Casa de los Swan

Otra grieta desgarra mi corazón. Me duelen sus palabras. Me duele que no crea lo que digo. Pero no puedo pedir mas, porque todo me lo he buscado, me lo he ganado.

He logrado que no crea en mi, en lo que digo.. en lo que ahora mismo es mas claro que el agua. Quiero que sepa que no miento, que no me iré a ninguna parte, que nunca la deje ni la dejare de querer. Que estaré a su lado siempre que me lo permita..

- ¿Por que crees la mentira y no aceptas la verdad? - alzo la vista, busco sus ojos... no se que puede demostrar mi rostro en estos momentos. Estoy seguro que es puro dolor - No iré a ninguna parte, Te quiero mas que a nada. Duele que no me creas, me lo he ganado.... ¿que puedo hacer para que me creas? Quiero demostrarte que todo lo que te acabo de decir es verdad...

¿Y si fuera verdad? ¿Y si lo que vivimos fue tan mágico y único como creo? No sé si consiga creer que alguien como él puede quererme, pero sí sé lo que necesito, y por dónde empezar...

- Sólo... bésame - digo mirándolo, con lágrimas en los ojos.

Lo que me pide lo he estado anhelando desde que la vi... lo que me pide es lo que he querido hacer desde hace mucho tiempo, desde que me aleje....

Aun de rodillas y con nuestras manos entrelazadas me acerco un poco... lentamente, quizás demasiado lento.



Inhalo su aroma. Dejo que recorra cada parte de mi, y me doy el lujo de dejar que mi garganta arda, que se prenda en fuego...

Su corazón vuelve a latir desenfrenado. Sus ojos se van cerrando a medida que nos acercamos mas, y los míos también...

Entonces toco sus labios con ternura. Me pierdo en el universo en el que solo estamos ella y yo. Mis labios se abren un poco, Bella introduce su lengua para rozar la mía. Nuestras salivas se mezclan, y con mi lengua trazo lineas de lado a lado en su labio inferior. Lo degusto, lo saboreo. Me gusta a lo que saben.. un exquisito y único sabor. Solo podría ser el suyo, de nadie mas.

No pienso en nada más, las conexiones en mi cabeza comienzan a apagarse, todo se queda en silencio. Sólo se escucha el latir de mi corazón, hasta yo puedo hacerlo, y algo cambia, cuando nuestros labios se juntan de nuevo.

Fríos pero a la vez cálidos, suaves y esponjosos, siento que nunca, en la vida, existirá nadie que me haga sentir como él, que otros besos no pueden gustarme, porque simplemente... amaba a Edward Cullen, y nada de lo que había ocurrido lo podía cambiar.

Su lengua se pasea por mi labio inferior, y quiero llorar, de alegría, de sentimiento, de puro deseo. Siento mil cosas a la vez, y no entiendo cómo he podido sobrevivir sin él.

Levanto mis manos y las enredo en el pelo de su nuca, atrayéndolo más hacia mí. Separo mis labios unos centímetros, sólo para sentirle cerca, respirar su aliento, porque era el único que me daba la vida... Y vuelvo de nuevo a besarlo, entreabro despacio los labios, rozándolos con suavidad, con sentimiento, mientras mil mariposas vuelan en mi estómago, libre de sufrimiento y agujeros ahora.

Y quiero que éste beso sea eterno, que me pierda en su boca hasta desaparecer por completo, que lo último que sienta en ésta vida sea su aliento provocándome escalofríos. Gruesas lágrimas comienzan a caer por mis mejillas, involuntariamente, mojan mi cara y la suya. Cuando se da cuenta, se separa un poco, mirándome, sin entender.

- Te he necesitado tanto, que ya no me importa nada más... Quiero estar contigo Edward, por favor, no me alejes más... - susurro contemplando sus ojos, tan cerca que siento que nuestras miradas se atraviesan.

La grieta que hace unos momentos se había rasgado en mí congelado corazón ha sanado. No es como si la hubiesen cosido, o pegado... es solo como si nunca hubiese estado ahí.

Sus palabras me calman, me envuelven en una nube llena de ternura. Siento que vuelo.. que no merezco tanto amor de su parte, que es demasiado perfecta para ser real. Si, Bella es más de lo que alguna vez podría haber llegado a imaginar.

- No llores… - le suplico aun cerca. Me alejo solo un poco, y suelto sus manos, pero solo para ponerlas a los costados de la cara, limpiar con mi pulgar esas lagrimas que descienden por sus mejillas, esas lagrimas que me causan un profundo dolor..

Comienza a sollozar de nuevo. Su rostro me confunde. Tristeza, dolor, alegría…

- Estoy aquí Bella, no llores… - doy un corto beso en sus labios, vuelvo a alejarme y clavar mis ojos en los suyos – no me iré a ninguna parte. Estoy aquí y Te quiero…

No sé por qué lloro, no es de dolor, sino todo lo contrario. Quiero estar con él, no quiero que me suelte, no aguantaría sin él de nuevo.

- Bella ya, no llores... - mi llanto en cambio no cesa, parece que aumenta, pero no puedo evitarlo.

Necesito desahogarme, quitarme de dentro todo ese dolor que he llevado por meses. Acaricio su rostro con mis manos, sus labios, sus pómulos, lo beso de nuevo y me separo. Me siento ridícula por llorar de ese modo, y sé que Charlie puede despertarse, pero me siento... ¿feliz?

La madera del pasillo cruje, justo cuando Edward y yo miramos hacia la puerta. Contengo el aliento, sé que Edward desaparecerá si llega Charlie, pero no entiendo por qué no se mueve. Se abre la puerta y lo veo, Martin, sin camiseta, seguro listo para dormir, asomado a mi cuarto.

Una ráfaga de furia me invade. Me pregunto que hace ese gilipollas en la habitación de Bella, y aun mas.. sin camiseta.

Me quedo de pie a un lado de la cama... trato de contener la respiración, si me deshago del aliento que he estado conteniendo, seguramente delataría la rabia que siento..

Miro de reojo a Martín que se sorprende al verme. Se queda quieto detrás de la puerta.. mira a Bella y murmura:

- ¿Esta todo bien?..

- No tienes de que preocuparte Martin - le respondo con voz ronca, antes que Bella pueda decirle alguna otra cosa - Bella esta bien... mas que bien.

Y no puedo dormir, escucho como llora y eso me desespera, quizás necesite hablar o no lo sé...
Subo la escalera, quizás la moleste.... Y el chico no se siente, por lo que, se debe haber ido.

Abro a puerta sin pensarlo dos veces, él tipo sigue aquí y no puedo evitar mirar su rostro de ira al verme ahí entrando como si nada y más encima sin camiseta.
Y recuerdo cuando la noche anterior sentí su grito y subí de la misma manera que ahora, me dormí junto a ella por que me pidió que no me fuera y por que yo tampoco me quería ir y cómo me escondí en la mañana por que Charlie no podía ver que estaba con Bella.

- ¿Esta todo bien? - pregunto mirando a Bella, ella sigue gimoteando pero trata de calmarse al verme, nisiquiera me mira.

- No tienes de que preocuparte Martin - me responde el tipo - Bella esta bien... mas que bien.

Dirigo mi mirada hacia él.

- Bella está todo bien? - pregunto de nuevo moviendo mis ojos hacia ella.

Nisiquiera tengo que mirarlo para saber que me quiere matar por entrometerme, por ignorarlo y no me importa en absoluto, sólo me importa ella.

Doy un paso y el chico hace lo mismo, Bella levanta la mirada.

Me alegro que sea Martin y no Charlie, al menos en eso estaba salvada. Y entiendo lo que piensa, desde fuera sólo se puede escuchar llanto, yo misma estoy confusa con lo que siento, y lloro aunque no porque me sienta mal, pero él no podría saberlo. Agradezco que se preocupe por mí. A pesar de llevar tan poco tiempo conociéndonos, sabía que podía contar con Martin.

- Si Martin, está bien... no te preocupes - digo mirándolo.

Él se queda aún en la puerta, dubitativo, como si no terminara de creerme. Edward se mantiene firme, más cerca de él que de mí, por algo que no entiendo. Me levanto de la cama y voy hacia Martin.

- En serio, estoy bien - le muestro una sonrisa, nada forzada, sino real, sentida - Mañana te cuento en el desayuno.

- Está bien... - dice sin mirar a Edward siquiera - Espero no tener que encargarme de tu ropa de nuevo - dice tratando de sonreír. Yo sorbo una lágrima y me río también.

Se despide con un "si me necesitas avísame" y baja las escaleras. Cierro la puerta y voy hacia Edward, un poco más tranquila. Tomo su rostro en mis manos, pero sus ojos están un poco perdidos. Y el pánico me invade, quizás haya cambiado de opinión, quizás sólo haya sido otro sueño y me toque despertar.

Se larga de la habitación, pero su mente sigue tormentandome...

"Que gracioso todo eso - piensa el chico - como saque la ropa de su habitación.. eso le pasa por no contarme ese sueño que tuvo. No no... - se ríe para el mismo - y cuando entre a su habitación y estaba en ropa interior. Que gracia ver su rostro tan rojo como un tomate. Pagaría por verla de nuevo así.. quiero decir, tan roja.

Bloqueo mi mente. No quiero saber mas... es suficiente.

Bella se acerca y toma mi rostro entre sus manos. No puedo responder a su gesto. Me siento incomodo en esta habitación. Quizás entre ellos han pasado mas cosas de las que pude pensar hace unas horas.

- Dijiste que eran amigos..... - murmuro sin ánimos.

¿Sera este el precio a pagar por haberme marchado?. Lidiar con su "amigo"...... se me forma otro nudo en la garganta. Pura ira es lo que siento.

No entiendo a qué se refiere. Obviamente a Martin, pero no veo qué hay de malo, que se preocupe por mí.

- No entiendo a qué te refieres... - susurro, bajando los brazos y dejándolos sueltos a ambos lados de mi cuerpo.

Siento cómo voy perdiendo fuerza, cómo de un momento a otro romperé a llorar de nuevo. Y veo claramente que si me deja una vez más, sólo una, ya no podré seguir viviendo, no podré recomponerme. Trato de mantener la compostura lo más que puedo.

- Tu amigo Martin - dice seco.

El tono de su voz me deja fría, tanto como él, y se me forma un nudo en el pecho. ¿Cinco, quizás diez minutos? Creo que ni eso he podido tenerle. El pavor se instaura en mi respiración.

- Sigo sin entenderte. No sé qué estás pensando, Martin sólo es un buen amigo, estos días me ha ayudado a no estar mal.

- Sigo sin entenderte. No sé qué estás pensando, Martin sólo es un buen amigo, estos días me ha ayudado a no estar mal...

- ¿A no estar mal?.. Como.. ¿dormir contigo?, ¿verte en ropa interior?...

Me quedo en silencio. Vuelvo a hurgar en su mente. Un poco de información demás no vendría mal... ya no.

Marie.. me pregunto que estarás haciendo. ¿pensaras en mi?. Yo..... basta Martín - se debate consigo mismo - jajajaja - vuelve a reírse - Bella - esta mas loco que una cabra, lo hace como si tuviera a Bella al frente. - también tenias que ver tu cara cuando casi te beso. Y ese chupón... espero que tu "novia" no se entere de esto. Seguro me mataría.

- ¿Ahora dejas que tus amigos te besen?... - muestro el reproche a leguas..

No es celos lo que siento. Es una especie de ira, de dolor. Estoy seguro que este es el precio a pagar, y de seguir siendo así, no se cuanto mas lo pueda soportar.

Está leyendo la mente de Martin, no hace falta que lo diga. No sé qué esté pensando él ahora, pero entre los dos no ha pasado NADA, yo siempre tuve clara mi situación. Por dios y él amaba a Marie, ¿eso no aparecía en su mente?

- Si, a no estar mal... No sé qué es lo que estás viendo, pero es simplemente eso, apoyarnos mutuamente. Él también está sufriendo por alguien. Y no nos hemos besado.

- ¿Y entonces duermes con cualquier desconocido que se meta en tu cama?

Y sus palabras me hieren, me lastiman más de lo que él cree. Porque él más que nadie sabe que no soy así, porque sabe que fue y será el único para mí en ese sentido. Sé que es él, Edward, mi... Edward, porque sino lo fuera, me sentiría casi insultada, al escuchar eso.

- Yo no duermo con cualquiera... - susurro, tragando saliva - Si tú pudieras dormir, si supieras lo que se siente al ver tu mundo derrumbarse, al cerrar los ojos y sentir lo peor, entenderías que a veces, pudiera necesitar a alguien para ayudarme a conciliar el sueño.

Me debato conmigo mismo. Lleva razón en lo que dice. Bella no es así, Bella no es cualquiera... pero aun así me molesta. Me molesta lo que aquel idiota pueda pensar..

- Lo siento - agacho la mirada, la desvío de la suya. Creo que he sido demasiado duro... - lo siento Bella....

Camino hasta la ventana de su habitación. Miro a través del cristal, pero en realidad miro a la nada.

Siento sus pasos tras de mi. Se detiene justo atrás...

- Solo de pensar que puedo llegar a perderte me produce un dolor insoportable - murmuro casi para mi - siento ser demasiado duro contigo. No te mereces nada de esto...

Me acerco más a él, pero dudo en abrazarlo.

- Si sé que no merezco, pero no cómo tú crees... - susurro más para mí que para él, porque es la pura verdad, no dejaba de autoconvencerme que no merecía a Edward, era demasiado para mí.

Se voltea y me mira, pero con una mueca de dolor. No sé qué es lo que tanto le tortura, pero no quiero estar así. Quiero estar como antes, feliz, sin pensar en nada más.

- Por favor - suelto en un jadeo - No te vayas, no me dejes. Haré lo que quieras, te aseguro que no pasó nada con Martin... pero no te vayas por favor - más que hablar, suplico.

Me asusto incluso de mi tono de voz, de cómo estoy actuando, de todo lo que dependo de él. Sin él me falta el aire, como ahora, me entra el agobio estúpido de verme acorralada, ante la mínima posibilidad de no volver a verle. Sé lo que es pasar por eso, y no puedo, no lo soporto más.

Su dolor me duele, porque es el mismo que siento. Sus temores también los siento. Temo perderle, temo que no me quiera. Temo a la idea de no volver a verla nunca mas...

Hago caso omiso a lo que siento, pues eso ahora no importa. Me importa ella, su bienestar.. esa forma en que me mira, en que suplica que me quede a su lado, me desmorona, me agobia. Su rostro refleja agonía, perdida, dolor, tristeza, miedo.. sobre todo miedo.

Relajo mi rostro. No quiero que sufra por mi, que piense en cual mal me siento. Me acerco mas, Bella aun sigue con la mirada gacha, me agacho y la envuelvo en mis brazos, protegiéndola. Quiero que sienta que en ellos esta segura, que nada malo va a pasar. Y sobre todo que entienda y que sepa de una vez por todas que estoy aquí, a su lado.. y que esta vez no me iré a ninguna parte.

- Estoy aquí... - susurro en la boca de su oído. Bella recuesta su cabeza de mi pecho, entonces beso su cabellera - y no me iré a ninguna parte. Te prometo - me callo - te juro que he vuelto para quedarme para siempre a tu lado...



No es una excelente traduccion, pero es lo que hay xD

Tocame, tengo frío, incapaz de controlar
Tócame. Soy de oro y salvaje como sopla el viento
Y rodando rodando, no te vayas fascinación

Si sólo por esta noche querido, vamos a perdernos
Si sólo por esta noche querido, vamos a perdernos

Deje que me acerque, yo no soy tu sombra
Con los ojos protección de los condes vengan en sentido contrario
No es difícil para nosotros decir lo que no debemos

Si sólo por esta noche querido, vamos a perdernos
Si sólo por esta noche querido, vamos a perdernos

Tocame tengo frío, incapaz de controlar
Tocame soy de oro y salvaje como sopla el viento
Y rodando rodando, no te vayas fascinación

Si sólo por esta noche querido, vamos a perder
Si sólo por esta noche querido, vamos a perder
Si sólo por esta noche querido, vamos a perdernos
Vamos a Perdernos
Vamos a Perdernos
Vamos a Perdernos
Vamos a Perdernos

No sé si creo en sus palabras, porque aunque crea después siempre pasa algo que le hace dudar, y a mí me hace sufrir... pero no quiero pensar en eso. Ha dicho que se quedará, y aunque sean horas, días, debo disfrutar de él. Porque nadie podrá borrar lo que siento, y mientras estuviera junto a mí estaría bien, más que bien.

Levanto la cabeza y admiro su rostro, aún con lágrimas en los ojos.

- Pero no llores, por favor - pasa de nuevo los pulgares por mis mejillas.

- Es que aún no me creo que estés aquí.

- Sí estoy Bella, aquí estoy... - dice mirando mis labios, y acercándose más a mí.

Una de sus manos acaricia mi pelo, y la otra me sujeta por la nuca. Siento escalofríos por todo mi cuerpo, cuando por fin vuelvo a juntar sus labios con los míos. Nos besamos con suavidad, rozo tímidamente mi lengua con la suya, y con el borde de su boca. Nos movemos despacio hacia mi cama, donde me tumba sobre ella.

Había olvidado lo que era, lo genial que se sentía mientras Edward me besaba, podría estar así toda mi vida. Pero de pronto se separa de mi rostro, aún no sé por qué, y se coloca a mi lado en la cama, acariciando mi brazo.

- Y cuéntame... ¿muchas novedades por aquí?

- No... - respondo vagamente, no han pasado grandes cosas.

- ¿Y qué tal Jake? - no sé si la pregunta va con doble intención. Había olvidado eso. Me pongo nerviosa, y trato de disimularlo, no sé si será buena idea contárselo.

- Bien, bien, como siempre.... ¿y tú.... por... Volterra? - no sé cómo preguntarle eso, quiero saber de la chica, lo que ha tenido que hacer allí, si ha sido capaz.... de ser como ellos.

Recuerdo que debo mantenerme al margen. Que han sido demasiado los meses separados, como para volver a acostumbrarme al dulce olor que desprende todo su ser.

Decido cambiar tema. No obtengo demasiada respuesta a mi pregunta, pero la suya me hace pensar....

¿Que tal Volterra?. Triste, vacío, aburrido, doloroso, cruel, abundante en soledad sin ella, despiadado.... entonces recuerdo cada momento que pase allá. Pero sobre todo lo ultimo, el venir a Forks sin avisar....

Miro a Bella para distraer la mente. No es bueno pensar en ello..

- Nunca fui capaz de ser como ellos. - murmuro bajito - creo que no esta en mi querer ser un Vulturi..

Y no sé si llego a entender lo que dice. Lo raro sería que estuviera en él querer serlo, no lo contrario. Siento que ha cambiado estando allí, aunque no termino de ver en qué.

- ¿Saben que estás aquí? - pregunto mirándolo. Él suelta exhala un poco de aire y se limita a negar con la cabeza.

Y entiendo que eso son problemas, para él. Me acongojo sólo de pensar que pueden hacerle algo.

- ¿Podrías llamarlos? - corrijo la frase - Desde tu móvil, puedo llamarlos, explicarles que...

- ¿Estás loca Bella? - me mira con los ojos desorbitados.

- Edward... - trato de incorporarme - haré lo que tenga que hacer para que no pase nada. LO QUE SEA - afirmo, muy segura.

Vuelvo a sentir el temor de que algo le pase. De que vuelva a estar en peligro por nada mas que por mi culpa..

Me acerco mas a su lado. Paso mi brazo por debajo y Bella apoya su cabeza en él. La acurruco a mi lado.. exactamente igual que en los viejos tiempos.

- No llamaras ni harás nada. - le respondo con voz firme...

- Pero podrían hacerte.... - comienza a terquear. Echaba de menos su terquera. xD

- No va a pasar nada Bella, y de ser así... tendría que arreglarlo yo mismo. Me jure que nunca mas te pondría en peligro, y debo mantener ese juramento.

- Por mantener esa promesa es que estuviste lejos de mí, y si vuelves a hacerlo por el mismo motivo... prefiero ser yo quien me encuentre con los vulturis.

- Bella, no digas nada de eso. Yo lo arreglaré.

- Edward, no... una vez hiciste lo que creías conveniente, y fue mucho peor... ¿por qué no me dejas intentarlo?

- ¡No! - levanta un poco la voz, cuando se da cuenta suspira y vuelve al tono normal - Bella no puedo dejarte hacer eso, los Vulturis son muy peligrosos.

- Y tú estuviste con ellos, en peligro.

- Pero yo soy vampiro.

No iba a responder a eso, porque sólo empeoraría las cosas, para variar... Pienso en lo que me dijo Demetri cuando vino.

- Sabes.... Demetri me contó muchas cosas, quizás si yo hablo con él pueda llegar a un acuerdo... no parecía tan malo.

- Dices eso porque no lo conoces...

- Estuve hablando con él - aclara - no se veía tan malo..

- Bella - tomo una bocanada de aire. Realmente la necesito - ¿por que eres tan terca? - trato de desviar el tema.

- Tu lo eres aun mas..

- ¿Por que no dejamos de hablar de eso?. No es importante..

- Si que lo es. Hay que hablarlo.. - se enfurruña en mi pecho. No entiendo porque...

- Podría distraerte - muestro una sonrisa torcida y me muerdo el labio..

- No lograras hacerlo.

- Creo que te pondré a prueba..

Me acerco a sus labios y los toco ligeramente. Exhalo un poco de aire que tenia contenido y vuelvo a besarlos, esta vez con mayor ternura..

Y sabe que haré lo que él quiera, que puede manejarme a su antojo, porque tiene absoluto control sobre mí. Y no creo que eso esté bien, pero no puedo hacer otra cosa... él es toda mi vida.

- Sabes que ésto no funcionará siempre... - susurro con los ojos cerrados - algún día no me gustará que me beses.

Él suelta una pequeña risita.

- Entonces tendré que aprovechar ahora que sí te gusta... - y junta sus labios de nuevo, como dándoles caricias a los míos, apoyándolos suavemente, y retirándolos instantes después. Varias veces así.

Me siento un poco cansada, abro los ojos de golpe, no vaya a ser que me quede dormida y por la mañana no esté.

- ¿Tienes sueño? - pregunta acariciando mi mejilla con los dedos.

- Para nada - miento. No me convencerá para que me duerma, eso sí que no.

- Bella...

- Te quiero - suelto de golpe, quizás si me duerma, tengo que soltarlo todo antes de que sea tarde - Te he seguido queriendo, cada instante que has estado lejos de mí. No he podido estar con nadie más, yo sólo... mi corazón sólo te pertenece a ti.

Sus palabras quedan grabadas en mi memoria, tatuadas... y me llenan por completo, me vuelvo a sentir feliz, porque es eso lo que he querido escuchar desde que regrese..

- Mi corazón nunca ha dejado de pertenecerte.. - murmuro muy cerca de su oído, vuelvo a acariciar su mejilla con delicadeza. - siempre ha sido tuyo Bella.. y siempre lo sera.

Entonces me abraza de golpe, como si necesitara sentir mi cuerpo, sentirlo demasiado cerca... y yo correspondo a su abrazo pero de manera tierna, delicada, para así no poder hacerle daño.

La envuelvo en mis brazos y así nos quedamos varios minutos.. abrazados en silencio, solo puedo escuchar el latir de su corazón y su respiración aun un tanto entrecortada.

Ni siquiera los pensamientos de Martín puedo escucharlos.... por fin se ha quedado profundamente dormido.

No quiero dormirme, ni separame un centímetro. Tengo miedo que se desvanezca al mínimo descuido, y no puedo permitirlo.

- Duro y frío como el mármol... - susurro con los ojos cerrados - Echaba de menos mi almohada personal.

- Yo echaba de menos tu calor... - susurra acariciándome las mejillas, que comienzan a teñirse de rojo bajo su contacto.

- Edward... prométeme que seguirás aquí cuando despierte mañana - suelto mi temor en un hilo de voz.

- Te lo prometo Bella...

- Prométeme... que no vas a dejarme - ésta era más difícil, no era sólo esta noche, sino las siguientes, necesitaba estar segura de que no iba a volver a irse.