- InvitadoInvitado
Brisa de Otoño
Mar Jun 19, 2012 9:08 pm
“ No, no aparta a dos almas amadoras adverso caso ni cruel porfía: nunca mengua el amor ni se desvía, y es uno y sin mudanza a todas horas.”
- Williams Shakespeare.
PREFACIO.
Pero que hermoso era sentirme presa, esa prisión que me da calor, me llenaba, no dejaba espacio alguno, me envolvía por completa; es sensacional recorrer ese trayecto que resulta finito, pero que a su vez es inalcanzable, pero siempre, de la misma mano, bajo esa única sombra, de ese invalorable afecto.
Has hecho cosas por amor? Yo lo hice, por amor a mis padres, pero no me daba mi felicidad, ella le pertenecía a otra persona, pero que tan malo es hacer sacrificios solo por tus padres?
Me di la oportunidad de volver a amar, de ilusionarme, de saber que después de un arduo día de estudios, alguien me espera para aliviar mi cansancio, para decirme "te estaba esperando".
Mi familia no lo aceptaba, pero yo lo amaba, y tuve que explicarlo muchas veces... para nada, solo ver como se alejaba de mi, pero aun asi todo el amor que le entregue valió la pena……….
La vida es muy hermosa, incluyendo el amor real, si no es ella ¡Qué mas da!
El verdadero amor no muere, solo mueren las ilusiones y los caprichos.
El único amor, dura para siempre…
INDICE
PREFACIO……………………………………..……….2
MI SOLEDAD………………….…………..…………...4
SECRETOS................................................................23
REALIDADES Y SUEÑOS...........................................45
NO JUZGUES UN LIBRO POR SU PORTADA……...68
MALOS ENTENDIDOS...............................................84
PELEA………………………………………………….104
LA NO, CITA………………………………………....120
LA RAPIDA HUIDA…………………………………..136
AMIGOS?………………………………………….....151
EL COMPROMISO………………………………...…166
ESTAN DE VUELTA……………………………………181
UNA MUJER, DOS CORAZÓNES……….…….……197
MI OTOÑO………………………………………...… 212
PELEA DE MOFFINS……………………………….... 227
MI FIESTA……………………………………….…….. 248
LA DESPEDIDA………………….…………………… 268
LA SOLEDAD………………………………………… 284
SORPRESA……………………….……………..…….. 297
AGRADECIMIENTOS…………………………..……. 311
“ Con amor eterno te he amado; por eso, te prolongué mi misericordia."
Jeremías 31:3
CAPITULO 1: MI SOLEDAD.
Después de otra noche tan tranquila y silenciosa, venia otro día tan cansado y común, tenía que levantarme y recorrer esa casa tan sola, al comenzar a imaginar lo que venía durante todo el día, debía ir a clases de Piano, ballet, vocalización, y clases de francés, era demasiado para mi me agobiaba, en que momento del día sería una adolecente normal de dieciséis años, salir con amigas, y con un chico, o hasta el simple hecho de convivir con mis padres, pero ellos jamás estaban, su trabajo era su prioridad, me resultaba difícil llamarles “ Mis padres “ ya que jamás estaban, siempre sin que Elena escuchara le llamaba por su nombre y no como “madre” o “mama” sin embargo con mi papa “John” se había ganado el decirle papa porque a pesar de viajar al igual que Elena él se preocupaba por mí ,pero era imposible no notar su ausencia, ya que en ocasiones sus viajes podrían durar más de 5 meses.
Elena siempre ha sido una persona obsesionada con la perfección, muy exigente en sus decisiones, con carácter fuerte, siempre está preocupada por lo que piensen los demás y lo más importante aparte de su trabajo, es su estatus en la sociedad, pero sabía que en el fondo, muy en el fondo era una persona buena. A comparación de mi papa él era dulce y lo demostraba no pasaba mucho tiempo en casa pero cuando estaba disfrutaba el mayor tiempo posible con migo, me entendía y sobre todo me escuchaba.
No estoy muy segura de la razón por la que ellos trabajaran todo el tiempo, mi nana desde que yo era pequeña me tranquilizaba diciéndome que lo hacían por mí, para que no me faltara nada y fuera feliz, pero lo que ellos no comprendían era que con su trabajo solo podían darme cosas materiales, no lo necesitaba, aunque les agradezco por todo su sacrificio, pero si realmente me querían hacer feliz, lo harían dedicándome un tiempo, o mínimo preocuparse por mí, preguntar si era feliz, aunque era evidente que yo no era feliz.
Jamás les dije nada de esto y tal vez ese fue el error, no hablarlo, peor tenía miedo, de que se enojaran o lo tomaran a mal, y no quería hacerlos enojar, pasaban pocos días aquí en casa y sería absurdo estar peleados.
Mi casa era muy hermosa, está ubicada en la colinas de Hollywood Los Ángeles, Elena tenía una obsesión por la decoración asi que convino todo con colores marrones y beige, eran bonitos colores pero aburridos. Sus paredes acristaladas nos dejaban ver toda la cuidad a nuestro alrededor y le daba luz a esa casa tan sola, tenía solo un balcón que sobresalía de mi habitación y una tentadora piscina. Contaba con, cocina, sala de estar, cuarto de juego, en total son 5 habitaciones contando la de servicio, que era la que usaba mi nana para dormir, y otra para los invitados, aunque esa habitación nunca ha sido utilizada pues nunca tenemos invitados, eran demasiados cuartos, porque sinceramente solo se utilizaban dos.
Cuando mis padres estaban en casa, cambiaba drásticamente había voces por doquier, risas, aunque fuera por corto tiempo, las casa se hacía más pequeña, no parecía ser de 4 pisos, podía escuchar sus voces, como si estuvieran al lado de mi habitación, aunque en realidad nos separaba un piso y sus oficinas. Todas las casas en ese lugar eran muy parecidas, enormes y bonitas, pues hay vivía el tipo de gente, que el dinero no era el problema.
John sabiendo que yo debía ir y venir a la escuela me compro un Chevy volt azul que no saldría a la venta hasta en unos años más, pues como él nunca se encontraba en casa, es algo tonto gastar tanto dinero en un auto, pero yo desde el primer momento supe que valía la pena, era raro que algo material me hiciera feliz, y mi nana lo sabía, como no podría no saberlo si ella ha estado con migo desde mi nacimiento, me conoce más que Elena, y aunque es trabajo de mi nana estar con migo siempre y cuidarme a mí y la casa, no lo tomaba como trabajo lo hacía por gusto. Ella es mi confidente y compañera, yo sabía que ella jamás me dejaría sola, y aunque biológicamente no fuéramos familia, Elena, John , mi hermana y yo, la queríamos como si lo fuera, estamos muy agradecidos con ella por todo su tiempo, y por todo lo que ella a echo. No solo era hermosa por dentro, también lo era por fuera, es ese tipo de personas que irradia felicidad y confianza, su voz dulce me hacía sentir bien, su sonrisa amable, su cabello era gris con unos hermosos rizos con largo hasta los hombros, su estatura no superaba del metro sesenta, y sé que suena absurdo la compañía de esa mujer no me era suficiente aun el hueco que dejaban mis padres al irse me dolía.
Entre tanto pensar y pensar había olvidado que debía ir a casa de mi abuela, pues mi nana me había contado que estos días se encontraba enferma, no era nada grave solo era un pequeño resfriado.
Baje de mi habitación ya lista para irme cuando vi a mi nana.
- Buenos días Melly- me dijo mi nana.
- Buenos días nana, como amaneciste?
- Bien, a dónde vas?
- Iré a visitar a mi abuela.
- No desayunaras primero?
- No comeré con mi abuela.
Fui hacia la puerta presione el interruptor de la cochera, se escuchó el ensordecedor sonido, traía ya llaves de mi auto en la mano, mire hacia mi nana y le sonreí y después cruce la puerta, el día era hermoso, el sol tocaba mi cara, el viento hacia que mi cabello se moviera de un lado al otro, di un enorme respiro y cerré la puerta fui hasta mi auto, quite la alarma, abrí la puerta y me senté.
Mi abuela vivía a unas cuantas calles de casa, no era necesario el auto, pero siempre lo llevaba con migo, podría serme necesario, cuando encendí el auto recordé que no debía de pasar más de una hora con mi abuela, debía ir a clase de ballet, llegue a la caseta de las casas privadas donde se localiza mi casa, salude al guardia llamado Carlos, él me sonrió y me dijo que tuviera cuidado, encendí la radio solo la música me hacía sentir mejor y con ella olvidaba todo, era como estar en otro mundo sin preocupaciones, sin obligaciones, o tristezas, solo tú, y la música.
Cuando centre mi atención por fin vi que estaba a unos minutos de casa de mi abuela, yo amaba ir a casa de mi abuela, porque ella es tan dulce, yo era la consentida de la abuela, y la nieta más pequeña ya que Elena era hija única , Elena y mi abuela no se llevaban bien porque cuando mi abuela le decía que me dejaba mucho tiempo sola, Elena no prestaba atención o lo negaba, el día paso muy rápido en casa de mi abuela, siempre era así, quería tanto quedarme ahí platicándole todo a mi abuela durante más de una hora pero no podía, debía ir a clase de ballet y ella lo sabía.
- Debo irme abuela.
- Porque no dejas esas clases.
- Es que no puedo, Elena se enojaría si lo ago.
- Eres una niña muy pequeña, como para tener tantas responsabilidades.
- No abuela tengo dieciséis años, yo puedo, es bueno ocupar mi tiempo, seria aburrido estar sola, sin que ser nada.
- Pero para eso son las vacaciones de semana santa Melody, para descansar.
- Por favor abuela, todo esto me será útil cuando crezca, me voy porque se me ara tarde, te quiero abuela.
- Adiós, y cuídate mucho, vuelve a visitarme pronto.
- Lo are, y reponte pronto del resfriado.
Salí de la casa y cuando iba hacia mi auto, tuve la sensación de que alguien me examinaba del otro lado de la calle, pero tenía miedo de lo que fuera a ver tal vez fuera un secuestrador, o un asaltante, lo más disimuladamente levante la mirada hacia aquella dirección y vi a un chico, se veía un par de años mayor que yo, era alto, fuerte, con una hermosa piel morena rojiza, unos ojos negros profundos, y un rostro perfecto, era realmente atractivo, pero porque me observaba , tal vez yo le resultaba conocida.
Escuche a mi abuela hablarme, y deje de mirar a aquel chico y le preste atención a mi abuela.
- Que pasa Melody?
- No nada, me imagine ver a alguien conocido.
Si le decía a mi abuela lo sucedido, no me dejaría irme, y me prohibiría volver a salir.
- Adiós, abuela.
- Ya se te a echo tarde.
Y era cierto, cuanto tiempo me había quedado hay parada, pero cuando mire hacia el lugar donde estaba ese chico ya no había nadie, y la moto que estaba a su lado tampoco estaba, él se había ido….
Por fin había llegado a clase de ballet, y mientras hacía Barre (practica de ejercicios donde el bailarín se apoya sobre una barra de madera fijada en la pared de la clase, a una altura y separación determinada) venía a mi mente la imagen de ese chico, que me observaba desde lejos, jamás lo había visto a los alrededores, y estaba segura que él no era de Los ángeles, sus facciones eran diferentes.
La maestra Moliere, me tomo del hombro y me dijo.
- Deja de pensar, y concéntrate.
- Lo siento señorita.
Cuando llegue a casa, fui directamente a la cocina pues debía contarle a alguien sobre lo sucedido.
- Nana, hoy me sucedió algo muy, extraño!
- Que paso Melly.
- Bueno al salir de casa de la abuela, un chico me miraba mucho, y me puso un poco nerviosa.
- Y quién es? Lo conozco?
- No nana, ni siquiera yo lo conozco.
- Que raro, ten mucho cuidado, nunca me había gustado que salieras sola.
- Por favor no te preocupes, nana, yo puedo cuidarme sola.
- Y tu abuela que dijo de esto?
- Algo muy parecido a lo que tú dijiste. – Solo lo dije para calmarla, y no le comentara sobre lo sucedido.
- Vez no solo soy yo la que se preocupa por ti.
-Lo sé, oye nana aunque debo de admitir, que era realmente atractivo.
- Ya estás en la edad en que para ti todos los chicos son atractivos.
- Tal vez, nana estoy agotada.
- Come algo y ve a dormir
Platique un poco más con mi nana comí algo y me fui a mi habitación, no me la pasaba encerrada me gustaba sentir el viento, así que me sentaba en el balcón contemplado las casas de los alrededores. Fui a recostarme unos minutos en la cama, pero me quede dormida y al despertar fui de nuevo al balcón.
Cuando trataba de alejarme del mundo, poder pensar, y a veces descansar, me iba al balcón de mi habitación, ese día había una hermosa luna llena, y el viento era muy fresco, me senté en una silla que estaba al lado de la puerta del balcón, en mi mano tenía mi libro favorito el de Romeo y Julieta, iba en la mitad, y a pesar de que ya lo había leído varias veces, aun me emocionaba leerlo, es extraño, el leer un libro y tener todo tipo de sentimientos, Williams Shakespeare era un genio todas sus obras eran excelentes, ya había leído, Julio Cesar, Hamlet, Otelo, Macbeth, El rey Lear, leerlos era como viajar con tan solo un poco de imaginación.
Mi vista, mente y cuerpo estaba tan cansados, deje de leer y mire hacia el cielo pues era una noche hermosa, me recosté en la silla, cerré un poco los ojos y me quede dormida, mi mente repitió el suceso de la tarde, lo que paso con el chico, me miraba y después se iba, porque mi sueño se trataba de el?... todos los días cuando sales a la calle vez personas nuevas pero era la primera vez que soñaba con un desconocido, porque me pasa eso?, no lo conocía, y mucho menos estaba enamorada. Mi sueño termino cuando sentí algo suave y tibio sobre mí, estaba segura que era una cobija, tal vez mi nana vino a arroparme, pero no había escuchado que alguien abriera la puerta de la habitación, tampoco los pasos, no quería despertarme, pero aun así abrí los ojos y no vi a nadie, me asuste tanto que me levante de un solo brinco, fui a la habitación y no encontré a mi nana, corrí hacia la orilla del balcón y en la calle estaba sola, estaba tan asustada no sabía que hacer así que mejor entre ala habitación y me recosté en mi cama, y cuando acomodaba mi cama, escuche un aullido, era demasiado fuerte como para ser de un perro, pero que más podía ser, no podía a ver lobos por aquí era la cuidad, estaba tan agotada que en cuanto me acosté me quede dormida.
La noche fue tranquila, a pesar del susto de anoche, fui hacia el baño para lavar mi cara, la seque y amarre mi cabello con una liga, escuché una voz muy familiar, así que corrí escaleras abajo, y vi a mi hermosa hermana, estaba sentada en la enorme mesa del comedor, y mi nana le servía unos ricos Hotcakes.
Mi hermana era hermosa, la mayoría de las personas decía que éramos muy parecidas, ella tenía un gran parecido con Elena , su cabello era Negro igual que al de ella, su única diferencia era que tenía los ojos marrones como John, su piel era bronceada, y siempre ha sido un poco más alta que yo, aunque no mucho.
Yo a diferencia de ella tenia el cabello cobrizo con pequeños reflejos dorados hasta la cintura y muy lacio , con ojos color verdoso y mi tés blanca que por cierto al lado de mi hermana me veía pálida.
- Que suerte tienes de dormir todo el tiempo que quieres. – Dijo mi hermana sonriendo.
- Naomi, te he extrañado mucho, - corrí hacia ella.
Veía muy pocas veces a mi hermana pues casi no tenía tiempo de venir por la universidad, ella era como mi mejor amiga, siempre peleábamos cuando ella aún vivía aquí, pero siempre ha estado con migo apoyándome junto con mi nana.
- Yo también te he extrañado, Melody.
- Quieres desayunar Melody?
- Si claro, nana.
- Naomi, como te va en la universidad?
- La universidad es grandiosa, y te tengo una sorpresa. – Casi gritaba de la emoción.
- Dime. – por la forma que me habla de la sorpresa, estaba segura que era algo bueno.
- Bueno, conocí a un chico, y pues me pidió que fuéramos novios.
- Y que le dirás? Es guapo? Donde lo conociste?.
- Eso fue hace unos días, y por supuesto que le dije que sí.
- Y cuando lo vas a traer para conocerlo?
- Pronto Melody.
- Aquí esta Melly, si necesitas algo me dices.
- Si gracias nana.
- Y John y Elena?
- Se fueron desde hace dos semanas….y no dijeron cuando volverían. – Trate de sonar indiferente, pero ella pudo notar mi tristeza en la voz.
- No te preocupes volverán pronto.
- Si claro.
Que más podía contestarle si ella ya sabía lo que yo sentía, y aunque volvieran pronto, que ganaba yo, si volverían a irse.
- Naomi, no te dijo mi nana, que la abuela estaba resfriada?
- No creo que olvido decirlo, ahorita iré a visitarla.
- Tengo que ir a alistarme, tengo clase de francés.
- Aun vas a esas clases?
- Tu sabes que si no lo hago Elena se enojaría.
- Porque dejas que te controle aun? Ya eres mayor.
- No me controlan, voy porque me gusta.
- Si claro, deberían dejarte vivir.
- No quiero pelear, por favor.
- Esta bien, dormiré en casa, aquí estaré cuando vuelvas.
- Perfecto.
Me levante y subí las escaleras y entre a mi habitación con un poco de prisa, pues por pelear con Naomi perdí tiempo, me di una ducha, fui a mi enorme armario, encendí la luz pues no veía nada, abrí las puertas y como no había tiempo para ponerme a armar un gran conjunto, solo me puse unos jeans y una blusa verde oliva, y a mi cabello solo lo peine un poco, baje deprisa las escaleras.
- Adiós, Naomi nos vemos más tarde.
- Cuídate, Melody.
Fui hacia mi auto, lo encendí y lo puse en camino, el Instituto estaba localizado en el centro de los ángeles, ese Instituto tenía una alta calidad de enseñanza como a todas los Institutos que papa y Elena habían decidido que entrara. Había muy pocos estudiantes en esa clase, y siempre las clases eran muy tranquilas, el francés se me daba muy bien, aunque no tenía idea para que me serviría. Mi hermana tenía razón mis padres pensaban demasiado en mi futuro, cuando viviría yo mi vida?
Un día después de la visita de mi hermana, debía de entrar al Instituto, me levante un poco temprano ese día pues estaba emocionada por volver a ver a mis amigos, tome una falda de cuero color chocolate y una blusa blanca con unos pequeños detalles de pedrería, con unos zapatos de piso, y salí de mi a mi habitación, mi nana estaba ocupada así que solo le dije adiós. El nombre de mi Instituto era Palms middle school, está localizada al sureste de la cuidad, el Instituto no era muy costoso, pues yo no había querido ir a un Instituto privado, el tipo de personas que estudia en esos lugares suele ser presumida y arrogante, así que Palms era el Instituto perfecto, las personas de ahí solían ser muy agradables, aunque no todas, cuando llegue a Palms a la primera persona que vi fue a Alex Freeman.
- Hola Melody! – Fue hacia a mí y me abrazo y beso la mejilla.
Él era una persona realmente agradable, guapo, y muy dulce, su cabello color castaño con unos mechones dorados, piel levemente bronceada y sus ojos marrones que causaban sensación en todas las chicas, mis padres siempre habían querido que fuéramos algo más, pues el viene de una buena familia, pero para mí es mi mejor amigo, casi hermano .
- Hola, Alex! – le sonreí.
- Melody, tanto tiempo sin verte, que tal las vacaciones?
- Muy relajantes, y las tuyas Alex?
- Pues yo y mi familia fuimos a Roma, un viaje maravilloso!
- Se escucha muy bien.
- Melody te compre esta pulsera, mi madre me ayudo a escogerlo espero que te guste.
Era una linda pulsera de hilos de seda entrecruzados, con un dije de estrella plateada.
- No debiste Alex, pero gracias, es preciosa.
Fui hacia él le sonreí, y lo ábrase, el me tomo de la cintura y trataba de alejarme y él me tenía muy bien sujeta, sentí su aliento en mi cabello, porque olía mi cabello?
Me soltó cuando escuchamos a Kristell Williams y Taylor Gibson hablar cerca de nosotros.
Kristell era mi mejor amiga desde pequeñas y como nunca nos separábamos decidimos estudiar en el Instituto, y Taylor es su novio, lo conoció el año pasado. Kristell era una chica, divertida, sincera, y leal, tenía un lindo cabello rizado castaño, y su novio Taylor alto, delgado, cabello lacio, negro y es una persona realmente tímida. Hacían una pareja muy bonita, pero yo perdía pues desde que ellos eran novios, Kristell tenía menos tiempo para mí, así es el amor, supongo.
- A qué se debe tanta felicidad. – Dijo Kristell.
- Hola Kristell, te he extrañado mucho, tantas cosas que contarte.
- Sí, claro que lo aremos.
- Hola Kristell, no es nada solo le traje un detalle a Melody.
- Y el mío? – Pregunto sonriente.
- Tú tienes un novio quien te compre.
- Es cierto, hola Melody. – Dijo Taylor.
Se escuchó el timbre para entrar a clases, me fui con Alex, Kristell y Taylor se fueron por su lado.
Teníamos que ir a clase de Historia donde nos había tocado juntos, y para mi sorpresa Alex se sentó con migo, nunca lo había hecho, pero porque había regresado tan distinto estas vacaciones?
Cuando era hora del descanso, los cuatro nos sentamos en una sola mesa, que estaba en el centro del salón.
- Bueno Melody, que era lo que me ibas a contar? - pregunto Kristell
- Se trata de un chico.
- Porque pones esa cara Alex. – Dijo Kristell.
- Es que es incómodo que hablen de chicos frente a nosotros, verdad Taylor.
- A mí no me molesta. – Dijo Taylor.
- Siempre lo hemos hecho Alex. – Le dije preocupada por su cambio tan extraño después de las vacaciones.
- Pues ahora me es más incómodo, mejor me voy.
- Espera voy contigo. – Dijo Taylor.
- Que le pasa a Alex?
- No lo sé desde que lo vi ha estado a si de raro.
- Entonces? Que hay con ese chico?
- Mira es que todo está muy raro, solo quiero saber qué opinas tú.
- Si dime.
- Solo fue contacto visual, un poco largo. Pero eso no es lo más raro, fue que los siguientes días no dejaba de pensar en él, tal vez sea la curiosidad o tú qué opinas?
- Si hubieran al menos hablado pensaría que estas enamorada, pero no fue así, era atractivo?
- Si, ha y parecía no ser de por aquí, sus rasgos no son muy comunes.
- Opino que tengas más cuidado, no lo has vuelto a ver verdad?
- Esperaba que me dieras un buen consejo y me dices lo mismo que mi nana.
- Los Ángeles no es muy seguro, sola y ese auto que llama tanto la atención puede ser peligroso para ti.
- Eso sí, creo que tienes la razón, y no te preocupes no lo he vuelto a ver.
Al terminar el descanso regrese al salón y hay estaba Alex sentado en nuestra banca, con los brazos cruzados y observaba el piso, el maestro aun no llegaba, todos estaban de pie y hablando.
- Que te pasa Alex?
- Nada, solo perdón.
- Perdón porque?
- Por la forma en la que me comporte.
- Esta bien, comprendo que estás cansado por el Instituto.
- Si, tal vez.
El maestro llego y dejamos de hablar, se sentó bien, y mientras el maestro daba la clase sentía la mirada de Alex, trataba de no prestar atención y a si fueron pasando las horas.
Al escuchar el timbre de salida, recogí mis libros, y tome mi bolsa.
- Yo te ayudo. – Dijo Alex
- Bueno.
Íbamos caminando por el pasillo hacia el estacionamiento.
- Melody, aun vas a las clases de francés?
- Si, porque?
- Estaba pensando en ir, no me aria nada mal.
- Eso estaría bien.
- No le molestaría si voy a la misma clase que tú?
- Claro que no, porque me molestaría, sería bueno tener a mi mejor amigo con migo.
- Me voy, estoy un poco cansada, nos vemos,, mañana?
- Si, adiós que descanses.
- Igual, Alex
- Ten mucho cuidado.
- También tú.
Después de diez minutos de salir de el Instituto llegue a casa nunca pensé que ese silencio en algún momento me fuera a ser cómodo, mi nana no estaba a la vista, pero había un rico aroma, quizá estaba en la cocina preparándome la comida.
Cuando ambas nos sentamos en la mesa, ella me miro y me pregunto.
- Como te fue en el Instituto?
- Bien nana, pero vengo exhausta.
- Pronto te volverás a acostumbrar.
- Pero a excepción de eso, todo fue muy bien, vi a Alex y Kristell, ya los extrañaba.
- Ha Kristell, como esta ella?
- Muy bien, nana se ve muy feliz.
- Y que ha pasado con ustedes están enojadas o algo así?
- Porque lo dices?
- Antes Kristell venía muy seguido, ahora casi ni la veo por aquí.
- Lo que pasa nana es que ocupa todo su tiempo con su novio Taylor y tiene menos tiempo para mí.
- Pues no debería de ser de esa forma, tú eres su mejor amiga.
- Nana precisamente por eso, ella lo ama, supongo que cuando se enamoran no quieren más que estar con esa persona.
- Pero ella es muy joven, debe divertirse, tiene mucho que vivir.
- Si, aun lo puede hacer, pero compartirá su vida con alguien que quiere y es importante para ella.
- En mis tiempos se tenía novio con más edad.
- Nana, es otro siglo en el que vivimos, las cosas han cambiado.
- Pero son muy jóvenes aun no saber lo que es el amor.
- Por favor nana, tú sabes bien que en el amor no hay edades.
- Tal vez tengas razón, pero no hace mucho las vi jugando juntas con muñecas y pidiendo unos cuantos dulces.
- Nana, sin darte cuenta crecimos, tenemos edad suficiente para conocer el amor.
- Para mí jamás crecerán ustedes dos siempre serán mis niñas.
- Aun así nana crecimos, y ahora Kristell tiene un hombre que la quiere y valora, y yo sigo sola esperando a alguien quien me quiera.
- Pronto llegara, no te desesperes.
Al terminar la comida subí a mi habitación para descansar y pensar sobre lo platicado con mi nana, porque a mí no me llegaba el amor, acaso yo era una persona con la que nadie quisiera estar?
Pero mi nana siempre tenía razón, porque esta vez no la tendría?
Sera pronto? Será lejano? No lo sé pero estoy segura que en este mundo tan grande con millones de personas se encuentra una persona de la que yo enamorare, y el de mí.
A dos semanas de haber entrado a clases, Alex fue a casa, para platicar unas horas porque en realidad en el Instituto no teníamos suficiente tiempo para hablar, él era mi mejor amigo desde que ambos teníamos cuatro años, jugábamos siempre juntos, y nuestros padres deseaban que cuando creciéramos fuéramos algo más, pensaban que sería lo mejor para las dos familias, económica y social, pero a nosotros no nos importaba. Todos los recuerdos de nuestra niñez volvieron a mi mente en esa plática.
- Melody, recuerdas la vez que tome una lombriz y te la mostré y tu corriste, gritando. – Movía las manos, recordando el momento.
- Claro que la recuerdo, jamás había visto algo tan horrible. – Puse cara de miedo y asco.
- O la vez que encontramos la paloma herida en el jardín de tu casa.
- Era la paloma blanca?. La cuidamos hasta que pudo volar.
- Recuerdo que no quería irme de tu casa, para seguir cuidando la paloma, si mal no recuerdo tú eras la mama no? – Rio con una gran carcajada.
- Qué pena! – Reí, - Aun lo recuerdas? Y tú eras el papa. Fue un poco difícil dejarla ir, lo admito.
- Lo recuerdo, fui un buen padre no crees?
- Sí, claro, cuando te cases tu esposa será afortunada.
- Ya lo sabía. – Soltó una carcajada.
- Que fanfarrón eres.
- Gracias. O la vez que nos fuimos a la playa, a escondidas de Ana ( Se refería a mi nana).
- Todo un día en la playa sin nadie que nos digiera lo que no podíamos hacer, sentir esa libertad, ese día fue maravilloso claro sin contar el castigo que vino después.
- Si fue difícil no verte en dos semanas, no tenía a quien enseñarle mi colección de lombrices.
- Sabes….. ahora lo tomo como un favor. – Le sonreí y espere su reacción.
- Pensé que te gustaba mi colección. – Fingió tristeza.
- Claro que me gustaba, siempre y cuando estuviera unos metros lejos de mí.
- Nos hemos alejado un poco, ya no estamos juntos como antes.
- Crecimos, las cosas cambian , tú ya eres un hombre, esa voz tan grave y vello en lugares que antes no tenías, ahora tenemos responsabilidades de adultos.
- Hablas como una persona mayor, aun somos jóvenes, no tanto como antes, pero ahora somos adolecentes aún mejor.
- Lose, pero es algo difícil estar juntos, con la presión de nuestros padres, siempre sobre nosotros.
- Tienes razón, pero no por eso dejaremos de ser amigos, entrando al tema y tus padres no han vuelto?
- No, a veces siento que no van a volver, me siento tan sola.
- Tus padres te aman, y siempre volverán por esa razón, y no debes de sentirte asi, yo siempre estaré a tu lado jamás te dejare.
- Pero tú tienes tu vida, no puedes preocuparte siempre por lo que me pasa.
- Puedo hacer ambas cosas, no me subestimes.
- Sabias que te amo, mi mejor amigo.
- Ha! Amigo, claro yo también te quiero Melody, y mucho. – Hizo un gesto muy poco visible con la boca, mientras agacho la cabeza.
Se levantó de la silla en la que él estaba sentado, yo estaba en mi cama recostada lo seguí con la mirada y fue hasta una foto de los dos de cuando fuimos aúna feria que vino a los L.A.
- Aun vez a ese chico.
- De que chico hablas?
- Ese del que platicaban tú y Kristell.
- Porque te preocupas tanto por el, ya he prometido tener distancia con él.
- De donde lo conoces, de donde es, como se llama, cuántos años tiene.
- Por favor Alex, ni John ase tantas preguntas.
- Disculpa por preocuparme por ti. – Se veía un poco molesto.
- Que te pasa por que has tenido estos cambios de humor?, que te he hecho. O ya se, tal vez sean las hormas, ahora comprendo. – Lo dije en forma de broma tratando de calmarlo y que se tomara esas cosas como juego.
- Debo irme, fue un error hablar sobre este tema. – Lo dijo al dirigirse a la puerta.
- Porque siempre te pones asi al hablar de chicos, que te pasa, yo jamás me pongo asi cuando hablas de chicas.
- La diferencia es que yo nunca lo ago.
- Pero, en que te molesta.
Salió del cuarto y antes de cerrar la puerta dijo.
- Como es que no te has dado cuenta?
Serró la puerta quise ir a seguirlo entender porque se había puesto de esa manera, no solo esa vez, sino también el primer día de clases, que le pasaba, que le abría en sucedido en sus vacaciones para que ahora se comportara de esta forma, de alguna manera, sabría qué es lo que le pasaba, él era mi mejor amigo y siempre estaría con el sin importar su estado de humor, él había estado con migo en los peores momentos, y la promesa aún seguía en pie, “ Ser mejores amigos para siempre”.
- Williams Shakespeare.
PREFACIO.
Pero que hermoso era sentirme presa, esa prisión que me da calor, me llenaba, no dejaba espacio alguno, me envolvía por completa; es sensacional recorrer ese trayecto que resulta finito, pero que a su vez es inalcanzable, pero siempre, de la misma mano, bajo esa única sombra, de ese invalorable afecto.
Has hecho cosas por amor? Yo lo hice, por amor a mis padres, pero no me daba mi felicidad, ella le pertenecía a otra persona, pero que tan malo es hacer sacrificios solo por tus padres?
Me di la oportunidad de volver a amar, de ilusionarme, de saber que después de un arduo día de estudios, alguien me espera para aliviar mi cansancio, para decirme "te estaba esperando".
Mi familia no lo aceptaba, pero yo lo amaba, y tuve que explicarlo muchas veces... para nada, solo ver como se alejaba de mi, pero aun asi todo el amor que le entregue valió la pena……….
La vida es muy hermosa, incluyendo el amor real, si no es ella ¡Qué mas da!
El verdadero amor no muere, solo mueren las ilusiones y los caprichos.
El único amor, dura para siempre…
INDICE
PREFACIO……………………………………..……….2
MI SOLEDAD………………….…………..…………...4
SECRETOS................................................................23
REALIDADES Y SUEÑOS...........................................45
NO JUZGUES UN LIBRO POR SU PORTADA……...68
MALOS ENTENDIDOS...............................................84
PELEA………………………………………………….104
LA NO, CITA………………………………………....120
LA RAPIDA HUIDA…………………………………..136
AMIGOS?………………………………………….....151
EL COMPROMISO………………………………...…166
ESTAN DE VUELTA……………………………………181
UNA MUJER, DOS CORAZÓNES……….…….……197
MI OTOÑO………………………………………...… 212
PELEA DE MOFFINS……………………………….... 227
MI FIESTA……………………………………….…….. 248
LA DESPEDIDA………………….…………………… 268
LA SOLEDAD………………………………………… 284
SORPRESA……………………….……………..…….. 297
AGRADECIMIENTOS…………………………..……. 311
“ Con amor eterno te he amado; por eso, te prolongué mi misericordia."
Jeremías 31:3
CAPITULO 1: MI SOLEDAD.
Después de otra noche tan tranquila y silenciosa, venia otro día tan cansado y común, tenía que levantarme y recorrer esa casa tan sola, al comenzar a imaginar lo que venía durante todo el día, debía ir a clases de Piano, ballet, vocalización, y clases de francés, era demasiado para mi me agobiaba, en que momento del día sería una adolecente normal de dieciséis años, salir con amigas, y con un chico, o hasta el simple hecho de convivir con mis padres, pero ellos jamás estaban, su trabajo era su prioridad, me resultaba difícil llamarles “ Mis padres “ ya que jamás estaban, siempre sin que Elena escuchara le llamaba por su nombre y no como “madre” o “mama” sin embargo con mi papa “John” se había ganado el decirle papa porque a pesar de viajar al igual que Elena él se preocupaba por mí ,pero era imposible no notar su ausencia, ya que en ocasiones sus viajes podrían durar más de 5 meses.
Elena siempre ha sido una persona obsesionada con la perfección, muy exigente en sus decisiones, con carácter fuerte, siempre está preocupada por lo que piensen los demás y lo más importante aparte de su trabajo, es su estatus en la sociedad, pero sabía que en el fondo, muy en el fondo era una persona buena. A comparación de mi papa él era dulce y lo demostraba no pasaba mucho tiempo en casa pero cuando estaba disfrutaba el mayor tiempo posible con migo, me entendía y sobre todo me escuchaba.
No estoy muy segura de la razón por la que ellos trabajaran todo el tiempo, mi nana desde que yo era pequeña me tranquilizaba diciéndome que lo hacían por mí, para que no me faltara nada y fuera feliz, pero lo que ellos no comprendían era que con su trabajo solo podían darme cosas materiales, no lo necesitaba, aunque les agradezco por todo su sacrificio, pero si realmente me querían hacer feliz, lo harían dedicándome un tiempo, o mínimo preocuparse por mí, preguntar si era feliz, aunque era evidente que yo no era feliz.
Jamás les dije nada de esto y tal vez ese fue el error, no hablarlo, peor tenía miedo, de que se enojaran o lo tomaran a mal, y no quería hacerlos enojar, pasaban pocos días aquí en casa y sería absurdo estar peleados.
Mi casa era muy hermosa, está ubicada en la colinas de Hollywood Los Ángeles, Elena tenía una obsesión por la decoración asi que convino todo con colores marrones y beige, eran bonitos colores pero aburridos. Sus paredes acristaladas nos dejaban ver toda la cuidad a nuestro alrededor y le daba luz a esa casa tan sola, tenía solo un balcón que sobresalía de mi habitación y una tentadora piscina. Contaba con, cocina, sala de estar, cuarto de juego, en total son 5 habitaciones contando la de servicio, que era la que usaba mi nana para dormir, y otra para los invitados, aunque esa habitación nunca ha sido utilizada pues nunca tenemos invitados, eran demasiados cuartos, porque sinceramente solo se utilizaban dos.
Cuando mis padres estaban en casa, cambiaba drásticamente había voces por doquier, risas, aunque fuera por corto tiempo, las casa se hacía más pequeña, no parecía ser de 4 pisos, podía escuchar sus voces, como si estuvieran al lado de mi habitación, aunque en realidad nos separaba un piso y sus oficinas. Todas las casas en ese lugar eran muy parecidas, enormes y bonitas, pues hay vivía el tipo de gente, que el dinero no era el problema.
John sabiendo que yo debía ir y venir a la escuela me compro un Chevy volt azul que no saldría a la venta hasta en unos años más, pues como él nunca se encontraba en casa, es algo tonto gastar tanto dinero en un auto, pero yo desde el primer momento supe que valía la pena, era raro que algo material me hiciera feliz, y mi nana lo sabía, como no podría no saberlo si ella ha estado con migo desde mi nacimiento, me conoce más que Elena, y aunque es trabajo de mi nana estar con migo siempre y cuidarme a mí y la casa, no lo tomaba como trabajo lo hacía por gusto. Ella es mi confidente y compañera, yo sabía que ella jamás me dejaría sola, y aunque biológicamente no fuéramos familia, Elena, John , mi hermana y yo, la queríamos como si lo fuera, estamos muy agradecidos con ella por todo su tiempo, y por todo lo que ella a echo. No solo era hermosa por dentro, también lo era por fuera, es ese tipo de personas que irradia felicidad y confianza, su voz dulce me hacía sentir bien, su sonrisa amable, su cabello era gris con unos hermosos rizos con largo hasta los hombros, su estatura no superaba del metro sesenta, y sé que suena absurdo la compañía de esa mujer no me era suficiente aun el hueco que dejaban mis padres al irse me dolía.
Entre tanto pensar y pensar había olvidado que debía ir a casa de mi abuela, pues mi nana me había contado que estos días se encontraba enferma, no era nada grave solo era un pequeño resfriado.
Baje de mi habitación ya lista para irme cuando vi a mi nana.
- Buenos días Melly- me dijo mi nana.
- Buenos días nana, como amaneciste?
- Bien, a dónde vas?
- Iré a visitar a mi abuela.
- No desayunaras primero?
- No comeré con mi abuela.
Fui hacia la puerta presione el interruptor de la cochera, se escuchó el ensordecedor sonido, traía ya llaves de mi auto en la mano, mire hacia mi nana y le sonreí y después cruce la puerta, el día era hermoso, el sol tocaba mi cara, el viento hacia que mi cabello se moviera de un lado al otro, di un enorme respiro y cerré la puerta fui hasta mi auto, quite la alarma, abrí la puerta y me senté.
Mi abuela vivía a unas cuantas calles de casa, no era necesario el auto, pero siempre lo llevaba con migo, podría serme necesario, cuando encendí el auto recordé que no debía de pasar más de una hora con mi abuela, debía ir a clase de ballet, llegue a la caseta de las casas privadas donde se localiza mi casa, salude al guardia llamado Carlos, él me sonrió y me dijo que tuviera cuidado, encendí la radio solo la música me hacía sentir mejor y con ella olvidaba todo, era como estar en otro mundo sin preocupaciones, sin obligaciones, o tristezas, solo tú, y la música.
Cuando centre mi atención por fin vi que estaba a unos minutos de casa de mi abuela, yo amaba ir a casa de mi abuela, porque ella es tan dulce, yo era la consentida de la abuela, y la nieta más pequeña ya que Elena era hija única , Elena y mi abuela no se llevaban bien porque cuando mi abuela le decía que me dejaba mucho tiempo sola, Elena no prestaba atención o lo negaba, el día paso muy rápido en casa de mi abuela, siempre era así, quería tanto quedarme ahí platicándole todo a mi abuela durante más de una hora pero no podía, debía ir a clase de ballet y ella lo sabía.
- Debo irme abuela.
- Porque no dejas esas clases.
- Es que no puedo, Elena se enojaría si lo ago.
- Eres una niña muy pequeña, como para tener tantas responsabilidades.
- No abuela tengo dieciséis años, yo puedo, es bueno ocupar mi tiempo, seria aburrido estar sola, sin que ser nada.
- Pero para eso son las vacaciones de semana santa Melody, para descansar.
- Por favor abuela, todo esto me será útil cuando crezca, me voy porque se me ara tarde, te quiero abuela.
- Adiós, y cuídate mucho, vuelve a visitarme pronto.
- Lo are, y reponte pronto del resfriado.
Salí de la casa y cuando iba hacia mi auto, tuve la sensación de que alguien me examinaba del otro lado de la calle, pero tenía miedo de lo que fuera a ver tal vez fuera un secuestrador, o un asaltante, lo más disimuladamente levante la mirada hacia aquella dirección y vi a un chico, se veía un par de años mayor que yo, era alto, fuerte, con una hermosa piel morena rojiza, unos ojos negros profundos, y un rostro perfecto, era realmente atractivo, pero porque me observaba , tal vez yo le resultaba conocida.
Escuche a mi abuela hablarme, y deje de mirar a aquel chico y le preste atención a mi abuela.
- Que pasa Melody?
- No nada, me imagine ver a alguien conocido.
Si le decía a mi abuela lo sucedido, no me dejaría irme, y me prohibiría volver a salir.
- Adiós, abuela.
- Ya se te a echo tarde.
Y era cierto, cuanto tiempo me había quedado hay parada, pero cuando mire hacia el lugar donde estaba ese chico ya no había nadie, y la moto que estaba a su lado tampoco estaba, él se había ido….
Por fin había llegado a clase de ballet, y mientras hacía Barre (practica de ejercicios donde el bailarín se apoya sobre una barra de madera fijada en la pared de la clase, a una altura y separación determinada) venía a mi mente la imagen de ese chico, que me observaba desde lejos, jamás lo había visto a los alrededores, y estaba segura que él no era de Los ángeles, sus facciones eran diferentes.
La maestra Moliere, me tomo del hombro y me dijo.
- Deja de pensar, y concéntrate.
- Lo siento señorita.
Cuando llegue a casa, fui directamente a la cocina pues debía contarle a alguien sobre lo sucedido.
- Nana, hoy me sucedió algo muy, extraño!
- Que paso Melly.
- Bueno al salir de casa de la abuela, un chico me miraba mucho, y me puso un poco nerviosa.
- Y quién es? Lo conozco?
- No nana, ni siquiera yo lo conozco.
- Que raro, ten mucho cuidado, nunca me había gustado que salieras sola.
- Por favor no te preocupes, nana, yo puedo cuidarme sola.
- Y tu abuela que dijo de esto?
- Algo muy parecido a lo que tú dijiste. – Solo lo dije para calmarla, y no le comentara sobre lo sucedido.
- Vez no solo soy yo la que se preocupa por ti.
-Lo sé, oye nana aunque debo de admitir, que era realmente atractivo.
- Ya estás en la edad en que para ti todos los chicos son atractivos.
- Tal vez, nana estoy agotada.
- Come algo y ve a dormir
Platique un poco más con mi nana comí algo y me fui a mi habitación, no me la pasaba encerrada me gustaba sentir el viento, así que me sentaba en el balcón contemplado las casas de los alrededores. Fui a recostarme unos minutos en la cama, pero me quede dormida y al despertar fui de nuevo al balcón.
Cuando trataba de alejarme del mundo, poder pensar, y a veces descansar, me iba al balcón de mi habitación, ese día había una hermosa luna llena, y el viento era muy fresco, me senté en una silla que estaba al lado de la puerta del balcón, en mi mano tenía mi libro favorito el de Romeo y Julieta, iba en la mitad, y a pesar de que ya lo había leído varias veces, aun me emocionaba leerlo, es extraño, el leer un libro y tener todo tipo de sentimientos, Williams Shakespeare era un genio todas sus obras eran excelentes, ya había leído, Julio Cesar, Hamlet, Otelo, Macbeth, El rey Lear, leerlos era como viajar con tan solo un poco de imaginación.
Mi vista, mente y cuerpo estaba tan cansados, deje de leer y mire hacia el cielo pues era una noche hermosa, me recosté en la silla, cerré un poco los ojos y me quede dormida, mi mente repitió el suceso de la tarde, lo que paso con el chico, me miraba y después se iba, porque mi sueño se trataba de el?... todos los días cuando sales a la calle vez personas nuevas pero era la primera vez que soñaba con un desconocido, porque me pasa eso?, no lo conocía, y mucho menos estaba enamorada. Mi sueño termino cuando sentí algo suave y tibio sobre mí, estaba segura que era una cobija, tal vez mi nana vino a arroparme, pero no había escuchado que alguien abriera la puerta de la habitación, tampoco los pasos, no quería despertarme, pero aun así abrí los ojos y no vi a nadie, me asuste tanto que me levante de un solo brinco, fui a la habitación y no encontré a mi nana, corrí hacia la orilla del balcón y en la calle estaba sola, estaba tan asustada no sabía que hacer así que mejor entre ala habitación y me recosté en mi cama, y cuando acomodaba mi cama, escuche un aullido, era demasiado fuerte como para ser de un perro, pero que más podía ser, no podía a ver lobos por aquí era la cuidad, estaba tan agotada que en cuanto me acosté me quede dormida.
La noche fue tranquila, a pesar del susto de anoche, fui hacia el baño para lavar mi cara, la seque y amarre mi cabello con una liga, escuché una voz muy familiar, así que corrí escaleras abajo, y vi a mi hermosa hermana, estaba sentada en la enorme mesa del comedor, y mi nana le servía unos ricos Hotcakes.
Mi hermana era hermosa, la mayoría de las personas decía que éramos muy parecidas, ella tenía un gran parecido con Elena , su cabello era Negro igual que al de ella, su única diferencia era que tenía los ojos marrones como John, su piel era bronceada, y siempre ha sido un poco más alta que yo, aunque no mucho.
Yo a diferencia de ella tenia el cabello cobrizo con pequeños reflejos dorados hasta la cintura y muy lacio , con ojos color verdoso y mi tés blanca que por cierto al lado de mi hermana me veía pálida.
- Que suerte tienes de dormir todo el tiempo que quieres. – Dijo mi hermana sonriendo.
- Naomi, te he extrañado mucho, - corrí hacia ella.
Veía muy pocas veces a mi hermana pues casi no tenía tiempo de venir por la universidad, ella era como mi mejor amiga, siempre peleábamos cuando ella aún vivía aquí, pero siempre ha estado con migo apoyándome junto con mi nana.
- Yo también te he extrañado, Melody.
- Quieres desayunar Melody?
- Si claro, nana.
- Naomi, como te va en la universidad?
- La universidad es grandiosa, y te tengo una sorpresa. – Casi gritaba de la emoción.
- Dime. – por la forma que me habla de la sorpresa, estaba segura que era algo bueno.
- Bueno, conocí a un chico, y pues me pidió que fuéramos novios.
- Y que le dirás? Es guapo? Donde lo conociste?.
- Eso fue hace unos días, y por supuesto que le dije que sí.
- Y cuando lo vas a traer para conocerlo?
- Pronto Melody.
- Aquí esta Melly, si necesitas algo me dices.
- Si gracias nana.
- Y John y Elena?
- Se fueron desde hace dos semanas….y no dijeron cuando volverían. – Trate de sonar indiferente, pero ella pudo notar mi tristeza en la voz.
- No te preocupes volverán pronto.
- Si claro.
Que más podía contestarle si ella ya sabía lo que yo sentía, y aunque volvieran pronto, que ganaba yo, si volverían a irse.
- Naomi, no te dijo mi nana, que la abuela estaba resfriada?
- No creo que olvido decirlo, ahorita iré a visitarla.
- Tengo que ir a alistarme, tengo clase de francés.
- Aun vas a esas clases?
- Tu sabes que si no lo hago Elena se enojaría.
- Porque dejas que te controle aun? Ya eres mayor.
- No me controlan, voy porque me gusta.
- Si claro, deberían dejarte vivir.
- No quiero pelear, por favor.
- Esta bien, dormiré en casa, aquí estaré cuando vuelvas.
- Perfecto.
Me levante y subí las escaleras y entre a mi habitación con un poco de prisa, pues por pelear con Naomi perdí tiempo, me di una ducha, fui a mi enorme armario, encendí la luz pues no veía nada, abrí las puertas y como no había tiempo para ponerme a armar un gran conjunto, solo me puse unos jeans y una blusa verde oliva, y a mi cabello solo lo peine un poco, baje deprisa las escaleras.
- Adiós, Naomi nos vemos más tarde.
- Cuídate, Melody.
Fui hacia mi auto, lo encendí y lo puse en camino, el Instituto estaba localizado en el centro de los ángeles, ese Instituto tenía una alta calidad de enseñanza como a todas los Institutos que papa y Elena habían decidido que entrara. Había muy pocos estudiantes en esa clase, y siempre las clases eran muy tranquilas, el francés se me daba muy bien, aunque no tenía idea para que me serviría. Mi hermana tenía razón mis padres pensaban demasiado en mi futuro, cuando viviría yo mi vida?
Un día después de la visita de mi hermana, debía de entrar al Instituto, me levante un poco temprano ese día pues estaba emocionada por volver a ver a mis amigos, tome una falda de cuero color chocolate y una blusa blanca con unos pequeños detalles de pedrería, con unos zapatos de piso, y salí de mi a mi habitación, mi nana estaba ocupada así que solo le dije adiós. El nombre de mi Instituto era Palms middle school, está localizada al sureste de la cuidad, el Instituto no era muy costoso, pues yo no había querido ir a un Instituto privado, el tipo de personas que estudia en esos lugares suele ser presumida y arrogante, así que Palms era el Instituto perfecto, las personas de ahí solían ser muy agradables, aunque no todas, cuando llegue a Palms a la primera persona que vi fue a Alex Freeman.
- Hola Melody! – Fue hacia a mí y me abrazo y beso la mejilla.
Él era una persona realmente agradable, guapo, y muy dulce, su cabello color castaño con unos mechones dorados, piel levemente bronceada y sus ojos marrones que causaban sensación en todas las chicas, mis padres siempre habían querido que fuéramos algo más, pues el viene de una buena familia, pero para mí es mi mejor amigo, casi hermano .
- Hola, Alex! – le sonreí.
- Melody, tanto tiempo sin verte, que tal las vacaciones?
- Muy relajantes, y las tuyas Alex?
- Pues yo y mi familia fuimos a Roma, un viaje maravilloso!
- Se escucha muy bien.
- Melody te compre esta pulsera, mi madre me ayudo a escogerlo espero que te guste.
Era una linda pulsera de hilos de seda entrecruzados, con un dije de estrella plateada.
- No debiste Alex, pero gracias, es preciosa.
Fui hacia él le sonreí, y lo ábrase, el me tomo de la cintura y trataba de alejarme y él me tenía muy bien sujeta, sentí su aliento en mi cabello, porque olía mi cabello?
Me soltó cuando escuchamos a Kristell Williams y Taylor Gibson hablar cerca de nosotros.
Kristell era mi mejor amiga desde pequeñas y como nunca nos separábamos decidimos estudiar en el Instituto, y Taylor es su novio, lo conoció el año pasado. Kristell era una chica, divertida, sincera, y leal, tenía un lindo cabello rizado castaño, y su novio Taylor alto, delgado, cabello lacio, negro y es una persona realmente tímida. Hacían una pareja muy bonita, pero yo perdía pues desde que ellos eran novios, Kristell tenía menos tiempo para mí, así es el amor, supongo.
- A qué se debe tanta felicidad. – Dijo Kristell.
- Hola Kristell, te he extrañado mucho, tantas cosas que contarte.
- Sí, claro que lo aremos.
- Hola Kristell, no es nada solo le traje un detalle a Melody.
- Y el mío? – Pregunto sonriente.
- Tú tienes un novio quien te compre.
- Es cierto, hola Melody. – Dijo Taylor.
Se escuchó el timbre para entrar a clases, me fui con Alex, Kristell y Taylor se fueron por su lado.
Teníamos que ir a clase de Historia donde nos había tocado juntos, y para mi sorpresa Alex se sentó con migo, nunca lo había hecho, pero porque había regresado tan distinto estas vacaciones?
Cuando era hora del descanso, los cuatro nos sentamos en una sola mesa, que estaba en el centro del salón.
- Bueno Melody, que era lo que me ibas a contar? - pregunto Kristell
- Se trata de un chico.
- Porque pones esa cara Alex. – Dijo Kristell.
- Es que es incómodo que hablen de chicos frente a nosotros, verdad Taylor.
- A mí no me molesta. – Dijo Taylor.
- Siempre lo hemos hecho Alex. – Le dije preocupada por su cambio tan extraño después de las vacaciones.
- Pues ahora me es más incómodo, mejor me voy.
- Espera voy contigo. – Dijo Taylor.
- Que le pasa a Alex?
- No lo sé desde que lo vi ha estado a si de raro.
- Entonces? Que hay con ese chico?
- Mira es que todo está muy raro, solo quiero saber qué opinas tú.
- Si dime.
- Solo fue contacto visual, un poco largo. Pero eso no es lo más raro, fue que los siguientes días no dejaba de pensar en él, tal vez sea la curiosidad o tú qué opinas?
- Si hubieran al menos hablado pensaría que estas enamorada, pero no fue así, era atractivo?
- Si, ha y parecía no ser de por aquí, sus rasgos no son muy comunes.
- Opino que tengas más cuidado, no lo has vuelto a ver verdad?
- Esperaba que me dieras un buen consejo y me dices lo mismo que mi nana.
- Los Ángeles no es muy seguro, sola y ese auto que llama tanto la atención puede ser peligroso para ti.
- Eso sí, creo que tienes la razón, y no te preocupes no lo he vuelto a ver.
Al terminar el descanso regrese al salón y hay estaba Alex sentado en nuestra banca, con los brazos cruzados y observaba el piso, el maestro aun no llegaba, todos estaban de pie y hablando.
- Que te pasa Alex?
- Nada, solo perdón.
- Perdón porque?
- Por la forma en la que me comporte.
- Esta bien, comprendo que estás cansado por el Instituto.
- Si, tal vez.
El maestro llego y dejamos de hablar, se sentó bien, y mientras el maestro daba la clase sentía la mirada de Alex, trataba de no prestar atención y a si fueron pasando las horas.
Al escuchar el timbre de salida, recogí mis libros, y tome mi bolsa.
- Yo te ayudo. – Dijo Alex
- Bueno.
Íbamos caminando por el pasillo hacia el estacionamiento.
- Melody, aun vas a las clases de francés?
- Si, porque?
- Estaba pensando en ir, no me aria nada mal.
- Eso estaría bien.
- No le molestaría si voy a la misma clase que tú?
- Claro que no, porque me molestaría, sería bueno tener a mi mejor amigo con migo.
- Me voy, estoy un poco cansada, nos vemos,, mañana?
- Si, adiós que descanses.
- Igual, Alex
- Ten mucho cuidado.
- También tú.
Después de diez minutos de salir de el Instituto llegue a casa nunca pensé que ese silencio en algún momento me fuera a ser cómodo, mi nana no estaba a la vista, pero había un rico aroma, quizá estaba en la cocina preparándome la comida.
Cuando ambas nos sentamos en la mesa, ella me miro y me pregunto.
- Como te fue en el Instituto?
- Bien nana, pero vengo exhausta.
- Pronto te volverás a acostumbrar.
- Pero a excepción de eso, todo fue muy bien, vi a Alex y Kristell, ya los extrañaba.
- Ha Kristell, como esta ella?
- Muy bien, nana se ve muy feliz.
- Y que ha pasado con ustedes están enojadas o algo así?
- Porque lo dices?
- Antes Kristell venía muy seguido, ahora casi ni la veo por aquí.
- Lo que pasa nana es que ocupa todo su tiempo con su novio Taylor y tiene menos tiempo para mí.
- Pues no debería de ser de esa forma, tú eres su mejor amiga.
- Nana precisamente por eso, ella lo ama, supongo que cuando se enamoran no quieren más que estar con esa persona.
- Pero ella es muy joven, debe divertirse, tiene mucho que vivir.
- Si, aun lo puede hacer, pero compartirá su vida con alguien que quiere y es importante para ella.
- En mis tiempos se tenía novio con más edad.
- Nana, es otro siglo en el que vivimos, las cosas han cambiado.
- Pero son muy jóvenes aun no saber lo que es el amor.
- Por favor nana, tú sabes bien que en el amor no hay edades.
- Tal vez tengas razón, pero no hace mucho las vi jugando juntas con muñecas y pidiendo unos cuantos dulces.
- Nana, sin darte cuenta crecimos, tenemos edad suficiente para conocer el amor.
- Para mí jamás crecerán ustedes dos siempre serán mis niñas.
- Aun así nana crecimos, y ahora Kristell tiene un hombre que la quiere y valora, y yo sigo sola esperando a alguien quien me quiera.
- Pronto llegara, no te desesperes.
Al terminar la comida subí a mi habitación para descansar y pensar sobre lo platicado con mi nana, porque a mí no me llegaba el amor, acaso yo era una persona con la que nadie quisiera estar?
Pero mi nana siempre tenía razón, porque esta vez no la tendría?
Sera pronto? Será lejano? No lo sé pero estoy segura que en este mundo tan grande con millones de personas se encuentra una persona de la que yo enamorare, y el de mí.
A dos semanas de haber entrado a clases, Alex fue a casa, para platicar unas horas porque en realidad en el Instituto no teníamos suficiente tiempo para hablar, él era mi mejor amigo desde que ambos teníamos cuatro años, jugábamos siempre juntos, y nuestros padres deseaban que cuando creciéramos fuéramos algo más, pensaban que sería lo mejor para las dos familias, económica y social, pero a nosotros no nos importaba. Todos los recuerdos de nuestra niñez volvieron a mi mente en esa plática.
- Melody, recuerdas la vez que tome una lombriz y te la mostré y tu corriste, gritando. – Movía las manos, recordando el momento.
- Claro que la recuerdo, jamás había visto algo tan horrible. – Puse cara de miedo y asco.
- O la vez que encontramos la paloma herida en el jardín de tu casa.
- Era la paloma blanca?. La cuidamos hasta que pudo volar.
- Recuerdo que no quería irme de tu casa, para seguir cuidando la paloma, si mal no recuerdo tú eras la mama no? – Rio con una gran carcajada.
- Qué pena! – Reí, - Aun lo recuerdas? Y tú eras el papa. Fue un poco difícil dejarla ir, lo admito.
- Lo recuerdo, fui un buen padre no crees?
- Sí, claro, cuando te cases tu esposa será afortunada.
- Ya lo sabía. – Soltó una carcajada.
- Que fanfarrón eres.
- Gracias. O la vez que nos fuimos a la playa, a escondidas de Ana ( Se refería a mi nana).
- Todo un día en la playa sin nadie que nos digiera lo que no podíamos hacer, sentir esa libertad, ese día fue maravilloso claro sin contar el castigo que vino después.
- Si fue difícil no verte en dos semanas, no tenía a quien enseñarle mi colección de lombrices.
- Sabes….. ahora lo tomo como un favor. – Le sonreí y espere su reacción.
- Pensé que te gustaba mi colección. – Fingió tristeza.
- Claro que me gustaba, siempre y cuando estuviera unos metros lejos de mí.
- Nos hemos alejado un poco, ya no estamos juntos como antes.
- Crecimos, las cosas cambian , tú ya eres un hombre, esa voz tan grave y vello en lugares que antes no tenías, ahora tenemos responsabilidades de adultos.
- Hablas como una persona mayor, aun somos jóvenes, no tanto como antes, pero ahora somos adolecentes aún mejor.
- Lose, pero es algo difícil estar juntos, con la presión de nuestros padres, siempre sobre nosotros.
- Tienes razón, pero no por eso dejaremos de ser amigos, entrando al tema y tus padres no han vuelto?
- No, a veces siento que no van a volver, me siento tan sola.
- Tus padres te aman, y siempre volverán por esa razón, y no debes de sentirte asi, yo siempre estaré a tu lado jamás te dejare.
- Pero tú tienes tu vida, no puedes preocuparte siempre por lo que me pasa.
- Puedo hacer ambas cosas, no me subestimes.
- Sabias que te amo, mi mejor amigo.
- Ha! Amigo, claro yo también te quiero Melody, y mucho. – Hizo un gesto muy poco visible con la boca, mientras agacho la cabeza.
Se levantó de la silla en la que él estaba sentado, yo estaba en mi cama recostada lo seguí con la mirada y fue hasta una foto de los dos de cuando fuimos aúna feria que vino a los L.A.
- Aun vez a ese chico.
- De que chico hablas?
- Ese del que platicaban tú y Kristell.
- Porque te preocupas tanto por el, ya he prometido tener distancia con él.
- De donde lo conoces, de donde es, como se llama, cuántos años tiene.
- Por favor Alex, ni John ase tantas preguntas.
- Disculpa por preocuparme por ti. – Se veía un poco molesto.
- Que te pasa por que has tenido estos cambios de humor?, que te he hecho. O ya se, tal vez sean las hormas, ahora comprendo. – Lo dije en forma de broma tratando de calmarlo y que se tomara esas cosas como juego.
- Debo irme, fue un error hablar sobre este tema. – Lo dijo al dirigirse a la puerta.
- Porque siempre te pones asi al hablar de chicos, que te pasa, yo jamás me pongo asi cuando hablas de chicas.
- La diferencia es que yo nunca lo ago.
- Pero, en que te molesta.
Salió del cuarto y antes de cerrar la puerta dijo.
- Como es que no te has dado cuenta?
Serró la puerta quise ir a seguirlo entender porque se había puesto de esa manera, no solo esa vez, sino también el primer día de clases, que le pasaba, que le abría en sucedido en sus vacaciones para que ahora se comportara de esta forma, de alguna manera, sabría qué es lo que le pasaba, él era mi mejor amigo y siempre estaría con el sin importar su estado de humor, él había estado con migo en los peores momentos, y la promesa aún seguía en pie, “ Ser mejores amigos para siempre”.
- InvitadoInvitado
Re: Brisa de Otoño
Mar Jun 19, 2012 9:34 pm
Habra actualizacion cada tres dias, si les gusto les ruego que me manden un mensaje sobre su opinion o si quieren que los siga subiendo
- InvitadoInvitado
Capitulo 2: Secretos
Mar Jun 19, 2012 9:53 pm
CAPITULO 2: SECRETOS.
Los días fueron avanzando muy rápidamente, había ya pasado un mes de entrar al Instituto y todos eran exactamente iguales, pero ese día era diferente a los demás.
Mi día comenzaba yendo a clases de ballet, la maestra Moliere solo pidió que calentáramos, el ballet es realmente tranquilo, relajante, para muchas de mi clase era como una pasión pero para mí era solo una clase más ala que mis padres me habían dicho que asistiera, la clase acabo y todas las chicas fuimos a los vestidores.
A pesar de solo asistir 3 días a la semana durante meses a clases de ballet yo ya contaba con experiencia, tenia una amiga nueva, que había entrado semanas atrás su nombre era Ellie, era de Texas y ella amaba el ballet pero le era muy difícil, pues eran las primeras clases que ella tomaba.
- Como lo haces Melody?
- Como hago qué?
- Todo esto, tener que venir a ballet, clases de lengua y vocalización, y aun así ser perfecta en todo.
- Por favor Ellie, no soy perfecta, espera veras que con el tiempo serás mejor que yo, solo práctica.
- Creo que necesito más que eso.
- Mira si tú quieres, puedo ayudarte, saliendo del Instituto, siempre estoy sola en casa puedes venir y así te ayudo a practicar.
- Arias eso? Sería estupendo.
- Claro, tu solo dímelo, y ahí estaré.
- Gracias Melody, eres una gran amiga. – Me abrazo y vi la hora en mi reloj ya era tarde debía de ir a clases.
- Lo siento, tengo que irme Ellie, nos vemos pronto, si necesitas algo me llamas.
- Claro, hasta luego.
Fui rápidamente a mi auto, conduje lo más rápido que podía y por fin llegue a clases, en el estacionamiento ya estaban Alex, Taylor y Kristell esperándome, cuando me vieron llegar solo sonrieron, camine hacia ellos y los salude.
- Hola chicos.
- Llegas tarde no crees? – Dijo Kristell en forma de burla.
- Lo sé, es que me entretuve un poco en la clase de ballet.
-Aun sigues yendo, porque no les dices a tus papas que es demasiado para ti.
- No es demasiado, yo puedo con esto, y voy por gusto no por obligación.
- Esta bien entremos.
La clase a la que entramos era la de literatura, teníamos la tarea de traer un poema del tema que quisiéramos y leerlo frente a los demás, algo bueno de mi era no tenía miedo al pasar al frente de los demás, y lo hice sin problema, pero para mí siempre me ha sido difícil reflejar mis emociones y ese poema decía todo lo que sentía esos últimos días. Escuche a la maestra Irina decir mi nombre, y me pidió que pasara enfrente.
- Comienza. – Dijo, mirándome y prestando atención. Mientras Alex me miraba fijamente, su mirada era aún más extraña que la de los demás días.
- Se llama otoño.
Has entrado al otoño me dijiste, y me sentí temblar hoja encendida, que se aferra a su tallo, que se obstina, que es parpado amarillo y luz de vela, danza de la vida y muerte, claridad suspendida en el eterno instante del presente.
Todos, aplaudieron y aunque me sentí un poco avergonzada solo sonreí y fui hacia mi asiento.
- Gracias Melody, Ahora es tu turno Alex.
Se levantó de la banca que estaba a mi lado con su cuaderno en mano y paso al frente, y antes de comenzar a leer tomo una gran bocanada de aire y me miro.
- De pronto la vi más hermosa, y su mano me hizo estremecer, como un imán me atrae su boca y ya la veo como a una mujer. Ya su voz me parece preciosa y yo no sé cuándo me enamoré su piel lleva aroma de rosas mientras de ella yo tengo sed. – Dejo de leer y me miro.
Porque me observaba así, quería asegurarse de que no me riera? Lo mire a los ojos unos pocos segundo y comenzó a leer de nuevo.
- Estoy enamorado de mi mejor amiga, pues hoy lo descubrió el corazón, pero creo que ella ni lo imagina, donde ella ve amistad yo veo amor.
Tal vez ella es la persona, que toda mi vida yo esperé ¡Ay amiga a ver como tomas! saber que de ti me enamoré….
- Gracias Alex, cuál es su nombre?
- Maestra es un poco privado quisiera no decirlo.
Se alejó del pizarrón y vino a sentarse no me miro, miraba hacia enfrente, poniendo atención al siguiente poema, porque se comportaba así con migo, no lose. Pero debía saberlo, esto me estaba cansando, pero esperaría a salir de clases.
La clase antes de salir del Instituto, era de física, en esa clase si estaba junto con Kristell y tenía tantas ganas de platicarle lo sucedido en literatura no dije nada no quería a ser las cosas más grandes, podría ser solo mi imaginación.
Al terminar todas las clases fui hacia el estacionamiento, donde vi a Alex recargado en su Eclipse color mostaza, mirando hacia a mí, se veía pensativo, era hora de la verdad, por fin aclararíamos las cosas, antes de que todo comenzara a empeorar.
- Que te pasa Alex?
- No lo sabes?
-No y por favor dímelo ya.
- Es que acaso no es tan obvio?.
- Me estas preocupando.
- Pusiste atención a la clase de literatura?
- Si, porque?
- Y en la parte de los poemas.
- Claro! Pero eso que tiene que ver?
- Mi poema lo recuerdas?
- Que tiene que ver con esto?
- Lo recuerdas, sí o no?
- Sí.
Tomo una bocanada de aire y dijo.
- Quizás soy muy callado y nunca te he hablado de esto que siento y ya no aguanto más, como es que no te das cuenta que solo al verte comienzo a temblar.
Me quede boquiabierta, era yo de la que se había enamorado? Pero porque yo si tantas chicas quisieran estar con él, y el teniendo tantas amigas, porque yo? Todo esta tan bien así porque terminar con esta amistad de años, por esto.
- Pero eres mi mejor amigo
- Y tu mi mejor amiga, pero eso no evita que me gustes.
- Tal vez estés confundido.
- Eso lo pensé al principio, pero eso que sentía ha crecido conforme pasó más tiempo contigo.
- No sé qué decir.
- Solo dime que aunque sepas esto seguiremos siendo amigos.
- Alex, siempre seremos amigos pase lo que pase.
- Bueno Melody, te dejo que te vayas sé que tienes cosas importantes que hacer, mañana nos vemos.
- Si creo que se me ha hecho tarde, adiós.
A unos cuantos pasos estaba mi auto, subí en él y lo encendí camino a mi casa seguía pensando en que si él era lo que yo tanto había pedido y esperado, el hombre que me amara y me hiciera feliz!
Si era así no debía dudar en darle una oportunidad, pero yo no sentía algo especial por él, todos estos años de ser amigos jamás me hubiera imaginado que alguno de nosotros se enamoraría.
Nadie me conoce como realmente soy, tengo que ocultarlo puesto que si mis padres o alguien más lo llegara a saber, dirían que es absurdo y que personas como nosotras no deberíamos hacerlo.
Al llegar a casa seguía muy confundida por la plática con Alex necesitaba hablar con alguien, fui directamente a la cocina porque siempre encontraba ahí, le dije que fuéramos al sofá para platicar.
- Hoy fue un día muy, extraño.
- Porque que te pasó. – Lo dijo con un tono alarmante.
- Nada malo nana, Alex me dijo algo.
- Sobre qué?
- Que estaba enamorado de mí.
- Te dije que un día llegaría alguien para ti.
- Lo recuerdo nana, pero no sé si sea él.
- Es un buen chico, con educación, y además le agrada a tus papas que eso es muy raro que pase.
- Si, eso mismo pensé, pero yo lo quiero solo como mi mejor amigo.
- Entonces díselo. O piensa en darle una oportunidad.
- Tengo miedo de que algo salga mal, y nuestra amistad termine.
- Solo piensa las cosas, y habla con él, no vaya a mal interpretar las cosas.
- Tienes razón.
A pesar de haber hablado con alguien, no me hizo aclarar mis ideas, aún seguía dándole vueltas al asunto.
Pero tenía cosas que hacer, debía irme, y mientras mi nana lavaba los trastes fui a su lado.
- Nana enseguida vuelvo iré con Ellie a practicar ballet.
- Esta bien ten mucho cuidado.
- Claro, adiós.
Llevaba en mi brazo derecho un bolso, con algunas cosas, camine hacia mi auto, y lo puse en marcha, fuera de la casa y del Instituto me era más tranquilo todo, sin presiones, y al lugar que iría me sería aún más cómoda.
Llegue a una pequeña bodega localizada en el sur de la ciudad, dónde habían casas muy pequeñas, donde la mayoría de las personas era de escasos recursos y donde yo y mi auto nos hacía resaltar demasiado, no me gustaba llamar así la atención, al principio era incomodo, sentía que me odiaban por lo que era, pero con el tiempo todos se acostumbraron a mi presencia, ese lugar estaba tachado como el centro de la delincuencia, solo eran mitos, había gente humilde y honesta.
La pequeña bodega era descuidada, sin pintura, y la música de adentro podía escucharse desde lejos.
Estacione el auto y antes de bajar tome mi bolso, camine hacia la puerta y toque dos veces, era costumbre puesto que todos me habían dicho que pasara sin tocar, un chico de no más de diecinueve años abrió la puerta y me recibió con una sonrisa me hizo señales de que pasara , todos bailaban, era un grupo de no más de 30 personas, la clase ya había comenzado, corrí a cambiarme con una pantalonera y una blusa cómoda, y fui a formarme en mi lugar mi maestra se llamaba Sheila, era una afroamericana que enseñaba clases de Hip- Hop, esa escuela, era para personas de esa misma zona, nadie sabía sobre esto, mis padres si se enteraran les daría un paro cardiaco, y mi nana me diría que ese lugar es peligroso, y mis amigos tal vez no entenderían, podría meterme en problemas, y el secreto no duraría por mucho, pero no me importaba, era lo que realmente me apasionaba, y aun que el ballet era delicado, sutil, y perfecto, es un medio de expresarte, pero de forma agraciada, y el Hip- Hop es una forma más sencilla de transmitir a tus pies, manos y cuerpo lo que sientes, sin pensar, solo sentir y dejar que salga, las mayoría de las personas que asistían eran afroamericanos ,mexicanos, venezolanos, u otro tipo de indocumentados, en la música no ay especialidad.
La maestra nos dijo que la clase había terminado, fui por mi bolso y camine hacia mi auto, lo encendí y comencé a conducir, a la siguiente manzana el auto comenzó a fallar, le salía humo, me asuste y salí del auto, mire el motor pero no sabía nada de mecánica, y era demasiado tarde, no podía hablarle a mi nana querría la razón de que hacia aquí, no sabía qué hacer, escuche a alguien aproximándose a mí, mire y era de nuevo ese chico de la moto que había visto hace algunos meses en casa de mi abuela.
- Problemas con el auto? – Me pregunto, sonriente. No lo conocía pero hubo una confianza inmediata en ese momento.
- Si, no sé qué le sucede.
- Tienes un hermoso Chevy Hibrido con un motor de gasolina de cuatro cilindros y 1.4 litros de cilindrada y un motor eléctrico de 111 kW (150 CV) de potencia y no sabes de autos?
- Si se de autos, bueno al menos se encenderlos y poner gasolina.
Rio, y te veía aún más atractivo que la última vez, - Si ya veo, no es muy complicado, puedo?
- Sí, claro.
Él se agacho, a mirar el motor y mientras el examinaba mi auto yo lo admiraba, vestía unos jeans con una playera blanca, era demasiado alto, y tenía unos lindos ojos, no parecía ser alguien con dinero pues su moto parecía vieja. El levanto su vista y nuestras vistas se encontraron me sentí tan avergonzada puedo asegurar que me sonrojé, pero el solo sonrío y se alejó del auto.
- No es nada grave solo le falta un poco de agua, si quieres puedo ayudarte.
- Gracias, eso sería de gran ayuda.
- Espera aquí yo iré por el agua, entra al auto puede ser peligroso.
- Bueno te espero.
Vi que se alejaba caminando, su moto la había dejado a un lado de mi auto, comencé a imaginarme hipótesis de porque me lo habría encontrado aquí, si el viviera por donde mi abuela, que aria en un lugar tan alejado y peligroso como este, tal vez él me había seguido, no claro que no esas eran locuras era alguien muy agradable no podía ser ese tipo de persona, y de pronto vino a mi mente, mi nana que le diría, que estaba haciendo si le contaba que estaba por estos lugares, y con este chico se preocuparía, no quería eso.
Entonces el volvió en su mano cargaba un galón lleno de agua, me baje del auto y me acerque a él, su perfume era tan dulce como para ser de un hombre, pero muy fuerte para ser de dama, era exquisito di un respiro tratando de tomar todo su aroma en mis pulmones, pero volví a la realidad, que me pasaba, era un chico desconocido, sacudí la cabeza tratando de aclarar mis ideas, el me miro por un leve momento, mientras vertía el agua en el motor yo solo examinaba su cara, era muy atractivo, y agradable también, y su sonrisa era cálida, de confianza, pero su altura podría intimidar a cualquier persona, igual que sus enormes músculos, acaso era ese tipo de chicos, que pasaba el día completo haciendo ejercicios y tomando anabólicos, pero era muy pronto para hacer un perfil.
- Listo, el humo se ha ido, podrías encenderlo?
- Claro.
El auto encendió sin problemas, y no salía humo alguno, ya todo estaba bien.
- Me imagine que sería algo más complicado pero solo era el humo, lo único que necesita es que prestes más atención al motor.
- Eso será muy difícil no sé nada de esto, a comparación tuyo, eres bueno, gracias.
- No es muy complicado, deberías de tomar clases de mecánica.
Reí, levemente – Creo que tienes razón, me seria de mucha utilidad.
- A por cierto, mi nombre es Jacob Black.
- El mío es Melody Evans.
Me sonrío, le devolví la sonrisa por un poco tiempo el silencio tomo parte.
- Tú no eres de por aquí verdad?
- Tienes razón, solo vine a una clase, de baile.
- Este lugar no tiene muy buena fama no deberías de venir por aquí.
- Lo tomare en cuenta gracias, debo irme mi familia puede estar preocupada, te agradezco por la ayuda con mi auto, no sé qué hubiera hecho sin ti.
- De nada, solo quería presumir mi talento, - Sonrío.
- Y te funciono, hasta luego y gracias.
- Adiós, y ten cuidado.
Le sonreí y entre al auto, como ya estaba encendido solo quite el freno y lo puse en marcha, lo último que vi fue su imagen por el retrovisor del auto, mientras él se subía a su moto, y tomaba la dirección contraria a la mía.
Cuando llegue a casa mi nana estaba preocupada, por la hora que era, y porque no había llegado, la excusa que le di era que me entretuve contándole cosas a mi amiga Ellie, y lo creyó fácilmente, después subí a mi habitación.
Estar en mi habitación me tranquilizaba, el silencio, el aire que entraba por el balcón, la luz de la luna que reflejaban mis ventanas, sin darme cuenta me quede dormida, cuando escuché un ruido en el balcón, me desperté abrí las puertas de afuera para fijarme que era lo que producía ese ruido y no vi nada, todo estaba de nuevo en silencio y oscuro, estaba segura que era el aire, así que fui adentro y cerré la puerta de madera de mi balcón y me acosté de nuevo a dormir, gracias a estar agotada pude volver a dormir sin problemas, pero la cara del chico Jacob pasaba por mi mente, la conversación que tuvimos era como una cinta que jamás terminaba, pero al final había una imagen, era el al lado de una luna llena, el sueño tenia lógica antes de dormir estuve mirando la luna, porque más vería eso? Después comencé a olfatear, ese aroma, tan peculiar, yo lo conocía, pero no recordaba de quien era, y después como un rayo vino a mí, era su perfume, ese olor tan agradable, pero el aroma no parecía ser un sueño, me era muy real.
Ala mañana siguiente desperté un poco tarde, y tenía la suerte de que fuera fin de semana, pero un olor tan delicioso hizo que saliera de la cama, era mi nana preparando el desayuno, así que baje las escaleras, pues moría de hambre.
- Buenos días Melody.
- Buenos días nana.
- Que bueno que despertaste, pensé que dormirías todo el día.
- No es posible, el olor de tu comida podría despertar a un muerto.
Rio, y me dijo que me sentara en la mesa, desayune y cuando termine me senté a mirar televisión, y ella se sentó a mi lado, parecía que quería decirme algo, y solo la mire y lo dijo.
- Te tengo una muy buena noticia, Melly.
- Cual es nana? Vendrá Naomi?
- Si, pero es otra mucho mejor.
- No lo sé nana, dime.
- Tus padres vienen en camino, llegaran a casa muy pronto.
- Es broma nana? – Grite con una enorme sonrisa en los labios y de un brinco me levante del sillón.
- Claro que no lo es.
- Cuando llamaron? Que te dijeron?
- Bueno llamaron en la mañana muy temprano que subirían a un vuelo de vuelta, que estarían aquí en la tarde, así que le llame a Naomi y vendrá, pues tiene mucho de no verlos.
- Eso es maravilloso nana, toda la familia estará reunida, estoy tan feliz.
- Si Melly, soy feliz de verte feliz.
- Oh nana! Debo de bañarme, estar lista para cuando ellos vuelvan no quiero que me vean así.
Perdí completamente el control sobre mí, no sabía que hacer primero, la felicidad no cabía dentro de mí, después de dos meses de no verlos, ya los extrañaba demasiado, quería contarles sobre cómo me iba en mis clases, lo buenas que era en ellas. Quería ver su cara, de felicidad al contarles, escuchar decirme lo orgullosos que estaban de mí, abrazarlos y besarlos.
Mi nana me pidió que le ayudara en las compras, yo no quería aceptar, siempre le ayudaba pero en esta ocasión, no quería que llegaran John y Elena y no me encontraran en casa y se volvieran a ir. Las compras no duraron más de una hora, cuando volvimos a casa me di un baño, pero cuando estaba dentro de la ducha, todos mis sentidos estaban atentos a cualquier ruido de una puerta que se abriera o un coche que se acercara, pero mientras me cepillaba el cabello escuche un auto estacionarse en la parte de enfrente de la casa, baje las escaleras lo más rápido que pude.
Mi madre Elena fue la primera en cruzar la puerta, se veía más bonita de lo que la recordaba, con su cabello negro rizado y no más largo de sus hombros, y sus ojos verdes, con unas pestañas muy largas.
Atrás de ella venia mi padre John con todas la maletas, mi nana se acercó a ayudarle, John se veía tan apuesto en traje, con su corbata azul hacia resaltar sus ojos marrones y grandes, y su cabello rubio, John es muy alto aún más alto que Elena, y muy delgado.
-Mama he extrañado tanto, - le dije sonriéndole y al mismo tiempo abrazándola.
- Melody también te extrañe.
La solté aunque no quería hacerlo tenía miedo de que me descuide apenas un poco y ya no esté ahí.
- Papa, a ti también te extrañe.
- Ven y dame un abrazo mi pequeña, como has estado, que tal te ha ido en el Instituto.
- Muy bien papa, he hecho amigos nuevos, y he visto a mi amiga Kristell de nuevo.
- Me gusta que seas feliz hija mía.
De pronto interrumpió Elena aclarándose la voz y ambos se miraron, como queriendo decir algo.
-Hija te tenemos una sorpresa.- Dijo mi madre.
- Cuál es? – pregunte
- Nos quedaremos un tiempo aquí en los Ángeles.
Mire hacia mi papa. – Es enserio, papa, no están jugando? Si lo cumplirán?
- Claro que sí, tenemos negocios aquí, y queremos estar un tiempo cerca de la familia.
- Lo prometen?
- Si claro, por que no. – contesto Elena.
- Papa, mama, muchas gracias. – Estuve a punto de llorar de la felicidad que sentía por dentro. Cuando de pronto escuche tocar la puerta, no estaba segura de quien sería pues nadie venía a verme. Mi nana fue a abrir y era mi hermana Naomi, que se había enterado que nuestros padres vendrían.
- Hola a todos.
- Hola Naomi que bueno que has venido. – Contesto Elena.
Todos nos sentamos en el sillón excepto mi nana que iba a preparar unos bocadillos, mientras ellos hablaban de la universidad, recordé que debía de ir a clases de francés, así que me levante fui por mi bolso a mi habitación, cuando baje les dije a mis padres.
- Prometen que cuando vuelva, seguirán estando aquí?
- Claro, hija no, nos iremos pero ve, que se te ara tarde para el Instituto. – mi papa me contesto, me dio un beso en la frente, abrase a Elena y me fui directo a la puerta.
La vida me había cambiado tan drásticamente, mis padres habían vuelto, hay un hombre que me quiere, y la familia ahora está reunida, y ya no me la pasaría sola.
La oscuridad que cubría antes mi vida estaba desapareciendo.
Al volver de clases aún se encontraban todos en casa, mientras yo cruzaba la puerta ellos estaban sentados en la mesa, comenzamos a hablar sobre mis clases.
- Aun asistes a todas la clases Melody? – Pregunto Elena.
- Claro que si mama.
- He pensado que tal vez es mucho para ti, eres muy joven deberías dejar algunas clases. – Dijo John un poco preocupado.
- De ninguna manera, si quiere triunfar, tener lo mejor debe asistir a esas clases. – Contesto Elena enojada por el comentario de John.
Mi madre siempre fue, el tipo de persona que le gustaba todo perfecto, y aunque no fuera fácil para mí parecía no importarle.
- No te preocupes papa, yo puedo con esto.
- No le dan tiempo de ser una chica normal. – Dijo mi hermana tratando de abogar por mí.
- Ella nunca ha sido una joven normal, es una Evans y como tal debe de tener estas responsabilidades. – Dijo Elena. – Y cómo te esta va en las clases cuéntame.
- Voy bien, eso es lo que dicen los maestros, aunque aún me faltan perfeccionarlas, en algunas clases.
- Bien? Hay Melody!! Debes de ser Excelente, ser buena no o ir “Bien” no vasta, si quieres triunfar y entrar a la State University.
- No seas tan dura con ella. – Dijo John.
- Solo es por su bien.
- Acaso no ven lo que le están haciendo no la dejan vivir su vida. Tiene dieciséis años, y aun le dicen que debe y no debe hacer. Dejen de controlarla.
- Esta bien Naomi mama tiene razón debo de ponerle más empeño a las clases, y por favor no discutan pocas veces los tengo juntos, y pelean por mi culpa.
Naomi ofendida, por mi comentario se fue a su habitación, porque pasaría el fin de semana en casa, John fue detrás de ella, nos dijo a mí y a Elena que hablaría con ella, recordé lo sucedido con Alex y decidí contarle Elena a ver cuál era su opinión y consejo.
- Oye mama, recuerdas a Alex?
- Alex Freeman?
- Si ese mismo.
- Por supuesto aún sigue en tu misma clase?
- Si aún.
- Bueno que pasa con él?
- Si tal vez, no sé, hubiera algo más entre nosotros que dirías sobre eso?
- Que es un buen chico, de buena familia, el sería perfecto para ti.
- Eso crees?
- Efectivamente, lo conozco desde pequeño, y recuerda que su mama es una vieja amiga.
- Pero mama yo solo lo quiero como un amigo.
- Imagina lo bien nos vendría ese noviazgo en la sociedad.
- Mama, piensas que sea bueno darle una oportunidad?
- Eso sería perfecto, hija.
- Esta bien mama.
- Me iré a dormir estoy agotada, mañana seguimos con esta platica.
- Si mama, hasta mañana.
Mientras mi nana venía a sentarse con migo vio que Elena se iba a su habitación con una gran sonrisa, era raro en ella pues casi siempre estaba estresada.
- Porque no me habías dicho la decisión que tomaste?
- Creo que lo he olvidado nana discúlpame.
- Esta bien niña, y que piensas hacer?
- Pienso darle una oportunidad.
- Lo haces porque tu mama te lo dijo o porque en verdad sientes algo por él?
Lo único que sentía por Alex era amor, de una amistad hermosa, no tenía la idea de darle una oportunidad , pero si a Elena la hacía feliz y a Alex también lo haría, aunque no era lo que yo quería, y siempre he odiado mentirle a mi nana, y más porque siempre sabe cuándo lo hago, esta vez debía ser buena al mentirle.
- Lo hago por mi…..nana, yo lo quiero, solo quería saber la opinión de Elena.
- Melly siempre recuerda que al corazón no se le manda.
- Lo tengo claro, nana siempre me lo dices.
- Si y quiero que jamás lo olvides, porque si pasara eso muchas personas pudieran salir lastimadas.
- Nana no lo lastimare, lo quiero enserió. – Y era verdad no de esa forma que ella pensaba, pero si como amigo.
- Veo que has tomado tu decisión y la respeto.
Me recosté en su reboso, mientras ella acariciaba mi cabello.
- Melly por que le mientes a tu mama.
- En que le mentí?
- Diciéndole que no es mucho para ti, eso de las clases.
- Porque no lo es, yo puedo con esto.
- Te veo todos los días, cada vez te vez más cansada, no haces más que asistir a clases, no tienes siquiera tiempo para salir con amigas.
- Es por mi bien, debo estudiar para tener un buen futuro.
- Es cierto, pero a este paso no sobrevivirás más que unas semanas.
- Nana, le diré a Elena cuando sea demasiado para mí, todo está bien. Me iré a dormir me siento un poco cansada nana, deberías de hacer lo mismo.
Fui a mi habitación, me recosté en mi cama, y comencé a darle vueltas a la decisión que acababa de tomar, mi nana tenía razón como siempre, lo que había decidido no fue por mis sentimientos fue por lo que Elena dijo, pero algún día no muy lejano podría enamorarme de él, no sería difícil, pues él era atractivo, dulce, y sincero, un hombre perfecto, tan perfecto que si no lo viera no sería verdad, pero porque si era a si nunca lo había visto más que como un amigo?
Mi cabeza daba vueltas, y dolía, así que mejor me metí debajo de las cobijas para dormir, debía de dejar de pensar pues la decisión ya estaba tomada.
En la mañana escuche la puerta de mi habitación abrirse, era algo diferente pues mi nana nunca venía a mi habitación tan temprano, sentí que se acercaban y desperté. Eran John y Elena, parecía que iban a algún lado porque se veían muy bien vestidos, como para acabarse de levantar.
- Que pasa? A dónde van? – Los mire preocupada y confundida. Aun me encontraba un poco adormilada, no estaba segura si esto estaba pasando o aún seguía dormida.
- Hola hija, no te preocupes aremos un viaje corto, iremos a New york.
- Pero, pero prometieron.. Quedarse.
- Mi pequeña volveremos pronto, solo es un viaje de emergencia, estaremos de vuelta, en una semana. – Dijo John, tratando de tranquilizarme, que por supuesto, no funciono.
- Ustedes realmente, no tienen palabra. – conteste furiosa y sin más que decir me
Levante de la cama, me encerré en el baño, me tire al suelo y comencé a llorar, pero tratando de hacerlo lo más silencioso posible, esto ya era una rutina ya muchas veces me habían hecho eso debería de estar acostumbrada pero igual me dolía, me dolía que jamás cumplieran lo que prometían, escuche que Elena le decía a John que lo esperaría abajo y que hablara con migo.
- Pequeña sal por favor quiero hablar contigo. – me hablo con voz suave y dulce. A John no podía hacerle eso, era demasiado bueno asi que decidí salir del baño, seque mis lágrimas arregle mi cabello frente el espejo y abrí la puerta.
- Si dime papa. – Nos sentamos en una orilla de mi cama.
- Mi princesa, por favor entiende que todo esto lo asemos para ti, a mí no me agrada romper las promesas y lo sabes, como te dijimos será un viaje rápido, volveremos en poco tiempo.
- Papa, siempre me dicen lo mismo.
- Confía en mí, si? – Me abrazo y beso mi frente, amaba a mi padre y no podía negarle nada.
- Esta bien papa, pero los quiero de vuelta en casa.
- Aquí estaremos antes de que comiences a extrañarnos.
Lo que no sabían era que en cuanto cruzaban esa puerta empezaba a echarles de menos, no me gustaba que se fueran.
- Creo que también deberás despedirte de tu mama.
- Esta bien.
Bajamos las escaleras y junto la puerta estaban todas sus maletas ya listas para irse. Fui hacia Elena y le di un abrazo y le desee un buen viaje, igual que a John.
- Los quiero, mucho cuídense y vuelvan pronto.
Al cruzar la puerta Elena me dijo.
- Mañana vendrá Álex a cenar, pero debemos irnos y queríamos saber si podrías ser cortes y recibirlo en nuestros nombres, el ya enterado de esto, solo queremos estar seguros que lo trataras bien.
- Que? Cuando lo invitaste?
- Anoche antes de dormir.
- Claro yo lo recibiré.
Yo estaba segura de que ellos iban a pedirme perdón por romper la promesa, pero no fue así, Elena a veces suele ser un poco irritante y eso que solo había pasado una noche.
A pesar de la decepción que me lleve con mis padres, la vida continuaba, y debía ir a clases de vocalización, fui a mi habitación por unas canciones que debía ensayar para mi examen final. Al llegar a la clase, ya habían comenzado a practicar, el maestro me pidió que pasara, pero no me sentía preparada, después de lo sucedido con John y Elena, comenzaron a tocar la guitarra, y asi intenté dar mi total esfuerzo, la canción trataba del perdón, que cuando amas perdonas, me sentía tan identificada al cantar la canción, y eso me ayudo pues la interprete mejor, al terminar todos aplaudieron, el maestro me felicito, puede que las cosas sucedan por alguna causa, tal vez lo sucedido me ayudo con esa canción, satisfecha por la aceptación del profesor volví a mi auto, me quede un tiempo dentro pensando en lo que aria, no quería volver a casa para verla sola de nuevo, busque mi celular y decidí llamar a Kristell, quizás tuviera suerte y no estuviera ocupada con Taylor. Ella había aceptado salir con migo, pero con una condición ir de compras, y me pareció una gran idea, yo pasaría por ella en media hora, debía darme prisa pues ella vivía cercas de la casa de Alex, me encontraba un poco lejos de su casa.
Llegue a su casa y parecía ser que ella ya me esperaba pues sin apenas a ver tocado, abrió la puerta y camino hacia el auto y se subió, lo puse en marcha y empezamos a platicar.
- Pensé que estarías en clase de vocalización.
- Duro muy poco la clase.
- Hace tanto tiempo que no salíamos.
- Taylor ha sido un poco egoísta no crees?
- No lo culpes- Lo dijo en tono suave. – El amor suele ser asi.
- Es Broma, lo se Kristell.
- Yo te digo a donde iremos, tú conduce.
- Esta bien.
Me condujo hacia el centro de la cuidad, a una plaza que tenía más tiendas de las que una mujer se puede imaginar. Kristell buscaba un lindo vestido pues Taylor esa noche la había invitado a cenar, me llevo a todas las tiendas posibles, sentí que había recorrido todas las tiendas del país, ella había comprado un vestido verde jade, y otras cosas más, yo decidí comprar un vestido con estampado de flores, ambas terminamos agotadas asi que fuimos a un restaurante a comer algo, mientras esperábamos lo que habíamos ordenado , inicie la plática sobre Alex, ella era y seguirá siendo mi mejor amiga y debía saberlo antes que todos.
- Oye Kristell tengo algo que contarte.
- Te escucho.
- Hace unas semanas Alex me dijo que estaba enamorado de mí.
- Unas semanas y porque no me lo habías dicho?
- No le preste mucha atención.
- Soy tu mejor amiga y ya no me cuentas nada, - Puso cara de confusión,
- Perdón, pensaba dejar todo esto en el olvido.
- Pensabas, pues ahora que aras?
- El me pidió una oportunidad, y se la daré.
- Pero si tú no lo quieres.
- Algún día lo llegare a querer.
- Eso no se puede hacer Melody.
- Claro que se puede él es un buen chico y lo sabes!
Llego la mesera, nos trajo una ensalada, pregunto si necesitábamos algo más, Kristell y yo contestamos que no, y se fue, hubo un silencio de no más de 5 segundos.
- Quien te dijo que hicieras esto?
- Porque lo dices?
- Te conozco y sé que tú no lo arias.
- Kristell he cambiado, por favor no me juzgues.
- No lo are, pero dime algo! Fue tu madres cierto?
- Ella solo dijo que sería bueno.
- Melody, acepto tu decisión, pero alguien saldrá lastimado de todo esto, sería menos doloroso para Alex decirle no, a estar al lado con alguien que no te quiere.
- Solo piensa en lo que aras.
- Ya lo pensé, e ira a casa esta noche.
- Esta bien Melody, hay que comer, que debo regresar temprano a casa.
Ambas dejamos ese tema y comenzamos a comer, solo nos mirábamos, y mientras yo comía, empecé a reflexionar las palabras de Kristell, ella no tenía razón nadie saldría lastimado en esto, Alex me quería a mí y yo a el aunque no de la misma manera, pero algún día no muy lejano lo aria.
Cuando terminamos de comer pagamos la cuenta y nos pusimos en camino, ella no volvió a hablar del tema ni yo quería que lo hiciera no quería discutir más, asi que le hable sobre Taylor.
- Y que celebran hoy tú y Taylor?
- Nuestro primer aniversario!
- Un año? Wow! Que rápido.
- Si lo se, aún recuerdo cuando lo conocí.
- Quien se imaginaria que dos personas que se odiaban terminarían juntas.
- A veces pienso que, dios lo puso en mi camino, yo al principio no lo aceptaba, lo odiaba por ser tan diferente y tan parecido a mi ala vez, solo le di tiempo al tiempo y todo sucedió.
- Amor puro, eso es tan romántico.
- Deseo que un día lo sientas Melody.
- Kristell confía en mi todo saldrá bien.
- Si Melody lo are, espero que sea el indicado.
Continuamos hablando de lo sucedido con mis padres, y sobre otros temas, hablar con Kristell era como tener una psicóloga particular ala que cuando tengas algo que hablar puedas llamarla, y que sin problema te escuche.
Al llegar a casa mi nana me pregunto qué quería para la cena, le dije que cualquier cosa, para que preocuparse por que hacer de cena si a mí nana todo le salía delicioso, subí a mi habitación agotada me recosté en mi cama, debía ocupar mi mente en algo, pues las palabras de mi nana y de Kristell aun vagaban en mi mente, mire toda mi habitación fijándome en cada uno de los detalles, el color rojo de mi habitación me encantaba, y hacia que me sintiera con más energía, mire las ventanillas del techo donde entraba la luz directo a mi cama, vi mi computadora de escritorio envuelta en polvo ase cuanto no la usaba? Mi peinador estaba echo un desastre todos mis esmaltes, maquillajes, broches y otras cosas más estaban tiradas, mi vista se fijó en las puertas de mi balcón, hace cuando no salía? Me levante de mi cama y camine hacia las puertas y las abrí, el cuarto se veía con un poco más de vida, fui a la orilla del balcón y una corriente de aire roso mi piel e hizo que mi cabello se moviera, cerré los ojos, para disfrutar el viento, pero recordé que pronto llegaría Alex debía de estar lista.
Me fui a bañar el agua estaba tan tibia que hacía que mis músculos se destensaran, lo que me pondría seria el vestido que había comprado ese mismo día con Kristell, me cambie rápidamente, y fui hacia mi peinador solo ate mi cabello con un listón y me maquille un poco, mientras buscaba mis zapatos escuche que llegaba un auto a la casa, debía ser él, Alex.
Los días fueron avanzando muy rápidamente, había ya pasado un mes de entrar al Instituto y todos eran exactamente iguales, pero ese día era diferente a los demás.
Mi día comenzaba yendo a clases de ballet, la maestra Moliere solo pidió que calentáramos, el ballet es realmente tranquilo, relajante, para muchas de mi clase era como una pasión pero para mí era solo una clase más ala que mis padres me habían dicho que asistiera, la clase acabo y todas las chicas fuimos a los vestidores.
A pesar de solo asistir 3 días a la semana durante meses a clases de ballet yo ya contaba con experiencia, tenia una amiga nueva, que había entrado semanas atrás su nombre era Ellie, era de Texas y ella amaba el ballet pero le era muy difícil, pues eran las primeras clases que ella tomaba.
- Como lo haces Melody?
- Como hago qué?
- Todo esto, tener que venir a ballet, clases de lengua y vocalización, y aun así ser perfecta en todo.
- Por favor Ellie, no soy perfecta, espera veras que con el tiempo serás mejor que yo, solo práctica.
- Creo que necesito más que eso.
- Mira si tú quieres, puedo ayudarte, saliendo del Instituto, siempre estoy sola en casa puedes venir y así te ayudo a practicar.
- Arias eso? Sería estupendo.
- Claro, tu solo dímelo, y ahí estaré.
- Gracias Melody, eres una gran amiga. – Me abrazo y vi la hora en mi reloj ya era tarde debía de ir a clases.
- Lo siento, tengo que irme Ellie, nos vemos pronto, si necesitas algo me llamas.
- Claro, hasta luego.
Fui rápidamente a mi auto, conduje lo más rápido que podía y por fin llegue a clases, en el estacionamiento ya estaban Alex, Taylor y Kristell esperándome, cuando me vieron llegar solo sonrieron, camine hacia ellos y los salude.
- Hola chicos.
- Llegas tarde no crees? – Dijo Kristell en forma de burla.
- Lo sé, es que me entretuve un poco en la clase de ballet.
-Aun sigues yendo, porque no les dices a tus papas que es demasiado para ti.
- No es demasiado, yo puedo con esto, y voy por gusto no por obligación.
- Esta bien entremos.
La clase a la que entramos era la de literatura, teníamos la tarea de traer un poema del tema que quisiéramos y leerlo frente a los demás, algo bueno de mi era no tenía miedo al pasar al frente de los demás, y lo hice sin problema, pero para mí siempre me ha sido difícil reflejar mis emociones y ese poema decía todo lo que sentía esos últimos días. Escuche a la maestra Irina decir mi nombre, y me pidió que pasara enfrente.
- Comienza. – Dijo, mirándome y prestando atención. Mientras Alex me miraba fijamente, su mirada era aún más extraña que la de los demás días.
- Se llama otoño.
Has entrado al otoño me dijiste, y me sentí temblar hoja encendida, que se aferra a su tallo, que se obstina, que es parpado amarillo y luz de vela, danza de la vida y muerte, claridad suspendida en el eterno instante del presente.
Todos, aplaudieron y aunque me sentí un poco avergonzada solo sonreí y fui hacia mi asiento.
- Gracias Melody, Ahora es tu turno Alex.
Se levantó de la banca que estaba a mi lado con su cuaderno en mano y paso al frente, y antes de comenzar a leer tomo una gran bocanada de aire y me miro.
- De pronto la vi más hermosa, y su mano me hizo estremecer, como un imán me atrae su boca y ya la veo como a una mujer. Ya su voz me parece preciosa y yo no sé cuándo me enamoré su piel lleva aroma de rosas mientras de ella yo tengo sed. – Dejo de leer y me miro.
Porque me observaba así, quería asegurarse de que no me riera? Lo mire a los ojos unos pocos segundo y comenzó a leer de nuevo.
- Estoy enamorado de mi mejor amiga, pues hoy lo descubrió el corazón, pero creo que ella ni lo imagina, donde ella ve amistad yo veo amor.
Tal vez ella es la persona, que toda mi vida yo esperé ¡Ay amiga a ver como tomas! saber que de ti me enamoré….
- Gracias Alex, cuál es su nombre?
- Maestra es un poco privado quisiera no decirlo.
Se alejó del pizarrón y vino a sentarse no me miro, miraba hacia enfrente, poniendo atención al siguiente poema, porque se comportaba así con migo, no lose. Pero debía saberlo, esto me estaba cansando, pero esperaría a salir de clases.
La clase antes de salir del Instituto, era de física, en esa clase si estaba junto con Kristell y tenía tantas ganas de platicarle lo sucedido en literatura no dije nada no quería a ser las cosas más grandes, podría ser solo mi imaginación.
Al terminar todas las clases fui hacia el estacionamiento, donde vi a Alex recargado en su Eclipse color mostaza, mirando hacia a mí, se veía pensativo, era hora de la verdad, por fin aclararíamos las cosas, antes de que todo comenzara a empeorar.
- Que te pasa Alex?
- No lo sabes?
-No y por favor dímelo ya.
- Es que acaso no es tan obvio?.
- Me estas preocupando.
- Pusiste atención a la clase de literatura?
- Si, porque?
- Y en la parte de los poemas.
- Claro! Pero eso que tiene que ver?
- Mi poema lo recuerdas?
- Que tiene que ver con esto?
- Lo recuerdas, sí o no?
- Sí.
Tomo una bocanada de aire y dijo.
- Quizás soy muy callado y nunca te he hablado de esto que siento y ya no aguanto más, como es que no te das cuenta que solo al verte comienzo a temblar.
Me quede boquiabierta, era yo de la que se había enamorado? Pero porque yo si tantas chicas quisieran estar con él, y el teniendo tantas amigas, porque yo? Todo esta tan bien así porque terminar con esta amistad de años, por esto.
- Pero eres mi mejor amigo
- Y tu mi mejor amiga, pero eso no evita que me gustes.
- Tal vez estés confundido.
- Eso lo pensé al principio, pero eso que sentía ha crecido conforme pasó más tiempo contigo.
- No sé qué decir.
- Solo dime que aunque sepas esto seguiremos siendo amigos.
- Alex, siempre seremos amigos pase lo que pase.
- Bueno Melody, te dejo que te vayas sé que tienes cosas importantes que hacer, mañana nos vemos.
- Si creo que se me ha hecho tarde, adiós.
A unos cuantos pasos estaba mi auto, subí en él y lo encendí camino a mi casa seguía pensando en que si él era lo que yo tanto había pedido y esperado, el hombre que me amara y me hiciera feliz!
Si era así no debía dudar en darle una oportunidad, pero yo no sentía algo especial por él, todos estos años de ser amigos jamás me hubiera imaginado que alguno de nosotros se enamoraría.
Nadie me conoce como realmente soy, tengo que ocultarlo puesto que si mis padres o alguien más lo llegara a saber, dirían que es absurdo y que personas como nosotras no deberíamos hacerlo.
Al llegar a casa seguía muy confundida por la plática con Alex necesitaba hablar con alguien, fui directamente a la cocina porque siempre encontraba ahí, le dije que fuéramos al sofá para platicar.
- Hoy fue un día muy, extraño.
- Porque que te pasó. – Lo dijo con un tono alarmante.
- Nada malo nana, Alex me dijo algo.
- Sobre qué?
- Que estaba enamorado de mí.
- Te dije que un día llegaría alguien para ti.
- Lo recuerdo nana, pero no sé si sea él.
- Es un buen chico, con educación, y además le agrada a tus papas que eso es muy raro que pase.
- Si, eso mismo pensé, pero yo lo quiero solo como mi mejor amigo.
- Entonces díselo. O piensa en darle una oportunidad.
- Tengo miedo de que algo salga mal, y nuestra amistad termine.
- Solo piensa las cosas, y habla con él, no vaya a mal interpretar las cosas.
- Tienes razón.
A pesar de haber hablado con alguien, no me hizo aclarar mis ideas, aún seguía dándole vueltas al asunto.
Pero tenía cosas que hacer, debía irme, y mientras mi nana lavaba los trastes fui a su lado.
- Nana enseguida vuelvo iré con Ellie a practicar ballet.
- Esta bien ten mucho cuidado.
- Claro, adiós.
Llevaba en mi brazo derecho un bolso, con algunas cosas, camine hacia mi auto, y lo puse en marcha, fuera de la casa y del Instituto me era más tranquilo todo, sin presiones, y al lugar que iría me sería aún más cómoda.
Llegue a una pequeña bodega localizada en el sur de la ciudad, dónde habían casas muy pequeñas, donde la mayoría de las personas era de escasos recursos y donde yo y mi auto nos hacía resaltar demasiado, no me gustaba llamar así la atención, al principio era incomodo, sentía que me odiaban por lo que era, pero con el tiempo todos se acostumbraron a mi presencia, ese lugar estaba tachado como el centro de la delincuencia, solo eran mitos, había gente humilde y honesta.
La pequeña bodega era descuidada, sin pintura, y la música de adentro podía escucharse desde lejos.
Estacione el auto y antes de bajar tome mi bolso, camine hacia la puerta y toque dos veces, era costumbre puesto que todos me habían dicho que pasara sin tocar, un chico de no más de diecinueve años abrió la puerta y me recibió con una sonrisa me hizo señales de que pasara , todos bailaban, era un grupo de no más de 30 personas, la clase ya había comenzado, corrí a cambiarme con una pantalonera y una blusa cómoda, y fui a formarme en mi lugar mi maestra se llamaba Sheila, era una afroamericana que enseñaba clases de Hip- Hop, esa escuela, era para personas de esa misma zona, nadie sabía sobre esto, mis padres si se enteraran les daría un paro cardiaco, y mi nana me diría que ese lugar es peligroso, y mis amigos tal vez no entenderían, podría meterme en problemas, y el secreto no duraría por mucho, pero no me importaba, era lo que realmente me apasionaba, y aun que el ballet era delicado, sutil, y perfecto, es un medio de expresarte, pero de forma agraciada, y el Hip- Hop es una forma más sencilla de transmitir a tus pies, manos y cuerpo lo que sientes, sin pensar, solo sentir y dejar que salga, las mayoría de las personas que asistían eran afroamericanos ,mexicanos, venezolanos, u otro tipo de indocumentados, en la música no ay especialidad.
La maestra nos dijo que la clase había terminado, fui por mi bolso y camine hacia mi auto, lo encendí y comencé a conducir, a la siguiente manzana el auto comenzó a fallar, le salía humo, me asuste y salí del auto, mire el motor pero no sabía nada de mecánica, y era demasiado tarde, no podía hablarle a mi nana querría la razón de que hacia aquí, no sabía qué hacer, escuche a alguien aproximándose a mí, mire y era de nuevo ese chico de la moto que había visto hace algunos meses en casa de mi abuela.
- Problemas con el auto? – Me pregunto, sonriente. No lo conocía pero hubo una confianza inmediata en ese momento.
- Si, no sé qué le sucede.
- Tienes un hermoso Chevy Hibrido con un motor de gasolina de cuatro cilindros y 1.4 litros de cilindrada y un motor eléctrico de 111 kW (150 CV) de potencia y no sabes de autos?
- Si se de autos, bueno al menos se encenderlos y poner gasolina.
Rio, y te veía aún más atractivo que la última vez, - Si ya veo, no es muy complicado, puedo?
- Sí, claro.
Él se agacho, a mirar el motor y mientras el examinaba mi auto yo lo admiraba, vestía unos jeans con una playera blanca, era demasiado alto, y tenía unos lindos ojos, no parecía ser alguien con dinero pues su moto parecía vieja. El levanto su vista y nuestras vistas se encontraron me sentí tan avergonzada puedo asegurar que me sonrojé, pero el solo sonrío y se alejó del auto.
- No es nada grave solo le falta un poco de agua, si quieres puedo ayudarte.
- Gracias, eso sería de gran ayuda.
- Espera aquí yo iré por el agua, entra al auto puede ser peligroso.
- Bueno te espero.
Vi que se alejaba caminando, su moto la había dejado a un lado de mi auto, comencé a imaginarme hipótesis de porque me lo habría encontrado aquí, si el viviera por donde mi abuela, que aria en un lugar tan alejado y peligroso como este, tal vez él me había seguido, no claro que no esas eran locuras era alguien muy agradable no podía ser ese tipo de persona, y de pronto vino a mi mente, mi nana que le diría, que estaba haciendo si le contaba que estaba por estos lugares, y con este chico se preocuparía, no quería eso.
Entonces el volvió en su mano cargaba un galón lleno de agua, me baje del auto y me acerque a él, su perfume era tan dulce como para ser de un hombre, pero muy fuerte para ser de dama, era exquisito di un respiro tratando de tomar todo su aroma en mis pulmones, pero volví a la realidad, que me pasaba, era un chico desconocido, sacudí la cabeza tratando de aclarar mis ideas, el me miro por un leve momento, mientras vertía el agua en el motor yo solo examinaba su cara, era muy atractivo, y agradable también, y su sonrisa era cálida, de confianza, pero su altura podría intimidar a cualquier persona, igual que sus enormes músculos, acaso era ese tipo de chicos, que pasaba el día completo haciendo ejercicios y tomando anabólicos, pero era muy pronto para hacer un perfil.
- Listo, el humo se ha ido, podrías encenderlo?
- Claro.
El auto encendió sin problemas, y no salía humo alguno, ya todo estaba bien.
- Me imagine que sería algo más complicado pero solo era el humo, lo único que necesita es que prestes más atención al motor.
- Eso será muy difícil no sé nada de esto, a comparación tuyo, eres bueno, gracias.
- No es muy complicado, deberías de tomar clases de mecánica.
Reí, levemente – Creo que tienes razón, me seria de mucha utilidad.
- A por cierto, mi nombre es Jacob Black.
- El mío es Melody Evans.
Me sonrío, le devolví la sonrisa por un poco tiempo el silencio tomo parte.
- Tú no eres de por aquí verdad?
- Tienes razón, solo vine a una clase, de baile.
- Este lugar no tiene muy buena fama no deberías de venir por aquí.
- Lo tomare en cuenta gracias, debo irme mi familia puede estar preocupada, te agradezco por la ayuda con mi auto, no sé qué hubiera hecho sin ti.
- De nada, solo quería presumir mi talento, - Sonrío.
- Y te funciono, hasta luego y gracias.
- Adiós, y ten cuidado.
Le sonreí y entre al auto, como ya estaba encendido solo quite el freno y lo puse en marcha, lo último que vi fue su imagen por el retrovisor del auto, mientras él se subía a su moto, y tomaba la dirección contraria a la mía.
Cuando llegue a casa mi nana estaba preocupada, por la hora que era, y porque no había llegado, la excusa que le di era que me entretuve contándole cosas a mi amiga Ellie, y lo creyó fácilmente, después subí a mi habitación.
Estar en mi habitación me tranquilizaba, el silencio, el aire que entraba por el balcón, la luz de la luna que reflejaban mis ventanas, sin darme cuenta me quede dormida, cuando escuché un ruido en el balcón, me desperté abrí las puertas de afuera para fijarme que era lo que producía ese ruido y no vi nada, todo estaba de nuevo en silencio y oscuro, estaba segura que era el aire, así que fui adentro y cerré la puerta de madera de mi balcón y me acosté de nuevo a dormir, gracias a estar agotada pude volver a dormir sin problemas, pero la cara del chico Jacob pasaba por mi mente, la conversación que tuvimos era como una cinta que jamás terminaba, pero al final había una imagen, era el al lado de una luna llena, el sueño tenia lógica antes de dormir estuve mirando la luna, porque más vería eso? Después comencé a olfatear, ese aroma, tan peculiar, yo lo conocía, pero no recordaba de quien era, y después como un rayo vino a mí, era su perfume, ese olor tan agradable, pero el aroma no parecía ser un sueño, me era muy real.
Ala mañana siguiente desperté un poco tarde, y tenía la suerte de que fuera fin de semana, pero un olor tan delicioso hizo que saliera de la cama, era mi nana preparando el desayuno, así que baje las escaleras, pues moría de hambre.
- Buenos días Melody.
- Buenos días nana.
- Que bueno que despertaste, pensé que dormirías todo el día.
- No es posible, el olor de tu comida podría despertar a un muerto.
Rio, y me dijo que me sentara en la mesa, desayune y cuando termine me senté a mirar televisión, y ella se sentó a mi lado, parecía que quería decirme algo, y solo la mire y lo dijo.
- Te tengo una muy buena noticia, Melly.
- Cual es nana? Vendrá Naomi?
- Si, pero es otra mucho mejor.
- No lo sé nana, dime.
- Tus padres vienen en camino, llegaran a casa muy pronto.
- Es broma nana? – Grite con una enorme sonrisa en los labios y de un brinco me levante del sillón.
- Claro que no lo es.
- Cuando llamaron? Que te dijeron?
- Bueno llamaron en la mañana muy temprano que subirían a un vuelo de vuelta, que estarían aquí en la tarde, así que le llame a Naomi y vendrá, pues tiene mucho de no verlos.
- Eso es maravilloso nana, toda la familia estará reunida, estoy tan feliz.
- Si Melly, soy feliz de verte feliz.
- Oh nana! Debo de bañarme, estar lista para cuando ellos vuelvan no quiero que me vean así.
Perdí completamente el control sobre mí, no sabía que hacer primero, la felicidad no cabía dentro de mí, después de dos meses de no verlos, ya los extrañaba demasiado, quería contarles sobre cómo me iba en mis clases, lo buenas que era en ellas. Quería ver su cara, de felicidad al contarles, escuchar decirme lo orgullosos que estaban de mí, abrazarlos y besarlos.
Mi nana me pidió que le ayudara en las compras, yo no quería aceptar, siempre le ayudaba pero en esta ocasión, no quería que llegaran John y Elena y no me encontraran en casa y se volvieran a ir. Las compras no duraron más de una hora, cuando volvimos a casa me di un baño, pero cuando estaba dentro de la ducha, todos mis sentidos estaban atentos a cualquier ruido de una puerta que se abriera o un coche que se acercara, pero mientras me cepillaba el cabello escuche un auto estacionarse en la parte de enfrente de la casa, baje las escaleras lo más rápido que pude.
Mi madre Elena fue la primera en cruzar la puerta, se veía más bonita de lo que la recordaba, con su cabello negro rizado y no más largo de sus hombros, y sus ojos verdes, con unas pestañas muy largas.
Atrás de ella venia mi padre John con todas la maletas, mi nana se acercó a ayudarle, John se veía tan apuesto en traje, con su corbata azul hacia resaltar sus ojos marrones y grandes, y su cabello rubio, John es muy alto aún más alto que Elena, y muy delgado.
-Mama he extrañado tanto, - le dije sonriéndole y al mismo tiempo abrazándola.
- Melody también te extrañe.
La solté aunque no quería hacerlo tenía miedo de que me descuide apenas un poco y ya no esté ahí.
- Papa, a ti también te extrañe.
- Ven y dame un abrazo mi pequeña, como has estado, que tal te ha ido en el Instituto.
- Muy bien papa, he hecho amigos nuevos, y he visto a mi amiga Kristell de nuevo.
- Me gusta que seas feliz hija mía.
De pronto interrumpió Elena aclarándose la voz y ambos se miraron, como queriendo decir algo.
-Hija te tenemos una sorpresa.- Dijo mi madre.
- Cuál es? – pregunte
- Nos quedaremos un tiempo aquí en los Ángeles.
Mire hacia mi papa. – Es enserio, papa, no están jugando? Si lo cumplirán?
- Claro que sí, tenemos negocios aquí, y queremos estar un tiempo cerca de la familia.
- Lo prometen?
- Si claro, por que no. – contesto Elena.
- Papa, mama, muchas gracias. – Estuve a punto de llorar de la felicidad que sentía por dentro. Cuando de pronto escuche tocar la puerta, no estaba segura de quien sería pues nadie venía a verme. Mi nana fue a abrir y era mi hermana Naomi, que se había enterado que nuestros padres vendrían.
- Hola a todos.
- Hola Naomi que bueno que has venido. – Contesto Elena.
Todos nos sentamos en el sillón excepto mi nana que iba a preparar unos bocadillos, mientras ellos hablaban de la universidad, recordé que debía de ir a clases de francés, así que me levante fui por mi bolso a mi habitación, cuando baje les dije a mis padres.
- Prometen que cuando vuelva, seguirán estando aquí?
- Claro, hija no, nos iremos pero ve, que se te ara tarde para el Instituto. – mi papa me contesto, me dio un beso en la frente, abrase a Elena y me fui directo a la puerta.
La vida me había cambiado tan drásticamente, mis padres habían vuelto, hay un hombre que me quiere, y la familia ahora está reunida, y ya no me la pasaría sola.
La oscuridad que cubría antes mi vida estaba desapareciendo.
Al volver de clases aún se encontraban todos en casa, mientras yo cruzaba la puerta ellos estaban sentados en la mesa, comenzamos a hablar sobre mis clases.
- Aun asistes a todas la clases Melody? – Pregunto Elena.
- Claro que si mama.
- He pensado que tal vez es mucho para ti, eres muy joven deberías dejar algunas clases. – Dijo John un poco preocupado.
- De ninguna manera, si quiere triunfar, tener lo mejor debe asistir a esas clases. – Contesto Elena enojada por el comentario de John.
Mi madre siempre fue, el tipo de persona que le gustaba todo perfecto, y aunque no fuera fácil para mí parecía no importarle.
- No te preocupes papa, yo puedo con esto.
- No le dan tiempo de ser una chica normal. – Dijo mi hermana tratando de abogar por mí.
- Ella nunca ha sido una joven normal, es una Evans y como tal debe de tener estas responsabilidades. – Dijo Elena. – Y cómo te esta va en las clases cuéntame.
- Voy bien, eso es lo que dicen los maestros, aunque aún me faltan perfeccionarlas, en algunas clases.
- Bien? Hay Melody!! Debes de ser Excelente, ser buena no o ir “Bien” no vasta, si quieres triunfar y entrar a la State University.
- No seas tan dura con ella. – Dijo John.
- Solo es por su bien.
- Acaso no ven lo que le están haciendo no la dejan vivir su vida. Tiene dieciséis años, y aun le dicen que debe y no debe hacer. Dejen de controlarla.
- Esta bien Naomi mama tiene razón debo de ponerle más empeño a las clases, y por favor no discutan pocas veces los tengo juntos, y pelean por mi culpa.
Naomi ofendida, por mi comentario se fue a su habitación, porque pasaría el fin de semana en casa, John fue detrás de ella, nos dijo a mí y a Elena que hablaría con ella, recordé lo sucedido con Alex y decidí contarle Elena a ver cuál era su opinión y consejo.
- Oye mama, recuerdas a Alex?
- Alex Freeman?
- Si ese mismo.
- Por supuesto aún sigue en tu misma clase?
- Si aún.
- Bueno que pasa con él?
- Si tal vez, no sé, hubiera algo más entre nosotros que dirías sobre eso?
- Que es un buen chico, de buena familia, el sería perfecto para ti.
- Eso crees?
- Efectivamente, lo conozco desde pequeño, y recuerda que su mama es una vieja amiga.
- Pero mama yo solo lo quiero como un amigo.
- Imagina lo bien nos vendría ese noviazgo en la sociedad.
- Mama, piensas que sea bueno darle una oportunidad?
- Eso sería perfecto, hija.
- Esta bien mama.
- Me iré a dormir estoy agotada, mañana seguimos con esta platica.
- Si mama, hasta mañana.
Mientras mi nana venía a sentarse con migo vio que Elena se iba a su habitación con una gran sonrisa, era raro en ella pues casi siempre estaba estresada.
- Porque no me habías dicho la decisión que tomaste?
- Creo que lo he olvidado nana discúlpame.
- Esta bien niña, y que piensas hacer?
- Pienso darle una oportunidad.
- Lo haces porque tu mama te lo dijo o porque en verdad sientes algo por él?
Lo único que sentía por Alex era amor, de una amistad hermosa, no tenía la idea de darle una oportunidad , pero si a Elena la hacía feliz y a Alex también lo haría, aunque no era lo que yo quería, y siempre he odiado mentirle a mi nana, y más porque siempre sabe cuándo lo hago, esta vez debía ser buena al mentirle.
- Lo hago por mi…..nana, yo lo quiero, solo quería saber la opinión de Elena.
- Melly siempre recuerda que al corazón no se le manda.
- Lo tengo claro, nana siempre me lo dices.
- Si y quiero que jamás lo olvides, porque si pasara eso muchas personas pudieran salir lastimadas.
- Nana no lo lastimare, lo quiero enserió. – Y era verdad no de esa forma que ella pensaba, pero si como amigo.
- Veo que has tomado tu decisión y la respeto.
Me recosté en su reboso, mientras ella acariciaba mi cabello.
- Melly por que le mientes a tu mama.
- En que le mentí?
- Diciéndole que no es mucho para ti, eso de las clases.
- Porque no lo es, yo puedo con esto.
- Te veo todos los días, cada vez te vez más cansada, no haces más que asistir a clases, no tienes siquiera tiempo para salir con amigas.
- Es por mi bien, debo estudiar para tener un buen futuro.
- Es cierto, pero a este paso no sobrevivirás más que unas semanas.
- Nana, le diré a Elena cuando sea demasiado para mí, todo está bien. Me iré a dormir me siento un poco cansada nana, deberías de hacer lo mismo.
Fui a mi habitación, me recosté en mi cama, y comencé a darle vueltas a la decisión que acababa de tomar, mi nana tenía razón como siempre, lo que había decidido no fue por mis sentimientos fue por lo que Elena dijo, pero algún día no muy lejano podría enamorarme de él, no sería difícil, pues él era atractivo, dulce, y sincero, un hombre perfecto, tan perfecto que si no lo viera no sería verdad, pero porque si era a si nunca lo había visto más que como un amigo?
Mi cabeza daba vueltas, y dolía, así que mejor me metí debajo de las cobijas para dormir, debía de dejar de pensar pues la decisión ya estaba tomada.
En la mañana escuche la puerta de mi habitación abrirse, era algo diferente pues mi nana nunca venía a mi habitación tan temprano, sentí que se acercaban y desperté. Eran John y Elena, parecía que iban a algún lado porque se veían muy bien vestidos, como para acabarse de levantar.
- Que pasa? A dónde van? – Los mire preocupada y confundida. Aun me encontraba un poco adormilada, no estaba segura si esto estaba pasando o aún seguía dormida.
- Hola hija, no te preocupes aremos un viaje corto, iremos a New york.
- Pero, pero prometieron.. Quedarse.
- Mi pequeña volveremos pronto, solo es un viaje de emergencia, estaremos de vuelta, en una semana. – Dijo John, tratando de tranquilizarme, que por supuesto, no funciono.
- Ustedes realmente, no tienen palabra. – conteste furiosa y sin más que decir me
Levante de la cama, me encerré en el baño, me tire al suelo y comencé a llorar, pero tratando de hacerlo lo más silencioso posible, esto ya era una rutina ya muchas veces me habían hecho eso debería de estar acostumbrada pero igual me dolía, me dolía que jamás cumplieran lo que prometían, escuche que Elena le decía a John que lo esperaría abajo y que hablara con migo.
- Pequeña sal por favor quiero hablar contigo. – me hablo con voz suave y dulce. A John no podía hacerle eso, era demasiado bueno asi que decidí salir del baño, seque mis lágrimas arregle mi cabello frente el espejo y abrí la puerta.
- Si dime papa. – Nos sentamos en una orilla de mi cama.
- Mi princesa, por favor entiende que todo esto lo asemos para ti, a mí no me agrada romper las promesas y lo sabes, como te dijimos será un viaje rápido, volveremos en poco tiempo.
- Papa, siempre me dicen lo mismo.
- Confía en mí, si? – Me abrazo y beso mi frente, amaba a mi padre y no podía negarle nada.
- Esta bien papa, pero los quiero de vuelta en casa.
- Aquí estaremos antes de que comiences a extrañarnos.
Lo que no sabían era que en cuanto cruzaban esa puerta empezaba a echarles de menos, no me gustaba que se fueran.
- Creo que también deberás despedirte de tu mama.
- Esta bien.
Bajamos las escaleras y junto la puerta estaban todas sus maletas ya listas para irse. Fui hacia Elena y le di un abrazo y le desee un buen viaje, igual que a John.
- Los quiero, mucho cuídense y vuelvan pronto.
Al cruzar la puerta Elena me dijo.
- Mañana vendrá Álex a cenar, pero debemos irnos y queríamos saber si podrías ser cortes y recibirlo en nuestros nombres, el ya enterado de esto, solo queremos estar seguros que lo trataras bien.
- Que? Cuando lo invitaste?
- Anoche antes de dormir.
- Claro yo lo recibiré.
Yo estaba segura de que ellos iban a pedirme perdón por romper la promesa, pero no fue así, Elena a veces suele ser un poco irritante y eso que solo había pasado una noche.
A pesar de la decepción que me lleve con mis padres, la vida continuaba, y debía ir a clases de vocalización, fui a mi habitación por unas canciones que debía ensayar para mi examen final. Al llegar a la clase, ya habían comenzado a practicar, el maestro me pidió que pasara, pero no me sentía preparada, después de lo sucedido con John y Elena, comenzaron a tocar la guitarra, y asi intenté dar mi total esfuerzo, la canción trataba del perdón, que cuando amas perdonas, me sentía tan identificada al cantar la canción, y eso me ayudo pues la interprete mejor, al terminar todos aplaudieron, el maestro me felicito, puede que las cosas sucedan por alguna causa, tal vez lo sucedido me ayudo con esa canción, satisfecha por la aceptación del profesor volví a mi auto, me quede un tiempo dentro pensando en lo que aria, no quería volver a casa para verla sola de nuevo, busque mi celular y decidí llamar a Kristell, quizás tuviera suerte y no estuviera ocupada con Taylor. Ella había aceptado salir con migo, pero con una condición ir de compras, y me pareció una gran idea, yo pasaría por ella en media hora, debía darme prisa pues ella vivía cercas de la casa de Alex, me encontraba un poco lejos de su casa.
Llegue a su casa y parecía ser que ella ya me esperaba pues sin apenas a ver tocado, abrió la puerta y camino hacia el auto y se subió, lo puse en marcha y empezamos a platicar.
- Pensé que estarías en clase de vocalización.
- Duro muy poco la clase.
- Hace tanto tiempo que no salíamos.
- Taylor ha sido un poco egoísta no crees?
- No lo culpes- Lo dijo en tono suave. – El amor suele ser asi.
- Es Broma, lo se Kristell.
- Yo te digo a donde iremos, tú conduce.
- Esta bien.
Me condujo hacia el centro de la cuidad, a una plaza que tenía más tiendas de las que una mujer se puede imaginar. Kristell buscaba un lindo vestido pues Taylor esa noche la había invitado a cenar, me llevo a todas las tiendas posibles, sentí que había recorrido todas las tiendas del país, ella había comprado un vestido verde jade, y otras cosas más, yo decidí comprar un vestido con estampado de flores, ambas terminamos agotadas asi que fuimos a un restaurante a comer algo, mientras esperábamos lo que habíamos ordenado , inicie la plática sobre Alex, ella era y seguirá siendo mi mejor amiga y debía saberlo antes que todos.
- Oye Kristell tengo algo que contarte.
- Te escucho.
- Hace unas semanas Alex me dijo que estaba enamorado de mí.
- Unas semanas y porque no me lo habías dicho?
- No le preste mucha atención.
- Soy tu mejor amiga y ya no me cuentas nada, - Puso cara de confusión,
- Perdón, pensaba dejar todo esto en el olvido.
- Pensabas, pues ahora que aras?
- El me pidió una oportunidad, y se la daré.
- Pero si tú no lo quieres.
- Algún día lo llegare a querer.
- Eso no se puede hacer Melody.
- Claro que se puede él es un buen chico y lo sabes!
Llego la mesera, nos trajo una ensalada, pregunto si necesitábamos algo más, Kristell y yo contestamos que no, y se fue, hubo un silencio de no más de 5 segundos.
- Quien te dijo que hicieras esto?
- Porque lo dices?
- Te conozco y sé que tú no lo arias.
- Kristell he cambiado, por favor no me juzgues.
- No lo are, pero dime algo! Fue tu madres cierto?
- Ella solo dijo que sería bueno.
- Melody, acepto tu decisión, pero alguien saldrá lastimado de todo esto, sería menos doloroso para Alex decirle no, a estar al lado con alguien que no te quiere.
- Solo piensa en lo que aras.
- Ya lo pensé, e ira a casa esta noche.
- Esta bien Melody, hay que comer, que debo regresar temprano a casa.
Ambas dejamos ese tema y comenzamos a comer, solo nos mirábamos, y mientras yo comía, empecé a reflexionar las palabras de Kristell, ella no tenía razón nadie saldría lastimado en esto, Alex me quería a mí y yo a el aunque no de la misma manera, pero algún día no muy lejano lo aria.
Cuando terminamos de comer pagamos la cuenta y nos pusimos en camino, ella no volvió a hablar del tema ni yo quería que lo hiciera no quería discutir más, asi que le hable sobre Taylor.
- Y que celebran hoy tú y Taylor?
- Nuestro primer aniversario!
- Un año? Wow! Que rápido.
- Si lo se, aún recuerdo cuando lo conocí.
- Quien se imaginaria que dos personas que se odiaban terminarían juntas.
- A veces pienso que, dios lo puso en mi camino, yo al principio no lo aceptaba, lo odiaba por ser tan diferente y tan parecido a mi ala vez, solo le di tiempo al tiempo y todo sucedió.
- Amor puro, eso es tan romántico.
- Deseo que un día lo sientas Melody.
- Kristell confía en mi todo saldrá bien.
- Si Melody lo are, espero que sea el indicado.
Continuamos hablando de lo sucedido con mis padres, y sobre otros temas, hablar con Kristell era como tener una psicóloga particular ala que cuando tengas algo que hablar puedas llamarla, y que sin problema te escuche.
Al llegar a casa mi nana me pregunto qué quería para la cena, le dije que cualquier cosa, para que preocuparse por que hacer de cena si a mí nana todo le salía delicioso, subí a mi habitación agotada me recosté en mi cama, debía ocupar mi mente en algo, pues las palabras de mi nana y de Kristell aun vagaban en mi mente, mire toda mi habitación fijándome en cada uno de los detalles, el color rojo de mi habitación me encantaba, y hacia que me sintiera con más energía, mire las ventanillas del techo donde entraba la luz directo a mi cama, vi mi computadora de escritorio envuelta en polvo ase cuanto no la usaba? Mi peinador estaba echo un desastre todos mis esmaltes, maquillajes, broches y otras cosas más estaban tiradas, mi vista se fijó en las puertas de mi balcón, hace cuando no salía? Me levante de mi cama y camine hacia las puertas y las abrí, el cuarto se veía con un poco más de vida, fui a la orilla del balcón y una corriente de aire roso mi piel e hizo que mi cabello se moviera, cerré los ojos, para disfrutar el viento, pero recordé que pronto llegaría Alex debía de estar lista.
Me fui a bañar el agua estaba tan tibia que hacía que mis músculos se destensaran, lo que me pondría seria el vestido que había comprado ese mismo día con Kristell, me cambie rápidamente, y fui hacia mi peinador solo ate mi cabello con un listón y me maquille un poco, mientras buscaba mis zapatos escuche que llegaba un auto a la casa, debía ser él, Alex.
- InvitadoInvitado
Re: Brisa de Otoño
Mar Jun 19, 2012 9:54 pm
Ultimo del dia, (:
Espero que les guste, el proximo sera el Viernes.
Espero que les guste, el proximo sera el Viernes.
- InvitadoInvitado
CAPITULO 3 : REALIDADES Y SUEÑOS.
Lun Jun 25, 2012 7:37 pm
CAPITULO 3 : REALIDADES Y SUEÑOS.
Baje las escaleras y ahí estaba el esperándome en la sala de estar, lo mire y el me sonrío se veía tan feliz, que le abra dicho Elena para que estuviera asi?
- Hola Melody te vez hermosa!
- Gracias Alex, tú te vez muy apuesto.
- Quieres cenar algo?
- Claro. – Me miro y sus ojos tenían algo diferente, sus pupilas estaban dilatadas.
- Es por aquí – Lo guie al comedor, donde ya estaba todo listo gracias a mi nana.
- Si necesitan algo más me llaman. – Dijo mi nana antes de irse.
- Todos se ve exquisito, gracias.
- Provecho.
Comenzamos a comer pues todo se veía tan delicioso, creo que mi nana quería lucirse, mientras comíamos hablábamos de cómo nos fue en el día,
- Que hiciste hoy Alex?
- Fui a una fiesta de caridad, porque no asististe si me dijiste que te habían invitado?
Ese tipo de fiestas era muy común que invitaran a mis padres y como ellos nunca estaban ya las invitaciones estaban dirigidas para mí, pero jamás me habían gustado ese tipo de fiestas, siempre asistían gente con suficiente dinero , que solo utilizaban esos eventos para demostrar quien cuenta con más capital.
- Lo olvide, fui a clase de vocalización y perdí la noción del tiempo.
- Ha entiendo.
- Mas tarde vi a Kristell, fuimos de compras, pues ella celebraría su aniversario con Taylor. Y aproveche para comprar este vestido.
- Pues es realmente bonito.
- Enserio te gusta?
- Pienso que cualquiera te quedaría bien, eres muy hermosa.
- Gracias Alex, me alagas.
Solo sonrío, seguimos comiendo, y mientras lo hacíamos sentía la mirada en mí, no había duda que era él pues no había nadie más en la habitación,
Al terminar fuimos a la sala a platicar un poco.
- Tu madre hablo con la mía por un largo tiempo, el día de ayer, ciento curiosidad por saber que tanto hablaban.
- Ciento lo mismo, yo me fui a dormir y no supe lo que hizo Elena.
Lo mire y tenía una postura incomoda, se veía nervioso, jugaba con sus dedos, miraba el piso, y se mordía el labio, me miro y me dijo.
- Que has pensado sobre lo que te dije Melody. No quiero presionarte pero no dejo de pensar en ti.
- Alex, eres un chico maravilloso, cualquier chica quisiera estar contigo y ….
- Entonces es un no?
- Déjame terminar por favor.
- Lo siento, prosigue, es que me siento un poco nervioso.
- Un poco? Estas a punto de explotar.
- Es tan obvio?
- Si, eres como un libro abierto!
- Discúlpame.
- No hay nada por que disculparte. Bueno eres atractivo, honesto, un buen amigo, y otras cosas más, serias un buen partido para cualquier chica, yo siempre te he querido Alex y lo sabes, no quiero mentirte tal vez no te quiero de la misma forma que tú a mí. Si asi me quieres a tu lado, si me das tiempo de quererte aún más y si es posible, llegar a amarte.
- Por ti Melody aria cualquier cosa, te esperare el tiempo que tu decidas siempre estaré ahí, esperando a que me quieras, no abra igual al amor que siento por ti, are lo posible, lo que sea necesario, por estar a tu lado, cuidándote.
Solo basta con una palabra para que estemos juntos para siempre.
- Es, Si, por supuesto.
- Para siempre?
- Claro. – No pude contestar el para siempre, no podía saber si algún día lo amaría como para seguir el por siempre.
Lentamente se acercaba a mi sabía lo que venía, había aceptado ser su novia, no podía negarle un beso, asi que no me moví deje que me besara, cada vez sentía su aliento más cerca, lo que más esperaba era que al besarlo mi corazón reaccionara, sentir las cosquillas en la panza, ahora vería si había hecho lo correcto.
Sentí sus labios presionando los míos, coloco su palma en mi mejilla, sus besos no eran desagradables, pero no sentía nada, no sentía ninguna emoción, no quería que pensara que besaba a una roca asi que seguí con su beso, con una mano lo aleje lentamente de mí, y cuando lo hice me miro a los ojos y me susurro al oído “ Eres la mujer más hermosa, en la tierra”. Y me beso por última vez.
Ya todo estaba echo no podía retractarme, jure que nadie saldría lastimado y asi será, me recosté en su hombro, él me dijo que si me podía hacer una pregunta y acepte.
- Estas arrepentida?
- No, no porque lo dices? – Me puse tan nerviosa que me puse a tartamudear.
- Solo era un pregunta, bueno una duda.
- Ha, entiendo.
- Sabes nunca pensé que llegaríamos a estar asi, juntos, felices, siendo novios.
- Tampoco yo, y pensar que unos años atrás jugábamos juntos.
- Pero ambos crecimos, y sabíamos que tal vez esto pasara.
- Alex.
- Si?
- Promete que si esto no funciona, o algo sale mal, todo será como antes ,y no abra rencores.
- Prometo lo que tu desees, pero que podría salir mal?
El tiempo a su lado siempre pasaba rápido, pues era ese tipo de personas, que jamás les terminas de contar todo, a pesar de no sentir el sentimiento esperado ya no estaba arrepentida de esto, ya no estaría sola, lo tendría siempre a él.
Mi nana llego, y me dijo que ya se había terminado la hora de las visitas, asi que Alex se fue, lo acompañe hacia la puerta.
- Buenas noches Alex, nos veremos mañana.
- Hasta mañana, cuídate, te extrañare.
- Adiós.
- Te quiero
- Y yo a ti Alex, que descanses.
Lo vi irse en su auto, fui a mi habitación y al cerrar la puerta algo evito que lo hiciera era mi hermana Naomi que estaba en la puerta sonriendo, estaba segura de lo que ella quería, hablar sobre el asunto de Alex, se sentó en mi cama mientras yo me quitaba los zapatos que realmente me tenían cansada.
- Ahora habla.
- A que te refieres?
- Hay no te hagas la perdida, que paso con Alex los vi muy juntos ase unos momentos.
- Nos estuviste espiando?
- Ese no es el punto.
- Entonces, que le dijiste.
- Solo para que me dejes dormir, le dije que le daría una oportunidad.
- Oh! Son novios? Tan pronto! Ustedes no pierden el tiempo he! – Me daba empujones con su codo, mientras hablaba con burla.
- Naomi por favor, - Me sentí sonrojada. – Me dejaría dormir, mañana ambas vamos al mismo Instituto.
- Esta bien, no hables, se nota que no quieres a tu hermana. – Puso la típica cara triste que ponía para causar lastima.
- Naomi, aun no pasa gran cosa, con el paso del tiempo te contare más de acuerdo, tal vez en tu próxima visita.
- Okey, a si eso me recuerda algo, ya me voy, sabes que me gustaría mucho quedarme, pero mañana tengo clases en la universidad muy temprano, y me sería más fácil quedarme allá.
- Lo entiendo, entonces nos vemos en una semana?
- Si Melody, en una semana, cuídate hermana te llamare pronto, te quiero.
- Y yo a ti, mantente en contacto.
Nos abrazamos, y ella salió de mi habitación, las dos cosas que menos me gustaban despedirme de mis padres y de mi hermana.
Me encontraba sentada en una enorme mesa, en forma de ovalo cada fila era de seis sillas, yo me encontraba de un extremo, y del otro alcanzaba a ver a un chico, atractivo, joven, era Alex, que me contemplaba, con una gran sonrisa, el vestía un traje y yo un lindo vestido de gala, de pronto Elena apareció y caminaba hacia Alex, y se colocaba a un lado de su silla, se agacho y le susurró al oído, “Dile te amo”. Y el como un maniquí manejado por Elena, repetía sus mismas palabras, sin emoción alguna, después Elena le decía de nuevo, “ Ve y bésala” Alex se levantó de su silla y camino hacia, a mí, solo me contemplaba fijamente, parecía un robot, se acercó y me beso, era la misma sensación de aquel primer beso, seco sin emoción alguna por parte mía, de pronto se escuchó una alarma, y era mi despertador, era hora de levantarme para ir al Instituto, fui hacia mi armario a buscar algo que ponerme, y tome lo primero que encontré unos jeans y una blusa, color naranja, los deje sobre mi cama aun revuelta después de aquel tan extraño sueño, y mientras me duchaba aun le daba vueltas al significado de aquel sueño, no entiendo, que tiene que ver Elena con lo que hacía Alex.
Baje a la cocina para desayunar algo, mi nana estaba ocupada en la lavandería, y quise aligerarle un poco todas sus tareas, y mejor me prepare mi desayuno, solo pique en un recipiente fruta con yogurt, al terminar quise ayudarle a mi nana asi que se subí a recoger un poco la habitación de mi hermana que era un desorden y después la mía, al ir saliendo con mi bolso escuche llegar un auto, quien podría ser? Si la mayoría de mis amigos a esta hora estaban en clase, y sabían que yo también asistiría, fui hacia la puerta y era Alex, en la mano traía una bonita rosa, me la dio y tomo mi bolso, quería percibir su aroma y era delicioso.
- Buenos días amor.
- Buenos días.
- Decidí pasar por ti espero que no te moleste.
- No está bien, y gracias por la flor.
- Es mi primer regalo.
- Ahora vuelvo debo avisar que ya me voy.
- Aquí te espero.
Fui hacia mi nana, y le dije que Alex había pasado por mí para ir al Instituto, me dijo que estaba bien y que tuviéramos muchos cuidado.
Al llegar al Instituto, el bajo primero y fue a abrir mi puerta, nunca alguien había hecho algo más caballeroso, el hacía que lo pequeños detalles contaran, pues todo lo que él hacia lo acompañaba con una linda sonrisa, al bajar del auto, con mi rosa en mano, vi a Kristell con Taylor, solo me miraron mientras íbamos hacia ellos, Alex aun cargaba con mi bolso, era demasiado caballeroso podría acostumbrarme a esto.
Estando a menos de 10 metros tomo suavemente mi brazo, puso mi bolso en el piso, tomo mi mejilla, y me beso, con tal dulzura que no podía negarme, una parte de mi lo quería más que como amigos, pero otra me decía que estaba equivocada era como una pelea entre la razón y la lógica era algo frustrante, al dejar de besarme, alejo un poco su cara y mientras me observaba con sus ojos enormes con un pequeño destello en ellos, y mientras me tenía frente a él me dijo, en forma de verso “Nuestro amor es como el viento: no se ve, pero se siente”. Él era tan dulce, romántico, caballeroso, y guapo. Y mientras me perdía en sus palabras sentía una mirada sobre mí, me imaginaba que era Kristell y Taylor pues se encontraban a unos metros pero ellos ya no estábamos y mientras buscaba hacia los lados.
- Que pasa?
- No, nada malo, solo que siento las miradas sobre mí.
- Es normal, nunca antes nos habían visto de esta forma.
- Tal vez tengas razón. – Pero a pesar de mirar alrededor y a cada una de las personas, aun sentía, era presión sobre mí.
- Alex podrías, adelantarte debo de hacer algo.
- Claro, te veo en clase.
Cuando Alex se alejó detrás de él, estaba el mismo chico, ese tal Jacob, el mismo de la motocicleta, pero ahora a su alrededor, estaban dos chicos, los tres me observaban, fijamente, como si yo hiciera algo malo, los chicos que lo acompañaban cargaban en sus hombros unas mochilas, la única opción era que entrarían al instituto. Sin sentir el tiempo pasar, ya no había nadie fuera, y Jacob se encontraba ahora solo, y yo aun mirándolo, era como una competencia de miradas a ver quién podría soportar más, pero el rio, de la nada, estaba segura de que era de mí, quien más se quedaría parada en el estacionamiento inmóvil, el bajo de su moto, y camino hacia mí, inconscientemente la rosa que me había regalado Alex callo de mis manos, Jacob había llegado a mi lado, se puso en cuclillas y tomo la rosa.
- Creo que se te ha caído.
- Ha! Gracias. – La tome, y lo mire.
- La campana sonó ase tiempo.
- Tu….Estudias aquí?
- No solo quise acompañar a mis hermanos.
- Creo, que debo irme se me ha hecho tarde,- de nuevo sus ojos me hipnotizaron, eran tan oscuros, llenos de misterio, y a la vez parecía ser una ventana tan abierta que cualquiera podría entrar, ningunos ojos podrían compararse a los de él.
- Si, nos veremos pronto.
Era la tercera vez que lo veía, y la segunda en la que él me ayudaba en algo, tal vez solo eran coincidencias. De una forma u otra debía agradecerle, y aun indecisa volví hacia él.
- Gracias, por lo de la otra vez.
Solo sonrío, y se dirigió a su moto, la encendió y se fue, ese tipo de personas desarregladas como él no se veía mucho por esos lugares, y toda la gente que estaba ahí lo veía, a él no parecía importarle.
Después de que lo vi irse, fui a la clase de algebra con el profesor Chris Brown, en esa clase Alex también estaba con migo y nos sentábamos juntos.
- Porque tardaste tanto?
- Ha me entretuve con una amiga.
- Si, entiendo, pero lo que no entiendo es…
- Quiere compartir algo con la clase joven Freeman. – Le dijo a Alex, y después el profesor me miro.
- No, discúlpeme por favor.
- Claro, voy a proseguir.
Dejo de hablar y puso su mirada en el pizarrón acatando lo dicho por el profesor, después abrió su cuaderno y arranco una hoja y escribió en ella “Hablamos en el descansó”, la tome, y después de leerla, la doble y guarde en mi cuaderno, quise saber que le pasaba asi que lo mire pero él ni siquiera me miro, parecía ignorarme . No estaba segura de que quería hablar, tal vez me había visto con Jacob, indudablemente eran celos, la parte más asfixiante de una relación, no teníamos más de dos días y el ya sentía celos. En el transcurso de la clase de algebra no preste atención, lo único que había hecho en toda la clase fue llenar las páginas de atrás de mi cuadernos con dibujos, y poemas, de amor, soledad, y tristeza, después de tres hojas de cuaderno menos dieron el timbre y debía ir a clase de física con Kristell, estaba en peligro me preguntaría todo sobre Alex y yo, tendría que pensar todo lo que le contestaría. Kristell era mi mejor amiga, pero era una persona tan molesta cuando se trataba de chismes, no dejaba de hablar hasta que no te sacaba toda la verdad, y la mayoría de la gente no podía resistirse a no contárselo, pero yo después de tanto años de conocerla sabía todos sus trucos, pero aun asi no dejaba de insistir.
Mientras caminaba por los corredores viendo a la gente pasando a mí alrededor, trataba de hacer el mayor tiempo posible para darle tiempo al profesor de empezar la clase y que Kristell no pudiera preguntarme sobre el tema. De nuevo vi a los chicos que estaban con Jacob, los dos venia juntos, y por la misma dirección que yo, sin darme cuenta uno se paró a mi derecha y en la izquierda, yo deje de caminar estaba a unos cuantos pasos para el salón.
- Tú debes ser Meleine. – Era el chico de mi derecha, lo mire, pues ese no era mi nombre, pero aun asi él tenía una sonrisa traviesa, su cabello era tan corto que parecía rapado, y realmente musculoso pero no tanto a comparación de Jacob, era de menor tamaño que el chico de mi izquierda.
- Idiota. – Dijo el chico de mi izquierda, dándole un zape en la cabeza. – Su nombre es Melody.
- Como sea. – Lo dijo de forma grosera y despreocupada, el chico de mi derecha.
- Como lo sabes? – Lo mire y él se encogió, parecía ser alguien muy tímido. Físicamente era alto, con cabellera negra, y cabello corto no más largo de los hombros.
- Tú conoces a nuestro…… - Hizo una pequeña pausa y sonrío, contesto el chico de derecha. – Hermano Jacob.
- Lo he visto algunas veces. – Estaba confundida, acaso él les conto sobre mí?, nos conocíamos poco, yo era el tema cuando hablaba con sus hermanos?
- Si, nos había contado algo asi, bueno yo soy Quil Ateara. Y él es Embry Call. – A punto hacia el chico del lado izquierdo.
- Mucho gusto, yo soy Melody Evans, y perdón pero debo ir a clase. – Me sentía incomoda con ellos a pesar de mi metro setenta me sentía pequeña a su lado, podría intimidad a cualquiera.
- A qué clase vas. – Me pregunto el chico que si mal no recuerdo era Embry. Apunte a la puerta de alado y conteste.
- A clase de física. – Los mire e intente sonreír a pesar de que estaba a punto de salir corriendo.
- Nosotros también vamos a esa. – Dijo Quil
- Entonces vamos.- conteste.
Nos dirigimos a la puerta y Quil me dijo.
- Bonita flor. – Lo dijo con una risita.
- Gracias, me la regalo mi novio. – Les conteste de esa forma dándoles a entender que ellos no me interesaban.
Salió una enorme carcajada, parecía que le habían contado el chiste más gracioso del mundo, me sentí tonta, pues en que me había equivocado o que era tan gracioso, se reía de mí, o que pasaba. Embry y yo nos mirábamos solo el reía.
- A Jacob como le gusta lo prohibido. – Aun continuaba riéndose.
- No hables de más Quil. – Lo dijo tan serio y preocupado.
Nadie volvió hablar solo caminaban a mis costados, de vez en cuando se miraban y cuando entramos al salón, Kristell ya se encontraba en banca donde siempre nos sentábamos juntas, me observaba mientras sonreía, no necesitaba poder leer mentes como para saber que se estaba ingeniando las preguntas, los chicos que iban con migo se sentaron cerca de mí y Kristell, deje mis libros en la mesa, y me senté, sentía los ojos sobre mí, Kristell tal vez esperaba a que yo hablara por mi propia cuenta, solo gire mi cabeza hacia ella y la mire.
- Hola Kristell.
- Hola Melody, creo que tienes muchas cosas que contarme!
- Por favor ahorita no, pon atención si no nos regañaran.
- Pero tú sabes que no puedo quedarme a si con esta duda.
- Después hablaremos de esto.
- Pero cuando, y por qué no ahora.
- Ya te dije por que, por favor.
- Esta bien.
Por ahora había calmado a Kristell pero no duraría mucho, solo tenía los cincuenta minutos de la clase para no hablar sobre el tema, pero estaba segura que ella estaba que reventaba por sacarme toda la información.
El profesor, llamo a los dos chicos nuevos a que pasaran a enfrente a presentarse, Quil se veía feliz de hacerlo pues parecía de ser ese tipo de chicos que les gustaba llamar la atención, mientras Embry aparentaba ser alguien un poco más serio y tímido, solo los conocía unos cuantos minutos no podía decir cómo eran realmente. Las chicas del salón quedaron anonadadas con el cuerpo de Quil.
- Y ese par de chicos de dónde salió?
- Bueno, recuerdas que te hable sobre un chico que había visto, el de la moto.
- Si, que tiene que ver con esto.
- Ellos son sus hermanos, ahora antes de entrar él estaba ahí afuera en el estacionamiento.
- Deberás? Porque no lo vi.
- Sera porque estabas lo suficientemente ocupada con Taylor.
- Porque hablas de ese chico, pero sobre Alex no quieres decir nada.
- Kristell ya vasta.
El profesor, ya había comenzado a escribir en el pizarrón, asi que abrí mi cuaderno y comencé a transcribir todas las formulas, tratando de hacerme lo más ocupada posible para que Kristell no molestara más. Los chicos ya se habían sentado en su lugar de antes, y cuando los mire, se murmuraban algo, y al verme pararon y se pusieron a escribir, ese día, parecía ser muy largo, debía evitar el tema con Kristell y no prestar atención a los murmullos de los chicos, y aun asi imaginar lo que Alex quería decirme.
Rápidamente al escuchar el timbre que finalizaba la clase, tome mis libros los guarde en mi bolso lo más rápido posible evitando que Kristell me siguiera para preguntar, seguía la clase de gimnasia y en esa clase, no debía de aguantar a Kristell o a Alex, el único que estaba en la misma clase que yo era Taylor, y aunque no era una persona con que pudieras mantener una plática de horas, en estos momentos me venía perfecto.
Fui a los vestidores de las chicas, me puse mis shorts deportivos y tenis, y fui a las gradas del gimnasio, vi a Taylor mientras caminaba para sentarme a su lado la maestra de gimnasia daba las indicaciones. Cuando subí las gradas y me senté salude a Taylor.
- Hola Taylor, como estas?
- Hola Melody, muy bien y tú?
- Bien, gracias por preguntar.
- Y como van tú y Alex! – Ese era un golpe bajo, la persona de la que menos esperaba esa pregunta la hizo.
- Oh! Ahora tu Taylor. – Lo dice dejando caer mi cabeza sobre mis piernas.
- Ambos son mis amigos quiero saber cómo están. – Me miro y palmeo mi espalda.
- Taylor, no puedes engañarme y lo sabes. – Lo mire mientras yo levantaba una Ceja.
- Esta bien, Kristell me dijo que te preguntara, tú sabes que debo de a serla feliz, aparte de que casi me amenazo.
- Si, asi suele ser Kristell en algunas ocasiones, mira Taylor no quiero que vayan a pelear por mí , pero en verdad no quiero hablar de eso, no me siento cómoda, y en realidad aunque sean mis amigos, son cosas en verdad muy personales, pero ten la seguridad de que cuando pase algo importante, tú y Kristell serán los primeros en enterarse.
- Creo que tienes razón, Melody, perdóname si te molesto.
- No te preocupes Taylor está bien.
La maestra nos dijo que pasaríamos a la cancha que comenzaríamos con el calentamiento, después de hacer estiramientos y correr alrededor de la cancha , comenzamos a jugar vóleibol, chicas contra chicas, y chicos contra chicos.
Esta clase, me era divertida por dos razones, podía correr y moverme con libertad y la otra y más importante no tenía a nadie todo el tiempo preguntándome sobre mi relación, parecía que era el chisme del día, y esa era lo primero que quería evitar.
Al acabar la clase de gimnasia seguía el descanso, asi que Taylor y yo fuimos a vestirnos, pues iríamos con Kristell y Alex juntos, caminamos por los pasillos hacia el comedor, y ahí vi a Alex se veía pensativo mientras miraba hacia la pared, y Kristell le hablaba, llegamos y me senté en al lado de Alex, coloque la rosa en mi mano derecha y la puse en la mesa.
-Podemos hablar en un lugar privado, por favor? – Dijo Alex, con su voz seria.
- Sí, claro. – Nos levantamos y mientras caminábamos Kristell dijo. – Melody, recuerda que tenemos que platicar.
- Lo sé, en un momento vuelvo.
Caminamos hacia la puerta del comedor, él se detuvo y me miro, me recargue en la pared, y estaba frente a mí mirándome.
- Melody, yo sé que me he comportado muy infantil, me disculpo, pero si me permites te diré de que se trata.
Solo levante mi cabeza y lo mire a los ojos, mientras él me hablaba.
- Tenemos muy poco tiempo de novios, para ser exacto dos días, y me han sido los dos más maravillosos días, y te quiero más que nada en el mundo, y no solo lo digo quiero demostrarlo, te invito hoy a cenar en casa de mis padres, muchas veces lo has hecho, pero esta vez iras como mi novia.
- Alex por supuesto que asistiré.
No eran celos, solo quería invitarme con sus padres formalmente, que tonta había sido, él no era como los hombres promedio, y gracias a eso se me estaba haciendo muy fácil enamorarme de él, me hacía sentirme bonita, querida, y jamás me sentía sola al estar con él, cada vez el amor crecía aún más, cada palabra suya me hacía tan feliz, amar y ser amado, los dos placeres de la vida. Al contestarle, el me tomo por la cintura y me beso, no duro más de dos segundos, pues me sentía incomoda, tener alrededor de mi gente mirándome, él lo sabía asi que nunca se molestaba por hacerlo. Me tomo de la mano y poco antes de ir al comedor, pasaron frente a nosotros Quil y Embry, que al mirarme me sonrieron, mientras que a Alex, lo observaban con rabia y desprecio, ignoraba la razón, a Alex no le molesto, asi que solo siguió caminando.
Alex me llevo a casa, asi que deje mi bolso, me cambie y me puse un lindo vestido con el fin de impresionar a los padres Alex, que bien no lo necesitaban ellos siempre me han querido como a una hija, le avise a mi nana que llegaría un poco tarde ya que iría a la cena de los Freeman. Al llegar a casa de los Freeman me sentía cómoda, pace la mitad de mi niñez en ese lugar que parecía mi segunda casa, antes de entrar a casa Alex me tomo de la mano y me dijo “ Te vez hermosa” Creo que el vestido color crema, con encaje me serviría de mucho, sin contar que era mi favorito. Cuando entramos sus padres y su hermana Iris estaban sentados en la sala de estar, Iris realmente había crecido mucho, la última vez que la vi tenía diez años ahora con catorce años, se nota aún más su belleza, con piel clara, ojos color miel, cabello un tono más rubio que el de su hermano, y figura delgada. A su madre la había visto hace unos pocos días, y no había cambiado nada, ella era hermosa y joven tal vez andaba por los cuarentaitantos años, su cabello castaño lacio hasta los hombros, eran envidiable, tenía un brillo peculiar, y sus ojos negros y grandes, y cuerpo realmente delgado, para la edad que tenía era realmente hermosa, y el Sr. Freeman rubio de ojos castaños, alto y joven, a simple vista podrías darte cuenta de donde Alex había sacado tal belleza, el Sr, Freeman era muy apuesto y hasta donde yo sabía era unos años más joven que la madre de Alex, después de analizarlos detenidamente.
Me acerqué a ellos, me sonrieron, y Alex me tomo por la cintura y dijo.
- Mama, papá. Ella es mi hermosa novia. – Sonrío, lo mire y sus ojos tenían una chispa un brillo, él era feliz, y si él lo era yo también lo seria.
- Que feliz me siento por ustedes dos, yo sabía que terminarían juntos. – Dijo la señora Freeman mientras me abrazaba.
- Vengan, vamos a cenar y platicar un rato. – Dijo el señor Freeman.
Fuimos al comedor, y su cocinera nos sirvió, la mesa estaba hermosamente decorada, la bajilla parecía ser muy cara, pero porque tanto lujo, si solo era yo la misma chiquilla que jugaba en el lodo con su hijo.
- Nos contó Alex, que tus padres no estaban en la cuidad, no sabes cuándo volverán? – Pregunto la Sra. Freeman.
- No suelen decir cuándo volverán. – Conteste.
- Que lastima quería celebrar junto con ellos este gran momento.
- Por favor mama, es solo un noviazgo, no se casaran, podrían terminar en cualquier momento porque lo tomas tan apecho? – Dijo Iris la Hermana de Alex.
- Quien dice que no? Con suerte y en unos cuantos años, podrían casarse, y por supuesto que esto durara lo suficiente, cierto Alex. – Dijo la Sra. Freeman en tono de afirmación.
- Eso espero mama, y lo de casarnos, eso nadie lo sabe falta mucho tiempo para eso, aun ambos somos muy jóvenes, y queremos divertirnos.
- Claro, lo se hijo, y la mejor forma de divertirse seria haciendo una fiesta, para que todos se den cuenta que los Evans y los Freeman, se han unido gracias a sus hijos. – Ella se estaba imaginando todo.
Y estaba segura de lo que pensaba, una enorme fiesta de etiqueta, me sentía tan presionada, acaso esto solo era por apellidos y no por amor, no quería esa fiesta, jamás me habían gustado ese tipo de fiestas, asi que busque una excusa para salir de ese aprieto.
- Me parece perfecto Sra. Freeman, pero Alex y yo queríamos tener un tiempo solos, salir al cine a la playa y cosas asi, si no le molesta.
- Al contrario, me parece perfecto, ya será después.
Toda paso rápido, pues a la señora Freeman no le paraba la boca, solo ella se escuchó toda la noche, hablaba de cuando Alex y yo éramos pequeños, también que quería hablar con mi madre sobre la relación, y cosas asi, la cabeza me deba vueltas, a la mitad de la velada deje de ponerle atención, cuando pensé que no se cansaría de hablar, dijo que estaba cansada, pero que no me fuera, que me sintiera como en casa, se fue junto con su esposo a su habitación, y mientras ella subía las escaleras llamo a Alex, y en la sala solo quedamos Iris y yo.
Hace mucho tiempo que no, nos veíamos, y era una buena oportunidad para hablar.
- Iris, creciste tanto, por poco y no te reconozco.
- Eso crees? Yo me siento igual.
- Pues no es asi, tu hermano me dijo que te habías ido a estudiar a Europa con tus tíos, por qué volviste?
- Aunque suene imposible, extrañaba a mi hermano, y a mis padres, es raro no escuchar todo el día la voz de mama. – vi una media sonrisa.
- Suele ser asi, siempre extrañas a las personas que quieres, a veces hasta los defectos asen que los extrañes más, me pasa muy seguido con mis padres, ver la casa sola, y saber que no hay nadie con quien hablar, bueno sin contar a mi nana.
- Melody, tú no estás sola, me tienes a mí, cuando me necesites aquí estaré, y lo sabes, eres como mi herma. Aunque te digo algo, jamás pensé que fueras a ser novia de mi hermano, y si ustedes dos por alguna razón terminan, puedes contar aun asi con migo.
Alex volvió, y solo miro a Iris, parecía ser esa señal de, “ Déjanos solos” Asi que Iris antes de levantarse me abrazo, y me dijo en el oído, “ Yo siempre te escuchare”. Se fue, y Alex se recostó en mi reboso, comencé a acariciar su suave cabello.
- Tu y Iris se ven muy bien hablando.
- Eso crees? Es realmente agradable.
- Si lo es, pero cuando no vives con ella. – Dijo el riéndose.
Giro su cabeza hacia la mía, tomo mis manos, y me dio un beso en ellas, solo me miraba, y me hacía sentirme nerviosa.
- Que pasa?
- Nada, solo aun no lo puedo creer.
- No puedes creer, que?
- Que estemos asi, que seas mi novia, es que eres tan bella, dulce, tan perfecta.
- Creo que exageras un poco sobre mí, no soy perfecta tengo más defectos de los que tu vez.
- Pues al menos para mí lo eres.
Escuche sonar, mi celular, asi que lo saque de mi bolso, en la pantalla aparecía el nombre de mi nana, era un mensaje que decía que era hora de volver, todo iba tan bien pero debía regresar, ya era un poco tarde como para estar fuera de casa entre semana. Salimos de la casa, y fuimos hacia su auto, cuando íbamos en camino Alex me pregunto.
- Podría mañana pasar por ti?
- Lo siento, iré a clases de francés, te parece bien si nos vemos en el Instituto?
- Si me parece perfecto.
Al llegar a casa, él se bajó primero para abrirme la puerta del auto, y cuando baje el solo me dio un beso en la mejilla, y me dijo.
- Que tengas dulces, sueños.
- Igualmente, que descanses.
- Te quiero.
- Y yo, a ti.
Entre a mi casa, y directamente fui a mi habitación, abrí la puerta del balcón, y el aún estaba en la entrada, y me alcanzo a ver, solo me lanzo un beso, y lo salude con mi palma, lo vi irse, cada que pensaba en el sentía ese cosquilleo en el estómago, definitivamente, era amor, no era experta en ese tema, pero jamás lo había sentido, y es algo agradable de sentir, pues al estar con él, no me era importante todo lo demás.
Al despertar el día siguiente me sentía, diferente, feliz, y descansada, era raro en mi despertar con una sonrisa. Aparte de a ver estado la noche anterior con Alex, había algo más que celebrar, por fin terminaba el curso de francés, una clase menos. Cuando ya estaba lista, baje las escaleras con mi bolso del Instituto, mi nana me dio la bendición.
En el transcurso de la mañana todo fue muy tranquilo, solo escuchar la pequeña ceremonia de entrega de diplomas, al llegar al Instituto vi a Alex, esperándome en el estacionamiento, y mientras caminaba hacia él, vi a Jacob, de nuevo, en su moto con sus dos hermanos, era muy incómodo cruzar el estacionamiento y sentir la mirada de Quil, Embry y Alex, llegue al lado de Alex y me beso en la frente, mire hacia atrás y Jacob me observaba, mientras que sus hermanos lo miraban a él como esperando una reacción, Alex me ayudo con mi bolso ,me tomo de la mano, y mientras caminábamos hacia la primera clase dijo.
- Vaya forma de mirar. – Con un tono de sarcasmo.
- De que hablas? – Yo me encontraba confundida, no sabía de quien hablaba.
- Miraste al chico que estaba junto a una motocicleta? Con otros dos chicos? – Me pregunto.
- Ha, si! – En mi mente trate de formar de nuevo la escena pero nada concordaba, que era lo que le molestaba.
- El más alto, me veía como si quisiera matarme, creo que solo son ideas mías, olvídalo. – Dejo de hablar del tema, pero aún se veía confundido, yo sabía que él seguía pensando en lo sucedido.
- Quizás veía a otra persona.
La hora de descanso había llegado, por fin, pues las clases comenzaban a ser aburridas, se acercaban los exámenes y debíamos dar repasos a los temas ya vistos. Pero había otra cosa del cual preocuparse, el día anterior me había salvado de la interrogación de Kristell, esta vez no tendría tanta suerte, asi que Alex y yo caminamos hacia la mesa de Taylor y Kristell.
- Hasta que los veo tortolos. – Dijo Kristell en forma de burla.
- Asi son los primeros días, Kristell recuérdalo. – Dijo Taylor, mientras la veía.
- Esta bien, entonces? – Nos preguntó, mientras esperaba una respuesta, Alex solo voltio a verme y comenzó a hablar.
- Dime que quieres saber?
- Quien le dijo a quién que se gustaban? – Lo dijo, en forma de afirmación, no comprendí, porque formulaba asi la pregunta, como que quien le dijo a quién, acaso era tan obvio?
- Porque lo dices de esa forma? – Le pregunte, tratando de saber qué es lo que pasaba en su cabeza.
- Era más que obvio que ustedes dos terminarían juntos, para serte franca todo el Instituto sabía que Alex estaba enamorado de ti, la única persona que no lo sabía eras tú. – Lo dijo con tal seriedad que supuse que hablaba enserió.
Y tenía razón, amigas de otras clases se preocupaban por la relación que teníamos yo y Alex, por lo general las preguntas trataban de si éramos novios, o solo era un Free, muchas veces me decían que si sabía la forma en que el me contemplaba mientras estábamos juntos, pero siempre negué todo, simplemente les contestaba “ Solo es mi mejor amigo, y nada más”. Ahora tendría que tragarme mis palabras, muchas personas estaban felices de que estuviéramos juntos, pensaban que nos veíamos perfectos, no solo eran nuestros padres que opinaban eso.
- Eso es cosa del pasado, lo único que importa es el ahora y que estamos juntos, Taylor qué opinas sobre una salida los cuatro, sería interesante no crees? – Él le dio una palmada en la espalda, y los dos sonrieron.
- A mí me agrada la idea, y tu Kristell, quieres ir?
- Claro, seria nuestra primera salida de parejas, será grandioso, vamos al cine, luego a comer algo, y después a un lugar súper romántico que me recomendaron. – Se veía entusiasmada.
Me asustaba tanto la idea del romanticismo, yo no solía ser asi, me gustaba más compartir el tiempo a solas con Alex en un lugar neutro, y Kristell solía, emocionarse y llevar las cosas a otro nivel, pero no podía negarme, todos estaban muy felices por la próxima salida.
- Okey vamos.
Como negarme a salir con mis mejores amigos, y con mi novio, aun me era extraño llamarlo asi “ Novio” de pasar de mejor amigo a novio era un cambio drástico, pero había cosas de las cuales debía preocuparme, la cita doble estaría echa por Kristell, y eso daba curiosidad y miedo a la vez, que más daba, que me obligara hacer, o a qué lugar horrible iríamos, estaría Alex, como lo había prometido, estar con migo siempre, en las buenas y malas.
Baje las escaleras y ahí estaba el esperándome en la sala de estar, lo mire y el me sonrío se veía tan feliz, que le abra dicho Elena para que estuviera asi?
- Hola Melody te vez hermosa!
- Gracias Alex, tú te vez muy apuesto.
- Quieres cenar algo?
- Claro. – Me miro y sus ojos tenían algo diferente, sus pupilas estaban dilatadas.
- Es por aquí – Lo guie al comedor, donde ya estaba todo listo gracias a mi nana.
- Si necesitan algo más me llaman. – Dijo mi nana antes de irse.
- Todos se ve exquisito, gracias.
- Provecho.
Comenzamos a comer pues todo se veía tan delicioso, creo que mi nana quería lucirse, mientras comíamos hablábamos de cómo nos fue en el día,
- Que hiciste hoy Alex?
- Fui a una fiesta de caridad, porque no asististe si me dijiste que te habían invitado?
Ese tipo de fiestas era muy común que invitaran a mis padres y como ellos nunca estaban ya las invitaciones estaban dirigidas para mí, pero jamás me habían gustado ese tipo de fiestas, siempre asistían gente con suficiente dinero , que solo utilizaban esos eventos para demostrar quien cuenta con más capital.
- Lo olvide, fui a clase de vocalización y perdí la noción del tiempo.
- Ha entiendo.
- Mas tarde vi a Kristell, fuimos de compras, pues ella celebraría su aniversario con Taylor. Y aproveche para comprar este vestido.
- Pues es realmente bonito.
- Enserio te gusta?
- Pienso que cualquiera te quedaría bien, eres muy hermosa.
- Gracias Alex, me alagas.
Solo sonrío, seguimos comiendo, y mientras lo hacíamos sentía la mirada en mí, no había duda que era él pues no había nadie más en la habitación,
Al terminar fuimos a la sala a platicar un poco.
- Tu madre hablo con la mía por un largo tiempo, el día de ayer, ciento curiosidad por saber que tanto hablaban.
- Ciento lo mismo, yo me fui a dormir y no supe lo que hizo Elena.
Lo mire y tenía una postura incomoda, se veía nervioso, jugaba con sus dedos, miraba el piso, y se mordía el labio, me miro y me dijo.
- Que has pensado sobre lo que te dije Melody. No quiero presionarte pero no dejo de pensar en ti.
- Alex, eres un chico maravilloso, cualquier chica quisiera estar contigo y ….
- Entonces es un no?
- Déjame terminar por favor.
- Lo siento, prosigue, es que me siento un poco nervioso.
- Un poco? Estas a punto de explotar.
- Es tan obvio?
- Si, eres como un libro abierto!
- Discúlpame.
- No hay nada por que disculparte. Bueno eres atractivo, honesto, un buen amigo, y otras cosas más, serias un buen partido para cualquier chica, yo siempre te he querido Alex y lo sabes, no quiero mentirte tal vez no te quiero de la misma forma que tú a mí. Si asi me quieres a tu lado, si me das tiempo de quererte aún más y si es posible, llegar a amarte.
- Por ti Melody aria cualquier cosa, te esperare el tiempo que tu decidas siempre estaré ahí, esperando a que me quieras, no abra igual al amor que siento por ti, are lo posible, lo que sea necesario, por estar a tu lado, cuidándote.
Solo basta con una palabra para que estemos juntos para siempre.
- Es, Si, por supuesto.
- Para siempre?
- Claro. – No pude contestar el para siempre, no podía saber si algún día lo amaría como para seguir el por siempre.
Lentamente se acercaba a mi sabía lo que venía, había aceptado ser su novia, no podía negarle un beso, asi que no me moví deje que me besara, cada vez sentía su aliento más cerca, lo que más esperaba era que al besarlo mi corazón reaccionara, sentir las cosquillas en la panza, ahora vería si había hecho lo correcto.
Sentí sus labios presionando los míos, coloco su palma en mi mejilla, sus besos no eran desagradables, pero no sentía nada, no sentía ninguna emoción, no quería que pensara que besaba a una roca asi que seguí con su beso, con una mano lo aleje lentamente de mí, y cuando lo hice me miro a los ojos y me susurro al oído “ Eres la mujer más hermosa, en la tierra”. Y me beso por última vez.
Ya todo estaba echo no podía retractarme, jure que nadie saldría lastimado y asi será, me recosté en su hombro, él me dijo que si me podía hacer una pregunta y acepte.
- Estas arrepentida?
- No, no porque lo dices? – Me puse tan nerviosa que me puse a tartamudear.
- Solo era un pregunta, bueno una duda.
- Ha, entiendo.
- Sabes nunca pensé que llegaríamos a estar asi, juntos, felices, siendo novios.
- Tampoco yo, y pensar que unos años atrás jugábamos juntos.
- Pero ambos crecimos, y sabíamos que tal vez esto pasara.
- Alex.
- Si?
- Promete que si esto no funciona, o algo sale mal, todo será como antes ,y no abra rencores.
- Prometo lo que tu desees, pero que podría salir mal?
El tiempo a su lado siempre pasaba rápido, pues era ese tipo de personas, que jamás les terminas de contar todo, a pesar de no sentir el sentimiento esperado ya no estaba arrepentida de esto, ya no estaría sola, lo tendría siempre a él.
Mi nana llego, y me dijo que ya se había terminado la hora de las visitas, asi que Alex se fue, lo acompañe hacia la puerta.
- Buenas noches Alex, nos veremos mañana.
- Hasta mañana, cuídate, te extrañare.
- Adiós.
- Te quiero
- Y yo a ti Alex, que descanses.
Lo vi irse en su auto, fui a mi habitación y al cerrar la puerta algo evito que lo hiciera era mi hermana Naomi que estaba en la puerta sonriendo, estaba segura de lo que ella quería, hablar sobre el asunto de Alex, se sentó en mi cama mientras yo me quitaba los zapatos que realmente me tenían cansada.
- Ahora habla.
- A que te refieres?
- Hay no te hagas la perdida, que paso con Alex los vi muy juntos ase unos momentos.
- Nos estuviste espiando?
- Ese no es el punto.
- Entonces, que le dijiste.
- Solo para que me dejes dormir, le dije que le daría una oportunidad.
- Oh! Son novios? Tan pronto! Ustedes no pierden el tiempo he! – Me daba empujones con su codo, mientras hablaba con burla.
- Naomi por favor, - Me sentí sonrojada. – Me dejaría dormir, mañana ambas vamos al mismo Instituto.
- Esta bien, no hables, se nota que no quieres a tu hermana. – Puso la típica cara triste que ponía para causar lastima.
- Naomi, aun no pasa gran cosa, con el paso del tiempo te contare más de acuerdo, tal vez en tu próxima visita.
- Okey, a si eso me recuerda algo, ya me voy, sabes que me gustaría mucho quedarme, pero mañana tengo clases en la universidad muy temprano, y me sería más fácil quedarme allá.
- Lo entiendo, entonces nos vemos en una semana?
- Si Melody, en una semana, cuídate hermana te llamare pronto, te quiero.
- Y yo a ti, mantente en contacto.
Nos abrazamos, y ella salió de mi habitación, las dos cosas que menos me gustaban despedirme de mis padres y de mi hermana.
Me encontraba sentada en una enorme mesa, en forma de ovalo cada fila era de seis sillas, yo me encontraba de un extremo, y del otro alcanzaba a ver a un chico, atractivo, joven, era Alex, que me contemplaba, con una gran sonrisa, el vestía un traje y yo un lindo vestido de gala, de pronto Elena apareció y caminaba hacia Alex, y se colocaba a un lado de su silla, se agacho y le susurró al oído, “Dile te amo”. Y el como un maniquí manejado por Elena, repetía sus mismas palabras, sin emoción alguna, después Elena le decía de nuevo, “ Ve y bésala” Alex se levantó de su silla y camino hacia, a mí, solo me contemplaba fijamente, parecía un robot, se acercó y me beso, era la misma sensación de aquel primer beso, seco sin emoción alguna por parte mía, de pronto se escuchó una alarma, y era mi despertador, era hora de levantarme para ir al Instituto, fui hacia mi armario a buscar algo que ponerme, y tome lo primero que encontré unos jeans y una blusa, color naranja, los deje sobre mi cama aun revuelta después de aquel tan extraño sueño, y mientras me duchaba aun le daba vueltas al significado de aquel sueño, no entiendo, que tiene que ver Elena con lo que hacía Alex.
Baje a la cocina para desayunar algo, mi nana estaba ocupada en la lavandería, y quise aligerarle un poco todas sus tareas, y mejor me prepare mi desayuno, solo pique en un recipiente fruta con yogurt, al terminar quise ayudarle a mi nana asi que se subí a recoger un poco la habitación de mi hermana que era un desorden y después la mía, al ir saliendo con mi bolso escuche llegar un auto, quien podría ser? Si la mayoría de mis amigos a esta hora estaban en clase, y sabían que yo también asistiría, fui hacia la puerta y era Alex, en la mano traía una bonita rosa, me la dio y tomo mi bolso, quería percibir su aroma y era delicioso.
- Buenos días amor.
- Buenos días.
- Decidí pasar por ti espero que no te moleste.
- No está bien, y gracias por la flor.
- Es mi primer regalo.
- Ahora vuelvo debo avisar que ya me voy.
- Aquí te espero.
Fui hacia mi nana, y le dije que Alex había pasado por mí para ir al Instituto, me dijo que estaba bien y que tuviéramos muchos cuidado.
Al llegar al Instituto, el bajo primero y fue a abrir mi puerta, nunca alguien había hecho algo más caballeroso, el hacía que lo pequeños detalles contaran, pues todo lo que él hacia lo acompañaba con una linda sonrisa, al bajar del auto, con mi rosa en mano, vi a Kristell con Taylor, solo me miraron mientras íbamos hacia ellos, Alex aun cargaba con mi bolso, era demasiado caballeroso podría acostumbrarme a esto.
Estando a menos de 10 metros tomo suavemente mi brazo, puso mi bolso en el piso, tomo mi mejilla, y me beso, con tal dulzura que no podía negarme, una parte de mi lo quería más que como amigos, pero otra me decía que estaba equivocada era como una pelea entre la razón y la lógica era algo frustrante, al dejar de besarme, alejo un poco su cara y mientras me observaba con sus ojos enormes con un pequeño destello en ellos, y mientras me tenía frente a él me dijo, en forma de verso “Nuestro amor es como el viento: no se ve, pero se siente”. Él era tan dulce, romántico, caballeroso, y guapo. Y mientras me perdía en sus palabras sentía una mirada sobre mí, me imaginaba que era Kristell y Taylor pues se encontraban a unos metros pero ellos ya no estábamos y mientras buscaba hacia los lados.
- Que pasa?
- No, nada malo, solo que siento las miradas sobre mí.
- Es normal, nunca antes nos habían visto de esta forma.
- Tal vez tengas razón. – Pero a pesar de mirar alrededor y a cada una de las personas, aun sentía, era presión sobre mí.
- Alex podrías, adelantarte debo de hacer algo.
- Claro, te veo en clase.
Cuando Alex se alejó detrás de él, estaba el mismo chico, ese tal Jacob, el mismo de la motocicleta, pero ahora a su alrededor, estaban dos chicos, los tres me observaban, fijamente, como si yo hiciera algo malo, los chicos que lo acompañaban cargaban en sus hombros unas mochilas, la única opción era que entrarían al instituto. Sin sentir el tiempo pasar, ya no había nadie fuera, y Jacob se encontraba ahora solo, y yo aun mirándolo, era como una competencia de miradas a ver quién podría soportar más, pero el rio, de la nada, estaba segura de que era de mí, quien más se quedaría parada en el estacionamiento inmóvil, el bajo de su moto, y camino hacia mí, inconscientemente la rosa que me había regalado Alex callo de mis manos, Jacob había llegado a mi lado, se puso en cuclillas y tomo la rosa.
- Creo que se te ha caído.
- Ha! Gracias. – La tome, y lo mire.
- La campana sonó ase tiempo.
- Tu….Estudias aquí?
- No solo quise acompañar a mis hermanos.
- Creo, que debo irme se me ha hecho tarde,- de nuevo sus ojos me hipnotizaron, eran tan oscuros, llenos de misterio, y a la vez parecía ser una ventana tan abierta que cualquiera podría entrar, ningunos ojos podrían compararse a los de él.
- Si, nos veremos pronto.
Era la tercera vez que lo veía, y la segunda en la que él me ayudaba en algo, tal vez solo eran coincidencias. De una forma u otra debía agradecerle, y aun indecisa volví hacia él.
- Gracias, por lo de la otra vez.
Solo sonrío, y se dirigió a su moto, la encendió y se fue, ese tipo de personas desarregladas como él no se veía mucho por esos lugares, y toda la gente que estaba ahí lo veía, a él no parecía importarle.
Después de que lo vi irse, fui a la clase de algebra con el profesor Chris Brown, en esa clase Alex también estaba con migo y nos sentábamos juntos.
- Porque tardaste tanto?
- Ha me entretuve con una amiga.
- Si, entiendo, pero lo que no entiendo es…
- Quiere compartir algo con la clase joven Freeman. – Le dijo a Alex, y después el profesor me miro.
- No, discúlpeme por favor.
- Claro, voy a proseguir.
Dejo de hablar y puso su mirada en el pizarrón acatando lo dicho por el profesor, después abrió su cuaderno y arranco una hoja y escribió en ella “Hablamos en el descansó”, la tome, y después de leerla, la doble y guarde en mi cuaderno, quise saber que le pasaba asi que lo mire pero él ni siquiera me miro, parecía ignorarme . No estaba segura de que quería hablar, tal vez me había visto con Jacob, indudablemente eran celos, la parte más asfixiante de una relación, no teníamos más de dos días y el ya sentía celos. En el transcurso de la clase de algebra no preste atención, lo único que había hecho en toda la clase fue llenar las páginas de atrás de mi cuadernos con dibujos, y poemas, de amor, soledad, y tristeza, después de tres hojas de cuaderno menos dieron el timbre y debía ir a clase de física con Kristell, estaba en peligro me preguntaría todo sobre Alex y yo, tendría que pensar todo lo que le contestaría. Kristell era mi mejor amiga, pero era una persona tan molesta cuando se trataba de chismes, no dejaba de hablar hasta que no te sacaba toda la verdad, y la mayoría de la gente no podía resistirse a no contárselo, pero yo después de tanto años de conocerla sabía todos sus trucos, pero aun asi no dejaba de insistir.
Mientras caminaba por los corredores viendo a la gente pasando a mí alrededor, trataba de hacer el mayor tiempo posible para darle tiempo al profesor de empezar la clase y que Kristell no pudiera preguntarme sobre el tema. De nuevo vi a los chicos que estaban con Jacob, los dos venia juntos, y por la misma dirección que yo, sin darme cuenta uno se paró a mi derecha y en la izquierda, yo deje de caminar estaba a unos cuantos pasos para el salón.
- Tú debes ser Meleine. – Era el chico de mi derecha, lo mire, pues ese no era mi nombre, pero aun asi él tenía una sonrisa traviesa, su cabello era tan corto que parecía rapado, y realmente musculoso pero no tanto a comparación de Jacob, era de menor tamaño que el chico de mi izquierda.
- Idiota. – Dijo el chico de mi izquierda, dándole un zape en la cabeza. – Su nombre es Melody.
- Como sea. – Lo dijo de forma grosera y despreocupada, el chico de mi derecha.
- Como lo sabes? – Lo mire y él se encogió, parecía ser alguien muy tímido. Físicamente era alto, con cabellera negra, y cabello corto no más largo de los hombros.
- Tú conoces a nuestro…… - Hizo una pequeña pausa y sonrío, contesto el chico de derecha. – Hermano Jacob.
- Lo he visto algunas veces. – Estaba confundida, acaso él les conto sobre mí?, nos conocíamos poco, yo era el tema cuando hablaba con sus hermanos?
- Si, nos había contado algo asi, bueno yo soy Quil Ateara. Y él es Embry Call. – A punto hacia el chico del lado izquierdo.
- Mucho gusto, yo soy Melody Evans, y perdón pero debo ir a clase. – Me sentía incomoda con ellos a pesar de mi metro setenta me sentía pequeña a su lado, podría intimidad a cualquiera.
- A qué clase vas. – Me pregunto el chico que si mal no recuerdo era Embry. Apunte a la puerta de alado y conteste.
- A clase de física. – Los mire e intente sonreír a pesar de que estaba a punto de salir corriendo.
- Nosotros también vamos a esa. – Dijo Quil
- Entonces vamos.- conteste.
Nos dirigimos a la puerta y Quil me dijo.
- Bonita flor. – Lo dijo con una risita.
- Gracias, me la regalo mi novio. – Les conteste de esa forma dándoles a entender que ellos no me interesaban.
Salió una enorme carcajada, parecía que le habían contado el chiste más gracioso del mundo, me sentí tonta, pues en que me había equivocado o que era tan gracioso, se reía de mí, o que pasaba. Embry y yo nos mirábamos solo el reía.
- A Jacob como le gusta lo prohibido. – Aun continuaba riéndose.
- No hables de más Quil. – Lo dijo tan serio y preocupado.
Nadie volvió hablar solo caminaban a mis costados, de vez en cuando se miraban y cuando entramos al salón, Kristell ya se encontraba en banca donde siempre nos sentábamos juntas, me observaba mientras sonreía, no necesitaba poder leer mentes como para saber que se estaba ingeniando las preguntas, los chicos que iban con migo se sentaron cerca de mí y Kristell, deje mis libros en la mesa, y me senté, sentía los ojos sobre mí, Kristell tal vez esperaba a que yo hablara por mi propia cuenta, solo gire mi cabeza hacia ella y la mire.
- Hola Kristell.
- Hola Melody, creo que tienes muchas cosas que contarme!
- Por favor ahorita no, pon atención si no nos regañaran.
- Pero tú sabes que no puedo quedarme a si con esta duda.
- Después hablaremos de esto.
- Pero cuando, y por qué no ahora.
- Ya te dije por que, por favor.
- Esta bien.
Por ahora había calmado a Kristell pero no duraría mucho, solo tenía los cincuenta minutos de la clase para no hablar sobre el tema, pero estaba segura que ella estaba que reventaba por sacarme toda la información.
El profesor, llamo a los dos chicos nuevos a que pasaran a enfrente a presentarse, Quil se veía feliz de hacerlo pues parecía de ser ese tipo de chicos que les gustaba llamar la atención, mientras Embry aparentaba ser alguien un poco más serio y tímido, solo los conocía unos cuantos minutos no podía decir cómo eran realmente. Las chicas del salón quedaron anonadadas con el cuerpo de Quil.
- Y ese par de chicos de dónde salió?
- Bueno, recuerdas que te hable sobre un chico que había visto, el de la moto.
- Si, que tiene que ver con esto.
- Ellos son sus hermanos, ahora antes de entrar él estaba ahí afuera en el estacionamiento.
- Deberás? Porque no lo vi.
- Sera porque estabas lo suficientemente ocupada con Taylor.
- Porque hablas de ese chico, pero sobre Alex no quieres decir nada.
- Kristell ya vasta.
El profesor, ya había comenzado a escribir en el pizarrón, asi que abrí mi cuaderno y comencé a transcribir todas las formulas, tratando de hacerme lo más ocupada posible para que Kristell no molestara más. Los chicos ya se habían sentado en su lugar de antes, y cuando los mire, se murmuraban algo, y al verme pararon y se pusieron a escribir, ese día, parecía ser muy largo, debía evitar el tema con Kristell y no prestar atención a los murmullos de los chicos, y aun asi imaginar lo que Alex quería decirme.
Rápidamente al escuchar el timbre que finalizaba la clase, tome mis libros los guarde en mi bolso lo más rápido posible evitando que Kristell me siguiera para preguntar, seguía la clase de gimnasia y en esa clase, no debía de aguantar a Kristell o a Alex, el único que estaba en la misma clase que yo era Taylor, y aunque no era una persona con que pudieras mantener una plática de horas, en estos momentos me venía perfecto.
Fui a los vestidores de las chicas, me puse mis shorts deportivos y tenis, y fui a las gradas del gimnasio, vi a Taylor mientras caminaba para sentarme a su lado la maestra de gimnasia daba las indicaciones. Cuando subí las gradas y me senté salude a Taylor.
- Hola Taylor, como estas?
- Hola Melody, muy bien y tú?
- Bien, gracias por preguntar.
- Y como van tú y Alex! – Ese era un golpe bajo, la persona de la que menos esperaba esa pregunta la hizo.
- Oh! Ahora tu Taylor. – Lo dice dejando caer mi cabeza sobre mis piernas.
- Ambos son mis amigos quiero saber cómo están. – Me miro y palmeo mi espalda.
- Taylor, no puedes engañarme y lo sabes. – Lo mire mientras yo levantaba una Ceja.
- Esta bien, Kristell me dijo que te preguntara, tú sabes que debo de a serla feliz, aparte de que casi me amenazo.
- Si, asi suele ser Kristell en algunas ocasiones, mira Taylor no quiero que vayan a pelear por mí , pero en verdad no quiero hablar de eso, no me siento cómoda, y en realidad aunque sean mis amigos, son cosas en verdad muy personales, pero ten la seguridad de que cuando pase algo importante, tú y Kristell serán los primeros en enterarse.
- Creo que tienes razón, Melody, perdóname si te molesto.
- No te preocupes Taylor está bien.
La maestra nos dijo que pasaríamos a la cancha que comenzaríamos con el calentamiento, después de hacer estiramientos y correr alrededor de la cancha , comenzamos a jugar vóleibol, chicas contra chicas, y chicos contra chicos.
Esta clase, me era divertida por dos razones, podía correr y moverme con libertad y la otra y más importante no tenía a nadie todo el tiempo preguntándome sobre mi relación, parecía que era el chisme del día, y esa era lo primero que quería evitar.
Al acabar la clase de gimnasia seguía el descanso, asi que Taylor y yo fuimos a vestirnos, pues iríamos con Kristell y Alex juntos, caminamos por los pasillos hacia el comedor, y ahí vi a Alex se veía pensativo mientras miraba hacia la pared, y Kristell le hablaba, llegamos y me senté en al lado de Alex, coloque la rosa en mi mano derecha y la puse en la mesa.
-Podemos hablar en un lugar privado, por favor? – Dijo Alex, con su voz seria.
- Sí, claro. – Nos levantamos y mientras caminábamos Kristell dijo. – Melody, recuerda que tenemos que platicar.
- Lo sé, en un momento vuelvo.
Caminamos hacia la puerta del comedor, él se detuvo y me miro, me recargue en la pared, y estaba frente a mí mirándome.
- Melody, yo sé que me he comportado muy infantil, me disculpo, pero si me permites te diré de que se trata.
Solo levante mi cabeza y lo mire a los ojos, mientras él me hablaba.
- Tenemos muy poco tiempo de novios, para ser exacto dos días, y me han sido los dos más maravillosos días, y te quiero más que nada en el mundo, y no solo lo digo quiero demostrarlo, te invito hoy a cenar en casa de mis padres, muchas veces lo has hecho, pero esta vez iras como mi novia.
- Alex por supuesto que asistiré.
No eran celos, solo quería invitarme con sus padres formalmente, que tonta había sido, él no era como los hombres promedio, y gracias a eso se me estaba haciendo muy fácil enamorarme de él, me hacía sentirme bonita, querida, y jamás me sentía sola al estar con él, cada vez el amor crecía aún más, cada palabra suya me hacía tan feliz, amar y ser amado, los dos placeres de la vida. Al contestarle, el me tomo por la cintura y me beso, no duro más de dos segundos, pues me sentía incomoda, tener alrededor de mi gente mirándome, él lo sabía asi que nunca se molestaba por hacerlo. Me tomo de la mano y poco antes de ir al comedor, pasaron frente a nosotros Quil y Embry, que al mirarme me sonrieron, mientras que a Alex, lo observaban con rabia y desprecio, ignoraba la razón, a Alex no le molesto, asi que solo siguió caminando.
Alex me llevo a casa, asi que deje mi bolso, me cambie y me puse un lindo vestido con el fin de impresionar a los padres Alex, que bien no lo necesitaban ellos siempre me han querido como a una hija, le avise a mi nana que llegaría un poco tarde ya que iría a la cena de los Freeman. Al llegar a casa de los Freeman me sentía cómoda, pace la mitad de mi niñez en ese lugar que parecía mi segunda casa, antes de entrar a casa Alex me tomo de la mano y me dijo “ Te vez hermosa” Creo que el vestido color crema, con encaje me serviría de mucho, sin contar que era mi favorito. Cuando entramos sus padres y su hermana Iris estaban sentados en la sala de estar, Iris realmente había crecido mucho, la última vez que la vi tenía diez años ahora con catorce años, se nota aún más su belleza, con piel clara, ojos color miel, cabello un tono más rubio que el de su hermano, y figura delgada. A su madre la había visto hace unos pocos días, y no había cambiado nada, ella era hermosa y joven tal vez andaba por los cuarentaitantos años, su cabello castaño lacio hasta los hombros, eran envidiable, tenía un brillo peculiar, y sus ojos negros y grandes, y cuerpo realmente delgado, para la edad que tenía era realmente hermosa, y el Sr. Freeman rubio de ojos castaños, alto y joven, a simple vista podrías darte cuenta de donde Alex había sacado tal belleza, el Sr, Freeman era muy apuesto y hasta donde yo sabía era unos años más joven que la madre de Alex, después de analizarlos detenidamente.
Me acerqué a ellos, me sonrieron, y Alex me tomo por la cintura y dijo.
- Mama, papá. Ella es mi hermosa novia. – Sonrío, lo mire y sus ojos tenían una chispa un brillo, él era feliz, y si él lo era yo también lo seria.
- Que feliz me siento por ustedes dos, yo sabía que terminarían juntos. – Dijo la señora Freeman mientras me abrazaba.
- Vengan, vamos a cenar y platicar un rato. – Dijo el señor Freeman.
Fuimos al comedor, y su cocinera nos sirvió, la mesa estaba hermosamente decorada, la bajilla parecía ser muy cara, pero porque tanto lujo, si solo era yo la misma chiquilla que jugaba en el lodo con su hijo.
- Nos contó Alex, que tus padres no estaban en la cuidad, no sabes cuándo volverán? – Pregunto la Sra. Freeman.
- No suelen decir cuándo volverán. – Conteste.
- Que lastima quería celebrar junto con ellos este gran momento.
- Por favor mama, es solo un noviazgo, no se casaran, podrían terminar en cualquier momento porque lo tomas tan apecho? – Dijo Iris la Hermana de Alex.
- Quien dice que no? Con suerte y en unos cuantos años, podrían casarse, y por supuesto que esto durara lo suficiente, cierto Alex. – Dijo la Sra. Freeman en tono de afirmación.
- Eso espero mama, y lo de casarnos, eso nadie lo sabe falta mucho tiempo para eso, aun ambos somos muy jóvenes, y queremos divertirnos.
- Claro, lo se hijo, y la mejor forma de divertirse seria haciendo una fiesta, para que todos se den cuenta que los Evans y los Freeman, se han unido gracias a sus hijos. – Ella se estaba imaginando todo.
Y estaba segura de lo que pensaba, una enorme fiesta de etiqueta, me sentía tan presionada, acaso esto solo era por apellidos y no por amor, no quería esa fiesta, jamás me habían gustado ese tipo de fiestas, asi que busque una excusa para salir de ese aprieto.
- Me parece perfecto Sra. Freeman, pero Alex y yo queríamos tener un tiempo solos, salir al cine a la playa y cosas asi, si no le molesta.
- Al contrario, me parece perfecto, ya será después.
Toda paso rápido, pues a la señora Freeman no le paraba la boca, solo ella se escuchó toda la noche, hablaba de cuando Alex y yo éramos pequeños, también que quería hablar con mi madre sobre la relación, y cosas asi, la cabeza me deba vueltas, a la mitad de la velada deje de ponerle atención, cuando pensé que no se cansaría de hablar, dijo que estaba cansada, pero que no me fuera, que me sintiera como en casa, se fue junto con su esposo a su habitación, y mientras ella subía las escaleras llamo a Alex, y en la sala solo quedamos Iris y yo.
Hace mucho tiempo que no, nos veíamos, y era una buena oportunidad para hablar.
- Iris, creciste tanto, por poco y no te reconozco.
- Eso crees? Yo me siento igual.
- Pues no es asi, tu hermano me dijo que te habías ido a estudiar a Europa con tus tíos, por qué volviste?
- Aunque suene imposible, extrañaba a mi hermano, y a mis padres, es raro no escuchar todo el día la voz de mama. – vi una media sonrisa.
- Suele ser asi, siempre extrañas a las personas que quieres, a veces hasta los defectos asen que los extrañes más, me pasa muy seguido con mis padres, ver la casa sola, y saber que no hay nadie con quien hablar, bueno sin contar a mi nana.
- Melody, tú no estás sola, me tienes a mí, cuando me necesites aquí estaré, y lo sabes, eres como mi herma. Aunque te digo algo, jamás pensé que fueras a ser novia de mi hermano, y si ustedes dos por alguna razón terminan, puedes contar aun asi con migo.
Alex volvió, y solo miro a Iris, parecía ser esa señal de, “ Déjanos solos” Asi que Iris antes de levantarse me abrazo, y me dijo en el oído, “ Yo siempre te escuchare”. Se fue, y Alex se recostó en mi reboso, comencé a acariciar su suave cabello.
- Tu y Iris se ven muy bien hablando.
- Eso crees? Es realmente agradable.
- Si lo es, pero cuando no vives con ella. – Dijo el riéndose.
Giro su cabeza hacia la mía, tomo mis manos, y me dio un beso en ellas, solo me miraba, y me hacía sentirme nerviosa.
- Que pasa?
- Nada, solo aun no lo puedo creer.
- No puedes creer, que?
- Que estemos asi, que seas mi novia, es que eres tan bella, dulce, tan perfecta.
- Creo que exageras un poco sobre mí, no soy perfecta tengo más defectos de los que tu vez.
- Pues al menos para mí lo eres.
Escuche sonar, mi celular, asi que lo saque de mi bolso, en la pantalla aparecía el nombre de mi nana, era un mensaje que decía que era hora de volver, todo iba tan bien pero debía regresar, ya era un poco tarde como para estar fuera de casa entre semana. Salimos de la casa, y fuimos hacia su auto, cuando íbamos en camino Alex me pregunto.
- Podría mañana pasar por ti?
- Lo siento, iré a clases de francés, te parece bien si nos vemos en el Instituto?
- Si me parece perfecto.
Al llegar a casa, él se bajó primero para abrirme la puerta del auto, y cuando baje el solo me dio un beso en la mejilla, y me dijo.
- Que tengas dulces, sueños.
- Igualmente, que descanses.
- Te quiero.
- Y yo, a ti.
Entre a mi casa, y directamente fui a mi habitación, abrí la puerta del balcón, y el aún estaba en la entrada, y me alcanzo a ver, solo me lanzo un beso, y lo salude con mi palma, lo vi irse, cada que pensaba en el sentía ese cosquilleo en el estómago, definitivamente, era amor, no era experta en ese tema, pero jamás lo había sentido, y es algo agradable de sentir, pues al estar con él, no me era importante todo lo demás.
Al despertar el día siguiente me sentía, diferente, feliz, y descansada, era raro en mi despertar con una sonrisa. Aparte de a ver estado la noche anterior con Alex, había algo más que celebrar, por fin terminaba el curso de francés, una clase menos. Cuando ya estaba lista, baje las escaleras con mi bolso del Instituto, mi nana me dio la bendición.
En el transcurso de la mañana todo fue muy tranquilo, solo escuchar la pequeña ceremonia de entrega de diplomas, al llegar al Instituto vi a Alex, esperándome en el estacionamiento, y mientras caminaba hacia él, vi a Jacob, de nuevo, en su moto con sus dos hermanos, era muy incómodo cruzar el estacionamiento y sentir la mirada de Quil, Embry y Alex, llegue al lado de Alex y me beso en la frente, mire hacia atrás y Jacob me observaba, mientras que sus hermanos lo miraban a él como esperando una reacción, Alex me ayudo con mi bolso ,me tomo de la mano, y mientras caminábamos hacia la primera clase dijo.
- Vaya forma de mirar. – Con un tono de sarcasmo.
- De que hablas? – Yo me encontraba confundida, no sabía de quien hablaba.
- Miraste al chico que estaba junto a una motocicleta? Con otros dos chicos? – Me pregunto.
- Ha, si! – En mi mente trate de formar de nuevo la escena pero nada concordaba, que era lo que le molestaba.
- El más alto, me veía como si quisiera matarme, creo que solo son ideas mías, olvídalo. – Dejo de hablar del tema, pero aún se veía confundido, yo sabía que él seguía pensando en lo sucedido.
- Quizás veía a otra persona.
La hora de descanso había llegado, por fin, pues las clases comenzaban a ser aburridas, se acercaban los exámenes y debíamos dar repasos a los temas ya vistos. Pero había otra cosa del cual preocuparse, el día anterior me había salvado de la interrogación de Kristell, esta vez no tendría tanta suerte, asi que Alex y yo caminamos hacia la mesa de Taylor y Kristell.
- Hasta que los veo tortolos. – Dijo Kristell en forma de burla.
- Asi son los primeros días, Kristell recuérdalo. – Dijo Taylor, mientras la veía.
- Esta bien, entonces? – Nos preguntó, mientras esperaba una respuesta, Alex solo voltio a verme y comenzó a hablar.
- Dime que quieres saber?
- Quien le dijo a quién que se gustaban? – Lo dijo, en forma de afirmación, no comprendí, porque formulaba asi la pregunta, como que quien le dijo a quién, acaso era tan obvio?
- Porque lo dices de esa forma? – Le pregunte, tratando de saber qué es lo que pasaba en su cabeza.
- Era más que obvio que ustedes dos terminarían juntos, para serte franca todo el Instituto sabía que Alex estaba enamorado de ti, la única persona que no lo sabía eras tú. – Lo dijo con tal seriedad que supuse que hablaba enserió.
Y tenía razón, amigas de otras clases se preocupaban por la relación que teníamos yo y Alex, por lo general las preguntas trataban de si éramos novios, o solo era un Free, muchas veces me decían que si sabía la forma en que el me contemplaba mientras estábamos juntos, pero siempre negué todo, simplemente les contestaba “ Solo es mi mejor amigo, y nada más”. Ahora tendría que tragarme mis palabras, muchas personas estaban felices de que estuviéramos juntos, pensaban que nos veíamos perfectos, no solo eran nuestros padres que opinaban eso.
- Eso es cosa del pasado, lo único que importa es el ahora y que estamos juntos, Taylor qué opinas sobre una salida los cuatro, sería interesante no crees? – Él le dio una palmada en la espalda, y los dos sonrieron.
- A mí me agrada la idea, y tu Kristell, quieres ir?
- Claro, seria nuestra primera salida de parejas, será grandioso, vamos al cine, luego a comer algo, y después a un lugar súper romántico que me recomendaron. – Se veía entusiasmada.
Me asustaba tanto la idea del romanticismo, yo no solía ser asi, me gustaba más compartir el tiempo a solas con Alex en un lugar neutro, y Kristell solía, emocionarse y llevar las cosas a otro nivel, pero no podía negarme, todos estaban muy felices por la próxima salida.
- Okey vamos.
Como negarme a salir con mis mejores amigos, y con mi novio, aun me era extraño llamarlo asi “ Novio” de pasar de mejor amigo a novio era un cambio drástico, pero había cosas de las cuales debía preocuparme, la cita doble estaría echa por Kristell, y eso daba curiosidad y miedo a la vez, que más daba, que me obligara hacer, o a qué lugar horrible iríamos, estaría Alex, como lo había prometido, estar con migo siempre, en las buenas y malas.
- InvitadoInvitado
CAPITULO 4: NO JUZGUES UN LIBRO POR SU PORTADA.
Vie Jun 29, 2012 9:01 am
CAPITULO 4: NO JUZGUES UN LIBRO POR SU PORTADA.
Había pasado ya un mes de comenzar a ser novia de Alex y todo iba muy bien, la cita que planeamos estuvo excelente, fuimos al cine a ver una película totalmente empalagosa, si no hubiera tenido a Alex a mi lado todo el tiempo no habría aguantado esa película, y después nos fuimos a comer a un lindo restauran, Alex me sorprendió llevándome un ramo enorme de rosa rojas, mis favoritas, y ese mismo día al llegar a casa mis padres habían vuelto, e invitaron a Alex a cenar, planearon y hablaron sobre una cena próxima de nuestras familias, parecían estar más felices nuestros padres, que nosotros mismos, pues ya no nos importaba lo único que queríamos era estar juntos y solos. En mi caso solo era Elena, pues mi padre John lo único que quería era verme feliz, no importaba con quien fuera.
Ya no acudía a clases todos los días, pues ya estaba oficialmente graduada de la escuela de francés, y mis padres me habían pedido que dejara de asistir a clases de vocalización, y acepte con gusto, después deje de ir a la clase de Hip- Hop , lo que menos quería era hacer enfadar a mis padres viéndolos tan felices solo por una tontería mía, solo me quedaba el ballet, y el piano asi podía tener más tiempo para mí.
Alex tenía unos pequeños choques con Quil y Embry parecía ser que no le era de su agrado, Alex no solía ser molestado por personas pues es muy amable y sencillo, pero era más que obvio que ellos no quería tener una amistad con él pues cuando yo me topaba a charlar con Quil y Embry después de salir de clases y llegaba Alex o se iban o comenzaban hacer gestos de repugnancia, y aunque Alex no hiciera algún comentario sobre ello, trataba de mantenerme lejos de ellos, pero no me era posible pues por cualquier lugar del Instituto por más grande que fuera los veía, a veces pensaba que me seguían, pero era algo absurdo pensar que eres su centro de atención. Y lo más extraño era que no solo Quil y Embry se sentían alterados con Alex sino también Jacob Black el chico de la linda motocicleta, pues al verme a mi sola me sonreía y parecía una persona agradable, pero al ver a Alex cambiaba totalmente, como si fuera otra persona. Como todos los días Alex pasaba por mí para ir al Instituto, al llegar a estacionamiento había algo diferente, ese chico Jacob al que veía todos los días con sus hermanos Quil y Embry, no solo los acompañaba ahora en sus hombros cargaba con su mochila, eso significaba que sería el chico nuevo, y mientras caminaba de la mano con Alex comenzó la curiosidad, acaso el seria de mi misma edad? Estaría en alguna clase con migo? Eso que importaba, porque debía de preocuparme por eso, hace meses de la última vez que había platicado con él y lo único que hacíamos al vernos era sonreír, nada más. Alex me acompaño a mi clase de biología, al escuchar el timbre para comenzar clases, me dio un beso en la mejilla y se fue, entre al salón y el profesor Montés aun no llegaba, camine hasta el final de la primera fila y mi compañera Dakota aún no estaba ahí, asi que coloque mis libros sobre la mesa y me senté a esperar que comenzara la clase. Él había llegado después de unos minutos, pero Dakota aun no, el profesor comenzó a hablarnos sobre Genética, yo dibujaba en la última hoja de mi cuaderno, cuando deje de escuchar la explicación del profesor, levante la vista para saber porque había parado de hablar, me di cuenta que todos miraban hacia la puerta, y quise saber que era tan extraordinario como para tener la atención de más de cuarenta adolecentes.
Era Jacob Black, nos miramos por un momento pues el profesor pidió su atención, le pregunto qué era lo que necesitaba, Jacob le dio un papel y el Sr. Montes le dijo que pasara. Lo detuvo frente a toda la clase y le dijo que se presentara.
- Por favor, preséntese a la clase. – Dijo en Sr. Montés mientras escribía en su cuaderno.
- Hey, hola soy Jacob Black, vengo de la reserva ¨La Push¨ que está en un pequeño pueblo de Forks Washington. – Lo dijo tan seguro de sí mismo, mientras inspeccionaba a todos a su alrededor, yo en su lugar estuviera muy nerviosa por estar en un lugar nuevo.
- Eso es todo, puede tomar asiento con la Srita. Evans. – Lo dijo mientras apuntaba hacia mí.
Mientras el caminaba hacia el lugar donde yo estaba tome mis libros del otro lado de la mesa para darle lugar a los suyos, y me fui a la silla del lado de la ventana, y entre más sentía que se acercaba, comencé a recordar su rico aroma, como se miraban sus ojos de mucho más cerca, el calor que emanaba su cuerpo, y cuando lo mire ya se encontraba frente a mí. Porque se encontraba tan feliz de sentarse con migo? Su sonrisa era bonita, pero yo era la razón de ella? Era irracional pensar que yo era quien lo hacía sonreír. Cuando se sentó giro su cabeza, me miro y me hablo con una gran sonrisa.
- De nuevo tú. – Dijo con una leve risita.
- Si, esto comienza a asustar no crees? – Le sonreí aun tímida, por tenerlo tan cerca de mí, me sentía nerviosa sin ninguna razón, mis manos sudaban, y no paraba de morder mi labio, era una tonta maña que hacia cuando estaba nerviosa.
- No, quizás sea el destino, no lo has pensado? – Aun sonreía, y esperaba ver mi reacción.
- Sabes he llegado a la conclusión que estas acechándome . – Lo dije en forma sarcástica, todavía contemplando sus negros y serenos ojos.
- Pues tal vez no estés equivocada. – Lo dijo riéndose, muy fuerte, por cierto, que era tan gracioso, o quizás era su chiste personal, pero me hizo sentirme aún más incómoda.
- Srita, Evans y joven Black gustan compartir algo con la clase? – Dijo el profe con tono dominante, pues yo no había prestado atención desde que Jacob paso por esa puerta, no sabía de qué era de lo que hablaba.
- Discúlpenos Sr, Montés. – Le dije que voz suave y baja.
- Relájese profe, dejaremos de hablar, siga con la clase. – Le dijo el sin ninguna pena, con toda confianza.
- Claro joven Black “Me relajare”. – Dijo burlándose mientras se volteaba de nuevo hacia el pizarrón.
El Sr. Montés, comenzó a explicar que los progenitores ósea los padres, heredaban rasgos físicos y mentales a sus hijos, mire a Jacob cerrar con fuerza sus puños, y sus cejas casi podrían juntarse que le pasaba, que era lo molestaba, toque su brazo y era muy caliente, fue como si hubiese puesto mi mano sobre una ligera flama de la estufa, solo alejo su brazo de mi mano, me vio solo agacho la cabeza, el profesor dio indicaciones de una próximo trabajo que haríamos en parejas, y agrego que nos daría tiempo para ponernos de acuerdo, después de haberlo tocado Jacob había mantenido su cabeza mirando hacia la mesa, quise que estuviera feliz, y hablando, me sentía culpable de verlo asi.
- Que te pasa Jacob? – Le pregunte con una leve voz, esperando que se abriera para platicar con migo.
- Solo, pienso en mi familia, es todo. – Lo dijo tan serio y cortante, pero yo no estaba decidida a dejar que la conversación acaba ahí.
- Los extrañas, cierto? – Lo dije en forma de afirmación, para que el me contestara.
- Si, pero no es eso, escuchaste la clase de Biología, lo de la herencia genética, pues creo que a mí no me fue tan bien con eso de los genes. – fue tan cortante, y lo decía con tono de enojo.
- Porque lo dices, acaso heredaste una enfermedad?
- No herede una maldición. – Lo dijo más enojado que antes, apretó sus puños, tomo sus cosas y el timbre se escuchó salió rápidamente de la silla y camino a la puerta, y deje de verlo.
Las clases continuaron sin darme cuenta, aún seguía dándole vueltas al significado de sus palabras, el no parecía ser ese tipo de chico que se preocupaba por su físico, así que debía ser algo más grave, pero él no me lo diría, pero tal vez si fuera su amiga el me lo contaría, no era simple curiosidad lo que me hacía querer saberlo, era el recordar su cara triste, sus ojos fríos y sin emoción. Me encontraba en la mesa de siempre del comedor, tomada de la mano con Alex, y vi llegar a Jacob junto con sus hermanos, caminaban con tal confianza que todos los miraban se sentaron en una mesa de la que podías mirar todo el comedor.
- Vaya engreídos no? – Dijo Kristell, mientras los miraba y se burlaba.
- Deja a los chicos malos del instituto. – Dijo Taylor con tono de sarcasmo.
Kristell y Taylor se encontraban sentados con migo y Alex, él ni siquiera los miraba pues sabía que esperar si lo hacía. Taylor y Kristell a pesar de la forma de describirlos tenía un poco de razón, sus estilos desarreglados asemejaban ser una banda de motociclistas, y a simple vista se podía saber quién era el jefe, pues Quil y Embry seguían a Jacob para cualquier lugar que el fuera. Los dichos en ocasiones suelen ser ciertos, recordé el muy famoso “ No juzgues a un libro por su portada” Porque a pesar de su cabello largo y estilo desarreglado no eran personas malas al contrario eran muy agradables.
- Solo quieren llamar la atención, como todos los nuevos. – Dijo Alex, con seriedad.
- En realidad son muy agradables. – Les dije, tratando de desmentir sus suposiciones.
- Basta solo verlos Melody. – Lo dijo confundida por mi comentario.
- No porque sean diferentes a nosotros son malos Kristell, eres demasiado superficial. – Comencé a desesperarme por su comentario, y aunque sabía que era imposible a serla cambiar de parecer, no me quedaría callada estaba cansada de su forma de pensar.
- Por favor chicas, no van a discutir solo por ellos. – Dijo Taylor.
- No es por ellos, es por Kristell. – Dije enojada, y con voz baja.
- Por mí? Qué te pasa Melody, porque te comportas asi! – Dijo Kristell, discutiendo, y casi gritando.
- Sabes que Kristell, no hagas hipótesis antes de conocer a alguna persona, después hablamos cuando estés más tranquila. – Le hable mientras la miraba a los ojos tratando de que entendiera, me levante de la mesa y di un paso atrás.
- A dónde vas Melody? – Me pregunto Alex, un poco preocupado.
- Debo de ir con el chico nuevo, a hablar sobre nuestro proyecto.
- Esta bien, vuelve pronto, para hablar contigo y Kristell. – Dijo Alex.
- Sí, claro. – Lo dije inconforme, lo que menos quería era hablar con Kristell estaba enojada por sus comentarios ignorantes.
Camine en dirección a la mesa donde estaba Jacob y sus hermanos , ellos hablaban y levantaron la vista hacia mí, solo me sonrieron.
- Hey que haces tú por aquí. – Pregunto Quil.
- Acaso no puedo tomarme un tiempo y visitarlos? – Le conteste a Quil, sonriendo.
- Eso es lo raro, tu noviecito no te deja acercarte a nosotros. – Dijo mientras me miraba, y su sonrisa ya no estaba en su cara.
- No es eso, bueno Jacob puedo hablar contigo? – Mire a Jacob y el me observo desconcertado.
- De qué? – pregunto.
- Entonces nosotros nos vamos, no queremos estar de aguafiestas. – Dijo Embry.
- No, pueden quedarse si quieren, solo hablaremos de un proyecto de Biología. – Mientras se los decía apuntaba la silla donde estaban.
- Bueno dime ya. – Dijo Jacob.
- El proyecto es para la próxima semana, y el tiempo aquí en el Instituto no nos es suficiente, creo que sería buena idea en vernos fuera de clase, en mi casa estaría bien.
- Eso es una cita? – Pregunto Quil.
- Cierra la boca Quil. – Dijo Jacob, después de pegarle en el hombro.
- Esta bien, cuando comenzamos? – Estaba entusiasmado con la idea, también, era la primera vez que invitaba a un amigo a casa desde hace mucho tiempo.
- Mañana saliendo del Instituto , si tienes tiempo claro!. – Dije un poco apenada, inconscientemente me sentía como si fuera una cita.
- Sigo creyendo que es una cita. – Insistió Quil.
- Quil, sabes que tengo novio no puedo salir con nadie más. – Reí y me contuve no quise parecer una loca.
- Que aburrido. – Se recostó en su silla y cruzo los brazos.
El timbre se escuchó, debía regresar a clases, me levante y me despedí, había sido entretenido pasar el descanso con ellos, no hablaban de los demás, claro sin contar a Alex, pero siempre lo decían de juego, después del tiempo transcurrido ya me sentía más cómoda con ellos. Pero había olvidado volver con Alex y los demás, no me di cuenta del tiempo que había pasado hablando con los chicos. Me había evitado seguir peleando con Kristell, por el mismo tema.
Cuando volvía a casa después de clases con Alex, debía decirle que no pasara por mí, pero no podía decirle que Jacob vendría a la casa, pues comenzaría a querer quedarse mientras el este, asi que le dije que necesitaba un poco de libertad, y en parte era verdad no recordaba la última vez que había conducido mi Chevy , el no discutió al respecto.
Lo invite a pasar a la casa, pues por toda una semana no lo vería, y al entrar vi las maletas al lado de la puerta y ya sabía lo que significaba, mis padres se iban, jamás pensé que llegaría a acostumbrarme pero lo hice, o quizás el tener a Alex a mi lado me hacía sentirme menos sola. Mi nana estaba en la cocina lo supuse por el delicioso olor que venía de ahí, Elena y John se acercaron a platicar con Alex, aproveche ese momento para saludar a mi nana.
- Hola, nana que cocinas hoy? – Le bese la mejilla.
- Que tal te fue Melly?- Me abrazo – Algo que te encanta!
- No me digas, lasaña? - Mi comida favorita, quien más podría saberlo, solo mi nana, me conocía desde hace tanto tiempo.
- Si, Alex se quedara a cenar?
- Eso creo nana, si lo ase me esperarías despierta quiero hablar contigo sobre alguien.
- Y porque no me lo dices ahora, tus padres lo tienen muy ocupado. – Miramos a la sala, y platicaban muy cómodamente.
Elena me miro, y me llamo sabía que lo aria por eso había preferido hablar después con mi nana.
- Hija puedes venir por favor. – Alzo la voz ligeramente.
- Claro, espera un poco. – conteste.
- Eso es la razón nana.
Camine en dirección a la sala me habían llamado porque ellos ya se iban y no querían dejar a Alex solo.
- Hija cuídate mucho, volveremos pronto te queremos. – Dijo John.
- Platicamos después Alex, quédate a cenar, adiós Melody, trátalo bien.
Durante la cena platicábamos mi nana él y yo, contábamos chistes y reíamos juntos, fue una noche maravillosa pero Alex se fue un poco tarde quizás se le fue el tiempo igual de rápido que a mí, y aunque aún él no quería irse ,debía hacerlo pues al día siguiente había Instituto. Cuando él se fue, mi nana curiosa por la plática que teníamos pendiente.
- Melly he soportado la duda por toda la noche.
- No es tan importante nana, solo quiero saber que me aconsejas. – Le dije con un tono despreocupado.
- Entonces dime. – Me miro, con esa mirada de dulzura y paciencia que ella tenía era difícil negarte a hablar con una persona tan agradable.
- Todo comenzó cuando el profesor de Biología me puso en un equipo con un chico nuevo, porque mi antigua compañera no asistió a clases, entonces debemos entregar un proyecto en una semana, y le dije que viniera a mi casa. – Espere su reacción.
- Y eso es excelente? O cual es el problema? – pregunto confundida.
- Que Alex y ese chico llamado Jacob tienen unos pequeños roces y si Alex se llegara a enterar, estaría con migo hasta que él se fuera y me sentiría realmente incomoda.
- Aun no le dices Alex? – Con un tono suave.
- Estaba pensando en decírselo…… pero tal vez después! – Estaba segura que lo último que aria sería decírselo, pero si no lo hacía tendría otra imaginen de lo sucedido.
- Todos los años que pase con mi marido que en paz descanse aprendí, que siempre debemos hablar con la verdad, asi se conoce que tan grande es el amor se ambos se tienen, la confianza es la base. – En sus ojos se veía un destello al hablar de su esposo, ese amor si era verdadero.
- Nana lo tengo muy claro, pero eso no nos puede lastimar, es algo pequeñito y conoces a Alex es muy comprensivo.
- No lo subestimes tanto, te puedes llevar una sorpresa.
- Quizás sea cierto nana. Hay algo más que quiero decirte.
- Mas? Bueno te escucho.
- Recuerdas el chico que vi por casa de la abuela?
- Que pasa con él, lo has visto de nuevo?
- Si, y lo veré muy seguido, es el chico nuevo con el que are el proyecto.
- Vaya que raro. – Se quedó muy pensativa.
- Nana me iré a dormir solo tenía esa pequeña duda gracias. Y recuerda que mañana vendrá nuestro invitado.
- Que descanse Melly, y les tendré unos ricos bocadillos cuando vuelvan.
Y mientras caminaba una duda rondaba en mi cabeza, y debía decírsela si no toda la noche pasaría pensándola. Di la vuelta y la mire aun sentada en el sillón.
- Nana cuando dos personas se encuentran muy seguido, es una simple casualidad?
- En algunas veces, otras suele ser el destino.
- El destino?
- Ven siéntate Melly. -Me senté de nuevo con ella en el sillón y me recosté en sus piernas mientras ella me acariciaba el cabello.
- Si, mira el destino muchas veces junta a personas que deben estar juntas, algunos no creen en eso, solo opinan que es una simple casualidad, pero a mí me ha dado razones por las cuales sé que existe, tú por ejemplo.
- Y en eso casos cuando el “ Destino” junta a las personas que se debe hacer?
- Nada, solo dejar que actué, y no huir de él.
- Solo espero que el destino no me guie a algo malo.
- Pocas veces lo hace, solo pasa eso cuando tú debes de pagar algo, y eso sería el karma.
Me levante del sillón y me despedí de mi nana, por segunda vez y me fui a mi habitación me puse mi rica pijama, y fui directo al balcón a abrir las puertas pues era un día caluroso y el cuarto estaba sofocado, me senté un rato en el balcón para admirar las estrellas, comencé a pensar las palabras que mi nana me había dicho sobre el destino, será que a mí y a Jacob nos quiere juntos o sería demasiado tonto pensarlo, ya era la tercer vez que lo veía, la primera fue por casa de mi abuela, la segunda cuando el auto dejo de funcionar y la tercera en mi clase biología y por si no fuera poco estaba con migo en la misma mesa y mismo equipo, no era demasiado obvio? Pero como el destino lo pone en mi camino, si ya había puesto a un hombre maravilloso antes. Creo que mi nana era solo un caso especial del destino, y todo lo que a mí me pasaba solo eran coincidencias.
Estaba casi dormida fuera del balcón, asi que mejor fui a mi cama a recostarme, mañana sería un día largo, debía decirle a Alex sobre mi proyecto y el chico de las coincidencias vendría a mi casa. Al terminar de desayunar me fui directo a la cochera, hace tanto tiempo que no veía a mi lindo Chevy , y menos los conducía, Alex pasaba todos los días por mí, y cuando salíamos siempre era en su auto, quite la alarma, entre y al encenderlo quería asegurarme que tenía gasolina pues ya no quería que me salvaran de nuevo y el tanque estaba casi lleno, prendí la radio y me puse en marcha al conducir por la carretera y sentir el viento entrar por la ventana recordaba porque me gustaba tanto ese auto. Cuando llegue al Instituto, Alex ya había llegado estaba recargado en su Eclipse mientas platicaba con unas chicas, supuse que al no vernos llegar juntos pensaron que habíamos terminado y no perdieron tiempo porque Alex era tan atractivo no solo para mi sino para otras chicas, sentí un calor recorrer por mi pecho, que era esa sensación tan extraña era similar a la del enojo jamás había sentido algo parecido. Eso era, que más podría ser si no celos, debía ocultarlos no quería ser una tonta novia celosa, llegue y me estacione al lado de su auto, y las chicas que estaban a su alrededor solo me miraban, tal vez esperaban que me bajara, y las golpeara a todas, estuve a punto de hacerlo , pero sería demasiado para todos los que se encontraban ahí, solo apague el auto me baje de él y camine hacia Alex, el me miro dejo de ponerle a atención a la chicas y me siguió, me abrazo y me dio un beso en los labios, entre más pasaban los días más me enamoraba de él, y aunque al principio pensé jamás sentir tal emoción ahora me pasaba cada día, al verlo, al tocarlo, al besarlo, y quizás todos los días lo besaba, pero todos los días era una sensación distinta, algo que crecía dentro de mí.
Tomados de la mano caminamos al comedor y antes de llegar a donde estaban Kristell y Taylor le dije que se detuviera, era hora de contarle sobre el proyecto.
- Alex podemos hablar un momento.
- Sí, claro.
- Mira debo hacer un proyecto de biología.
- Y necesitas ayuda?
- No, no gracias pero tengo un compañero.
- Ha es en parejas y quién es? Lo conozco?
- Lo has visto en ocasiones, es Jacob.
- El de la motocicleta?
- Si, y va ir toda estaba semana a mi casa para elaborarlo.
- Dile que no necesitas ayuda, yo te ayudare.
- Alex, él debe hacerlo, por eso es en parejas.
- Hay algo en el que no me gusta, y lo quiero lejos de ti, hasta has visto como me mira, y estando tú y el solos.
- No estaremos solos mi nana estará ahí.
- Es mi obligación cuidarte eres mi novia, la persona a la que más quiero, por eso me preocupo por ti, pero no puedo decirte que debes hacer, solo promete que tendrás cuidado con él, y cualquier cosa que diga o pase me lo dirás.
- Lo prometo, palabra de novia. – Le sonreí, se veía tan bien preocupado por mí, nunca lo habían hecho de esa forma y me gustaba.
Le di un pequeño beso, pues era inevitable no quererlo besar, caminamos hacia con Taylor y Kristell, debía arreglar las cosas con ella.
- Hola chicos. – Dijo Taylor.
- Hola. – Dijimos yo y Alex, Kristell no dijo nada quizás aún seguía enojada.
- Kristell podemos hablar? – Le pregunte.
- Taylor y yo iremos a comprar algo para comer volvemos luego.
- Esta bien. – Conteste.
- Entonces dime. – Dijo Kristell, y por su tono era seguro que seguía enojada.
- Perdón por lo del otro día. – Conociendo a Kristell ella jamás me pediría perdón, era demasiado orgullosa para hacerlo por esa misma razón lo hice yo primero.
- Sé que andabas un poco estresada, solo por eso te perdono. – Dijo volviendo con su forma de hablar habitual.
- Tú también me debes un disculpa.
- Asi? Porque?
- Por todo lo que dijiste sobre ellos.
- No dije más que la verdad Melody.
- Sabes que Kristell, asi dejémosla no quiero pelear de nuevo. – Ella no cambiaría la forma de ver a los demás, y no me pondría a discutir asi que deje de hablar y mire Alex que estaba en la barra de alimentos. Camino a donde yo estaba y se sentó.
- Que paso chicas, todo está bien? – Pregunto Alex, no se veía contento tal vez nos esperaba abrazadas o platicando, pero no asíamos más que solo mirarnos.
- Todo está bien. – conteste, cortante.
- Podríamos irnos Alex, no me siento bien. – Físicamente me sentía perfectamente bien, pero dentro de mí, sentía aun el enojo.
- Que te pasa? Necesitas ir a la enfermería. – Estaba tan preocupado, tal como él era siempre.
- No solo vámonos de aquí. – Sin mirar la expresión de Kristell sabía que era lo que pensaba de mí pero no estaba de humor para sus caprichos.
Caminamos por el corredor, cuando vi a Jacob con sus hermanos, debía preguntarle si iría a casa para comenzar con el proyecto, a Alex seguía sin gustarle la idea de que o estuviera al lado de él, pero se notaba que hacia un gran esfuerzo por solo hacerme feliz.
- Si quieres me estoy contigo. – Dijo Alex, mientras me abrazaba.
- No es necesario, hablaremos lo más pronto posible. – Le conteste, le acaricie el cabello, y lentamente quite sus brazos que estaban alrededor de mí.
- Hey Jacob. – Le grite.
- Nos vemos en clase, vuelve pronto, okey? – Alex dijo.
Jacob ya caminaba hacia mí con sus dos hermanos a sus lados parecía que lo protegían o solo lo seguían, mientras Alex se alejaba se miraron por un momento, la mirada de Alex era de confusión el trataba de no prestarle atención y camino hacia un chico que estaba fuera de la clase de biología, y la Jacob parecía de odio y burla, mientras que sus hermanos (Quil y Embry), solo lo miraban. No estaba muy segura de lo que pasaba entre ellos pero debía terminar
Había pasado ya un mes de comenzar a ser novia de Alex y todo iba muy bien, la cita que planeamos estuvo excelente, fuimos al cine a ver una película totalmente empalagosa, si no hubiera tenido a Alex a mi lado todo el tiempo no habría aguantado esa película, y después nos fuimos a comer a un lindo restauran, Alex me sorprendió llevándome un ramo enorme de rosa rojas, mis favoritas, y ese mismo día al llegar a casa mis padres habían vuelto, e invitaron a Alex a cenar, planearon y hablaron sobre una cena próxima de nuestras familias, parecían estar más felices nuestros padres, que nosotros mismos, pues ya no nos importaba lo único que queríamos era estar juntos y solos. En mi caso solo era Elena, pues mi padre John lo único que quería era verme feliz, no importaba con quien fuera.
Ya no acudía a clases todos los días, pues ya estaba oficialmente graduada de la escuela de francés, y mis padres me habían pedido que dejara de asistir a clases de vocalización, y acepte con gusto, después deje de ir a la clase de Hip- Hop , lo que menos quería era hacer enfadar a mis padres viéndolos tan felices solo por una tontería mía, solo me quedaba el ballet, y el piano asi podía tener más tiempo para mí.
Alex tenía unos pequeños choques con Quil y Embry parecía ser que no le era de su agrado, Alex no solía ser molestado por personas pues es muy amable y sencillo, pero era más que obvio que ellos no quería tener una amistad con él pues cuando yo me topaba a charlar con Quil y Embry después de salir de clases y llegaba Alex o se iban o comenzaban hacer gestos de repugnancia, y aunque Alex no hiciera algún comentario sobre ello, trataba de mantenerme lejos de ellos, pero no me era posible pues por cualquier lugar del Instituto por más grande que fuera los veía, a veces pensaba que me seguían, pero era algo absurdo pensar que eres su centro de atención. Y lo más extraño era que no solo Quil y Embry se sentían alterados con Alex sino también Jacob Black el chico de la linda motocicleta, pues al verme a mi sola me sonreía y parecía una persona agradable, pero al ver a Alex cambiaba totalmente, como si fuera otra persona. Como todos los días Alex pasaba por mí para ir al Instituto, al llegar a estacionamiento había algo diferente, ese chico Jacob al que veía todos los días con sus hermanos Quil y Embry, no solo los acompañaba ahora en sus hombros cargaba con su mochila, eso significaba que sería el chico nuevo, y mientras caminaba de la mano con Alex comenzó la curiosidad, acaso el seria de mi misma edad? Estaría en alguna clase con migo? Eso que importaba, porque debía de preocuparme por eso, hace meses de la última vez que había platicado con él y lo único que hacíamos al vernos era sonreír, nada más. Alex me acompaño a mi clase de biología, al escuchar el timbre para comenzar clases, me dio un beso en la mejilla y se fue, entre al salón y el profesor Montés aun no llegaba, camine hasta el final de la primera fila y mi compañera Dakota aún no estaba ahí, asi que coloque mis libros sobre la mesa y me senté a esperar que comenzara la clase. Él había llegado después de unos minutos, pero Dakota aun no, el profesor comenzó a hablarnos sobre Genética, yo dibujaba en la última hoja de mi cuaderno, cuando deje de escuchar la explicación del profesor, levante la vista para saber porque había parado de hablar, me di cuenta que todos miraban hacia la puerta, y quise saber que era tan extraordinario como para tener la atención de más de cuarenta adolecentes.
Era Jacob Black, nos miramos por un momento pues el profesor pidió su atención, le pregunto qué era lo que necesitaba, Jacob le dio un papel y el Sr. Montes le dijo que pasara. Lo detuvo frente a toda la clase y le dijo que se presentara.
- Por favor, preséntese a la clase. – Dijo en Sr. Montés mientras escribía en su cuaderno.
- Hey, hola soy Jacob Black, vengo de la reserva ¨La Push¨ que está en un pequeño pueblo de Forks Washington. – Lo dijo tan seguro de sí mismo, mientras inspeccionaba a todos a su alrededor, yo en su lugar estuviera muy nerviosa por estar en un lugar nuevo.
- Eso es todo, puede tomar asiento con la Srita. Evans. – Lo dijo mientras apuntaba hacia mí.
Mientras el caminaba hacia el lugar donde yo estaba tome mis libros del otro lado de la mesa para darle lugar a los suyos, y me fui a la silla del lado de la ventana, y entre más sentía que se acercaba, comencé a recordar su rico aroma, como se miraban sus ojos de mucho más cerca, el calor que emanaba su cuerpo, y cuando lo mire ya se encontraba frente a mí. Porque se encontraba tan feliz de sentarse con migo? Su sonrisa era bonita, pero yo era la razón de ella? Era irracional pensar que yo era quien lo hacía sonreír. Cuando se sentó giro su cabeza, me miro y me hablo con una gran sonrisa.
- De nuevo tú. – Dijo con una leve risita.
- Si, esto comienza a asustar no crees? – Le sonreí aun tímida, por tenerlo tan cerca de mí, me sentía nerviosa sin ninguna razón, mis manos sudaban, y no paraba de morder mi labio, era una tonta maña que hacia cuando estaba nerviosa.
- No, quizás sea el destino, no lo has pensado? – Aun sonreía, y esperaba ver mi reacción.
- Sabes he llegado a la conclusión que estas acechándome . – Lo dije en forma sarcástica, todavía contemplando sus negros y serenos ojos.
- Pues tal vez no estés equivocada. – Lo dijo riéndose, muy fuerte, por cierto, que era tan gracioso, o quizás era su chiste personal, pero me hizo sentirme aún más incómoda.
- Srita, Evans y joven Black gustan compartir algo con la clase? – Dijo el profe con tono dominante, pues yo no había prestado atención desde que Jacob paso por esa puerta, no sabía de qué era de lo que hablaba.
- Discúlpenos Sr, Montés. – Le dije que voz suave y baja.
- Relájese profe, dejaremos de hablar, siga con la clase. – Le dijo el sin ninguna pena, con toda confianza.
- Claro joven Black “Me relajare”. – Dijo burlándose mientras se volteaba de nuevo hacia el pizarrón.
El Sr. Montés, comenzó a explicar que los progenitores ósea los padres, heredaban rasgos físicos y mentales a sus hijos, mire a Jacob cerrar con fuerza sus puños, y sus cejas casi podrían juntarse que le pasaba, que era lo molestaba, toque su brazo y era muy caliente, fue como si hubiese puesto mi mano sobre una ligera flama de la estufa, solo alejo su brazo de mi mano, me vio solo agacho la cabeza, el profesor dio indicaciones de una próximo trabajo que haríamos en parejas, y agrego que nos daría tiempo para ponernos de acuerdo, después de haberlo tocado Jacob había mantenido su cabeza mirando hacia la mesa, quise que estuviera feliz, y hablando, me sentía culpable de verlo asi.
- Que te pasa Jacob? – Le pregunte con una leve voz, esperando que se abriera para platicar con migo.
- Solo, pienso en mi familia, es todo. – Lo dijo tan serio y cortante, pero yo no estaba decidida a dejar que la conversación acaba ahí.
- Los extrañas, cierto? – Lo dije en forma de afirmación, para que el me contestara.
- Si, pero no es eso, escuchaste la clase de Biología, lo de la herencia genética, pues creo que a mí no me fue tan bien con eso de los genes. – fue tan cortante, y lo decía con tono de enojo.
- Porque lo dices, acaso heredaste una enfermedad?
- No herede una maldición. – Lo dijo más enojado que antes, apretó sus puños, tomo sus cosas y el timbre se escuchó salió rápidamente de la silla y camino a la puerta, y deje de verlo.
Las clases continuaron sin darme cuenta, aún seguía dándole vueltas al significado de sus palabras, el no parecía ser ese tipo de chico que se preocupaba por su físico, así que debía ser algo más grave, pero él no me lo diría, pero tal vez si fuera su amiga el me lo contaría, no era simple curiosidad lo que me hacía querer saberlo, era el recordar su cara triste, sus ojos fríos y sin emoción. Me encontraba en la mesa de siempre del comedor, tomada de la mano con Alex, y vi llegar a Jacob junto con sus hermanos, caminaban con tal confianza que todos los miraban se sentaron en una mesa de la que podías mirar todo el comedor.
- Vaya engreídos no? – Dijo Kristell, mientras los miraba y se burlaba.
- Deja a los chicos malos del instituto. – Dijo Taylor con tono de sarcasmo.
Kristell y Taylor se encontraban sentados con migo y Alex, él ni siquiera los miraba pues sabía que esperar si lo hacía. Taylor y Kristell a pesar de la forma de describirlos tenía un poco de razón, sus estilos desarreglados asemejaban ser una banda de motociclistas, y a simple vista se podía saber quién era el jefe, pues Quil y Embry seguían a Jacob para cualquier lugar que el fuera. Los dichos en ocasiones suelen ser ciertos, recordé el muy famoso “ No juzgues a un libro por su portada” Porque a pesar de su cabello largo y estilo desarreglado no eran personas malas al contrario eran muy agradables.
- Solo quieren llamar la atención, como todos los nuevos. – Dijo Alex, con seriedad.
- En realidad son muy agradables. – Les dije, tratando de desmentir sus suposiciones.
- Basta solo verlos Melody. – Lo dijo confundida por mi comentario.
- No porque sean diferentes a nosotros son malos Kristell, eres demasiado superficial. – Comencé a desesperarme por su comentario, y aunque sabía que era imposible a serla cambiar de parecer, no me quedaría callada estaba cansada de su forma de pensar.
- Por favor chicas, no van a discutir solo por ellos. – Dijo Taylor.
- No es por ellos, es por Kristell. – Dije enojada, y con voz baja.
- Por mí? Qué te pasa Melody, porque te comportas asi! – Dijo Kristell, discutiendo, y casi gritando.
- Sabes que Kristell, no hagas hipótesis antes de conocer a alguna persona, después hablamos cuando estés más tranquila. – Le hable mientras la miraba a los ojos tratando de que entendiera, me levante de la mesa y di un paso atrás.
- A dónde vas Melody? – Me pregunto Alex, un poco preocupado.
- Debo de ir con el chico nuevo, a hablar sobre nuestro proyecto.
- Esta bien, vuelve pronto, para hablar contigo y Kristell. – Dijo Alex.
- Sí, claro. – Lo dije inconforme, lo que menos quería era hablar con Kristell estaba enojada por sus comentarios ignorantes.
Camine en dirección a la mesa donde estaba Jacob y sus hermanos , ellos hablaban y levantaron la vista hacia mí, solo me sonrieron.
- Hey que haces tú por aquí. – Pregunto Quil.
- Acaso no puedo tomarme un tiempo y visitarlos? – Le conteste a Quil, sonriendo.
- Eso es lo raro, tu noviecito no te deja acercarte a nosotros. – Dijo mientras me miraba, y su sonrisa ya no estaba en su cara.
- No es eso, bueno Jacob puedo hablar contigo? – Mire a Jacob y el me observo desconcertado.
- De qué? – pregunto.
- Entonces nosotros nos vamos, no queremos estar de aguafiestas. – Dijo Embry.
- No, pueden quedarse si quieren, solo hablaremos de un proyecto de Biología. – Mientras se los decía apuntaba la silla donde estaban.
- Bueno dime ya. – Dijo Jacob.
- El proyecto es para la próxima semana, y el tiempo aquí en el Instituto no nos es suficiente, creo que sería buena idea en vernos fuera de clase, en mi casa estaría bien.
- Eso es una cita? – Pregunto Quil.
- Cierra la boca Quil. – Dijo Jacob, después de pegarle en el hombro.
- Esta bien, cuando comenzamos? – Estaba entusiasmado con la idea, también, era la primera vez que invitaba a un amigo a casa desde hace mucho tiempo.
- Mañana saliendo del Instituto , si tienes tiempo claro!. – Dije un poco apenada, inconscientemente me sentía como si fuera una cita.
- Sigo creyendo que es una cita. – Insistió Quil.
- Quil, sabes que tengo novio no puedo salir con nadie más. – Reí y me contuve no quise parecer una loca.
- Que aburrido. – Se recostó en su silla y cruzo los brazos.
El timbre se escuchó, debía regresar a clases, me levante y me despedí, había sido entretenido pasar el descanso con ellos, no hablaban de los demás, claro sin contar a Alex, pero siempre lo decían de juego, después del tiempo transcurrido ya me sentía más cómoda con ellos. Pero había olvidado volver con Alex y los demás, no me di cuenta del tiempo que había pasado hablando con los chicos. Me había evitado seguir peleando con Kristell, por el mismo tema.
Cuando volvía a casa después de clases con Alex, debía decirle que no pasara por mí, pero no podía decirle que Jacob vendría a la casa, pues comenzaría a querer quedarse mientras el este, asi que le dije que necesitaba un poco de libertad, y en parte era verdad no recordaba la última vez que había conducido mi Chevy , el no discutió al respecto.
Lo invite a pasar a la casa, pues por toda una semana no lo vería, y al entrar vi las maletas al lado de la puerta y ya sabía lo que significaba, mis padres se iban, jamás pensé que llegaría a acostumbrarme pero lo hice, o quizás el tener a Alex a mi lado me hacía sentirme menos sola. Mi nana estaba en la cocina lo supuse por el delicioso olor que venía de ahí, Elena y John se acercaron a platicar con Alex, aproveche ese momento para saludar a mi nana.
- Hola, nana que cocinas hoy? – Le bese la mejilla.
- Que tal te fue Melly?- Me abrazo – Algo que te encanta!
- No me digas, lasaña? - Mi comida favorita, quien más podría saberlo, solo mi nana, me conocía desde hace tanto tiempo.
- Si, Alex se quedara a cenar?
- Eso creo nana, si lo ase me esperarías despierta quiero hablar contigo sobre alguien.
- Y porque no me lo dices ahora, tus padres lo tienen muy ocupado. – Miramos a la sala, y platicaban muy cómodamente.
Elena me miro, y me llamo sabía que lo aria por eso había preferido hablar después con mi nana.
- Hija puedes venir por favor. – Alzo la voz ligeramente.
- Claro, espera un poco. – conteste.
- Eso es la razón nana.
Camine en dirección a la sala me habían llamado porque ellos ya se iban y no querían dejar a Alex solo.
- Hija cuídate mucho, volveremos pronto te queremos. – Dijo John.
- Platicamos después Alex, quédate a cenar, adiós Melody, trátalo bien.
Durante la cena platicábamos mi nana él y yo, contábamos chistes y reíamos juntos, fue una noche maravillosa pero Alex se fue un poco tarde quizás se le fue el tiempo igual de rápido que a mí, y aunque aún él no quería irse ,debía hacerlo pues al día siguiente había Instituto. Cuando él se fue, mi nana curiosa por la plática que teníamos pendiente.
- Melly he soportado la duda por toda la noche.
- No es tan importante nana, solo quiero saber que me aconsejas. – Le dije con un tono despreocupado.
- Entonces dime. – Me miro, con esa mirada de dulzura y paciencia que ella tenía era difícil negarte a hablar con una persona tan agradable.
- Todo comenzó cuando el profesor de Biología me puso en un equipo con un chico nuevo, porque mi antigua compañera no asistió a clases, entonces debemos entregar un proyecto en una semana, y le dije que viniera a mi casa. – Espere su reacción.
- Y eso es excelente? O cual es el problema? – pregunto confundida.
- Que Alex y ese chico llamado Jacob tienen unos pequeños roces y si Alex se llegara a enterar, estaría con migo hasta que él se fuera y me sentiría realmente incomoda.
- Aun no le dices Alex? – Con un tono suave.
- Estaba pensando en decírselo…… pero tal vez después! – Estaba segura que lo último que aria sería decírselo, pero si no lo hacía tendría otra imaginen de lo sucedido.
- Todos los años que pase con mi marido que en paz descanse aprendí, que siempre debemos hablar con la verdad, asi se conoce que tan grande es el amor se ambos se tienen, la confianza es la base. – En sus ojos se veía un destello al hablar de su esposo, ese amor si era verdadero.
- Nana lo tengo muy claro, pero eso no nos puede lastimar, es algo pequeñito y conoces a Alex es muy comprensivo.
- No lo subestimes tanto, te puedes llevar una sorpresa.
- Quizás sea cierto nana. Hay algo más que quiero decirte.
- Mas? Bueno te escucho.
- Recuerdas el chico que vi por casa de la abuela?
- Que pasa con él, lo has visto de nuevo?
- Si, y lo veré muy seguido, es el chico nuevo con el que are el proyecto.
- Vaya que raro. – Se quedó muy pensativa.
- Nana me iré a dormir solo tenía esa pequeña duda gracias. Y recuerda que mañana vendrá nuestro invitado.
- Que descanse Melly, y les tendré unos ricos bocadillos cuando vuelvan.
Y mientras caminaba una duda rondaba en mi cabeza, y debía decírsela si no toda la noche pasaría pensándola. Di la vuelta y la mire aun sentada en el sillón.
- Nana cuando dos personas se encuentran muy seguido, es una simple casualidad?
- En algunas veces, otras suele ser el destino.
- El destino?
- Ven siéntate Melly. -Me senté de nuevo con ella en el sillón y me recosté en sus piernas mientras ella me acariciaba el cabello.
- Si, mira el destino muchas veces junta a personas que deben estar juntas, algunos no creen en eso, solo opinan que es una simple casualidad, pero a mí me ha dado razones por las cuales sé que existe, tú por ejemplo.
- Y en eso casos cuando el “ Destino” junta a las personas que se debe hacer?
- Nada, solo dejar que actué, y no huir de él.
- Solo espero que el destino no me guie a algo malo.
- Pocas veces lo hace, solo pasa eso cuando tú debes de pagar algo, y eso sería el karma.
Me levante del sillón y me despedí de mi nana, por segunda vez y me fui a mi habitación me puse mi rica pijama, y fui directo al balcón a abrir las puertas pues era un día caluroso y el cuarto estaba sofocado, me senté un rato en el balcón para admirar las estrellas, comencé a pensar las palabras que mi nana me había dicho sobre el destino, será que a mí y a Jacob nos quiere juntos o sería demasiado tonto pensarlo, ya era la tercer vez que lo veía, la primera fue por casa de mi abuela, la segunda cuando el auto dejo de funcionar y la tercera en mi clase biología y por si no fuera poco estaba con migo en la misma mesa y mismo equipo, no era demasiado obvio? Pero como el destino lo pone en mi camino, si ya había puesto a un hombre maravilloso antes. Creo que mi nana era solo un caso especial del destino, y todo lo que a mí me pasaba solo eran coincidencias.
Estaba casi dormida fuera del balcón, asi que mejor fui a mi cama a recostarme, mañana sería un día largo, debía decirle a Alex sobre mi proyecto y el chico de las coincidencias vendría a mi casa. Al terminar de desayunar me fui directo a la cochera, hace tanto tiempo que no veía a mi lindo Chevy , y menos los conducía, Alex pasaba todos los días por mí, y cuando salíamos siempre era en su auto, quite la alarma, entre y al encenderlo quería asegurarme que tenía gasolina pues ya no quería que me salvaran de nuevo y el tanque estaba casi lleno, prendí la radio y me puse en marcha al conducir por la carretera y sentir el viento entrar por la ventana recordaba porque me gustaba tanto ese auto. Cuando llegue al Instituto, Alex ya había llegado estaba recargado en su Eclipse mientas platicaba con unas chicas, supuse que al no vernos llegar juntos pensaron que habíamos terminado y no perdieron tiempo porque Alex era tan atractivo no solo para mi sino para otras chicas, sentí un calor recorrer por mi pecho, que era esa sensación tan extraña era similar a la del enojo jamás había sentido algo parecido. Eso era, que más podría ser si no celos, debía ocultarlos no quería ser una tonta novia celosa, llegue y me estacione al lado de su auto, y las chicas que estaban a su alrededor solo me miraban, tal vez esperaban que me bajara, y las golpeara a todas, estuve a punto de hacerlo , pero sería demasiado para todos los que se encontraban ahí, solo apague el auto me baje de él y camine hacia Alex, el me miro dejo de ponerle a atención a la chicas y me siguió, me abrazo y me dio un beso en los labios, entre más pasaban los días más me enamoraba de él, y aunque al principio pensé jamás sentir tal emoción ahora me pasaba cada día, al verlo, al tocarlo, al besarlo, y quizás todos los días lo besaba, pero todos los días era una sensación distinta, algo que crecía dentro de mí.
Tomados de la mano caminamos al comedor y antes de llegar a donde estaban Kristell y Taylor le dije que se detuviera, era hora de contarle sobre el proyecto.
- Alex podemos hablar un momento.
- Sí, claro.
- Mira debo hacer un proyecto de biología.
- Y necesitas ayuda?
- No, no gracias pero tengo un compañero.
- Ha es en parejas y quién es? Lo conozco?
- Lo has visto en ocasiones, es Jacob.
- El de la motocicleta?
- Si, y va ir toda estaba semana a mi casa para elaborarlo.
- Dile que no necesitas ayuda, yo te ayudare.
- Alex, él debe hacerlo, por eso es en parejas.
- Hay algo en el que no me gusta, y lo quiero lejos de ti, hasta has visto como me mira, y estando tú y el solos.
- No estaremos solos mi nana estará ahí.
- Es mi obligación cuidarte eres mi novia, la persona a la que más quiero, por eso me preocupo por ti, pero no puedo decirte que debes hacer, solo promete que tendrás cuidado con él, y cualquier cosa que diga o pase me lo dirás.
- Lo prometo, palabra de novia. – Le sonreí, se veía tan bien preocupado por mí, nunca lo habían hecho de esa forma y me gustaba.
Le di un pequeño beso, pues era inevitable no quererlo besar, caminamos hacia con Taylor y Kristell, debía arreglar las cosas con ella.
- Hola chicos. – Dijo Taylor.
- Hola. – Dijimos yo y Alex, Kristell no dijo nada quizás aún seguía enojada.
- Kristell podemos hablar? – Le pregunte.
- Taylor y yo iremos a comprar algo para comer volvemos luego.
- Esta bien. – Conteste.
- Entonces dime. – Dijo Kristell, y por su tono era seguro que seguía enojada.
- Perdón por lo del otro día. – Conociendo a Kristell ella jamás me pediría perdón, era demasiado orgullosa para hacerlo por esa misma razón lo hice yo primero.
- Sé que andabas un poco estresada, solo por eso te perdono. – Dijo volviendo con su forma de hablar habitual.
- Tú también me debes un disculpa.
- Asi? Porque?
- Por todo lo que dijiste sobre ellos.
- No dije más que la verdad Melody.
- Sabes que Kristell, asi dejémosla no quiero pelear de nuevo. – Ella no cambiaría la forma de ver a los demás, y no me pondría a discutir asi que deje de hablar y mire Alex que estaba en la barra de alimentos. Camino a donde yo estaba y se sentó.
- Que paso chicas, todo está bien? – Pregunto Alex, no se veía contento tal vez nos esperaba abrazadas o platicando, pero no asíamos más que solo mirarnos.
- Todo está bien. – conteste, cortante.
- Podríamos irnos Alex, no me siento bien. – Físicamente me sentía perfectamente bien, pero dentro de mí, sentía aun el enojo.
- Que te pasa? Necesitas ir a la enfermería. – Estaba tan preocupado, tal como él era siempre.
- No solo vámonos de aquí. – Sin mirar la expresión de Kristell sabía que era lo que pensaba de mí pero no estaba de humor para sus caprichos.
Caminamos por el corredor, cuando vi a Jacob con sus hermanos, debía preguntarle si iría a casa para comenzar con el proyecto, a Alex seguía sin gustarle la idea de que o estuviera al lado de él, pero se notaba que hacia un gran esfuerzo por solo hacerme feliz.
- Si quieres me estoy contigo. – Dijo Alex, mientras me abrazaba.
- No es necesario, hablaremos lo más pronto posible. – Le conteste, le acaricie el cabello, y lentamente quite sus brazos que estaban alrededor de mí.
- Hey Jacob. – Le grite.
- Nos vemos en clase, vuelve pronto, okey? – Alex dijo.
Jacob ya caminaba hacia mí con sus dos hermanos a sus lados parecía que lo protegían o solo lo seguían, mientras Alex se alejaba se miraron por un momento, la mirada de Alex era de confusión el trataba de no prestarle atención y camino hacia un chico que estaba fuera de la clase de biología, y la Jacob parecía de odio y burla, mientras que sus hermanos (Quil y Embry), solo lo miraban. No estaba muy segura de lo que pasaba entre ellos pero debía terminar
- InvitadoInvitado
CAPITULO 5: MALOS ENTENDIDOS.
Mar Jul 03, 2012 1:30 pm
CAPITULO 5: MALOS ENTENDIDOS.
Al terminar todas las clases Alex me acompaño al estacionamiento, mientras caminábamos mire que Jacob ya estaba recargado en mi Chevy con los brazos cruzados, no estaba con sus hermanos, eso significaba que ya estaba listo para irnos, Alex tomaba mi mano y cuando lo vio dio un pequeño apretón, nos acercamos más a mi auto y ambos se miraron.
- Mell, nos vemos mañana, si necesitas cualquier cosa solo llámame. – Me dijo mientras tomaba mi rostro con sus manos.
- Esta bien, te quiero.
- Y yo a ti, - cuando se acercaba a mis labios para besarme.
- Podemos irnos? – Interrumpió Jacob.
- Claro. – Quite las manos de mi rostro y le bese la mejilla.
El carácter de Alex solía ser tranquilo, pero al estar al lado de Jacob cambiaba radicalmente, y eso sucedía en viceversa.
Se enojó y solo se quedó ahí parado mirándome.
– Adiós. – Le dije al alejarme.
Camine a mi auto quite la alarma y abrí la puerta Jacob hizo lo mismo, al subirme, álcense a ver a Jacob sonreírle a Alex y con el retrovisor su cara de enojo era evidente. Mientras íbamos por la carretera dentro del auto todo era silencio ninguno de los dos hablábamos.
- No has tenido problemas con tu auto? – pregunto él y lo agradecí pues el silencio me molestaba.
- La verdad no, funciona más que bien.
- Me alegra, este tipo de autos suelen ser muy resistentes aun si una mujer lo conduce. – El solo sonrío, y sentí un pequeño latido anormal en mi pecho, quizás eran nervios.
- Oye, es un cumplido?...... Supongo que gracias y Bueno como sabes tanto?
- Antes de venir a los Ángeles reconstruía un Rabitt. Y la mecánica se me da mejor que el Instituto, Embry tiene una porquería de moto a veces trabajábamos juntos en ella..
Antes de contestarle llegamos a la caseta de vigilancia y Jacob miraba a nuestro alrededor, era normal pues llegaba a sorprender esas casas tan enormes y bonitas.
- Buenas tardes Señorita, Melody. – Dijo Carlos, sonriendo.
- Hola Carlos. – Le sonreí y seguí conduciendo.
- Que te parece este lugar- le pregunte.
- Es muy pequeño para mi gusto!!. – contesto sarcásticamente.
-Quizás . – Reí y lo mire y el solo me sonrío.
Me estacione frente a mi casa apague el auto, el abrió la puerta tomo su mochila y cerró la puerta, yo hice lo mismo mientras él me esperaba. Caminamos juntos y la puerta se abrió debía ser mi nana que nos había escuchado llegar, salió sonriente y nos miró.
- Hola soy Ana la nana de Mell. – Le sonrío a Jacob y le pidió que pasara.
Fuimos a mi habitación y mi nana se dirigió a la cocina para ir por los bocadillos, mientras subíamos las escaleras el miraba todo.
- Que te parece mi casa? – le pregunte
- Cuantas familias viven aquí?
- Solo una y muy pequeña. - Le abrí la puerta de mi habitación, y el entro.
- Mi hermana estudia en la universidad de Art & Theater , mis padres son inversionistas y viajan demasiado casi no están en casa, asi que solo yo y mi nana vivimos en esta enorme casa. – Conteste un poco seria y cortante.
- Lo siento no debí…… - Fue muy serio al decirlo.
- No te preocupes. – Le sonreí.
Mi nana entro y dejo los bocadillos sobre la cama, comenzamos a hablar sobre las ideas que ambos teníamos para el proyecto, habíamos escogido ya el tema solo quedaba prepararlo el resto de la semana, los bocadillos no duraron más de cinco minutos pues Jacob sin darse cuenta se comió la mayoría.
- Hace cuantos años no comías? – Le dije sonriéndole.
- Intenta comer lo que cocina Quil y Embry!!
- Cierto! – Solté la carcajada, podría imaginarme a los chicos cocinando apunto de quemar la casa.
Hubo un silencio, uno largo podía escucharse lo que hacia mi nana abajo y el momento era tan incómodo.
- Y como son tus padres Jacob? – Le pregunte tratando de dejar atrás el silencio.
Lo medito un poco parecía buscar las palabras para decirlo y me contesto.
- Bueno mi mama murió cuando yo era pequeño en un accidente automovilístico, y mi papa iba con ella pero él vivió aunque esta en silla de ruedas.
- Lo siento de verdad, no debí preguntarlo. – Me sentía tan mal, siempre terminaba pidiéndole disculpas yo y mi gran boca.
- No está bien, - Solo sonrío y me miro.
- Siempre que estoy contigo termino pidiendo disculpas. – El seguía mirándome, me sentía incomoda.
- Que más quieres saber?
- No eres hermano de Quil y Embry, cierto? – Lo mire para ver su reacción y ya no me miraba parecía nervioso.
- Como lo supiste? – Pregunto confundido.
- Soy muy observadora! Entonces?
- No somos hermanos genéticamente, pero crecimos juntos, todos en la reserva somos familiares de alguna forma, ellos son mis primos lejanos.
- Lo sabía, se parecen mucho entre ustedes, cualquier persona que no les preste la suficiente atención ni se daría cuenta.
- Entonces ahora tú eres quien nos mira? – Estaba sorprendido y solo sonrío un poco se veía feliz.
Quien puede estar feliz al saber que lo vigilan a diario, que estaba pensando al contarle eso, me sentía tan apenada, no sabía que mirar lo más seguro era que estaba sonrojada.
- No te emociones muchacho, solo es para evitarte.
- Porque quieres, evitarme? – Su sonrisa se había borrado de su cara ahora solo se veía confundido.
- Quiero evitar que tú y Alex se miren de esa forma!
- Cual forma?
- Sabes bien cual, pareciera que quieres matarlo.
- Solo no me cae muy bien.
- Y tienes hermanos genéticos? – le pregunte, para no comenzar una discusión.
- Hermanas, se llaman Rebeca y Reachel, son gemelas.
- Ultima pregunta, he querido hacerla desde que te conozco!
- Dime!
- Cuantos años tienen tú y tus “hermanos”?
- Tenemos dieciséis años! – Sonrió
- Pero si tu Jacob Black te vez mucho más mayor que ellos.
- Eso es por mi tamaño, mi gran musculatura. – Mostro sus brazos mientras reía, acaso nunca dejaba de reír y bromear era una persona tan agradable.
- Que modesto eres. – Le dije mientras movía mi cabeza.
Me había cansado de estar sentada en la cama, asi que me levante y camine hacia mi balcón, el me siguió y miramos a nuestro alrededor. Las luces de alrededor eran brillantes y las estrellas estaban perfectamente acomodadas, siempre que salía al balcón las noches me parecían iguales pero esa noche era diferente, quizás eran ideas mías y solo era porque Jacob estaba acompañándome.
- Y esta es la mejor parte de la casa. – Le comente mientras miraba el jardín de enfrente, la hermosa fuente con luces a su alrededor y las flores que se veían con el reflejo de la luz.
Sentí su mirada sobre mí y lo mire él sonreía, a pesar de pasar toda la tarde riendo, esa sonrisa fue diferente y sentí algo distinto dentro de mi pecho, fue como una sensación de algo que se movía dentro de mí, de pronto tenía la necesidad de sonreír pero sin darme cuenta ya lo hacía, esas sensaciones tan extrañas nunca las había sentido, y eso me fue más difícil para calmarme, de pronto una brisa desacomodo mi cabello lo tenía en toda mi cara, él se acercó a mí y me alejo un mechón de mi cara, nunca lo había tenido tan cerca de mí, mi corazón latió a mil por hora, comencé a hiperventilar, mis manos sudaban, el miraba fijamente pasaba de mis ojos a mi boca, podía saborear su rico aroma, sus ojos eran aún más hermosos y profundos de cerca, él se alejó de mi rápidamente.
- Creo que ya me iré. – miraba hacia frente a él, y manos estaban hechos puños. Yo aún lo miraba pues continuaba en shock.
- Esta bien, deja solo busco mis llaves. – Camine a mi habitación pero antes de comenzar a buscar las llaves me vi en el espejo, había algo diferente en mí, mire mis ojos ese brillo tan peculiar, yo lo había visto en otra persona, si era en Alex cuando me miraba, ahora estaba en los míos, le sonreía al espejo como una tonta, escuche los pasos de Jacob al entrar a la habitación y fingí acomodar mi cabello él tenía las llaves en sus manos. Bajamos las escaleras y le dije a mi nana que lo llevaría a su casa, que si Alex llegaba le digiera que estaba en casa de Jacob, al volver a con Jacob el parecía sonreír mucho, quizás había escuchado lo de Alex, parecía ser que le encantaba ver a Alex enojado. Salimos de casa y el seguía mirando mi auto, parecía que le agradaba mucho, a pesar de no conocerlo lo suficiente decidí dejar que el condujera mi auto pues él era ese tipo de persona a la que podrías confiarle hasta tu vida, a Alex jamás le había prestado el auto asi que Jacob sería el primer hombre en conducirlo claro sin contar a mi padre.
- Jacob tienes contigo las llaves?
- A si ten – Camino al lado del auto donde yo estaba que era la del piloto, se puso frente a mí. Estiro su brazo para poner las llaves en mis manos.
- Bueno, ya que he visto la gran admiración que tienes por mi auto decidí dejar que lo conduzcas.
- Es una broma verdad? – Lo grito, estaba segura que hasta mis vecinos pudieron escucharlo.
- No, entonces que dices?
- Que sí, pero a qué velocidad lo puedo subir?
- A la que quieras, solo quiero que lleguemos vivos!
Camine al lado de copilo, era extraño ir en tu propio auto y estar en el asiendo de alado, me puse el cinturón y el solo sonrío.
- Ponte el cinturón!!.
- No puede pasarme nada Melody!
- No juegues con la suerte y póntelo por favor.
- Esta bien.
Encendió el auto y acelero, en todo el tiempo que tenía con ese auto jamás lo había puesto a tal velocidad, era tan excitante, él estaba tan contento que inconscientemente el me hacía feliz a mi todo el recorrido hablo sobre el auto la velocidad que tenía, también la adoración de el sobre los autos, y del pequeño taller que quería abrir algún día, le preste atención en todo momento, aunque solo pude entender la mitad de lo que me hablaba, llegamos a una pequeña casa localizada cerca de la escuela ala que yo iba a clases de Hip – Hop, la puerta se abrió rápidamente y era Quil mientras Embry estaba asomado por la ventana.
- Ya te vi Embry! – Grito Jacob enojado.
- Wow! Tú lo condujiste? – Pregunto Quil
- Si, no es genial, es tan rápido tal como lo describen las revistas.
- Me lo prestas por favor? – Según Quil puso su cara de niño bueno, estuve a punto de ceder pues me era muy difícil decirle a las personas que no.
- No lo hagas Melody, todo lo que toca lo rompe. – Lo dijo Jacob dirigiéndose a Quil.
- Jacob, no es cierto, verdad que me lo prestaras, Melody? – Pregunto Quil y ahora Embry había salido.
- No lo ara, - Le dijo a Quil – No quieres pasar?
- Si, solo unos cuantos minutos.
Embry se reía de Quil porque no había conseguido su propósito , mientras Jacob y yo caminábamos a la puerta en la abrió y la dejo caer después de que yo pase y le pego a Embry.
- Eres un estúpido Jacob, hiciste que me pegara. – Dijo Embry.
- Tu eres el idiota pensabas que también te abriría la puerta, señorita? – Se burló Jacob.
- Cierto Embry, recuerda que quiere conquistar a Melody!! – Dijo Quil.
- Los voy a matar lo juro, lárguense de aquí. – Les grito y ellos se fueron rápidamente mientras se empujaban, escuche que Embry le decía a Quil.
- Vez lo hiciste enojar ahora espera a que Melody se vaya. – Estaba Embry tan asustado que no pude evitar reírme.
- Que pasa? – Pregunto Jacob mientras revolvía la cocina para encontrar algo que comer.
- Vaya que los chicos te tienen miedo he! – Reí.
- Si no te tienen miedo no te respetan. – Lo dijo tan serio, que aún me causo más gracia, no quería saber cómo sobrevivían todos juntos.
- Bueno entonces tú eres el Alpha?
- Si, podría decirse que sí. – Lo pensó por un rato y contesto.
En sus manos tenía un sartén y en su cara tenía una expresión de asco, y me lo acercó.
- Esto es a lo que sobrevivo a diario.
Era un sartén lleno con algo café con pedazos verdes, de verdad me dieron naucías era un asco.
- Ahora lo comprendo, todo! – Lo mire y el tiraba la cosa asquerosa en el bote de basura.
- Y qué te parece mi casa?
- Muy acogedora podría decirse, al menos tienes a esos dos “locos” contigo. - Enfatice la palabra.
- De que locos hablan? – Escuche una voz a lo largo del pasillo, no pude reconocer la voz.
- Eso crees, te reto a vivir con ellos, a ver si piensas lo mismo.
- Y tener que limpiar todo esto? – Los sillones y el piso estaban tapizados de ropa en el suelo y apunte a todos esos lugares.
- Bueno es parte de aguantarlos.
- Sabes me comienza a gustar mi soledad!
- No hay nada bueno que comer.
- No te has llenado Jacob? Si te comiste todos los bocadillos. – reí.
- Solo comí unos pocos.
- Donde te cabe tanta comida?
El solo rio al escuchar lo que le había dicho, camine a su lado para ayudarle a preparar algo de comer, que tanto eran unos cuantos minutos más, estaba a unos pasos de llegar a su lado cuando.
Mi celular sonó lo saque de mi bolso y era un mensaje de Alex, lo abrí y decía “ Donde estás?”
Después de ver el mensaje me despedí de Jacob y los chicos, escuche a Jacob gritarles cuando salía de la casa.
- ¡Uauuuuu...!
A lo que siguió el sonido de una buena refriega, salpicada con unos cuantos
quejidos y gritos de dolor.
- Como a alguno de ustedes se le ocurra abrir la boca…….. -escuché cómo les amenazaba Jacob.
Su voz se fue perdiendo conforme me alejaba de la casa.
Reí bajito y en silencio. Oírme a mí misma hizo que se me dilataran las pupilas,
maravillada. Estaba riéndome, riéndome de verdad y allí no había nadie mirándome.
Su aroma tan dulce inundaba mi auto, di un enorme suspiro. Me quede impactada por lo que acababa de hacer, solo encendí el auto y lo puse en marcha.
Al llegar a casa el auto de Alex estaba estacionado, no se veía dentro de el entonces lo más seguro era que estuviera en la casa, camine hacia la puerta y al abrirla lo vi estaba el sentado en la sala de estar mirándome, solo movió su cabeza en forma de negación, me esperaba una buena regañada por su parte.
Camine a donde el, me senté lo abrase y lo bese.
- Hola, vi tu mensaje, de que quieres hablar? – Le pregunte.
- Donde estabas, estoy aquí esperándote desde hace dos horas!
- Estaba en casa de Jacob.
- Te dije que no confiaba en él, y con toda comodidad te vas a su casa, que rayos te pasa? – Jamás lo había visto tan enojado, me gritaba.
- Lo siento tanto de verdad – Estaba a punto de llorar no sabía que le pasaba, él no era asi que le sucedía – Solo…solo quería llevarlo a casa es todo. – Estaba tan nerviosa y confundida.
- Pudo lastimarte. – Me tomo por el brazo y me acercó a él me dio tanto miedo, pensé que me pegaría. Y en eso mi nana apareció y pregunto qué pasaba él se sentó y puso la cabeza sobre sus manos.
- A veces, no sé si lo haces para que me moleste. – Su voz era mucho más tranquila, se escuchaba como él.
Camine hacia él y me puse de rodillas, levante su cara llena de lágrimas y se las limpie, quería volver a esconder su cara de verdad que estaba apenado, lo mire.
- Él es una buena persona en verdad. Solo date el tiempo para conocerlo, y si no confías en él, hazlo en mí, que jamás escucha! Jamás te voy a fallar comprendes? Si él fuera alguien que quisiera lastimarme que hubiera alejado desde el primer momento! – Le dije dulcemente.
- Melody, eres la mujer más dulce y comprensiva del mundo, no te merezco en realidad. – Lo dijo tan triste, y con voz tan baja que no podía escuchar.
- Alex te amo. – Me acerque y lo bese, odiaba verlo asi me dolía en el fondo de mi alma. Pero él te amo que acababa de decirle no salió desde el corazón y era algo raro pues siempre que le decía algo lo sentía pero no era esa ocasión, quizás era por lo sucedido.
Pasamos toda la noche hablando, le conté todo lo sucedido con Jacob y el sobre cómo le había ido durante el día, bromeábamos, reíamos, nos besábamos y abrazábamos, y sin darnos cuenta ya eran las once de la noche y ya había sobrepasado la hora de visita, nos despedimos y lo vi irse. Mi nana al ver que se iba me llamo al sillón, una mala señal pues de algo quería hablar.
- Que le sucedía a Alex? – Pregunto preocupada.
-Nada solo estaba preocupado porque estaba con Jacob, es todo. – Le dije con tono de despreocupada e indiferente para que ella no le prestara atención.
- Preocupado o celoso?
- Preocupado nana, no es celoso, no confía en él y quería estar seguro que estuviera bien.
- De cualquier manera su reacción fue exagerada, y lo de preocuparse me lo deje a mí.
-Nana lo conoces desde pequeño, y sabes que no es asi quizás estaba cansado. - Yo estaba segura que era solo preocupación pero mi nana era muy desconfiada cuando se trataba de mí, y con las mil razones que ya le había dado no entendía.
- Tienes razón, es la primera vez que pasa y la última, no dejes que se vuelva a comportar asi contigo. – Eso lo dijo con autoridad parecía ser una orden, acaso yo era la única persona en la casa que estaba feliz? Mi nana ahora enojada? En verdad todos tenían un momento de bipolaridad. Estaba cansaba asi que le di las buenas noches a mi nana y subí a mi habitación el silencio era agradable, mire mi cama aún estaba el plato donde habían estado los bocadillos que comimos, bueno en mayoría Jacob, solo sonreí y camine al balcón la puerta aún seguía abierta, la brisa era tan fresca y salada recordé cuando Jacob y yo estábamos en el balcón y él estaba tan cerca de mí al volver a imaginar ese momento la misma sensación regreso, y aunque era más pequeña aun podía sentirla era realmente extraña pero agradable a la vez. Decidí por fin ir a dormir, asi que fui por mi pijama, era un pequeño short y una blusa de tirantes finos color blanca, lave mis dientes y me metí debajo de las sabanas, había decidido dejar la puerta del balcón abierta para que el aire fresco entrara.
Mi cansancio era tan grande que tuve un sueño, estaba caminado en una playa y definitivamente no era ninguna de los Ángeles y yo vestía un lindo vestido color blanco de seda, caminaba sin rumbo había una gran neblina que no me dejaba ver por dónde iba, y de pronto vi una silueta frente a mi le sonreí sin razón, sentía una felicidad enorme y una sensación parecida a la que había sentido antes al estar con Jacob, era un hombre por su compostura, alto y fuerte, su cara no podía verse y de pronto desapareció busque a mi alrededor para buscarlo comencé a sentirme desesperada, sola, triste, un vacío dentro de mí, de pronto al lado del bosque en la espesa oscuridad vi unos ojos rojos grandes y muy brillantes mirándome, por alguna razón no me daban miedo al contrario sentía curiosidad, y cambie de curso fui hacia donde esos ojos, cuando estaba acercándome a ellos desaparecieron, corrí hacia a ellos y desperté por un ruido en el balcón parecían pasos y de pronto otro ruido más fuerte sonó afuera me levante rápidamente y fui hacia dónde venían los ruidos, no se podía ver nada la noche era muy oscura, cerré las puertas del balcón aun asustada por el ruido y confundida por el sueño, me recosté mientras miraba el techo. Después de unos cuantos minutos volví a quedarme dormida, esperaba volver a soñar lo mismo para descubrir qué tipo de criatura era la de esos enormes ojos.
Ala mañana siguiente al despertar fui directamente a bañarme pues mi cuerpo aún se sentía cansado, y mientras me terminaba de alistar para el Instituto escuche un auto llegar a la casa, lo primero que vino a mi mente era que mis padres habían llegado, asi que corrí hacia la puerta y vi entrar a Alex traía un ramo de rosas en la mano, lo abrase y lo bese eran una lindas rosas rojas nos tomamos de la mano y fuimos a la cocina por un lindo florero para ponerlas, mi nana estaba en la cocina y simplemente lo saludo y salió de ahí.
- Que haces aquí, Alex? – Le pregunte sonriéndole y sorprendida.
- Quería visitar a mi linda novia, acaso no puedo? – Pregunto acercándose un poco más.
- Claro que puedes, pero habíamos quedado en que llevaría mi auto!
- Lose, lo sé pero no te preocupes puedo traerte de regreso a y también a Jacob. - Parecía a ver aceptado que pasaría tiempo Jacob, lo decía como si no fuera la gran cosa o no le importara, no se notaba que le costara hacerlo.
- Esta bien si tú lo quieres asi! Vuelvo en unos minutos iré por mi bolso!
- Te espero. – Dijo mientras se dirigía a la sala de estar.
Subí las escaleras corriendo, tome mi bolso y cuando bajaba las escaleras vi a mi nana alejarse de Alex y el tenia cara de preocupación, pero porque era? Tanto me había tardado en bajar las escaleras? O Acaso mi nana le había dicho algo! Eso era lo más seguro.
Llegamos al estacionamiento del Instituto Taylor y Kristell estaban ahí abrazados, mire a mi alrededor en realidad no sabía que buscaba pero era como una costumbre de todos los días, y mire a Jacob al otro lado del estacionamiento con Quil y Embry los tres me miraban pero Jacob se veía muy enojado, vi que sus labios se movieron seguramente les dijo algo a los chicos y se fue corrió fuera del estacionamiento hacia los arboles de alrededor y deje de verlo.
- Que pasa? Que tanto vez? – Pregunto Alex, yo estaba segura de a ver disimulado que no lo miraba pero no me había funcionado.
- Nada! Me pareció ver a alguien! – Le mentí, en verdad no me gustaba pero no quedaba otra cosa que hacer, si le digiera que veía a Jacob se pondría como la noche anterior.
Llegamos a donde Taylor y Kristell estaban nos saludamos y platicamos un poco, después de unos pocos minutos el timbre de comienzo de clases se escuchó y entramos cada quien a sus clases, la tarde paso como los demás días tranquilos y sin novedades, solo el profesor de Biología nos preguntó sobre cómo íbamos en el proyecto pero solo eso. Al terminar la última clase Alex me esperaba fuera del salón me tomo de la mano y caminamos hacia el estacionamiento, Jacob ya estaba en el estacionamiento junto con sus hermanos recargados en un árbol.
- He Melody, aquí, ven, ven. – Me gritaban Quil y Embry.
Solté de la mano a Alex no me detuvo asi que estaba de acuerdo de que fuera, Jacob se veía muy callado pero entre más me acercaba su cara tan seria cambiaba rápidamente con un linda sonrisa y esa luz que solo el radiaba podía verse aún más.
- Jacob quería saber si hoy aran “ El proyecto” – Dijo Quil, enmarcando las palabras proyecto, ese chico jamás se cansaría de hacerlo enojar.
Jacob no peleo ante las palabras de Quil entonces eso quería decir el, mire a Jacob y le conteste.
- Si Jacob! Recuerda que debe estar listo para el viernes.
Lo tome de brazo y lo jale para irnos, - Adiós chicos, más tarde se los devuelvo.
- Quédatelo. – Gritaron ambos mientras nos alejábamos.
Alex me esperaba a lo lejos cerca de su auto cuando él y Jacob estaban frente a frente.
- Ustedes no han sido presentados formalmente, asi que Jacob él es Alex, Alex él es Jacob. – Yo estaba en medio de los dos, ambos no se veían muy felices por estar juntos, Alex se notaba que se esforzaba, pero Jacob era como un libro abierto, todas sus emociones se veían en su cara.
- Hola yo soy Alex Freeman. – Se notaba que se esforzaba por ser educado.
- Bueno ya vámonos no? – Dijo Jacob con voz arrogante.
El jamás era asi con migo solo se comportaba asi cuando Alex estaba cerca y en ocasiones era frustrante tener que aguantar los caprichos de esos dos niñitos.
- Vámonos. – Le dije a Alex pues no le hizo caso a Jacob, en cuanto me escucho camino a mi lado y me abrió la puerta. Jacob solo se rio y mire por el retrovisor y Alex le lanzo una mirada asesina, Jacob enojado cerró la puerta con tal fuerza que por poco quedaba sorda Alex ya estaba dentro del carro y lo ignoro, pero yo estaba segura que si no fuera porque yo estaba presente ya estuvieran a punto de matarse.
- Y tu novio se quedara con nosotros? – Pregunto Jacob en forma burlona, fue cuando me di cuenta que sería un largo camino.
- No Jacob, él se ira en cuando nos deje. – Mire a Alex y él estaba apretando el volante tan fuerte, que pudo haberlo arrancado.
Puso el auto en marcha, estaba impaciente por llegar, lo que más quería era silencio que ninguno de los dos hablara, después de quince minutos en el auto llegamos a casa por fin, fue el silencio más cómodo en el que había estado. Jacob se bajó lo más rápido posible del auto parecía repugnarle estar dentro, yo aún seguía en el auto porque Alex me había detenido tomándome del brazo.
- Volveré más tarde!
- Esta bien, yo te esperare.
- Recuerda que si necesitas algo puedes llamarme. – Lo dijo casi susurrándome al oído.
- Si está bien, te quiero. – Le bese la mejilla, pues Jacob nos miraba y no quería que se sintiera incomodo, Alex se giró para querer besarme en la boca. – Después Alex, adiós. – Y me baje del auto, cerré la puerta, Jacob se veía divertido por haberlo rechazado, él nos vio entrar a mi casa, y mientras caminábamos a mi habitación escuche su auto, ya me sentía más tranquila solo teniéndolos lejos unos cuantos metros me sentía bien.
- Hola Melly, iré al mercado volveré pronto, no tuve tiempo de prepararles algo lo siento. – Se quitaba su mandil y lo colgaba en la cocina y con su monedero en mano camino hacia la puerta.
- Yo puedo llevarte nana, deja solo voy por las llaves. – Camine hacia las escaleras y me detuvo.
- No, no está bien el taxi está esperándome afuera, ustedes terminen el proyecto. – Salió y escuche el auto alejarse de la casa.
- Esta bien, hora de cocinar. – Le dije a Jacob mientras caminábamos a la cocina.
- Sabes cocinar? – Se quedó asombrado.
- Claro, no subestimes mi arte culinario. – Sonreí y fui directo al refrigerador.
- Y que cocinaras entonces? – Pregunto aun riendo.
- Que te parece un homelett?
-Si crees poder con el! - Se sentó sobre la cocineta a mirar.
Comencé a mezclar todo lo necesario para hacer el homelett, el solo me seguía con la vista, al tener todo en un solo plato lo vertí al sartén, cuando ya estaba casi cocinado por completo quise lucirme y lo arroje al aire, estaba segura de que lo podría atrapar de nuevo, pero no fue asi cayó al piso y solo lo mire todo despedazado, Jacob te doblo de la risa por lo sucedido y lo mismo hice yo la casa se llenó de risas y me sentía tan bien cuando deje de reírme lo mire, y él estaba llorando de la risa se veía tan bien que sentí de nuevo ese cosquilleo dentro de mi estómago se acercó a mí y con sus manos tomo todo lo que quedaba de mi gran receta lo tiro a la basura, yo aún seguía con el sartén en mi manos y lo puse sobre la mesa.
- Juro que la última vez pude hacerlo! – Sentía dentro de mi otro ataque de risa pero debía contenerlo, la vergüenza se apoderaba de mí y cuando eso pasaba me sonrojaba.
- Si, eso parece, déjame a mí sorprenderte. – Dijo mientras se movió y abrió las puertas de los almacenes.
Saco de ellos un bote de chocolate en polvo, fue directo a refrigerador y tomo la nieve, chocolate líquido, crema batida, lo puso todo en la pequeña mesa que había en el centro de la cocina donde yo estaba sentada, después tomo dos copas, dos cucharas y un plátano. Él lo hacía todo tan rápido, pero yo no miraba lo que preparaba lo miraba a él, se veía tan concentrado tan seguro de el mismo preparando cualquier cosa que el hiciera, estaba segura de que él no tenía ni idea que lo miraba, pero nuestras miradas se encontraron y el sonrío no pude evitar sonreírle yo también.
- Aquí esta, la receta secreta de Jacob Black. – Lo dijo con un sonidito de ta-ta-tan –ta- tan. – El cual no pude evitar reírme.
- Wow! Se ven deliciosos a pesar de que tú los hiciste. – Él acercó mi vaso a mi mano.
Mire alrededor y la cocina era un total desorden, platos por todos lados pedazos del plátano en la mesa pero moría de hambre después de comer limpiaríamos todo.
Mientras comíamos platicábamos, reíamos, y contábamos historias vergonzosas de nuestros amigos, el hablo sobre Quil que no había conseguido cita para el baile que fue en la reserva y su única opción fue ir con su prima, el hizo prometer que no diría nada, pero era tan gracioso, ese si sería un golpe bajo para cuando me molestara. Al terminar nuestro maravilloso platillo comenzamos a trabajar con el proyecto, pero en cierto modo estaba casi acabado solo faltaba reacomodar los datos para poder ser expuestos.
Me la había pasado tan bien esa tarde que no quería que acabara pero mire el reloj y pronto vendría Alex a casa, no quería verlos de nuevo discutir lo mejor era evitar que se vieran asi que lleve a Jacob a su casa esa vez no le preste el auto me tocaba conducir a mi, sin contar que evitaba que Quil quisiera manejarlo
- Tu padre casi no está en casa? – Le pregunte tratando de separar las palabras y sonar lo más común posible.
- Él está en la reserva, es el encargado y no puede venir! Aparte yo vine a buscar algo por mi cuenta. –Miraba asía la casa, debía saber que los chicos nos miraban.
- Y encontraste lo que buscabas?
- Si… pero eso no era lo mas difícil.
Al terminar todas las clases Alex me acompaño al estacionamiento, mientras caminábamos mire que Jacob ya estaba recargado en mi Chevy con los brazos cruzados, no estaba con sus hermanos, eso significaba que ya estaba listo para irnos, Alex tomaba mi mano y cuando lo vio dio un pequeño apretón, nos acercamos más a mi auto y ambos se miraron.
- Mell, nos vemos mañana, si necesitas cualquier cosa solo llámame. – Me dijo mientras tomaba mi rostro con sus manos.
- Esta bien, te quiero.
- Y yo a ti, - cuando se acercaba a mis labios para besarme.
- Podemos irnos? – Interrumpió Jacob.
- Claro. – Quite las manos de mi rostro y le bese la mejilla.
El carácter de Alex solía ser tranquilo, pero al estar al lado de Jacob cambiaba radicalmente, y eso sucedía en viceversa.
Se enojó y solo se quedó ahí parado mirándome.
– Adiós. – Le dije al alejarme.
Camine a mi auto quite la alarma y abrí la puerta Jacob hizo lo mismo, al subirme, álcense a ver a Jacob sonreírle a Alex y con el retrovisor su cara de enojo era evidente. Mientras íbamos por la carretera dentro del auto todo era silencio ninguno de los dos hablábamos.
- No has tenido problemas con tu auto? – pregunto él y lo agradecí pues el silencio me molestaba.
- La verdad no, funciona más que bien.
- Me alegra, este tipo de autos suelen ser muy resistentes aun si una mujer lo conduce. – El solo sonrío, y sentí un pequeño latido anormal en mi pecho, quizás eran nervios.
- Oye, es un cumplido?...... Supongo que gracias y Bueno como sabes tanto?
- Antes de venir a los Ángeles reconstruía un Rabitt. Y la mecánica se me da mejor que el Instituto, Embry tiene una porquería de moto a veces trabajábamos juntos en ella..
Antes de contestarle llegamos a la caseta de vigilancia y Jacob miraba a nuestro alrededor, era normal pues llegaba a sorprender esas casas tan enormes y bonitas.
- Buenas tardes Señorita, Melody. – Dijo Carlos, sonriendo.
- Hola Carlos. – Le sonreí y seguí conduciendo.
- Que te parece este lugar- le pregunte.
- Es muy pequeño para mi gusto!!. – contesto sarcásticamente.
-Quizás . – Reí y lo mire y el solo me sonrío.
Me estacione frente a mi casa apague el auto, el abrió la puerta tomo su mochila y cerró la puerta, yo hice lo mismo mientras él me esperaba. Caminamos juntos y la puerta se abrió debía ser mi nana que nos había escuchado llegar, salió sonriente y nos miró.
- Hola soy Ana la nana de Mell. – Le sonrío a Jacob y le pidió que pasara.
Fuimos a mi habitación y mi nana se dirigió a la cocina para ir por los bocadillos, mientras subíamos las escaleras el miraba todo.
- Que te parece mi casa? – le pregunte
- Cuantas familias viven aquí?
- Solo una y muy pequeña. - Le abrí la puerta de mi habitación, y el entro.
- Mi hermana estudia en la universidad de Art & Theater , mis padres son inversionistas y viajan demasiado casi no están en casa, asi que solo yo y mi nana vivimos en esta enorme casa. – Conteste un poco seria y cortante.
- Lo siento no debí…… - Fue muy serio al decirlo.
- No te preocupes. – Le sonreí.
Mi nana entro y dejo los bocadillos sobre la cama, comenzamos a hablar sobre las ideas que ambos teníamos para el proyecto, habíamos escogido ya el tema solo quedaba prepararlo el resto de la semana, los bocadillos no duraron más de cinco minutos pues Jacob sin darse cuenta se comió la mayoría.
- Hace cuantos años no comías? – Le dije sonriéndole.
- Intenta comer lo que cocina Quil y Embry!!
- Cierto! – Solté la carcajada, podría imaginarme a los chicos cocinando apunto de quemar la casa.
Hubo un silencio, uno largo podía escucharse lo que hacia mi nana abajo y el momento era tan incómodo.
- Y como son tus padres Jacob? – Le pregunte tratando de dejar atrás el silencio.
Lo medito un poco parecía buscar las palabras para decirlo y me contesto.
- Bueno mi mama murió cuando yo era pequeño en un accidente automovilístico, y mi papa iba con ella pero él vivió aunque esta en silla de ruedas.
- Lo siento de verdad, no debí preguntarlo. – Me sentía tan mal, siempre terminaba pidiéndole disculpas yo y mi gran boca.
- No está bien, - Solo sonrío y me miro.
- Siempre que estoy contigo termino pidiendo disculpas. – El seguía mirándome, me sentía incomoda.
- Que más quieres saber?
- No eres hermano de Quil y Embry, cierto? – Lo mire para ver su reacción y ya no me miraba parecía nervioso.
- Como lo supiste? – Pregunto confundido.
- Soy muy observadora! Entonces?
- No somos hermanos genéticamente, pero crecimos juntos, todos en la reserva somos familiares de alguna forma, ellos son mis primos lejanos.
- Lo sabía, se parecen mucho entre ustedes, cualquier persona que no les preste la suficiente atención ni se daría cuenta.
- Entonces ahora tú eres quien nos mira? – Estaba sorprendido y solo sonrío un poco se veía feliz.
Quien puede estar feliz al saber que lo vigilan a diario, que estaba pensando al contarle eso, me sentía tan apenada, no sabía que mirar lo más seguro era que estaba sonrojada.
- No te emociones muchacho, solo es para evitarte.
- Porque quieres, evitarme? – Su sonrisa se había borrado de su cara ahora solo se veía confundido.
- Quiero evitar que tú y Alex se miren de esa forma!
- Cual forma?
- Sabes bien cual, pareciera que quieres matarlo.
- Solo no me cae muy bien.
- Y tienes hermanos genéticos? – le pregunte, para no comenzar una discusión.
- Hermanas, se llaman Rebeca y Reachel, son gemelas.
- Ultima pregunta, he querido hacerla desde que te conozco!
- Dime!
- Cuantos años tienen tú y tus “hermanos”?
- Tenemos dieciséis años! – Sonrió
- Pero si tu Jacob Black te vez mucho más mayor que ellos.
- Eso es por mi tamaño, mi gran musculatura. – Mostro sus brazos mientras reía, acaso nunca dejaba de reír y bromear era una persona tan agradable.
- Que modesto eres. – Le dije mientras movía mi cabeza.
Me había cansado de estar sentada en la cama, asi que me levante y camine hacia mi balcón, el me siguió y miramos a nuestro alrededor. Las luces de alrededor eran brillantes y las estrellas estaban perfectamente acomodadas, siempre que salía al balcón las noches me parecían iguales pero esa noche era diferente, quizás eran ideas mías y solo era porque Jacob estaba acompañándome.
- Y esta es la mejor parte de la casa. – Le comente mientras miraba el jardín de enfrente, la hermosa fuente con luces a su alrededor y las flores que se veían con el reflejo de la luz.
Sentí su mirada sobre mí y lo mire él sonreía, a pesar de pasar toda la tarde riendo, esa sonrisa fue diferente y sentí algo distinto dentro de mi pecho, fue como una sensación de algo que se movía dentro de mí, de pronto tenía la necesidad de sonreír pero sin darme cuenta ya lo hacía, esas sensaciones tan extrañas nunca las había sentido, y eso me fue más difícil para calmarme, de pronto una brisa desacomodo mi cabello lo tenía en toda mi cara, él se acercó a mí y me alejo un mechón de mi cara, nunca lo había tenido tan cerca de mí, mi corazón latió a mil por hora, comencé a hiperventilar, mis manos sudaban, el miraba fijamente pasaba de mis ojos a mi boca, podía saborear su rico aroma, sus ojos eran aún más hermosos y profundos de cerca, él se alejó de mi rápidamente.
- Creo que ya me iré. – miraba hacia frente a él, y manos estaban hechos puños. Yo aún lo miraba pues continuaba en shock.
- Esta bien, deja solo busco mis llaves. – Camine a mi habitación pero antes de comenzar a buscar las llaves me vi en el espejo, había algo diferente en mí, mire mis ojos ese brillo tan peculiar, yo lo había visto en otra persona, si era en Alex cuando me miraba, ahora estaba en los míos, le sonreía al espejo como una tonta, escuche los pasos de Jacob al entrar a la habitación y fingí acomodar mi cabello él tenía las llaves en sus manos. Bajamos las escaleras y le dije a mi nana que lo llevaría a su casa, que si Alex llegaba le digiera que estaba en casa de Jacob, al volver a con Jacob el parecía sonreír mucho, quizás había escuchado lo de Alex, parecía ser que le encantaba ver a Alex enojado. Salimos de casa y el seguía mirando mi auto, parecía que le agradaba mucho, a pesar de no conocerlo lo suficiente decidí dejar que el condujera mi auto pues él era ese tipo de persona a la que podrías confiarle hasta tu vida, a Alex jamás le había prestado el auto asi que Jacob sería el primer hombre en conducirlo claro sin contar a mi padre.
- Jacob tienes contigo las llaves?
- A si ten – Camino al lado del auto donde yo estaba que era la del piloto, se puso frente a mí. Estiro su brazo para poner las llaves en mis manos.
- Bueno, ya que he visto la gran admiración que tienes por mi auto decidí dejar que lo conduzcas.
- Es una broma verdad? – Lo grito, estaba segura que hasta mis vecinos pudieron escucharlo.
- No, entonces que dices?
- Que sí, pero a qué velocidad lo puedo subir?
- A la que quieras, solo quiero que lleguemos vivos!
Camine al lado de copilo, era extraño ir en tu propio auto y estar en el asiendo de alado, me puse el cinturón y el solo sonrío.
- Ponte el cinturón!!.
- No puede pasarme nada Melody!
- No juegues con la suerte y póntelo por favor.
- Esta bien.
Encendió el auto y acelero, en todo el tiempo que tenía con ese auto jamás lo había puesto a tal velocidad, era tan excitante, él estaba tan contento que inconscientemente el me hacía feliz a mi todo el recorrido hablo sobre el auto la velocidad que tenía, también la adoración de el sobre los autos, y del pequeño taller que quería abrir algún día, le preste atención en todo momento, aunque solo pude entender la mitad de lo que me hablaba, llegamos a una pequeña casa localizada cerca de la escuela ala que yo iba a clases de Hip – Hop, la puerta se abrió rápidamente y era Quil mientras Embry estaba asomado por la ventana.
- Ya te vi Embry! – Grito Jacob enojado.
- Wow! Tú lo condujiste? – Pregunto Quil
- Si, no es genial, es tan rápido tal como lo describen las revistas.
- Me lo prestas por favor? – Según Quil puso su cara de niño bueno, estuve a punto de ceder pues me era muy difícil decirle a las personas que no.
- No lo hagas Melody, todo lo que toca lo rompe. – Lo dijo Jacob dirigiéndose a Quil.
- Jacob, no es cierto, verdad que me lo prestaras, Melody? – Pregunto Quil y ahora Embry había salido.
- No lo ara, - Le dijo a Quil – No quieres pasar?
- Si, solo unos cuantos minutos.
Embry se reía de Quil porque no había conseguido su propósito , mientras Jacob y yo caminábamos a la puerta en la abrió y la dejo caer después de que yo pase y le pego a Embry.
- Eres un estúpido Jacob, hiciste que me pegara. – Dijo Embry.
- Tu eres el idiota pensabas que también te abriría la puerta, señorita? – Se burló Jacob.
- Cierto Embry, recuerda que quiere conquistar a Melody!! – Dijo Quil.
- Los voy a matar lo juro, lárguense de aquí. – Les grito y ellos se fueron rápidamente mientras se empujaban, escuche que Embry le decía a Quil.
- Vez lo hiciste enojar ahora espera a que Melody se vaya. – Estaba Embry tan asustado que no pude evitar reírme.
- Que pasa? – Pregunto Jacob mientras revolvía la cocina para encontrar algo que comer.
- Vaya que los chicos te tienen miedo he! – Reí.
- Si no te tienen miedo no te respetan. – Lo dijo tan serio, que aún me causo más gracia, no quería saber cómo sobrevivían todos juntos.
- Bueno entonces tú eres el Alpha?
- Si, podría decirse que sí. – Lo pensó por un rato y contesto.
En sus manos tenía un sartén y en su cara tenía una expresión de asco, y me lo acercó.
- Esto es a lo que sobrevivo a diario.
Era un sartén lleno con algo café con pedazos verdes, de verdad me dieron naucías era un asco.
- Ahora lo comprendo, todo! – Lo mire y el tiraba la cosa asquerosa en el bote de basura.
- Y qué te parece mi casa?
- Muy acogedora podría decirse, al menos tienes a esos dos “locos” contigo. - Enfatice la palabra.
- De que locos hablan? – Escuche una voz a lo largo del pasillo, no pude reconocer la voz.
- Eso crees, te reto a vivir con ellos, a ver si piensas lo mismo.
- Y tener que limpiar todo esto? – Los sillones y el piso estaban tapizados de ropa en el suelo y apunte a todos esos lugares.
- Bueno es parte de aguantarlos.
- Sabes me comienza a gustar mi soledad!
- No hay nada bueno que comer.
- No te has llenado Jacob? Si te comiste todos los bocadillos. – reí.
- Solo comí unos pocos.
- Donde te cabe tanta comida?
El solo rio al escuchar lo que le había dicho, camine a su lado para ayudarle a preparar algo de comer, que tanto eran unos cuantos minutos más, estaba a unos pasos de llegar a su lado cuando.
Mi celular sonó lo saque de mi bolso y era un mensaje de Alex, lo abrí y decía “ Donde estás?”
Después de ver el mensaje me despedí de Jacob y los chicos, escuche a Jacob gritarles cuando salía de la casa.
- ¡Uauuuuu...!
A lo que siguió el sonido de una buena refriega, salpicada con unos cuantos
quejidos y gritos de dolor.
- Como a alguno de ustedes se le ocurra abrir la boca…….. -escuché cómo les amenazaba Jacob.
Su voz se fue perdiendo conforme me alejaba de la casa.
Reí bajito y en silencio. Oírme a mí misma hizo que se me dilataran las pupilas,
maravillada. Estaba riéndome, riéndome de verdad y allí no había nadie mirándome.
Su aroma tan dulce inundaba mi auto, di un enorme suspiro. Me quede impactada por lo que acababa de hacer, solo encendí el auto y lo puse en marcha.
Al llegar a casa el auto de Alex estaba estacionado, no se veía dentro de el entonces lo más seguro era que estuviera en la casa, camine hacia la puerta y al abrirla lo vi estaba el sentado en la sala de estar mirándome, solo movió su cabeza en forma de negación, me esperaba una buena regañada por su parte.
Camine a donde el, me senté lo abrase y lo bese.
- Hola, vi tu mensaje, de que quieres hablar? – Le pregunte.
- Donde estabas, estoy aquí esperándote desde hace dos horas!
- Estaba en casa de Jacob.
- Te dije que no confiaba en él, y con toda comodidad te vas a su casa, que rayos te pasa? – Jamás lo había visto tan enojado, me gritaba.
- Lo siento tanto de verdad – Estaba a punto de llorar no sabía que le pasaba, él no era asi que le sucedía – Solo…solo quería llevarlo a casa es todo. – Estaba tan nerviosa y confundida.
- Pudo lastimarte. – Me tomo por el brazo y me acercó a él me dio tanto miedo, pensé que me pegaría. Y en eso mi nana apareció y pregunto qué pasaba él se sentó y puso la cabeza sobre sus manos.
- A veces, no sé si lo haces para que me moleste. – Su voz era mucho más tranquila, se escuchaba como él.
Camine hacia él y me puse de rodillas, levante su cara llena de lágrimas y se las limpie, quería volver a esconder su cara de verdad que estaba apenado, lo mire.
- Él es una buena persona en verdad. Solo date el tiempo para conocerlo, y si no confías en él, hazlo en mí, que jamás escucha! Jamás te voy a fallar comprendes? Si él fuera alguien que quisiera lastimarme que hubiera alejado desde el primer momento! – Le dije dulcemente.
- Melody, eres la mujer más dulce y comprensiva del mundo, no te merezco en realidad. – Lo dijo tan triste, y con voz tan baja que no podía escuchar.
- Alex te amo. – Me acerque y lo bese, odiaba verlo asi me dolía en el fondo de mi alma. Pero él te amo que acababa de decirle no salió desde el corazón y era algo raro pues siempre que le decía algo lo sentía pero no era esa ocasión, quizás era por lo sucedido.
Pasamos toda la noche hablando, le conté todo lo sucedido con Jacob y el sobre cómo le había ido durante el día, bromeábamos, reíamos, nos besábamos y abrazábamos, y sin darnos cuenta ya eran las once de la noche y ya había sobrepasado la hora de visita, nos despedimos y lo vi irse. Mi nana al ver que se iba me llamo al sillón, una mala señal pues de algo quería hablar.
- Que le sucedía a Alex? – Pregunto preocupada.
-Nada solo estaba preocupado porque estaba con Jacob, es todo. – Le dije con tono de despreocupada e indiferente para que ella no le prestara atención.
- Preocupado o celoso?
- Preocupado nana, no es celoso, no confía en él y quería estar seguro que estuviera bien.
- De cualquier manera su reacción fue exagerada, y lo de preocuparse me lo deje a mí.
-Nana lo conoces desde pequeño, y sabes que no es asi quizás estaba cansado. - Yo estaba segura que era solo preocupación pero mi nana era muy desconfiada cuando se trataba de mí, y con las mil razones que ya le había dado no entendía.
- Tienes razón, es la primera vez que pasa y la última, no dejes que se vuelva a comportar asi contigo. – Eso lo dijo con autoridad parecía ser una orden, acaso yo era la única persona en la casa que estaba feliz? Mi nana ahora enojada? En verdad todos tenían un momento de bipolaridad. Estaba cansaba asi que le di las buenas noches a mi nana y subí a mi habitación el silencio era agradable, mire mi cama aún estaba el plato donde habían estado los bocadillos que comimos, bueno en mayoría Jacob, solo sonreí y camine al balcón la puerta aún seguía abierta, la brisa era tan fresca y salada recordé cuando Jacob y yo estábamos en el balcón y él estaba tan cerca de mí al volver a imaginar ese momento la misma sensación regreso, y aunque era más pequeña aun podía sentirla era realmente extraña pero agradable a la vez. Decidí por fin ir a dormir, asi que fui por mi pijama, era un pequeño short y una blusa de tirantes finos color blanca, lave mis dientes y me metí debajo de las sabanas, había decidido dejar la puerta del balcón abierta para que el aire fresco entrara.
Mi cansancio era tan grande que tuve un sueño, estaba caminado en una playa y definitivamente no era ninguna de los Ángeles y yo vestía un lindo vestido color blanco de seda, caminaba sin rumbo había una gran neblina que no me dejaba ver por dónde iba, y de pronto vi una silueta frente a mi le sonreí sin razón, sentía una felicidad enorme y una sensación parecida a la que había sentido antes al estar con Jacob, era un hombre por su compostura, alto y fuerte, su cara no podía verse y de pronto desapareció busque a mi alrededor para buscarlo comencé a sentirme desesperada, sola, triste, un vacío dentro de mí, de pronto al lado del bosque en la espesa oscuridad vi unos ojos rojos grandes y muy brillantes mirándome, por alguna razón no me daban miedo al contrario sentía curiosidad, y cambie de curso fui hacia donde esos ojos, cuando estaba acercándome a ellos desaparecieron, corrí hacia a ellos y desperté por un ruido en el balcón parecían pasos y de pronto otro ruido más fuerte sonó afuera me levante rápidamente y fui hacia dónde venían los ruidos, no se podía ver nada la noche era muy oscura, cerré las puertas del balcón aun asustada por el ruido y confundida por el sueño, me recosté mientras miraba el techo. Después de unos cuantos minutos volví a quedarme dormida, esperaba volver a soñar lo mismo para descubrir qué tipo de criatura era la de esos enormes ojos.
Ala mañana siguiente al despertar fui directamente a bañarme pues mi cuerpo aún se sentía cansado, y mientras me terminaba de alistar para el Instituto escuche un auto llegar a la casa, lo primero que vino a mi mente era que mis padres habían llegado, asi que corrí hacia la puerta y vi entrar a Alex traía un ramo de rosas en la mano, lo abrase y lo bese eran una lindas rosas rojas nos tomamos de la mano y fuimos a la cocina por un lindo florero para ponerlas, mi nana estaba en la cocina y simplemente lo saludo y salió de ahí.
- Que haces aquí, Alex? – Le pregunte sonriéndole y sorprendida.
- Quería visitar a mi linda novia, acaso no puedo? – Pregunto acercándose un poco más.
- Claro que puedes, pero habíamos quedado en que llevaría mi auto!
- Lose, lo sé pero no te preocupes puedo traerte de regreso a y también a Jacob. - Parecía a ver aceptado que pasaría tiempo Jacob, lo decía como si no fuera la gran cosa o no le importara, no se notaba que le costara hacerlo.
- Esta bien si tú lo quieres asi! Vuelvo en unos minutos iré por mi bolso!
- Te espero. – Dijo mientras se dirigía a la sala de estar.
Subí las escaleras corriendo, tome mi bolso y cuando bajaba las escaleras vi a mi nana alejarse de Alex y el tenia cara de preocupación, pero porque era? Tanto me había tardado en bajar las escaleras? O Acaso mi nana le había dicho algo! Eso era lo más seguro.
Llegamos al estacionamiento del Instituto Taylor y Kristell estaban ahí abrazados, mire a mi alrededor en realidad no sabía que buscaba pero era como una costumbre de todos los días, y mire a Jacob al otro lado del estacionamiento con Quil y Embry los tres me miraban pero Jacob se veía muy enojado, vi que sus labios se movieron seguramente les dijo algo a los chicos y se fue corrió fuera del estacionamiento hacia los arboles de alrededor y deje de verlo.
- Que pasa? Que tanto vez? – Pregunto Alex, yo estaba segura de a ver disimulado que no lo miraba pero no me había funcionado.
- Nada! Me pareció ver a alguien! – Le mentí, en verdad no me gustaba pero no quedaba otra cosa que hacer, si le digiera que veía a Jacob se pondría como la noche anterior.
Llegamos a donde Taylor y Kristell estaban nos saludamos y platicamos un poco, después de unos pocos minutos el timbre de comienzo de clases se escuchó y entramos cada quien a sus clases, la tarde paso como los demás días tranquilos y sin novedades, solo el profesor de Biología nos preguntó sobre cómo íbamos en el proyecto pero solo eso. Al terminar la última clase Alex me esperaba fuera del salón me tomo de la mano y caminamos hacia el estacionamiento, Jacob ya estaba en el estacionamiento junto con sus hermanos recargados en un árbol.
- He Melody, aquí, ven, ven. – Me gritaban Quil y Embry.
Solté de la mano a Alex no me detuvo asi que estaba de acuerdo de que fuera, Jacob se veía muy callado pero entre más me acercaba su cara tan seria cambiaba rápidamente con un linda sonrisa y esa luz que solo el radiaba podía verse aún más.
- Jacob quería saber si hoy aran “ El proyecto” – Dijo Quil, enmarcando las palabras proyecto, ese chico jamás se cansaría de hacerlo enojar.
Jacob no peleo ante las palabras de Quil entonces eso quería decir el, mire a Jacob y le conteste.
- Si Jacob! Recuerda que debe estar listo para el viernes.
Lo tome de brazo y lo jale para irnos, - Adiós chicos, más tarde se los devuelvo.
- Quédatelo. – Gritaron ambos mientras nos alejábamos.
Alex me esperaba a lo lejos cerca de su auto cuando él y Jacob estaban frente a frente.
- Ustedes no han sido presentados formalmente, asi que Jacob él es Alex, Alex él es Jacob. – Yo estaba en medio de los dos, ambos no se veían muy felices por estar juntos, Alex se notaba que se esforzaba, pero Jacob era como un libro abierto, todas sus emociones se veían en su cara.
- Hola yo soy Alex Freeman. – Se notaba que se esforzaba por ser educado.
- Bueno ya vámonos no? – Dijo Jacob con voz arrogante.
El jamás era asi con migo solo se comportaba asi cuando Alex estaba cerca y en ocasiones era frustrante tener que aguantar los caprichos de esos dos niñitos.
- Vámonos. – Le dije a Alex pues no le hizo caso a Jacob, en cuanto me escucho camino a mi lado y me abrió la puerta. Jacob solo se rio y mire por el retrovisor y Alex le lanzo una mirada asesina, Jacob enojado cerró la puerta con tal fuerza que por poco quedaba sorda Alex ya estaba dentro del carro y lo ignoro, pero yo estaba segura que si no fuera porque yo estaba presente ya estuvieran a punto de matarse.
- Y tu novio se quedara con nosotros? – Pregunto Jacob en forma burlona, fue cuando me di cuenta que sería un largo camino.
- No Jacob, él se ira en cuando nos deje. – Mire a Alex y él estaba apretando el volante tan fuerte, que pudo haberlo arrancado.
Puso el auto en marcha, estaba impaciente por llegar, lo que más quería era silencio que ninguno de los dos hablara, después de quince minutos en el auto llegamos a casa por fin, fue el silencio más cómodo en el que había estado. Jacob se bajó lo más rápido posible del auto parecía repugnarle estar dentro, yo aún seguía en el auto porque Alex me había detenido tomándome del brazo.
- Volveré más tarde!
- Esta bien, yo te esperare.
- Recuerda que si necesitas algo puedes llamarme. – Lo dijo casi susurrándome al oído.
- Si está bien, te quiero. – Le bese la mejilla, pues Jacob nos miraba y no quería que se sintiera incomodo, Alex se giró para querer besarme en la boca. – Después Alex, adiós. – Y me baje del auto, cerré la puerta, Jacob se veía divertido por haberlo rechazado, él nos vio entrar a mi casa, y mientras caminábamos a mi habitación escuche su auto, ya me sentía más tranquila solo teniéndolos lejos unos cuantos metros me sentía bien.
- Hola Melly, iré al mercado volveré pronto, no tuve tiempo de prepararles algo lo siento. – Se quitaba su mandil y lo colgaba en la cocina y con su monedero en mano camino hacia la puerta.
- Yo puedo llevarte nana, deja solo voy por las llaves. – Camine hacia las escaleras y me detuvo.
- No, no está bien el taxi está esperándome afuera, ustedes terminen el proyecto. – Salió y escuche el auto alejarse de la casa.
- Esta bien, hora de cocinar. – Le dije a Jacob mientras caminábamos a la cocina.
- Sabes cocinar? – Se quedó asombrado.
- Claro, no subestimes mi arte culinario. – Sonreí y fui directo al refrigerador.
- Y que cocinaras entonces? – Pregunto aun riendo.
- Que te parece un homelett?
-Si crees poder con el! - Se sentó sobre la cocineta a mirar.
Comencé a mezclar todo lo necesario para hacer el homelett, el solo me seguía con la vista, al tener todo en un solo plato lo vertí al sartén, cuando ya estaba casi cocinado por completo quise lucirme y lo arroje al aire, estaba segura de que lo podría atrapar de nuevo, pero no fue asi cayó al piso y solo lo mire todo despedazado, Jacob te doblo de la risa por lo sucedido y lo mismo hice yo la casa se llenó de risas y me sentía tan bien cuando deje de reírme lo mire, y él estaba llorando de la risa se veía tan bien que sentí de nuevo ese cosquilleo dentro de mi estómago se acercó a mí y con sus manos tomo todo lo que quedaba de mi gran receta lo tiro a la basura, yo aún seguía con el sartén en mi manos y lo puse sobre la mesa.
- Juro que la última vez pude hacerlo! – Sentía dentro de mi otro ataque de risa pero debía contenerlo, la vergüenza se apoderaba de mí y cuando eso pasaba me sonrojaba.
- Si, eso parece, déjame a mí sorprenderte. – Dijo mientras se movió y abrió las puertas de los almacenes.
Saco de ellos un bote de chocolate en polvo, fue directo a refrigerador y tomo la nieve, chocolate líquido, crema batida, lo puso todo en la pequeña mesa que había en el centro de la cocina donde yo estaba sentada, después tomo dos copas, dos cucharas y un plátano. Él lo hacía todo tan rápido, pero yo no miraba lo que preparaba lo miraba a él, se veía tan concentrado tan seguro de el mismo preparando cualquier cosa que el hiciera, estaba segura de que él no tenía ni idea que lo miraba, pero nuestras miradas se encontraron y el sonrío no pude evitar sonreírle yo también.
- Aquí esta, la receta secreta de Jacob Black. – Lo dijo con un sonidito de ta-ta-tan –ta- tan. – El cual no pude evitar reírme.
- Wow! Se ven deliciosos a pesar de que tú los hiciste. – Él acercó mi vaso a mi mano.
Mire alrededor y la cocina era un total desorden, platos por todos lados pedazos del plátano en la mesa pero moría de hambre después de comer limpiaríamos todo.
Mientras comíamos platicábamos, reíamos, y contábamos historias vergonzosas de nuestros amigos, el hablo sobre Quil que no había conseguido cita para el baile que fue en la reserva y su única opción fue ir con su prima, el hizo prometer que no diría nada, pero era tan gracioso, ese si sería un golpe bajo para cuando me molestara. Al terminar nuestro maravilloso platillo comenzamos a trabajar con el proyecto, pero en cierto modo estaba casi acabado solo faltaba reacomodar los datos para poder ser expuestos.
Me la había pasado tan bien esa tarde que no quería que acabara pero mire el reloj y pronto vendría Alex a casa, no quería verlos de nuevo discutir lo mejor era evitar que se vieran asi que lleve a Jacob a su casa esa vez no le preste el auto me tocaba conducir a mi, sin contar que evitaba que Quil quisiera manejarlo
- Tu padre casi no está en casa? – Le pregunte tratando de separar las palabras y sonar lo más común posible.
- Él está en la reserva, es el encargado y no puede venir! Aparte yo vine a buscar algo por mi cuenta. –Miraba asía la casa, debía saber que los chicos nos miraban.
- Y encontraste lo que buscabas?
- Si… pero eso no era lo mas difícil.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.