí con cuidado en la cama, donde había bastante espacio.

Me quede dormida luego de varios minutos después de pensar que Edward no me había detenido.

-Bella –dijo Alice moviendo mi hombro –despierta son más de las seis. Sentía que había un kilo de parpado por ojo.

-No volveré a tomar –dije sentándome –no quiero ir a trabajar…

-Creo que podrías escapar –dijo Jessica de algún lugar que no descubrí -¡acá! –dijo haciéndome una seña, abriendo la cortina de la cama.

-¿Cómo han dormido? –dije ahora despertando por completo.

-Muy bien, esta cama es maravillosa –dijo Jessica sentándose al frente mío.

-¿Te han corrido de la cama por borracha? –dijo Alice mirándome curiosa, sonreí.

-Algo así…bien, vayan a alistarse para que no lleguemos atrasada -Ambas asintieron y se comenzaron a mover, Jessica se apodero primero del baño.

-¿Estás bien? –dijo Alice a mi lado.

-Si, todo bien… -tome mi celular y comencé a jugar con el, presionando cualquier botón de ese impresionante celular que me había dado Edward.

-Soy tu amiga Bella, me puedes decir cualquier cosa que suceda contigo…para eso son las amigas –sonreí triste, ojala eso se pudiera explicar ahora mismo.

-No te preocupes…

-¿Estas en problemas con Edward? –la mire y suspire –aquí está tu armario, ¿duermen en camas separadas?

-No, solo que mi ropa aun no cabe en el armario de Edward –ella enarco una ceja.

-Bella, conozco tu ropa, no es tanta como para tener ese problema…

-Edward compro cosas para mi –dije mirando al celular y entrando a mi correo electrónico para hacer algo diferente y no pensar en lo que me estaba diciendo Alice.

-El no te golpea ¿cierto?...Bella si…

-Alice detente –dije mirándola a los ojos –no sigas con esto ¿si? …para…

-Solo me preocupo de ti, estas diferente y…

-Y si algo malo sucediera te diría, siempre ha sido así, basta con esto… -no sé cual habrá sido mi expresión pero la convenció bastante porque solo asintió.

Me concentre en poner mi cuenta y mi contraseña y ver mi correo. El corazón me salto al darme cuenta que no había podido leer el email de Esme, entre con rapidez y espere a que pudiera leerlo. Tocaron a la puerta y Alice fue a abrir al verme ocupada con esto.

-Buenos días –mire y era Edward.

-Buenos días –dijo ella.

-¿Todo bien? –la miro a ella para después mirarme a mi –necesito hablar contigo –fruncí el ceño.

-Estoy en pijama, ahora no puedo, en el auto es mejor… -se abrió el email y comencé a leer.

-Isabella… -escuche su voz un poco más dura de lo normal que había escuchado Alice y Jessica.

-En otro momento –fruncí mas el ceño, de verdad estaba empezando a pensar que él no quería que leyera esto, siempre me interrumpía.

-Bella –escuche la voz sorprendida de Alice a mi negativa.

-¡Listo! –dijo Jessica saliendo del baño lista, quedo mirando a Edward y nosotras –buenos días..

-Buenos días Jessica –dijo Edward mirándola.

-Alice, ve al baño –dije mirando a mi amiga que aun me miraba sorprendida. Ella asintió y se fue al baño.

No mire a Edward y me concentre en el mensaje de Esme.

-Isabella… -escuche de nuevo la voz de Edward.

-Podrías llevar a Jessica para que desayune, serias muy dulce si lo hicieras –dije mirándolo con los ojos entrecerrados. A él le encantaba quedar bien con mis amigas, no se podía negar a esto.

-Bien –dijo mirando a Jessica –ven por acá…esta todo listo –Jessica me miro indecisa pero fue de todas maneras con Edward.

Suspire y comencé a leer lo que Esme me había mandado, por fin.

"Querida Isabella.

Espero que estés pasando un buen momento con Edward y que las cosas se vayan solucionando entre ustedes, no deben ser tan tercos para que todo vaya en su camino como debe ser.

Carlisle me ha comentado lo que pasa con Edward, el un chico que bueno, ha pasado por una que otra situación, no soy la persona adecuada para comentarte todo, pero si te puedo ayudar en otros temas, como por ejemplo, lo que sientes con él.

Notaras que sientes como si Edward tuviera el control de todo lo que pasa en tu vida, pero debes tener claro que no es del todo así, tu también tienes control en su vida, el se niega a informarte de esto, pero sé que confiara en ti de todas maneras al final. Te daré un ejemplo de lo que hablo.

Una vez, cuando recién conocí a Carlisle, me enoje tanto cuando me proclamo como suya, cuando me mordió al frente de muchos vampiros, no había sido la primera vez, pero si delante de otras personas, es un acto muy intimo, así que me agrada que no hayas pasado por lo mismo. Bueno lo que quiero decir que estuvo días sin poder tener control de mi, en el ámbito que ambas sabemos, no fue hasta que me pidió disculpas que todo volvió a normalidad entre nosotros.

Isabella, no te sientas sin control en esto, las relaciones de este tipo, son de a dos, el no por ser un vampiro tiene todo poder sobre ti, debes ser astuta y saber manejar bien al hombre que tienes al lado, recuerda ser astuta y sé que esta información te ayudara porque conozco a Edward, es un bruto e insensible, pero tú eres la esperanza que tenemos con Carlisle para que nos traigas al Edward que era cuando fue humano. Creemos en ti y como cambiaras todo, para todos.

Espero que esto te haya servido de algo.

Cariños para ambos. Esme & Carlisle"

Me quede mirando el celular sin tener un pensamiento coherente de lo que había leído. No sé cuanto habrá pasado de mi estado catatónico, pero Alice salió del baño. Tome algo de ropa y me fui al baño. Me duche sin poder creer que justo en este momento Esme me había mandado aquello, de verdad era útil, lo pude haber leído antes. Entonces por eso Edward no me decía nada cuando le decía todas esas cosas, porque no me buscaba cuando lo dejaba solo….estaba enojada, de verdad ¿eso quiere decir que la primera noche entre nosotros y el resto de estos días no estaba enojada de verdad con él? Mejor no me respondía eso.

Me arregle y me fui en silencio tomando mi bolso hacia donde las chicas y Edward.

-Estamos atrasadas, nosotras ya nos vamos, nos vemos en el trabajo –dijo Alice despidiéndose de un beso en la mejilla, la siguió Jessica y se fueron.

-¿Qué te sucede a ti? –desperté en el ascensor cuando minutos después bajamos los dos.

-Nada…

-Estas en blanco, nunca estas así…¿Qué te dijo Esme? –lo mire frunciendo mi ceño.

-¿De que hablas?...metete en tus asuntos a mi déjame tranquila –no me dijo nada para después bajar del ascensor, recién ahí note que llevaba gafas.

-Hola Jacob –dije sonriéndole.

-Muy buenos días Srta. Isabella ¿Cómo ha amanecido?

-Bien, gracias ¿y tú? ¿Cómo va todo?

-¿Podrías dejar de hacer vida social y meterte al auto? –mire mal a Edward y Jacob solo bajo la mirada. Subí al auto y no le hable nada.

Llegamos al edificio como se estaba haciendo habitual entre Edward y yo, en silencio. Nos fuimos al ascensor, ahí no pude soportar el silencio que nos acompañaba.

-Llevas gafas, pensé que te habías alimentado ayer –no lo mire, solo lo dije mirando hacia las puertas de metal.

-Ese no es tu problema… -rodee los ojos. Las puertas se abrieron y cada uno se fue a donde tenía que ir.

Comenzó a pasar el tiempo y solo tenia una duda en mi cabeza ¿Cómo seria Edward de humano? ¿habrá sido bueno? Y si era así ¿Qué le habrá pasado para ser tan malo?...quizás alguien lo había tratado mal, quizás el era bueno de verdad, quizás era dulce y cuidadoso, quizás Esme tenía razón y no tenia porque juzgarlo mal.

-Isabella –dijo cuando conteste el teléfono –ven de inmediato –mire la hora y se aproximaba mediodía.

Fui hacia su oficina y lo quede mirando cuando cerré la puerta detrás mío. Se veía tan importante detrás de ese escritorio, asustaba, pero no me podía sacar ese pensamiento, que quizás, el no era como aparentaba ser.

-No seas ingenua –dijo como si nada para después estar a un centímetro mío, empujándome contra la puerta y sacándose sus gafas. Sus ojos estaban muy rojos, por lo que solo cerré los míos para no verlo –maldito sea tu aroma –susurro, para después mover mi cabeza hacia un lado y sentir sus colmillos contra mi piel, rompiéndola. Aferre mis manos a sus hombros y solo me apoye en el. Mis ojos se llenaron de lágrimas al sentir como bebía de mi.

-Para… -dije cuando mi cuerpo iba perdiendo fuerzas. Mi agarre en sus hombros se suavizaron y me comencé a desvanecer, pero Edward se separo y me tomo de los costados, para luego sentir que me recostaba en una superficie blanda, era el sofá. Mis ojos se cerraron ante la pérdida de sangre.

Me removí de a poco, lleve de inmediato mi mano a mi cuello, asustada.

-No tienes nada –abrí los ojos de golpe al escuchar a Edward, maldito psicópata que bebía de mi sangre, todo lo bueno que pude pensar del el se fue a los mil infiernos.

Me senté en el sofá y note que el estaba a mi lado, mirándome desconfiado. Me puse de pie y me apresure para salir de la oficina, pero Edward no me dejo.

-No quiero que vuelvas a este trabajo sin desayunar, estas débil y solo te conviertes en una molestia para mi, mas de lo que ya eres –negué y abrí la puerta, sintiendo como las lagrimas volvían a mis ojos, no quería que el me volviera a tocar ¡odiaba esto! El tenia completo control de mi vida –no llores –dijo desde atrás, pero solo me gire para después hacer un gesto obsceno con mi dedo. El me miro mal y en un segundo lo tenía tomando mis manos, provocando que me quejara.

-Ya bebiste de mi ¡suéltame! –dije tratando de zafarme, pero Edward me miraba como si me quisiera golpear, maldito maltratado de mujeres -¡Edward eres una bastard…! –tomo mi cabeza con su mano y planto sus labios contra los míos, provocando que mi corazón saltara sin previo aviso ante su contacto. Cherre los ojos dejándome llevar por sus labios, malditos sean, como los odiaba y encantaban al mismo tiempo, pero en el momento que Edward me estaba comenzando a soltar mis manos, recordé la imagen que vi en su oficina con Tanya y mi sangre hirvió -¡No! –dije alejando mi boca de la suya. Edward soltó mis manos y me quedo mirando enojado –No me volverás a tocar Edward….

-Esa es mi decisión… -negué.

-No te atrevas….sabes que no puedes hacerlo, estoy muy enojada contigo y de verdad…te puedo alejar –el entrecerró los ojos.

-Esme… -asentí –siempre hablando demás…. –di unos pasos hacia atrás, pero Edward no se alejaba.

-No soy tu puta Edward…no permitiré que te sigas acostando conmigo si lo estás haciendo con otras…eso es asqueroso.

-Volverás sola a mi Isabella, aunque no lo creas te conozco, terminaras rindiéndote a mi… -se dio media vuelta y se fue a su oficina.

Tome con rapidez mi bolso y Salí de ahí para almorzar. Edward estaba equivocado completamente.
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Jue Dic 01, 2011 6:33 pm
a ver.. que os parece si abro una categoria para FAN FICS... y entonces dentro se abre cada hilo con el nombre.. y asi todos estan por separados?

q te parece jess?
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Jue Dic 01, 2011 6:36 pm
mmmmmm pos si!

es que yo lo iba adejar en el apartado de fics......porque habia uno xD pero no lo encontre ._.

pero si!.......se puede mover este? o tendria que volver a dejar los caps?
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Jue Dic 01, 2011 6:55 pm
vuelvelos a dejar.. cn el nombre del Fic y todo..

dame un segundo q lo abro.
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Jue Dic 01, 2011 7:06 pm
amm ok :D
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Jue Dic 01, 2011 7:08 pm
ya esta abierto! :)
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Jue Dic 01, 2011 8:26 pm
borra este! :)
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